July 23, 2024

SORPRESA (mini relato)

Llegue de sorpresa, habíamos quedado en vernos al anochecer, pero yo tenía otros planes, así que no le dije que me aparecería antes. Abrí la puerta con la copia que ella siempre guardaba en aquella maceta que tenía en la entrada, y cerré la puerta con delicadeza, la encontré en la cocina, llevaba un vestido negro, parecía prepararse para salir, estaba guardando unas cosas en la alacena cuando de repente, la tomé por sorpresa de la cintura, ella dio un brinco, pero no dijo nada al sentir mi perfume.

— Pensé que nos veríamos en la noche. — dijo ella algo sorprendida.
— Quería darte una sorpresa. ¿Pensabas salir?
— Planeaba verme con una amiga.— contestó con voz agitada debido a mis manos en sus pechos.
— Vas a tener que cancelar la visita.
— ¿Así? ¿Por qué?

La llevé a la mesa y tomando su cabello la incliné, ella volteó el rostro y me dio una de esas sonrisas que solo mostraba cuando estaba caliente, metí mi mano entre sus piernas, y al sentir lo empapada de sus bragas, levanté su vestido dejando sus nalgas al descubierto, ella abrió las piernas, sabía lo que venía y no puso resistencia alguna.

— Que bueno que llegaste antes. — dijo ella.
— Lo sé. No podía aguantar más.
— Vamos, no perdamos el tiempo, que tengo muchas ganas de ti.

Acaricié su derrière con delicadeza antes de azotarlo con la palma de mi mano, ella soltó un gemido, y eso me excitó mucho más, no podía seguir aguantando, la erección que llevaba era más que suficiente evidente, quería hacerla mía, no deseaba otra cosa.

Hice a un lado su ropa interior, dejando a la vista su hermosa y apetecible intimidad, me puse de rodillas, y de inmediato me dispuse a degustar de su humedad, ella se aferraba de la mesa mientras gemía y pedía más de forma desesperada, luego me puse de pie, desabroché mis pantalones y los dejé caer hasta las rodillas, abrí sus nalgas, y dejé a que mi falo entrara con vehemencia, ella volvió a soltar un gemido, luego otro, y así continuó en lo que mis embestidas eran más fuertes, mis manos sujetaban sus caderas y no me detuve hasta que ambos tuvimos un delicioso orgasmo.

— Vamos a la habitación.— dije totalmente extasiado.
— Vamos. No aguanto más la ropa, y mucho menos estas ganas de que me lo hagas.
— Vamos, que no he acabado contigo.
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— Cesar P. “Noctámbulo”
©2024
#soyelnoctámbulo
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