Cuñada
February 9

Mi Inocente Cuñada 22

Orgía

Nos separamos para que se bajara de las escaleras, intente darle un abrazo que no rechazó a la vez que llegaban las muchachas y se unían al mismo. Ella no se rindió tan fácilmente y nos hizo jurarle a los demás que de esto nadie debía saberlo, yo le dije que como se le ocurría pensar eso.

Mariana se la llevó a parte y empezó a hablar con ella por que de pronto se vio toda atormentada, yo me quedé con Vanessa, me senté en el borde de la piscina y me dejé caer en el piso, apoyando mi cabeza sobre mis manos, estaba realmente exhausto. En ese momento vi que el cielo estaba completamente tapado, unas nubes grises se aproximaban, pero no se veían señales de lluvia, ya no hacía tanto calor, aunque el piso aún estaba caliente.

Siento que Vanessa se sitúa entre mis piernas y acariciándome los muslos se fue acercando a mi entrepierna, una mano siguió el recorrido por mi recortado pelvis, hasta tomar por la base mi sexo doblado y gordo aún hinchado y la otra tomándome delicadamente los testículos, con mi tallo en una de sus manos le dio un suave apretón y éste reaccionó llenándose lentamente de sangre, una suave corriente de aire caliente que salía de la boca de Vanessa sobre el glande hizo que mi piel se erizara toda, aumentando la cantidad de sangre en mi sexo.

El calor típico de una boca tapó por completo la cabeza de mi pene, haciéndome estremecer por completo de lo sensible que aún estaba, ella lo notó y fue sutil en todo momento, yo cerré los ojos y me dejé llevar por la suave mamada que Vanessa me estaba dando.

Escuché sonidos en el agua que se acercaban a mí, y sentí como alguien se abría paso entre Vanessa y mis piernas, un par de manos también tomaron mi sexo, se lo quitaron a Vanessa y esta empezó a darme una más profunda y firme mamada, sin duda tenía más experiencia en estas artes.

Abajo mi sexo era chupado por una boca a la vez, pero era lamido por ambas bocas, las manos luchaban por pajear mi sexo, y mis testículos también eran chupados y lamidos cuando una boca se dedicaba sola a el tallo.

Enderezo mi cabeza y decido mirar este espectáculo, tendría sin decir mentira, como 6 años sin disfrutar de algo así, tantos recuerdos y flashes de otros tiempos, así como otros rostros se me vienen a la mente.

Mariana es sin duda la de más experiencia, es la alfa de esta manada de lobas, a medida que chupa se compenetra más y poco a poco se deja arrastrar por la lujuria, se nota posesiva y finalmente aparta a Vanessa que sumisamente le deja espacio y se sitúa detrás de ella, y veo como la abraza desde atrás agarrándole un seno, y la otra mano se pierde de mi vista suponiendo que la lleva al sexo bajo el agua, esto sin duda potencia la lujuria de Mariana que se aferra más a mi sexo y pareciera querer tragarlo todo.

Siento como mi glande gana terreno en la garganta apretada de Mariana y eso me hace estremecer, ella presiona su cabeza cada vez más sobre mi sexo y éste poco a poco entra más y más.

Casi engulle todo mi tallo, no puede meter mas sin que algunas arcadas hagan saltar su cuerpo, me estremezco y de seguir así me hará llegar rápidamente.

Mi vista periférica capta movimientos a la izquierda y es Carola que se levanta de donde estaba sentada en la orilla de la piscina y se dirige a las sillas de tomar sol y agarrando todas las toallas se dirige a donde estamos.

Dobla las toallas y coloca una cada lado de mis brazos y unas detrás de mí, entre la sensación de acabar a la que me está llevando Mariana y admirar el cuerpo definido, bien torneado y desnudo de Carola moverse a mi alrededor siento que mi sexo endurece un poco más.

Carola coloca su mano en mi frente y me hace acostar, la diferencia es del cielo a la tierra cuando siento que estoy sobre la toalla, ella pasa una pierna sobre mí y veo ese cuerpo majestuoso desde abajo con su sexo rosado brillante y semi abierto en primer plano

Se voltea mirando a las muchachas, se arrodilla y prácticamente se sienta en mi cara, con el pensamiento de que en esta área de trabajo me tengo que destacar de lo bello, por sus gustos sexuales, empiezo a comerme ese trozo de sexo hermoso en demasía, de piel muy tostada por el sol contrasta fuertemente con la piel blanca que siempre está cubierta por el bikini, al colocar mis manos sobre sus labios carnosos y abrirlo veo que su sexo es de un rosado intenso, simplemente hermoso que aún resume de mis jugos y sin reparo alguno procedo a devorar su sexo caliente y jugoso.

Con mis manos abriendo y cerrando sus duras nalgas, la visión de su rosado anillo abriendo y cerrándose a milimetros es una clara invitación a visitarlo y saludarlo con besos húmedos que hacen mover circularmente las caderas de su dueña.

Carola se acuesta sobre mí, buscando que Mariana comparta su manjar y rápidamente tienen una lucha para comerse el helado, ambas lo están lamiendo, no es difícil saber cuál es cual, por la posición a Carola le llega más fácil a la garganta, si ella sigue intentando meterlo como hacía Mariana hace momentos, me iban hacer acabar rápido, decido tomar el toro por los cuernos, y aferrándome a las piernas y nalgas de Carola aprisiono su clítoris entre mis labios y le doy una fuerte succión para llenarlo mucho más de sangre y ponerlo más sensible y empiezo a castigarlo con mi lengua.

Carola gime y gruñe en mi sexo y su cuerpo se estremece e intenta alejarse de ni boca, pero la tengo bien sujeta y arrecio mi boca contra su sexo hasta que empieza a sacudir su cuerpo y llenarse de temblores causado por el orgasmo.

Ella poco a poco se incorpora sin dejar de estar sentada sobre mí, obligándome a beberme sus jugos y a comerme a lengua su rosado anillo. Mariana no pierde tiempo, cuando me doy cuenta está sentada sobre mi sexo con rítmicos movimientos de cadera en forma circular.

No puedo ver que pasa arriba, pero seguramente Carola y Mariana se besan o al menos se comen las tetas una a la otra, eso haría yo. Mi mente recrea las imágenes como si fuera un espectador y eso potencia mi excitación, quiero ser yo quien penetre a Mariana e intento embestirla, pero con el peso de ella es poco lo que puedo hacer realmente me siento cansado.

Intento recoger mis piernas, que están colgando en el borde de la piscina, para poder empujar más contra el sexo de Mariana y recibo una ayuda inesperada, unas manos toman mis piernas y las sube ambas sobre el borde de la piscina, Vanessa leyó mis intenciones y procede, una vez colocado en posición empiezo a embestir a Mariana levemente.

Ella se eleva un poco más para dejarme campo y poder embestirla mejor desde abajo, mientras sus gemidos se ahogan en la boca de Carola, yo devoro las partes bajas de Carola en un ir y venir a sus dos grutas.

Mariana orgasmada se apoya sobre Carola y esta termina casi aplastándome la cara, lucho con mis manos para mantener una vía que me permita respirar mientras Mariana se baja definitivamente de mi sexo.

Carola se para con Mariana y se tumban a mi derecha, mientras veo como Vanessa viene por su turno.

Vanessa sin timidez toma mis piernas y me hace que las tome con mis manos detrás de las rodillas y las pegue a mi pecho y ella se sienta sobre mí y sobre mis piernas, ¡Uff! esta posición hace que mi sexo se vea forzado a ir hacia atrás causándome un placentero dolor.

Ella está prácticamente sentada sobre mí y empieza a subir y bajar con sus manos apoyadas en mis pies, siento la columna estremecerse, haciendo que lleve mis manos a la parte baja de la espalda y las meta como apoyo contra la columna, esta posición no es fácil y para mi menos, pero el dolor placentero de mi tallo muy duro doblado hacia abajo con respecto a mi posición, hace que no me importe mucho y me permito disfrutar de la cara de gozo de Vanessa y sus tetas dando saltos.

Mariana de pronto se mete en la piscina y se sitúa detrás de Vanessa, por un momento sentí cierta vergüenza pues mi culo estaba completamente expuesto. Sentí que Mariana tomó mis nalgas en sus manos y un aliento caliente sobre mi ano me hizo estremecer, pero fue nada comparado cuando sentí su lengua recorrer mi sexo desde donde terminaba hasta el entremedio del canal de mis nalgas.

Aquello fue un río de sensaciones que recorrieron mi cuerpo entero poniéndome la piel de gallina, y en menos de lo que canta un gallo mariana me está metiendo la lengua en mi arrugado anillo.

Y cuando pensé que más placer no se podía sentir, un dedo empezó a hacer presión haciéndome estremecer, esta vez de temor con placer, cuando este con firme suavidad empieza a ganar terreno sin prisa, pero sin pausa entra completo.

Su dedo hace que una explosión de sensaciones me estremezcan hasta el tuétano, ella empieza a masajear mi próstata la que siento dura por la excitación y mi sexo se pone más duro.

A Vanessa se le está descomponiendo la cara de placer por mi sexo, que no ha hecho más que crecer dentro de ella gracias al dedo de Mariana, ella gime y uno que otro corto grito sale de su boca que abierta trata de respirar lo más que puede.

Carola esta acostada de lado mirándonos con una sonrisa pícara mientras con una de sus manos se acaricia un pezón, me mira y ve que la observo con morbo y se pone seria, duda un momento, se levanta y se dirige a donde está Mariana.

No sé por qué, pero temí lo peor, al poco rato de estar allí con Mariana donde no la puedo ver siento que Mariana saca su dedo y vuelve a hacer presión pero con dos dedos.

Aquello parecía no querer entrar no puedo apretar mucho el esfínter por mi posición y pensé: que era suficiente, pero no. Una fuerza más firme que la anterior ayudados por el lubricante de Vanessa hace que estos dos dedos entren sin freno, causándome algo de dolor, noto que son más gruesos y deduzco son los de Carola, ya que ella tiene manos y dedos más gruesos por su afición a las pesas.

¡Dios! en un abrir y cerrar de ojos están martillando implacablemente mi culo, mi sexo está a punto de explotar, siento que me voy a venir de una manera brutal y Vanessa también pues empieza a dar brincos más fuertes, mi espalda sufre por la posición, el dolor se hace mayor al igual que el placer que estoy sintiendo.

Un grito gutural sale de mi boca, a la vez que Vanessa gime lastimeramente cuando exploto dentro de ella, mis embestidas finales la hacen chillar fuerte a la vez que Carola en su empeño de romperme el culo no deja de taladrarlo rápidamente con sus dos dedos.

Vanessa se deja caer hacia atrás y se hunde en la piscina, yo casi grito del dolor al volver a estirar las piernas y un alivio doloroso en mi espalda no son suficientes, al fin puedo ver a Mariana y a Carola embelesadas aún con sus dedos en mi culo, ella aún me está masajeando la próstata, ya no me taladra como antes, ahora solo mueve sus dedos dentro de mí, no sé qué buscan ellas con eso, pero antes de volver a pensarlo mi sexo se está poniendo duro nuevamente.

Vanessa sale de la piscina y se sienta en la piscina al lado de nosotros y se nos queda viendo, y Mariana toma sexo y empieza una rápida y apretada paja en mi sexo. No pasaron dos minutos y el placer de los benditos dedos en mi próstata rinden sus frutos, un rápido orgasmo me hace estremecer, pese a la muy poca cantidad de semen el orgasmo fue muy potente.

Al fin sacan los dedos y muertas de risa ella y Mariana se alejan de mí en la piscina.

Yo me quedo pensando en lo que acababa de pasar, sin derecho a quejarme debo admitir que esos dedos en mi ano me hicieron estremecer. Alguna que otra vez alguna chica me han metido un dedo, pero jamás que me lo taladraron como hicieron Mariana y Carola ese día.

Siento un pequeño escozor anal, pero es mi espalda la que me está matando. Me incorporo con mucho dolor y logro sentarme en el borde de la piscina, con un impulso extra me dejo caer al agua y siento un gran alivio en la espalda después de entrar en ella.

Me dejo flotar un rato para dirigirme lentamente cerca de las muchachas que aún están muertas de risa.

—¿Cómo te quedó el culo? —pregunta Mariana entre risas.

—¿Cómo creen? Como si no lo supieran... ¿A qué se debió ese castigo?

—¿Castigo? No chico nada que ver jajajajaja, si te hubiera querido castigar te hago fisting jajajajaja —a la vez que empuñaba la mano y la elevaba como un uppercut.

—¿Ahh debo agradecer que fueron solo dos dedos?

—¿Ahora vas a decir que no te gustó?

—Si les soy sincero, aún lo estoy deduciendo, siento un ligero, pero intenso escozor, aún siento la próstata latir con cada movimiento de mi sexo en el agua —mi pene estaba aún Morcillón y flotando libre cual anguila con cada movimiento del agua.

—Admite que te gustó, eso no te hará gay... Jajajajaja —dice Mariana y ríen ambas.

—Jajajaja si claro, nada que ver, no le temo a eso, sé muy bien los que me gusta...— mirándole las tetas a Carola mordiéndome los labios con toda intensión exagerada.

Carola se pone seria de repente y dice:

—Esto no puede repetirse Pedro Miguel, no está bien, si Maru se entera voy a ser yo la que te mate, eso juralo —lo dice con una seriedad abismal.

—¿Y quién se lo va a decir tú? ¿o tú Mariana? cálmate Carola que no va a pasar nada. —y me acerco un poco más a ella.

—Mejor nos vamos de aquí antes de que nos vuelva a coger, jajajaj —dice Mariana arrastrando a Carola hacia la escalera más cercana, donde estaba Vanessa esperándolas con par de cervezas en la mano.

Me acerco a la misma escalera donde Mariana me ofrece de su cerveza y me la tomo de un solo trago y continuamos hablando por largo rato.

Las chicas pidieron pizza a domicilio y comimos hasta quedar saciados y nos quedamos dormidos así todos desnudos en las sillas de sol, lo bueno es que ya no había sol.

Casi hasta las 6 de la tarde que Mariana despertó y en un solo corre y corre se vistió con Vanessa y se fueron apuradas, ante la pronta llegada de la familia, Dejándonos a Carola y a mi desnudos en la sala cuando las despedimos.

Apenas cerramos la puerta pegué a Carola de la misma y nos empezamos a besar desaforadamente, ella por un momento toma conciencia, me empuja y me despega y me dice con clara rabia en la cara.

—¡No! ¿estás loco? están por llegar.

—Tenemos más de una hora, siempre llegan de 7 a 8 —dije acercándole y entallando su desnuda entrepierna con mi ya duro sexo.

—¡Qué no! ¡Pueden llegar! —insiste, pero deja asomar media sonrisa pícara.

—Mientras más dudes menos tiempo tenemos...

—¡He dicho que no! ¿qué parte no entiendes? —Me grita forzando aparentar molestia.

Ella me empuja y hace que me separe de ella y sale corriendo hacia la sala, la sigo, me huye, se dirige a la escalera, la tomo de un brazo, la giro hacia mí, la abrazo y la beso, se deja besar y responde por diez segundos, me empuja nuevamente y huye de nuevo, la tomo por un pie y cae sentada, me patea el pecho, —¡Qué no!— me dice ya sin gritar, la abro de piernas y me hundo entre ellas y empiezo a darle lengua a su sexo que está muy húmedo, ella se voltea y se pone en cuatro, y por un momento hundo mi cara en él, me lo como con avidez un corto rato, y cuando me preparo a penetrarla, me patea otra vez fuertemente en el pecho y sale disparada cual atleta de los 100 metros planos. Me deja atrás y se detiene en el borde del último escalón a ver como hago mi mayor esfuerzo por estar a la par de su condición física, tiene la cara trasformada en furia, pero no furia de rabia, si no de arrebato, desespero y deseo, su aceleradísima respiración la delata, esta vez se aleja de mi, pero retrocediendo y sin dejar de verme con enigma, estoy por alcanzarla y así me lleva hasta su cuarto, donde se deja caer sentada en la cama y me recibe con la boca abierta, se engulle mi sexo y procede a devorarlo con una rabiosa furia. Estaba completamente poseída.

Rápidamente me hace llegar en su boca, donde me exprime con fuerza la poca leche que de allí salió.

—¡Listo! —me dice mirándome fijamente con expresión dura en su rostro— ¡ya vete!

—No, hasta que tú también llegues —y la hago tumbar en la cama, ella se abre de piernas y rápidamente hundo mi cabeza entre ellas, en contra de su falsa resistencia.

—¡No! !Vete ya!— halándome por los cabellos sin fuerza y empujando con ligera fuerza mi cabeza con sus manos, pero estoy muy bien agarrado de sus muslos y con mi lengua rápidamente empiezo a lamer su entrada. La humedad es rebosante, chupo sus labios mientras ella forcejea, pero no con todas sus fuerzas, sé que ella es más fuerte que eso.

Me da golpes en la cabeza, diciéndome constantemente que no, pero cada vez con menos rabia y los golpes con menos fuerza, un orgasmo explota en su sexo, apretando mi cabeza con sus poderosos muslos, hace un puente mientras me hala los cabellos con fuerza y un lastimero Noooo se escapa de su garganta.

Yo estoy más excitado que nunca y esto aún no se acaba, ella parece adivinar mis intenciones al verme incorporarme de rodillas en la cama y notar mi duro sexo. Con rabia y resignada pero llena de deseo, me dice —¡apúrate!— abriéndose de piernas.

La penetro y comienzo un rápido bombeo, me dejo caer sobre ella y busco su boca, ella me huye colocando su cara de lado sin dejar de mirarme con rabia, busco su boca y cuando la atrapo se desata un beso desesperado, nos comemos prácticamente los labios y lenguas, nos chupamos con fuerza y nos mordemos, con furia por su parte y yo con hambre de ella. Siento sus uñas clavarse en mis nalgas buscando más profundidad en mis penetraciones, y una nueva humedad en su sexo me indica que está acabando espasmódicamente, ella me empuja y me saca de ella, sabe que no he llegado y no me rendiré. Rápidamente se pone en cuatro, dejando caer su rostro en la cama y con sus manos se abre las poderosas nalgas.

Con mi sexo aún lubricado de sus jugos, apunto a su rosado anillo que esta empapado en jugos, coloco mi glande en su entrada y empujo con fuerza gradualmente en aumento.

Ella sabe cómo es esto, así que relajando su esfínter me deja entrar sin dificultad hasta pegarle mis cojones en su sexo. Allí empezó ella a apretar su esfínter de manera intermitente.

Empiezo a meter y sacar lento y poco a poco voy acelerando, siento mi sexo palpitar y ella empieza a apretar con más fuerza su anillo, y siento como si me estuviera ordeñando.

Ella no aguanta más y otro orgasmo la invade dejándose caer en la cama y sacándome de ella, no me rindo y arrimándome a su culo así acostada como está la vuelvo a penetrar analmente, y empiezo un acelerado movimiento de cadera taladrando su culo y haciendo sonar fuertemente sus nalgas con mi pelvis.

Acelerando al máximo empiezo a sentir los espasmos de un gran orgasmo, grito entre dientes y Carola chilla gimiendo al ritmo de mis embestidas, remato con fuerza y ella cae en el orgasmo que está sintiendo por mi violenta penetración y siento que exploto en ese momento...

Un Portazo y un grito despavorido..

—¡PEDRO MIGUEL!

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