EPISODIO DE LA SECRETARIA Y SU PATRÓN | CÓMO ENFRENTAR EXITOSAMENTE LAS NECESIDADES DIARIAS DE LA VIDA | LA LEY DE LA PRECIPITACIÓN
Las experiencias de WILLIAM CASSIERE, mensajero designado por SAINT GERMAIN
“Algunos dicen que Jesús era una creación especial, un ser especial de Dios y que nosotros humanos físicos débiles no deberíamos ser tan vanidosos como para tratar de emularlo. Pero yo les digo que si el Hijo de Dios vino a enseñarnos el camino, la verdad y la vida, sólo para condenarnos y maldecirnos sin esperanza, entonces no lo necesitamos para nada. Pero, Él vino a enseñarnos el camino a la Resurrección y a la Vida Eterna”.
[Brother Bill]
“De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo Hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre”. [Juan 14:12]
“Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. [Mateo 12:36-37]
Una de mis estudiantes me habló del problema que tenía en su trabajo. Su patrón estaba tan ensimismado que no le respondía a sus cordiales saludos, o a lo de los demás empleados. Afligida, ella expresó sus sentimientos, hablando de renunciar e irse a otra posición que no le pagaran tanto, pero que sería más armoniosa.
“Día tras día, ella explicó, “lo recibía con un alegre ‘buenos días’, a lo que él ignoraba o respondía refunfuñando”. Además, cuando él la contrató, le había prometido un aumento después de dos meses de servicio. Sin embargo, él había escogido olvidarlo.
La señora procuró recordarle que habían pasado seis meses sin el cumplimiento de la promesa. Cada vez que ella procuraba traer a colación el tema, él encontraba la manera de quitársela de encima, algunas veces de una manera muy grosera e indigna. Él era, me dijo la secretaria, un hombre muy astuto, un líder en su campo de servicio. Por qué se portaba tan descortésmente con sus empleados, era causa de muchos comentarios entre ellos.
“¿Qué haré? Me gusta el trabajo y me gustan los demás empleados. El tipo de trabajo es una fuente de experiencia para mí. Un año más allí y podría conseguir empleo en cualquier parte como secretaria privada, con una mejor paga”.
“Tratemos de enviarle Amor Divino al hombre. Él tiene alguna clase de complejo que lo mantiene apartado de sus empleados. Yo sé que es mucho más fácil enviarle odio, pero eso solamente aumenta el problema. Eventualmente habría un choque de personalidades y se perdería la oportunidad de la experiencia. Lo ayudaré envolviéndolo en Amor Divino. ¿Cuál es su nombre?”
Al ser informado de su nombre, le recordé a ella, “Cada vez, sea en casa o en el trabajo, que tu atención esté enfocada en él, di, “te envuelvo en el poder del Amor Divino. Tú eres un hijo de Dios”.
Luego le sugerí hacer siempre decreto, “Magna Presencia YO SOY, flamea a través de mí tu Llama Transmutadora de Amor Divino. Límpiame de todo deseo de discutir, de criticar, de dudar y de temer. Enséñame a amar a mis prójimos, no por las cosas que ellos hacen, sino más bien por la chispa de Luz y Vida dentro de ellos. Disuelve y transmuta de mí toda irritación, odio y condenación, y reemplázalo todo con las virtudes del cielo. ¡TE DOY LAS GRACIAS!”
“Muy bien, lo intentaré”, dijo la secretaria.
“Dilo con todo tu corazón. Tendrás que trabajar en esto para mantener fuera los otros pensamientos”.
“Naturalmente, la manera fácil sería maldecirle con todo tu aliento. La manera fácil es lo que ha traído tanto sufrimiento al mundo. Vamos a invertir el proceso y veamos lo que Dios puede hacer con nuestros esfuerzos”.
Ya que le había sugerido que tratara este método por diez días hice énfasis en invocar a Dios para amplificar sus esfuerzos, mil veces. Ella tenía que visualizar a su jefe en un manto, una capa de luz rosa. Además, ella tenía que imaginar una corriente de Luz yendo hacia él desde su corazón como un rayo desde un reflector.
Para práctica la vertida de amor desde el propio corazón, le pedí que visualizara una vertida como ondas de radio. O ella podía visualizar su corazón como una piscina de agua cristalina, tranquila y clara. Además podía visualizarse tirando una piedra dentro de la piscina y observar las ondulaciones causadas por la piedra a medida que van hacia el borde de la piscina. Allí, cambian de dirección y regresan al emisor. Ahora ella podría visualizar a su patrón siendo envuelto dentro de esas ondas de amor que fluyen. Esos anillos de energía, esas ondulaciones en la piscina, son enviados adelante con cada latido de tu corazón. Luego regresan a ti. Esa es la Ley de la Vida.
Ella me preguntó: “Espero que no piense que estoy tratando de que él me ame. ¿Lo pensará él?”
“Dudo que él sea tan sensible. Sin embargo, la gran Ley tiene que actuar. Aún si él fuera capaz de percibir de dónde vienen las ondas de amor, tú podrías manejar esa situación de otra manera”.
Esa propuesta de la vertida de amor desde el propio corazón es útil para resolver muchos problemas. Si lo practicaras por cinco minutos al día, esto haría por ti más de lo que podrías imaginarte. Trata de enviar Amor Divino dentro de cualquiera situación. Trátalo por la salud de tu cuerpo. Trátalo sobre cualquier miembro de tu familia. Bendecirá tanto al dador como al recibidor.
La siguiente ocasión en que vi en la clase a la dama en cuestión, le pregunté:
“¿Cómo marchan las cosas en el trabajo?”
“Suavemente como la seda”, ella contestó, “la Aplicación trabajó. Él me llamó a su oficina y me pidió que me sentara, diciendo, “quiero tener una conversación con usted. Usted no sabe los problemas que he estado teniendo. Las cosas han empezado a verse mejor y quiero que sepa que aprecio su lealtad y su trabajo. Comenzando el primero del mes, usted obtendrá un aumento en su salario”.”
“Créalo o no, ahora él me sonríe tanto a mí como a los otros empleados, habla cuando le hablan y es un hombre diferente”.
“No obstante, hay una cosa que ni siquiera habías pensado, que él podría haber estado pasando por problemas y tribulaciones. No sólo has resuelto tu problema, evidentemente lo has ayudado a resolver problemas que lo estaban agobiando.
“Bueno, quiero agradecerle por su ayuda”.
“Antes que nada, siempre agradece a la Presencia de Vida dentro de ti. Yo sólo estoy realizando la Ley Divina, haciendo como Jesús nos pidió que hiciéramos, <<amarse unos a otros>>.”
Bien pudiera afirmarse que la Ley Divina trabaja para ti si tú aplicas la Ley. Es tan fácil olvidar, tan difícil recordar, pero una vez que conoces la Ley Divina del Amor, ¡ÚSALA! Dios quiere que tú lo llames. Él ha pedido que lo hagamos como le he señalado en estas páginas. Recuerda, la ley de la vibración trabaja en una manera indiscutible – con o sin tu aplicación. Envía odio, y el odio regresará a ti, multiplicado. Envía Amor Divino y Éste regresará a ti, multiplicado.