Corona sueca

Descripción general

La corona sueca ha sido la corona sueca desde 1873. Es emitida por el banco central sueco, Sveriges Riksbank. En inglés, la moneda podría denominarse corona sueca (Krona significa corona en sueco).

Una corona se subdivide en 100 öre. Sin embargo, todas las monedas öre se descontinuaron el 30 de septiembre de 2010. Los precios de los productos continúan siendo en öre, pero al pagar en efectivo, todas las sumas se redondean a la corona más cercana.

Las monedas actualmente en circulación son 1 corona, y 5 y 10 coronas. Los billetes han estado en denominaciones de 20, 50, 100 y 500 coronas.

Economía

• Suecia ha alcanzado un nivel de vida envidiable gracias al capitalismo de alta tecnología, los amplios beneficios sociales, un sistema de distribución contemporáneo y una mano de obra muy calificada.
• La economía está fuertemente orientada al comercio exterior, utilizando una base de recursos de madera, energía hidroeléctrica y mineral de hierro.
• La crisis económica mundial de 2008 redujo la demanda y el consumo de exportaciones, lo que provocó que la economía sueca cayera en recesión a pesar de sus sólidas finanzas y sus fundamentos subyacentes. Las fuertes exportaciones de productos básicos contribuyeron a una fuerte recuperación en 2010-2011.

Historia

• La corona sueca se introdujo en 1873, reemplazando al Riksdaler a la par. La moneda se introdujo en consecuencia de la Unión Monetaria Escandinava con Noruega y Dinamarca, que duró hasta la Primera Guerra Mundial. Las monedas bajo el tratado estaban por debajo del patrón oro.
• La Unión Monetaria terminó con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Suecia abandonó el patrón oro el 2 de agosto de 1914 y, sin un tipo de cambio fijo, la unión llegó a su fin.
• Por tratado, Suecia debe unirse a la eurozona y convertirse para utilizar el euro. Sin embargo, la mayoría de los suecos se oponen a la adopción de la moneda. El 14 de septiembre de 2003, el 56% de una alta participación de votantes rechazó la adopción del euro. Aprovechando una laguna jurídica, el gobierno sueco ha optado por no cotizar en el ERM II, una condición previa para adoptar el euro.