December 26, 2023

¿Y ahora que?

A esta edad uno normalmente se pregunta y se dice a sí mismo: “¿Qué voy a hacer ahora?

¿Qué voy a estudiar?”, y no es de extrañar, pues incluso cuando somos niños la pregunta que más nos hacen es: “¿Usted qué quiere ser cuando sea grande?”, y hoy es cuando uno dice: “Tengo que ser alguien en la vida o todos me verán como un fracasado”.

El ser parte de una sociedad donde lo más importante es el dinero, constantemente nos planteamos cualquier forma de generar ingresos, lo que nos hace dependientes de un sistema, y no hablo del ciclo de la vida, hablo de: nacer, crecer, preocuparse y darse cuenta de que lo más importante es el dinero, hacer una carrera, trabajar y morir.

Al no haber escapatoria surge la constante preocupación y angustia de no tener dinero y de no ser alguien en la vida, buscamos tener una identidad, aunque esa identidad no se parezca a lo que en realidad somos. Esto nos lleva a tomar decisiones que no siempre son las mejores, como elegir un trabajo o carrera que no es de gustar sino por generar y por algo qué sustentar y sobrevivir, tratando de encontrar así una motivación constante para vivir y encontrarle un sentido a la vida, de manera que muchos lo hacen sin gustarles lo que hacen, y aunque encontremos ese trabajo estable y que guste, nunca se llegará a la felicidad absoluta, pues incluso ser rico tiene sus desventajas, como: al comprar un carro, el tráfico; viajar a otro país, adaptarse a nuevas leyes con las que quizás no esté de acuerdo; tener una mansión es el equivalente a pagar más impuestos; y así con todas las cosas.

¿Por qué seguir un ciclo preestablecido? ¿Acaso es el mejor? No nos hemos puesto a pensar que quizás cada persona debería ser dueña de sus propias decisiones y hacer su propio camino, incluso si es incierto. Se llama adquirir experiencia mediante vivencias propias y no lo que el sistema o la gente diga.