December 12, 2020

Matar al espectador

Se me ocurrió ese concepto una vez durmiendo contigo. Soñé que estaba a punto de matarte, corría tras de ti con un cuchillo. Cuando estaba a punto de hacerlo empezabas a llorar y me pedías por favor, que no lo hiciera. Desperté en tus brazos sobresaltada. No pude dormir por varias horas, te observé dormir y vi como tu rostro poco a poco se iba iluminando con las luces de la madrugada.

Anhele tanto tu amor que hasta mi arte se volvió en función de ello. Inspiraste gran parte de lo que he creado desde que te conocí. Era difícil, casi imposible escribir sin escribir de ti.

Te di un último beso antes del Eclipse, te miré a los ojos como quien toma una última foto del paisaje antes de irse, una última mirada al atardecer cuando sabes que ya no vas a volver a aquella playa, por un tiempo o tal vez nunca.

Cuando se unen tu luz y mi luz brillamos. Porque tu luz se parece a la mía. Cuando no somos nuestra luz, cuando no nos esforzamos en encarnar eso nuestras sombras se lastiman.

Una rosa hermosa de observar, pero si la tomas entre tus manos sus espinas te lastiman. Y yo no voy a beber mi sangre ni tu vas a beber la mía. Ya no juego a eso más.

Ultima foto del Cabo antes de irnos. Enero 2020.