EL CHAT ME AYUDO CON MI SOBRINA 13
Aunque salí encantado de la compra que acababa de hacer, me faltaba algo especial que le gustara a Bea.
Al pasar por una floristería me dio una idea, pero me dije, es demasiado socorrido un ramo y seguí andando.
Pero mi idea se desarrolló más y volviendo sobre mis pasos entre en la floristería y me atendió un chico muy amable.
Le explique que quería impresionar a una chica joven y pensó algo que me pareció ideal.
Con el paquete me fui a casa y esperé a que llegara Bea,
Venía agobiada de tanta clase y apuntes y reuniones y no le dije nada, cenó ligeramente y se encerró en su habitación.
Encendió el ordenador y se puso a trabajar.
Yo no le moleste, ya era tardísimo cuando apagó la luz y se acostó, menos mal que al día siguiente no tenía que volver.
Yo me entretuve en preparar la sorpresa que tenía para ella.
Cuando acabé, me tumbé un rato hasta que el móvil me despertó a las 6 de la mañana.
Pasé despacio a su habitación y la encontré entornada, apenas se veía resplandor entre las cortinas, estaba durmiendo profundamente agotada después de un día fatal.
Me acerque a su cama y con cuidado levante la sabana y vi que solo tenía puestas unas braguitas mínimas.
Con sumo cuidado fui bajándoselas con las dos manos hasta llegar a las rodillas donde separándole las piernas las saqué del todo.
Estaba con las manos sobre la cabeza y boca arriba.
Busque entre el paquete que había traído y saque una rosa blanca a la cual le había quitado cuidadosamente cualquier dureza, espina o punta.
Le pase la mano bajo su rodilla y bajo su talón y le separé la pierna todavía más.
Después con dos dedos separé los labios del sexo de Bea y acoplé entre ellos la rosa que solo asomaba sus preciosos pétalos blancos.
Volví a juntar sus piernas y repartí sobre la ropa y sobre su cuerpo un montón de pétalos de rosa pero esta vez rojas. Las repartí por todo el suelo hasta la puerta y luego por el pasillo hasta la puerta de mi habitación.
Creo que eran las 9 de la mañana cuando oí un grito que provenía de la habitación de Bea…
Al despertarme sobresaltado no sabía de dónde venía el grito, pero cuando quise centrarme, ya venía Bea desnuda con la rosa en su sexo corriendo, se subió a mi cama de un salto y empezó a besarme como una loca y me dijo…
--- Ahora mismo me quitas la rosa de ahí!!!
Lo decía en serio pero con una leve sonrisa.
Sin más se sentó sobre mi cara y me puso su sexo justo sobre mi boca, ya que la rosa cayó cuando abrió las piernas.
Estuvo recorriendo mi cara con su sexo hasta embadurnarlo todo y después dejo su clítoris sobre mis labios y dijo…
No le costó convencerme y me aplique a recorrer todos sus pliegues mientras manoseaba sus tetas con los duros pezones, al pellizcarlos sobresalían cada vez mas y la fui obligando a agacharse sobre mi y metérmelos en la boca y morderlos sin compasión, su pelvis había resbalado sobre mi pecho y sobre mi vientre y de momento chocó con la punta de mi polla tumbada en mi vientre.
Fue culeando hasta encontrar alineada con su vagina y se bajo del todo con lo que quedo empalada hasta mis huevos, a partir de entonces perdí todo el control de la situación y fue ella la que me cabalgó, con todos los movimientos posibles mientras mis manos en su clítoris y sus pechos no dejaban de llevarla al cielo.
Cuando empecé a notar mi eyaculación Bea aceleró su pelvis y consiguió que nos llegaran los dos orgasmos a la vez.
Fue explosivo, yo saltaba bajo Bea levantándola en alto y ella apretaba su coño para meterlo mejor, hasta que se separo de mí, haciendo que de golpe saliera un chorro de semen y jugos junto.
Se dejó caer sobre mi pecho y estuvo un rato donde se oían nuestros corazones galopar juntos.
Yo le dije al oído, besándole la oreja…
--- Muchas gracias, ha sido el más feliz de mi vida.
Comimos fuera y al volver a casa subió a su habitación a ponerse más cómoda y yo me puse unos ligeros pantalones y camisa. Para cuando bajó yo ya tenía preparaba la escena…
Bajaba distraídamente cuando le dije que se quitara la blusa, me miró y se fue quitando lentamente la prenda y vi que no llevaba sujetador…
Era una hermosura ver sus dos pechos tan bien formados y con esos pezones tan saltones, pero me hice el indiferente y le dije…
--- Ah! Creo que te hace falta esto…
Y dándole la caja de lencería la vi romper la envoltura con impaciencia y al ver el bonito modelo se lo puso inmediatamente, luego se quito el pantalón y se probó las braguitas, dando una vuelta sobre si misma me dijo…
--- No está mal, es más… es precioso.
--- Además está garantizado, te dará mucho placer…
Me acordé de la chica de la tienda y lo que me dijo.
Se subió a horcajadas en mis piernas y me abrazó clavándome sus pezones en mi pecho. Le cogí del culo y la apreté contra mí dejándola sentada sobre mi polla la besé tiernamente.
--- Mis 19 años son para ti, Alfonso.
Saqué una botella de ron y dos vasos de tubo y nos preparamos unas bebidas largas pues la tarde parecía muy joven.
Ya tarde el ordenador de Bea sonó como que había recibido un mensaje, subió saltando los escalones de dos en dos, al abrirlo era una llamada por Skipe de su amiga Carol, la llamaba para felicitarla pero a mitad de la charla se quedo muda y dijo…
--- Pero qué maravilla de sujetador llevas?
Bea se levantó y le enseño las braguitas que le hacían juego y después se dio la vuelta para que lo viera.
La boca de Carol ocupaba casi toda la pantalla de admiración y le dijo…
--- Que pasada, te sienta de maravilla… quien te lo ha regalado?
Bea cogió la cámara del ordenador y la puso frente a mi polla dura, un primerísimo plano.
Carol dio un grito histérico y dijo…
--- Que polla, digo que regalo, es un buen complemento, se me hace todo agua. Disfrútala toda para ti.
Luego de estar hablando de todo un poco cerró el chat.
No había pasado mucho rato volvió a sonar el chat, pero entonces Bea se puso una camisa y contestó.
Era su hermana Cris y estaba desconocida, con el pelo súper corto y tintado de colores chillones a mechas, la cara maquillada con los ojos oscuros y los labios rojo fuerte y una sudadera cerrada.
Estuvieron contándose cosas y yo estaba en el lado oculto a la cámara, al final le dijo…
--- Ya te contaré más cosas, tengo novedades…
Al momento se puso su madre y me gustó mucho verla, era una gran mujer, sexi, guapa, sensual y muy simpática.
Le preguntó por mi y si estaba contenta en mi casa, Bea dejo que si, encantada del todo.
--- Cuídalo tú también, es un gran hombre.
Vestía muy elegante aunque sencilla y me gustó que dejara ver a la cámara sus tetas sobre la mesa, como siempre redondas, grandes y con los pezones marcando su sitio.