muchos suenos pocas metas
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Escrito originalmente el 27 de marzo, 2025
Más de una vez alguno se ha puesto a pensar en tantas cosas que quiere lograr: esas cosas que “algún día” (decimos inocentemente) va a hacer. Qué equivocados estamos al pensar que antes de dar nuestro último respiro podremos lograr todo lo que algún día soñamos. Pero somos humanos y eso está bien.
De niño, yo soñaba algún día con ser astronauta, el punto es que yo era muy curioso. Ahora me dedico a ser algo más simple, lo que llamamos ser más aterrizado: me enfoco más en otras cosas más comunes.
Muchas veces me pregunto qué será de esas otras versiones que se habrán quedado perdidas o escondidas en mí mismo, esas versiones que solo se quedaron en pensamientos y que no dejé salir, no las seguí.
Por supuesto que a día de hoy sigo soñando: anhelo tantas cosas y al mismo tiempo no quiero nada. Perseguimos una felicidad inalcanzable. No perseguimos felicidad, perseguimos pequeños subidones de dopamina en pequeños momentos de nuestra pequeña vida que algunos llaman “placer efímero” que en realidad es la verdadera felicidad que sentimos al alcanzar algún logro o generar dopamina en el cerebro.
Esto es lo que nos hace humanos: perseguir una felicidad, un sueño, un anhelo y una meta — una luz por la cual vivir. Soñamos mucho, pero al final realizamos poco, con la excusa de que “puede que no nos dé la vida pa’ tanto”, y he visto con cada día que esto se ha visto más impregnado en un pensamiento general de la sociedad: “no sueñes tanto, enfócate en algo en específico”. Pero claro que de todos modos soñar es gratis y se vale ser feliz solamente con ese deseo.
Hoy miro hacia atrás y veo tantas cosas que amé, que sigo amando, pero ahora con los ojos puestos en cosas más importantes. Yo también, antes de dar mi último respiro, quisiera lograr al menos varios de tantos sueños locos que me he propuesto: graduarme, saltar de un avión, visitar varios países... Son sueños que se pueden pasar a la realidad, y que unos ya nacen con ello: al final hay quienes tienen mejores oportunidades que otros.
No nos llenemos de metas, llenemos todo de sueños. Somos personas soñadoras que, aunque la vida nos despierte y nos dé esos golpes de realidad no nos cansemos de anhelar, de tener esas cosas que alguna vez hemos mirado con tanto deseo. Que brillen esos ojos nuestros, hambrientos de lograr, hambrientos de transportar esos sueños a la realidad.