No puedo dejar de escribir
lo que en este momento dicta el corazón
y es que salta de alegría
cada vez que ve los días,
y que falta tan poquito
para recibir gran bendición.
La bendición del complemento,
la bendición de gran plenitud
pues serán dos vidas unidas
por el vínculo del amor.
Amor que no conoce barreras,
amor que no encierra temor
pues su fundamento no es en esta tierra
su fundamento está en Dios.
Agradecido en gran manera
por esta grande decisión
Alborozado mi corazón anhela
esperar unido al tuyo
el retorno de nuestro Señor.
Escrito en Tarapoto, el 25 de junio del 2012, muy cerca a la fecha de nuestro matrimonio.