August 22, 2021

Escritos de madrugada II

Dentro del caparazón donde el pensamiento se refugia, vive y pasea, se encuentra la caja de los recuerdos.

Esta hace servicio al alma durante el día, almacenando las imágenes y las sensaciones dejándolas forjadas al espíritu.

En cierto modo, cada noche estas invitadas salen a danzar alegremente por los caminos cerrados dentro del mismo caparazón y entonces se evocan a las retinas cerradas por el peso del día, en forma de ensueño.

Es en este sueño, donde el hombre queda desarmado enfrente él mismo y su mundo, las sucesiones involuntarias corren y corren sin mantos ni máscaras: los ángeles y los demonios se recogen y rehuyen unos de los otros.

La pregunta es entonces, quien ordena estas danzas y carrerillas hechas y deshechas. Sin ningún tipo de duda es la conciencia. Al despertar, las últimas piezas de la caja que todavía restan en la retina, se ordenan y se muestran rápidamente a la conciencia.

Dentro del vientre de la madre, el bebé duerme la totalidad del día. Qué pasará por sus retinas, qué podrá ver, que quedará a la vista de su inmaculada conciencia en el momento del nacimiento?

La visión antropocéntrica del Universo —sin ningún tipo de duda— nace por la noche, dentro del sueño donde se reencuentra el espíritu y su mundo particular. Allí nace la persona.

Enric Bonamusa XXI|VIII