Judas Iscariote: ¿era realmente un traidor?
Este es un pequeño ensayo que hice a principios de este año, como un trabajo para la universidad. Si quieres leer el documento original: Telegram • Descarga
Originalmente publicado el 28 de mayo de 2024.
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Introducción
Siempre se nos ha plantado la idea de que Judas Iscariote es conocido hasta hoy como el traidor. Incluso algunos no creyentes usan el personaje para ejemplificar una traición. Cuántas veces hemos escuchado el dicho: “Ese es más traicionero que Judas”, cuando se señala a alguien.
Sin embargo, es fundamental y me pareció llamativo indagar en este tema, pues mirando algunos versículos de la propia Biblia, este hecho de traición ya estaba escrito y tenía que cumplirse, cuestionando si Judas tenía un destino o traicionó al Mesías por libre decisión.
Podemos partir desde un versículo que será clave durante todo el ensayo y lo vamos a analizar varias veces.
Partamos desde Juan, capítulo 15, versículo 16: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros […]”.
En este pasaje, Jesús está hablando con sus discípulos y les explica que fue él quien los eligió, y enfatiza la iniciativa de Dios en la salvación. Los discípulos no buscaron a Jesús, sino que él los escogió para un propósito en específico.
Desde este punto de vista, podríamos decir que el destino de Iscariote, al igual que el de los demás discípulos, ya estaba prefijado. Entonces, ¿estamos juzgando mal al personaje?
Si para la redención del mundo Jesucristo tenía que morir de algún modo, y alguien tenía que cumplir con el papel de villano, fue Judas el elegido para ello, y si no era él, habría sido cualquier otro. De esto tenemos claridad, de lo que no tenemos claridad es de si Judas simplemente estaba cumpliendo con un designio o tarea, o simplemente traicionó a su maestro a causa de dejarse llevar por la codicia.
Introducción al personaje
Los cuatro evangelios canónicos coinciden en presentar a Judas como el discípulo que traicionó a Jesús a las autoridades romanas a cambio de 30 monedas de plata. Esta acción lo convierte en una figura vilipendiada en la tradición cristiana, símbolo de la perfidia y la avaricia.
Sin embargo, algunos estudiosos han propuesto interpretaciones alternativas. Algunos argumentan que Judas no era un traidor en el sentido estricto, sino que actuó de acuerdo a un plan divino preestablecido. Según esta perspectiva, Judas era necesario para que se cumpliera la profecía de la muerte y resurrección de Jesús.
Según el Evangelio de Marcos y el de Mateo, podemos intuir que este acto de Judas no estaba pactado entre él y el Cristo, por lo que fue una decisión autónoma y de libre albedrío hecha por el apóstol (DHHDC, 1966, Marcos 14,21).
Aunque muchos escritores presentan una imagen totalmente negativa de Judas, es obvio que durante un tiempo fue un discípulo favorecido por Dios y por Jesús, como lo prueba su elección para apóstol. Además, se le confió el cuidado del dinero que tenían en común Jesús y los doce, lo que habla favorablemente de su confiabilidad en aquel tiempo y de sus aptitudes y cultura, pues, aunque Mateo tenía experiencia en la administración de dinero y en matemáticas, no recayó en él esta responsabilidad (Mercado, 2021)
Pese a que este personaje ha sido fuertemente “profanado”, parece ser que, no es que Judas estaba predestinado a hacer tal acción, sino que él, en su supuesto libre albedrío, había de traicionar a Jesús por intención propia, y Jesucristo ya lo sabía, pero aun así lo eligió, por lo que podemos interpretar que Jesús aceptaba su ‘traición’ por voluntad propia para el cumplimiento de las escrituras (DHHDC, 1966, Juan 6,64).
Judas ya estaba “perdido” antes de la traición
A medida que nos adentramos más en la forma de actuar de este personaje, y partiendo desde la Biblia nos encontramos con un versículo en el que Jesús ora por sus discípulos: «Cuando yo estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura.» (DHHDC, 1966, Juan 17,12). En este mismo versículo se nos afirma que Judas “ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura”, pudiendo interpretar que Jesús ya hablaba en futuro, pues, esto lo dice mucho antes de la traición, siendo así que antes del acto, Jesucristo “condena” a Judas o simplemente hacía referencia a un acto que él aún no había hecho, pero que ya estaba escrito (predestinado); todo esto para que se cumpliera la profecía y el plan de redención.
El acto de la traición ya estaba profetizado por el rey David, que en el Salmo 41, versículo 9 dice: “Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba, el que comía conmigo, se ha vuelto contra mí.” (DHHDC, 1966); aunque, ya se sabía que la causa de la muerte de Jesús sería una traición (entregarlo), nunca se habló específicamente del personaje en cuestión, al no dar detalles sobre su apariencia física y por supuesto que su nombre tampoco.
Fue Satanás quien plantó la idea en el Iscariote, y él la aceptó; del mismo modo que Jesús también aceptó la decisión de Judas, porque así tenía que cumplirse (DHHDC, 1966, Juan 13,2).
Esta idea es reforzada más tarde en el mismo capítulo, versículo 27: “Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.” (DHHDC, 1966), por lo que podemos decir que fue Judas que, por elección propia decide ser un instrumento de Satanás para éste lograr su cometido, incluso cuando Judas pudo haber estado predestinado. De todos modos, como se ha dicho anteriormente, si no era el apóstol Judas Iscariote, hubiera sido cualquier otro.
Dios cuenta con el mal y saca de él bienes, pero el mal sigue siendo mal. Judas fue un traidor porque Jesús era su Maestro y Señor, su amigo, con el que comía a la mesa, y por detrás lo entregó en manos de quienes querían matarle, a cambio de 30 monedas. Eso es una traición que él cometió voluntariamente, aunque Dios de eso y de la muerte injusta de Jesús en la cruz, saque el bien de nuestra redención. (Rey, 2018)
La peor base: el “Evangelio de Judas”
Este es un manuscrito considerado gnóstico y herético, que National Geographic rescató y publicó en 2006, y que fue encontrado en Egipto por primera vez en 1970, pasando por varios procesos y propietarios, finalmente este texto vio la luz.
El texto presenta una realidad muy diferente a la que estamos acostumbrados, con frases que han generado polémica como: “Pero tu sobrepasarás a todos ellos. Pues tú sacrificarás al hombre que me reviste.”, refiriéndose a que fue el mismo Jesús quien le encomendó esa tarea personalmente, dándole un rango más alto por encima de todos sus discípulos, incluyendo a Juan (descrito como “el discípulo a quien Jesús amaba”).
Los evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo. Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana. El «Evangelio de Judas» sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico (siglo II-III), pero no supone ningún desafío para el cristianismo y poco puede aportar a los conocimientos sobre la vida de Jesucristo y de la comunidad apostólica.
Por otro lado este documento no pude ser obra de Judas Iscariote por la sencilla razón de que Judas se ahorcó el mismo día cuando fue crucificado Cristo. Así que no puede haber ningún «Evangelio de Judas», y el texto, lo más probable, fue creado por alguno de los miembros de las sectas gnósticas. En aquella época, en particular en Egipto, hubo numerosas corrientes ocultistas seudocristianas, algunas de las cuales adoraban a los personajes bíblicos más detestados, como las sectas de los cainitas, que rendían culto a Caín, el primer asesino, o los ofitas, que veneraban a la Serpiente que tentó a Adán y Eva. (Cristiana, 2006)
Este manuscrito ha sido totalmente desacreditado por la gran cantidad de incoherencias que datan en él, y por ofrecer una realidad completamente distinta de la que tenemos en los cuatro evangelios canónicos de la Biblia, que fueron escritos durante el siglo I, mientras que este supuesto evangelio fue escrito entre el siglo III y IV, concluyendo que no fue Judas quien lo escribió, pues ya llevaría varias décadas muerto; y que fue escrito por un grupo gnóstico para distorsionar la realidad de los sucesos de la vida de Cristo según los primeros Evangelios.
El papel de Judas volvió a ser objeto de estudio en 1978, con el descubrimiento de un papiro copto, escrito en un contexto gnóstico, llamado «Evangelio de Judas», en el que se esboza una interpretación muy diferente del personaje de Judas. Según el papiro, Judas no traicionó a Jesús, sino que hizo la voluntad de Dios: Jesús le habría revelado algunos secretos y Judas habría contribuido al arresto de Jesús para permitir que Cristo llevara a cabo el plan reservado. Sin embargo, esta interpretación no está respaldada por otras pruebas. (Holyart, 2022)
Siendo así, retomamos nuevamente el hilo principal, basándonos nuevamente en lo que ya sabíamos y en los evangelios canónicos.
Jesús y el amor a los enemigos
Hay otras personas que ofrecen una visión diferente sobre el porqué Jesús eligió a Judas Iscariote, sabiendo lo que vendría. Se establece que Jesucristo pone en práctica la enseñanza que él mismo da anteriormente: «También han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen.» (DHHDC, 1966, Mateo 5,43-44). De este modo, Jesús nos quiso enseñar que, desde el primer momento en que eligió al Iscariote, lo amaba al igual que sus otros discípulos, y Judas tuvo oportunidad para cambiarse a sí mismo en los tres años que estuvo con el Mesías, puesto que tuvo ese gran privilegio de conocer más a su maestro personalmente, estando en los momentos en que hizo grandes milagros y presenció las enseñanzas que le daba a la multitud. Sin embargo, y como sabemos, su avaricia por el dinero le pudo más que su amor por Jesucristo, o es que él en los años que acompañó a Jesús lo veía como un ser humano común y corriente a pesar de su accionar, por lo que no le dio importancia y aun así decidió traicionarlo, pues sabemos que era un hombre apegado al dinero.
En el Evangelio de Juan se subraya cómo Judas se aprovechaba del encargo, robando del fondo común. En particular, su apego al dinero se destaca en el episodio de la mujer que rompe el frasco de aceite de nardo, de gran valor, para ungir a Jesús. Judas se enoja diciendo que se podía vender el aceite para sacar dinero para los pobres, pero el evangelista precisa que a Judas no le importaban los pobres sino el dinero del fondo común. (Holyart, 2022)
Cierre y conclusión
Habiendo tantísimas interpretaciones y puntos de vista sobre este acto de traición que ha sido estudiado y analizado por varios siglos —y lo seguirá siendo—, es fundamental sacar nuestras propias conclusiones desde lo ya expuesto.
En primer lugar, está claro que Judas pudo haber sido un doble instrumento, tanto de Satanás como de Dios, para el cumplimiento de la Escritura. Cristo sabía sobre las intenciones de Judas Iscariote (impulsadas por Satanás), pero Dios, aprovechando esto, dejó ser a Judas para que entregase a Jesús a las autoridades romanas, y el resto es historia.
Por otro lado, es importante decir que, también cabe la posibilidad de que —como se dijo anteriormente— Jesús haya dejado que su discípulo lo traicionara, para ambos propósitos: enseñarnos el amor al enemigo, así como también que se cumpliera su sacrificio por la humanidad.
«El mayor problema de Judas no fue la traición en sí misma, sino la falta de fe en que Dios le perdonaría su pecado, incluso uno de esa magnitud.» (Rivas, 2023)
Dejando de lado por un momento la acción de traición, es importante decir que, muchos consideran que Judas nunca se arrepintió realmente de sus actos, sino que él, al ver lo que había hecho, en lugar de ir con Jesús o Dios para pedirle perdón y misericordia, se haya suicidado (según el Evangelio de Mateo), sin buscar el perdón. Del mismo modo, en el libro de Hechos de los Apóstoles (en donde se relata la otra versión de la muerte del personaje), no se menciona que Judas, después de su actuar, haya vuelto con los demás apóstoles o le haya pedido perdón o misericordia a Dios, sino que simplemente fue a comprar un terreno con las monedas que le habían dado.
En la teología cristiana, se cree que Judas, como ser humano, tenía libre albedrío y tomó la decisión de traicionar a Jesús por su propia cuenta. Sin embargo, también se cree que Dios permitió que esto sucediera para cumplir su plan de salvación. En ese sentido, Judas pudo haber sido un instrumento para que se cumplieran las profecías sobre la muerte de Jesús y la redención de la humanidad. No hay una respuesta definitiva a esta pregunta, ya que se basa en creencias religiosas y teológicas que pueden variar entre diferentes interpretaciones y tradiciones cristianas. (Cardona, 2023)
Al final, es importante tener en cuenta las diferentes interpretaciones y estudios teológicos que se han realizado a lo largo de la historia para tener una respuesta neutral y acertada sobre este tema, puesto que ya vimos que no hay una respuesta definitiva para la pregunta de si Judas estaba siguiendo un plan de Dios o tenía libre albedrío. Finalmente, creo poder decir que ambas posibilidades pueden coexistir usando la conclusión de que Judas fue utilizado como un instrumento de Satanás que sirvió a Dios para el paradero de Jesús.
Referencias
Cardona, H. (1 de abril de 2023). Quora. Obtenido de https://qr.ae/psZGfF
Cristiana, B. E. (2006). Internet Archive. Obtenido de Wayback Machine:
https://web.archive.org/web/20060421010049/http://www.multimedios.org/especiales/judas/valor.htm
Holyart. (29 de junio de 2022). Holyart. Obtenido de https://www.holyart.es/blog/articulosreligiosos/la-verdadera-historia-de-judas-iscariote-conocido-por-traicionar-al-mesias
Mercado, M. (30 de octubre de 2021). Quora. Obtenido de https://qr.ae/psedFU
Rey, E. J. (2018 de diciembre de 2018). Quora. Obtenido de https://qr.ae/psZt29
Rivas, C. (31 de marzo de 2023). Quora. Obtenido de https://qr.ae/psZNfN