February 10, 2022

Cartas de amor para mí

Me duele duele duele duele.
¿Que es lo que mi cuerpo duele?
La separación.
¿Y cómo se arregla?

No sé, nada. No entiendo nada. La única certeza esta siendo el amor. Sé que amo. Me lo escribí en la mano para acordarme siempre.

Qué se calme mi corazón y no tenerle miedo a la tormenta. Irme en un barquito.
¿Más ermitaña? ¿Fue suficiente o no? ¿Cuando lo voy a entender?

Merezco amor.
Todas las partes de mi merecen amor. ¿Pero cómo se hace para recibir el amor? Amar lo que está aparentemente lejos, amar las partes del propio espíritu que no creen merecer amor. ¿Y si amar las partes que duelen, duele? Es darles luz. Pero no quiero doler. Quiero disfrutar. Recordarle entonces a esas partes, que merecen disfrute: aunque no puedas verlo ahora. Yo lo veo.
Si te veo en luz; me veo en luz.

Más soy un faro. Y no voy a meterme al pantano a sacarte. Mereces amor. Y amor por ti es respetar tus límites.
Entonces basta. Si está doliendo mucho; suelto. Suelto y confío. Confío plenamente. Con toda el alma. Pero suelto también plenamente.

Suelto y habito el goce del que hablo. Porque si estoy doliendo para convencerte de que mereces placer, no tiene sentido. Desde el placer te lo digo, y para eso, me lo tengo que creer.

Contruir en qué creer. Crecer.

Yo voy a gozar, no te voy a buscar.

Las puertas están abiertas.

Calma y respira profundo.

Entrégale el peso al mar, no cargues. Irte liviana es importante.

Yo no merezco doler esto más.
Yo soy libre.

Más todos los caminos, llevan al corazón.
(con razón).

Te encuentro en el tiempo y fuera del tiempo.

Amarte siempre. Siempre.

Sincronía de los hilos rojos. Manos de Fede. Montevideo, Uruguay. Octubre 2021.