Cuñada
February 9

Mi Inocente Cuñada 11

Revelaciones

Revelaciones

Al otro día temprano en la mañana toqué la puerta de Carola y ella no me respondió, bajé y le pregunté a las muchachas de servicio si habían visto a Carola salir y me dijeron que no, que estaba durmiendo, pensé que había salido en la noche y sí efectivamente, cuando entré a su habitación sentí claramente el olor a caña, ella estaba travesada en la cama y boca abajo solo en tanga hilo y sin sostén, pensé que así habrá sido la pea que trajo que el frío ni la inmutó, llegó se desvistió y así se tiró en la cama.

Tenía una cinturita pequeña y un culo redondo, grande y liso completamente liso y bronceado pero no tan redondo como el de Malu, es claramente una poderosa masa muscular, eso si, unos toletes de piernas bien lisas, duras, musculosas bien torneadas, unas batatas espectaculares, una ancha espalda, rayada ligeramente por los músculos, unos fuertes hombros y brazos anchos y fuertes, su hilo dental no ocultaba en su totalidad el bronceado de sus minúsculos bikinis, donde dejaba ver su blanca piel y donde el resto está tostado por el sol que ella bastantemente tomaba.

La arropé con cuidado y después procedí a despertarla, después de varios intentos, ella abrió los ojos y agarrándose rápidamente de la cobija para cubrir su pecho me preguntó de mala manera que hacía yo en su cuarto, le recordé el trato que teníamos y entonces cayó en cuenta de su mala conducta hacia a mí, me pidió disculpas y me dijo que ella más tarde me avisaba.

Efectivamente como a la 11 de la mañana me llamó para que la ayudara, estaba en el ático con Malu cuando ella me avisó desde la puerta, le respondí ya iba, Malu puso mala cara, pero tuvo que resignarse, yo igual también había quedado a medias.

Me puse otro short corto con la intención de que si medio abría las piernas y había alguien interesado en mirar, iba a mirar, también un interior bien suave y suelto, para que se marcara mi bulto bien claramente. No lo puedo negar y lo reconozco, iba con la mala intensión por delante.

Dejé a Malu en mi habitación para que saliera después de mí y entré en la de Carola, abrimos la caja y saqué todas las piezas, miré entonces que iba a necesitar herramientas, bajé rápidamente al taller y subí con todo lo necesario, empezamos los dos en ir acoplando según las instrucciones que ella leía en el manual, yo la mayoría de las veces le llevaba la contraria, para que la cuestión durara más tiempo, y medio discutíamos a veces, hubo un momento que estaba acoplando unas poleas en la parte de debajo de la máquina y me di cuenta de que ella estaba mirándome entre las piernas, casi todo mi paquete se miraba por allí, cuando ella se dio cuenta de que yo la miraba mientras ella me miraba, me dijo que por favor me tapara.

Ella se cambió de posición para no tenerme de frente, supuse que era mucha provocación, luego de un rato empecé armar la parte de la barra perpendicular a la base, esta pesaba y tenía que quedar bien fija y con las guayas internas bien alineadas para que todo quedara sincronizado, le expliqué a ella que iba a hacer abajo en la base con el destornillador y las llaves mientras yo sostenía la barra, como la barra pesaba algo tuve que abrir un poco las piernas para apoyarme mejor y les juro que esto fue sin intención y mientras sostenía la barra le decía a ella que fuera atornillando las tuercas y los tornillos, ella en un momento alzó la mirada hacia arriba para preguntarme algo y vi que miraba mi entrepiernas, yo me hice el loco y le respondí casi sin mirarla, terminamos justo cuando nos fueron a llamar para que bajáramos a almorzar eran las 12 y media y ya todos estaban en casa.

Después de ese día ella, no es que me trataba bien, si no que ya no era tan mala como antes, entramos más bien en la etapa de discusión y lanzarnos puntas, ante ni eso hacíamos simplemente ella me ignoraba y yo no le jalaba bolas.

Empecé entonces una campaña de auto promoción, cuando estaba con Maru y estaba ella presente hacía que la conversación cayera en torno al sexo, pero Maru no es de andar hablando de sus hazañas en la cama y como no, era muy ardiente, pero era muy reservada, demasiado conservadora y hasta con pensamientos obsoletos a pesar de su fogosidad, total que esa campaña no funcionó muy bien, ya que Maru nunca hablaba de lo que yo quería, pasé a otro plan, el de bromista y chistoso, cosa que a ella no le caía muy bien, ya que ella siempre pensó que yo lo hacía por imitar a su padre y que así me gané el amor de Maru y la suegra que me adora y hasta el mismo suegro, que desde que entré a su casa me recibió con los brazos abiertos, y supongo que diría que lo usé también con Malu si supiera lo que pasaba.

Entonces estando siempre la familia reunida, empezaba yo junto con mi suegro a joder y echar vaina y nos metíamos con todas, y yo me afincaba en ella y gastaba las peores bromas, eso sí causando mucha risa en el entorno menos las de ella, que me reviraba los ojos y me decía necio a toda voz dándome la razón, y haciendo que todos se rieran más de ella. Algunas veces ella respondía de buena manera y también reía, pero más de una vez ella salió brava de la reunión y todos se reían más aún, incluso mi esposa una vez en la cama me llegó a comentar que no me metiera tanto con Carola, que me iba a agarrar más rabia de la que ya me tenía.

Bueno esa parte dio resultado, ya que cuando no era yo el que se metía con ella, era ella la que se metía conmigo, llamándome bola de grasa, albóndiga con patas y ¿qué ganaba ella? que el papá se pusiera de mi lado, porque mi suegro era más gordo que yo y bueno por allí empezaba a discutir mi esposa conmigo, que mirara lo que había logrado, que mi suegro peleara con Carola defendiéndome, entonces pasó algo que nunca me imaginé, ella empezó a darme consejos para rebajar esos kilos que tenía de más, a veces de mala gana me decía que dejara la comedera, dejara la comedera de dulces, que hiciera dieta, ponte a correr, ve al gimnasio, o usa la escaladora o el banco de pesas que tenía en su cuarto, o sea ya me estaba poniendo el cuarto a la orden.

La verdad ese cambio me tomó fuera de base, pero entonces empecé a auto promocionarme nuevamente si estaba mi esposa presente, yo le respondía a cada cosa que me decía con respecto a rebajar, yo le decía que yo hacía un ejercicio casi todos los días y que me mantenía en muy buena forma y miraba a mi esposa de manera pícara y ella sonreía o a veces en broma decía que yo no aguantaba nada, u otras veces decía que yo era insaciable, esas eran las respuestas que yo esperaba y las que mejor resultado daban, ya que Carola buscaba la manera de desmentirlas.

A todas estas yo seguía manteniendo mis relaciones con Malu en casi cualquier rincón de la casa, ella si era realmente insaciable y yo estaba en mi mejor forma imposible.

Todo iba muy bien, hasta que el siguiente viernes en la noche, Carola tuvo una reunión con unas amigas en la casa y estaban en el bar jugando pool y viendo videos.

Yo estaba sin hacer nada, le había propuesto a mi esposa salir, pero ella llegó cansada y además iba a estar en la reunión de la hermana con las amigas, entonces yo me estaba aburriendo y me metí en la oficina del suegro y pensé en navegar en internet un rato y recordé el intercomunicador, me metí en la oficina y cerré con llave.

La oficina tiene un intercomunicador, al igual que en la sala, el comedor, la cocina y el bar, y que mi suegro lo usa para llamar a las muchachas de servicio en cualquier momento cuando se metía a trabajar allí, en fin, me metí en Internet mientras ellas estaban en el bar, y mientras yo leía noticias variadas, se me ocurrió la idea de oír lo que allí decían, apreté primero el botón de MUTE para que no escucharan lo que pasaba de este lado y luego el botón numero 4 que era el bar y abrir la señal, allí eran risas y risas, pero mi sorpresa fue que además de mi esposa estaba Malu. Hablaban puras pendejadas, chisme de otras mujeres más que todo y críticas, mientras bebían, hablaban, jugaban y escuchaban la música de MTv en el tv.

Mientras navegaba buscando información aleatoria para distraerme, estaba más pendiente de todo lo que allí decían, la verdad nada del otro mundo, pero la curiosidad era mayor no podía dejar de estar pendiente. Como a las 12 y media mi esposa se fue a acostar porque el cansancio la venció, esperé un momento y salí con cuidado para decirle a mi esposa que estaba en la oficina, ella estaba algo tomada y se fue acostar sin mucha preocupación.

Regresé a la oficina y la charla había cambiado, ahora empezaron a hablar más de sexo, al parecer se contenían por Maru y yo las entendí, conociéndola a ella no era muy dada a hablar de sexo. En un momento en que las cosas iban subiendo de tono, Carola le dijo a Malu que se fuera porque lo que iban a hablar era muy fuerte a lo que Malu respondió:

—¿Qué? ¿Por qué me voy a ir? Ya estoy lo suficiente mente grande y ni que fueran a hablar de sado-masoquismo o zoofilia. —supuse que todas se quedaron de una pieza, como me quedé yo, mirando fijamente el intercomunicador como si este tuviera una pantalla, hubo un pequeño silencio y luego casi todas estallaron en risas.

—Anda, deja que se quede, además así aprende, es mejor que aprenda aquí en tu casa y no en la calle —Dijo una de las amigas. A mis adentros me felicitaba, porque no pudo haber encontrado mejor profesor.

—Lo que tenga que aprender ya lo sé, dijo decididamente —yo sentí un escalosfrio recorrerme la espalda, me quería morir cuando dijo esto y rogué que no estuviese bebiendo.

—¿Ahh si? —dijo otra de las amigas— ¿Qué es lo que sabes? —Yo empecé a rezar para que no dijera nada que pudiera crear sospechas de que ya estaba teniendo relaciones.

—Bueno todo —dijo, se podrán imaginar mi cara y empece a sudar frio.

—¿Y qué es todo? —Preguntó la hermana a modo de reto, en un tono algo molesto.

—Bueno que sé lo que es el sexo, sé de las relaciones sexuales, las manera de cuidarse y las distintas posiciones —Por mi mente pasó encender un papel y prender en fuego la oficina, activar la alarma para que se acabara la fiesta y salir corriendo a la calle a esperar a los bomberos.

—¿Y quién te lo ha enseñado? —Volvió a preguntar Carola de una manera un poco más autoritaria.

Un pequeño silencio en el bar aumentó más mi cagante situación, mirando fijamente el intercomunicador rogando que dijera un nombre que no fuera el mío, sentí el sudor frio correr por mi frente, mientras arrugaba unas hojas y buscaba un encendedor sin mirar por donde pasaba la mano dentro de la gavetas.

—¿Cómo crees? todo lo he leído en las revistas que hay en la casa y en Internet... ahh y he visto las revistas que tienes escondidas en tu cuarto de Playgirl y Penthouse...

La verdad me reí con una carcajada sonora, contagiado por las carcajadas de las amigas al saber lo de las revistas, a Carola no le quedó más remedio que reírse, y bromear al respecto diciéndole a Malu que era una chismosa y curiosa, y que ahora tenía que meterle llave a la habitación.

Después de esa situación Malu me enseñó que era más pila de lo que yo ya pensaba, ellas empezaron a hablar de uno y de otro carajo que si tal tiene aguante, que si tal se acostó con fulana, que la fulana tenía tal día una pea y equis carajo se la pasó por el filo, que si un tal lo tiene chiquito, etc. Así mismo escuchaba yo todo lo que ellas decían, entre el bullicio alguien dijo para ver una porno, pensé entonces que las dos únicas películas porno en DVD de la casa estaban en la oficina en la parte alta de uno de los estantescolocada entre los libros, no están escondidas, pero todos saben que allí están, como un rayo apagué el monitor, apagué el intercomunicador, le saqué el seguro a la puerta y me metí en el baño y apagué la luz, justo cuando alguien suponiendo que era Carola, entraba en la oficina y fue directo a donde estaban las películas y se las llevó.

Cuando ella salió, salí yo también del baño, cerré de nuevo la puerta con seguro y encendí el intercomunicador y presioné de nuevo el mute, escuché un cuchicheo de emoción y expectativa, Carola preguntó —¿cuál?— Y entre una y la otra se decidieron por una. Cuando escuché el audio supe cuál era, las había visto las dos un par de veces y sabía cómo empezaban, una era una erótica de Penthouse llamada Les Femme Erotique y la otra era una porno de Private creo que en Hawai o Filipinas. Como comenzó supe que era la de Private, le bajaron el volumen al Tv por que la escuché claramente como comenzó, además estaba aún una música puesta, pero a menos volumen.

La escena empezaba en una playa donde hay un tronco caído de una palmera y habían allí una pareja (anglosajona) tomando champagne a punto de tener relaciones, a un acostado a lo lejos había otrapareja, donde el tipo tenía unos binoculares y estaba mirando a lo lejos de la playa a la otra pareja que estaban empezando a tener sexo encima del tronco caído, le da los binoculares a su pareja y mientras ella está viendo a la pareja tener relaciones, el tipo se la coge por todos lados, sin que ella soltara los binoculares, ni dejar de ver a la otra pareja.

Las amigas de Carola le decían a Malu, no mires o mira pa' que aprendas, sé que la parte de la penetración anal (cosa que nunca faltaban en Private) Malu se quedó ida como si la estuviera viendo en vivo, embelesada en esa parte, porque una de las amigas de Carola le dijo que no se asustara porque solo dolía las primeras veces y que era divino, otra refutó diciendo que ni loca lo haría por allí que era asqueroso, una dijo que lo había hecho y no le había gustado y Carola dijo tranquilamente, respondiéndole a esta última, que seguro no se la habían sabido coger por allí, risas y más risas, el efecto del alcohol estaba haciendo efecto en las féminas.

La verdad fue una tortura oírlas comentar casi toda la escena, casi siempre refiriéndose a Malu sobre las posiciones y los nombres de estas y aquellas de cual era mejor para unas cosas o para otras, cosa en las que no todas estaban de acuerdo, lo único en común entre todas y lo digo por Malu también, es la de estar ellas arriba, estaba emocionado con todo el asunto, pero extrañadamente no estaba excitado, más bien estaba pendiente de algún comentario que pueda usar luego a mi favor.

Contrario a lo que uno normalmente ve de las mujeres en la calle, ninguna hizo algún comentario o puso algún reparo en cuanto a la ingesta de semen, más o menos esperaba que alguien dijera algo al respecto, pero ni Malu preguntó. Digo esto porque generalmente las mujeres en la público siempre las oyes hablando de lo asqueroso que es "eso" y más aún si hay hombres presentes, cuando en la intimidad más de una se toma su ración.

Venía una escena de una oficina de turismo, donde había un turista de color con un miembro respetable y la cual causó conmoción entre la femenina audiencia, allí empezaron a decir una serie de barbaridades, había una golosa en el grupo que quería sentir una así por todos lados, otra dijo que eso era demasiado, Carola dijo que le provocaba probar una así y sé que había una que sabía lo que se sentía y otras solo demostraban asombro y hablaban de miedo, entonces empezaron a hablar algunas de los tamaños que habían conocido y ninguna había tenido algo así, entonces sentí un palpito en el corazón y me preocupé, no sé por qué, bueno si sabía y cada segundo que pasaba mi miedo iba en aumento.

—Yo sé de alguien que la tiene más grande —dijo Malu. la cara de estupefacto de todas las presentes, no debieron ser mayores a la mía, allí la razón de mi miedo.

De vaina me da un infarto en la silla donde estaba sentado, sentí mi corazón acelerarse como si hubiera recibido una alta dosis de adrenalina, como cuando se salta en paracaídas que he sentido a mi corazón latir así.

—¿QUÉ? —Dijeron al unísono todas, la voz de Carola fue la más alta.

—¡Sí! yo he visto una que es más grande —dijo Malu con una calma pasmosa.

—¿Quién?... ¿Cómo es eso de que has visto una? ¿Dónde? —preguntó autoritariamente una molesta y asombrada Carola.

—Nuestro cuñado Pedro Miguel. —yo sentí que me desmayaba, la idea piromaníaca volvió a hacerse presente en mi mente y con mayor fuerza. Saqué el papel arrugado de la vez anterior en la papelera y empecé a buscar un encendedor nuevamente en las gavetas. Las manos me sudaban, me faltaba el aire y tenía la frente helada.

—¿Qué? —Volvieron todas a decir al unísono en tono de asombro.

—¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? —Volvieron a decir casi todas, me las imaginé a todas rodeando a Malu.

—¿Malu de qué hablas? ¿cómo es que sabes que Pedro Miguel la tiene más grande? ¡habla! —dijo Carola en un tono hora muy molesto.

—Bueno pasó hace como un mes, yo me estaba bañando y había dejado la puerta del baño abierta y él entró...

—Y él no escuchó la regadera? —interrumpió Carola algo apurada.

—No, yo me estaba lavando el cabello y tenía la regadera apagada, fue entonces cuando él entró medio dormido, cerró la puerta y con una erección en el short, se la sacó por un momento y la vi, él dijo hablándole a su pene algo así como que si nunca dejaba de estar parado, yo me quedé quieta viendo todo, tú sabes que de afuera no se ve hacia adentro.

—Aja sigue. —Noté menos molestia esta vez en la voz de Carola, pero yo seguía estando muy asustado.

—Bueno la metió de nuevo en el short y se cepilló y afeitó e incluso se le bajó, entonces se acercó a alretrete a orinar y la vi más de cerca, cuando orinaba le empezó a crecer de nuevo, realmente era así... —supuse que habría hecho la señal con las manos y la audiencia soltó un suspiro sonoro— ...de grande y dijo algo referente a que Maru se encargaría de él cuando llegara al medio día, entonces se bajó el short y cuando se iba a meter yo estaba a punto de gritar cuando se dio cuenta que se le había olvidado la toalla, entonces se subió el short de nuevo y salió, yo aproveché para salir de la regadera y cerrar la puerta.

Hubo un silencio donde solo se oía la música y yo también estaba esperando algo más como si tampoco conociera la historia, cuando le preguntaron:

—¿Qué pasó luego? —dijo alguien.

—Nada, solo eso. —respondió Malu.

Entonces estallaron todas a hablar a la vez, mostrando sus inquietudes, yo respiré profundamente aliviado dos sustos en una noche y de esa magnitud no era para menos, tenía que hablar con Malu nuevamente, no estaba molesto, pero había que hacerlo. Ella no pude andar contando esas cosas.

Ellas empezaron entonces a alabar a Maru por lo afortunada que era o debía ser, que si no lo es, que si sufre, a esta que dijo esto le dijeron que si era medio pendeja o marica, en fin, yo me sentía aliviado, mucho diría yo, el susto que pasé no me lo esperaba esa noche, así que pensé en dejar eso hasta allí e irme a dormir. Ellas seguían hablando de sexo más calmadamente y contando sus experiencias, pero algo no me dejaba salir de la oficina, mi curiosidad por saber que se va a decir allí fue mayor, así que esperé un rato, además Malu todavía estaba allí y quien sabía que iba a ser lo próximo en decir.

No debía preocuparme ella me había demostrado que sabía cuáles eran los limites, pero uno nunca está satisfecho con nada, ellas hablaban de sexo, simple y llanamente sexo, de sus experiencias nuevamente, y una que otra comparación, el tema se puso medio aburrido, ya que lo que hablaban era de hombres, Carola a todas estas no hizo mención alguna de las visiones el día que armamos la escaladora, aunque no me extrañó y no esperaba que lo hiciera, allí no se podía apreciar el tamaño de lo que vio.

Entonces una de las muchachas empezó a echar un cuento de algo que le había pasado recientemente con un señor mayor, todas se sorprendieron mucho con la edad del fulano viejo y la criticaron, que era de 54 años y ella tiene 21 prácticamente más del doble de su edad, pero ella echó tan bien el cuento y con todos los detalles de lo que había hecho con el viejo, que hasta yo me excité de solo oírlo.

No tenía ganas de hacerme una paja allí, pensé entonces en mi esposita, ella estaba rendida pero a veces cuando estaba así dormida, la estimulaba y ella siempre respondía con entusiasmo. Ya tenía la boca seca de tanto que disfruté y sufrí escuchar esa noche, así que apagué todo y salí con mi gran carpa en el short hacia la cocina a beber agua.

Iba con la mano dentro del short pajeando suavemente mi sexo, cual es mi sorpresa cuando entro y enciendo de inmediato la luz, justo al lado de la puerta frente a mi estaba mi suegra, sentada en una banca alta con las piernas abiertas, la bata recogida a la cintura y la mano dentro del diminuto panty de encajes y masturbándose obviamente, mientras escuchaba la conversación de las muchachas en el intercomunicador de la cocina.

© JPSanyoto