Mi Inocente Cuñada 21
El martes y miércoles fue la locura, Malu se terminó de desatar, quiere sexo a cada rato a toda hora y lo quiere todo, o sea los tres platos cada vez, oral, vaginal y anal, y pareciera no importarle que las sirvientas de la casa nos descubran.
Si voy al taller, casi que va detrás de mí por la misma entrada. Apenas sale Maru de la habitación a trabajar sube corriendo y me brinca encima en la cama sin percatarse siquiera si ya Maru realmente terminó de salir de la casa.
Pero la cosa no queda allí, la suegra también está ansiosa al parecer está al tanto de los movimientos de Malu y ahora parece que tienen una competencia, pues la suegra fue la primera en preguntarme que tal lo ha hecho, que si ella me está complaciendo bien, claro sonando discreta sin ir más allá, yo sé por dónde vienen los tiros y la dejo tranquila, cuando debería ser al contrario pues si de algo me preocupo es siempre de dejarlas satisfechas, y luego Malu sin pelos en la lengua y sin rodeos obviamente, me pregunta como lo hace su mamá qué cuál de las dos lo hace mejor...
Vaya pregunta y como siempre me la pone difícil para responderle, aún sabiendo bien la respuesta, y no es fácil compararlas. La suegra es veterana de mil batallas. Sabe cómo moverse, sobre todo cuando está arriba, parece un pistón bien ajustado, chupa como la mejor, sabe donde tocar, donde presionar, ella con una mamada en menos de 2 minutos puede hacerme acabar, y porque le fascina que le haga el cunnilingus, y lo quiere ya. Con ella todo es por partes iguales y además sé que lo hace porque quiere que el coito sea largo, después de una primera descarga la segunda puede tardar todo lo que ella quiera, cuando ella quiere que yo acabe en el acto solo tienen que poner en marcha sus buenos músculos vaginales, sus kegels que están bien entrenados y tonificados y listo me fui. La excitación con ella es puramente física, producto del contacto directo y de saber hasta dónde es capaz de llevarme. Ella con su experiencia lleva las riendas y los tiempos.
En cambio el grado de excitación que me causa Malu es mayor al de la suegra por la compleja y sencilla razón que envuelve a Malu como objeto sexual, a ver si me explico. Es muy joven, es muy hermosa, tiene unas nalgas impresionantemente redondas sin ser grandes ni exageradas, o sea es proporcional a su cuerpito, pero son las nalgas perfectas, es mi cuñadita, la hermanita menor de mi esposa, la niña mimada de la familia, el fruto más prohibido de esa casa, menor de edad; es tabú, su aparente inocencia que me hace sentir que la estoy pervirtiendo, cuando ella es la osada, su valentía y tenacidad, hacen de ella un mega combo, es un cóctel de éxtasis para mi cerebro. La excitación que produce en mi es puramente mental y esa es más adictiva, ya que nuestro mayor órgano sexual es el cerebro.
En el acto sexual es todo lo contrario, está aprendiendo, sus movimientos pueden estar coordinados o no depende de cómo esté ella colocada y le cuesta mantener el ritmo, y no tiene aún mucha resistencia, aunque está mejorando siempre, pero no tienen el tino de la suegra, aún no sabe usar sus músculos vaginales a voluntad, aún son involuntarios y cuando me hace el felatio solo chupa fuerte y mueve rápido las manos. Ustedes se preguntarán por que no la enseño, y eso fácil de explicar; hasta cierto punto ella debe crear su propia marca o estilo de hacerlo, es lo que cada persona debe tener, su estilo propio, esto es inversamente comparable al hecho de cuando alguien enseña a otra persona cómo quiere ser amada, al final se convierte en un arma de doble filo para el que enseña, porque se vuelve dependiente de la persona a la que le enseñó como le gusta que se lo hagan. Solo se debe enseñar cuando hay fallas, ya sea en el desempeño o en el método.
Ella aún tiene toda la vida y tiempo por delante para aprender.
Aún no sé cómo explicarle esto a Malu, sin hacer que se sienta menos por no poder igualar a la madre y conociéndola como la estoy conociendo ahora, sé que no le sentaría bien, bueno eso creo, y esto me lleva a pensar que me estoy preocupando más de la cuenta por Malu, no quiero pensar en esa bendita palabra aún, todo parecía indicar que sí, pero tiene que ser no...
El jueves Carola recibe la noticia de que la universidad a la que asiste retrasa una semana el inicio de clases, por lo que se queda otra semana más, eso me da un respiro pues se me había olvidado que ese fin de semana próximo sería el último, ahora es el penúltimo, así que si quiero lograr algo debo ponerme las pilas.
Como el sábado pasado hubo parrillada en la casa es posible que este fin sea de playa, Carola no es de ir a la playa en familia va a menos que sea a pasear en el yate de lo contrario casi nunca va a la playa con la familia.
Así que tengo que ver cómo me las arreglo para coincidir con ella, en casa, y tiene que ser este fin de semana, el próximo habrá parrillada nuevamente y estará la casa llena de gente.
El viernes ya se escuchaban los planes de ir a Punta Arenas o al Tunal, al otro lado de la isla, en Punta Arenas por que el suegro tiene un amigo con un restaurante a la orilla de la playa y el Tunal porque el suegro tiene un Rancho de playa. En uno no tiene que hacer nada, solo disfrutar, comer y pagar, y en el otro tienen que comprar y preparar comida allá. Ya sea un asado, un Sancocho de pescado y sé que el suegro muere por este último.
Como no se ponían de acuerdo yo me sumé al suegro y abogué por el sancocho, ir al Tunal implicaba salir mucho más temprano y llegar más tarde ya en la noche, siempre.
El sábado fue un día relajado se supone que el domingo hay que madrugar y todo el mundo debe dormir temprano, ese día no tenía ganas de Malu ni de la suegra aunque en menos instancia, estaba saturado de Malu ya que fueron cuatro días intensos, así que me dediqué a mi esposita, retozamos el día en nuestra habitación, cenamos afuera y nuestra noche fue muy romántica.
A media madrugada me levanto con fuertes dolores de estómago y bajo al baño corriendo, me fui en líquido. Algo me cayó mal en la cena y me aflojó el estómago. Me paré como 4 o 5 veces más hasta casi amanecer que se calmó todo, pero continué con cierto malestar.
En la mañana durante los preparativos, mi esposa estaba preocupada por mi aspecto demacrado, por la falta de sueño y decidió no ir al paseo, pero la convencí diciéndole que, en lo que se me pasara el malestar, me llegaba allá en el auto. Total era una hora cuando mucho de camino. Creo que ni planificado hubiera quedado tan bien.
Después que se fueron, no me quería imaginar la cara de sorpresa de Malu al saber que yo no iba, esta vez no puede suponer nada, pues ella no sabe nada de mis intenciones con Carola, porque allí sí creó que pondría el grito en el cielo y desataría el pequeño monstruo que creo aún no ha despertado. Coloco la alarma a las 10 y sigo durmiendo.
Despierto sobresaltado por la alarma, me levanto y echo un vistazo a la piscina, aún no hay nadie, bajo a la cocina y me preparo un sándwich de jamón y queso, un vaso de jugo de naranja y subo. Después de comer aún tengo sueño así que programo la alarma para las 11.45 am y vuelvo a caer rendido nuevamente.
Nuevamente despierto por la alarma y al asomarme a la ventana ¡Jackpot! . Están acostadas en la silla de extensión tomando sol Carola, Mariana y Vanessa, y todas en topless, tienen a sus lados cervezas y están muy quietas, seguro aún tienen la resaca de la noche anterior.
Decido esperar un rato a que entren en calor, pero luego de un rato noto que no se mueven seguramente están dormidas, así que me preparo rápidamente y bajo con el short NB más pequeño que tengo y que parece un bóxer corto y ajustado, entré al área de piscina descalzo y sin hacer ruido, y sí estaban dormidas, e incluso una estaba roncando un poco, —así habrá sido la noche— pensé.
Con sumo cuidado me metí en la piscina para mojarme y salí con el mismo sigilo, me eché en una silla un poco apartada de ellas, pero casi de frente.
Déjenme pintarles el panorama, Mariana tienes tetas más o menos grandes con una aureola y pezón pequeños, marroncito oscuros, demasiados oscuros para alguien tan blanca y joven, por las estrías pensé que le habían crecido muy rápido, las tuvo más grandes por un embarazo, tenía una tanga azul rey bastante atrevida, Vanesa por haber sido gordita tiempo atrás y por haber rebajado mucho tenía los senos un poco caídos, una aureola y un pezón marrones muy claritos y medianos muchas pecas en el pecho hombro espalda y algunas en la cara y varias estrías también. Tenía una tanga amarilla con una costura por el medio que hacía que se le marcaran notablemente sus labios gruesos y completamente depilada, y Carola tenía una tanga blanca igual que la amarilla de Vanesa, todas eran hilo dental y una extraña figura hacia sombra en la prenda clara, tenía algún diseño circular en el corte de los pelitos, Carola tenía un par de senos medianos con una aureola mediana relajada y muy rosada y que se perdía con la blanca piel y un pezón casi invisible, una que otra peca se asomaba por allí era la única a la cual se le marcaban los chocolatitos del abdomen, mucho menos que cuando viene del gym, todas estaban boca arriba con lentes oscuros y durmiendo.
Cómo casi a la una el sol era inclemente y las muchachas estaba sudando pero seguían dormidas, agradecía cada nube que pasaba, e iba en vías de agarrar una insolación si seguían así, yo ya ni aguantaba tanto sol, toda la piel me ardía, pero tenía que quedarme allí, cosa que cuando ella se despertaran me vieran allí y supieran que tengo mucho rato viéndolas.
Ese rato produjo sus frutos, Vanessa se despertó y giró sobre su eje y no notó mi presencia y siguió durmiendo luego de darse vuelta en la tumbona, al rato lo hizo Carola y esta sí notó mi presencia y pegó un grito de susto que despertó a las demás, sentándose en la silla y tapándose los senos con una mano, empezó a gritarme hasta que se dio cuenta de que era yo y peor aún, empezó a insultarme.
Mariana con una sonrisa cómplice, me preguntó que desde cuando yo estaba allí y le dije desde hacía un buen rato y moví un poco la tira del short mostrando ya una diferencia notable en el color de la piel, poco más de una hora le dije, Mariana no se tapaba para nada sus senos y Vanesa estaba boca abajo apoyada en sus codos viéndome, me paré y tomé una cerveza de la cava y le llevé tres cervezas bien frías a las muchachas, Carola me insultó de nuevo y me llamó morboso, quesúo, atrevido y demás soeces, sin embargo recibió la cerveza y procuró ponerse la parte de arriba de su traje de baño, Mariana le dijo que si era medio pendeja o qué, que si no había caído en cuenta de que yo tenía más de una hora viéndole las tetas y de seguro hasta me las debía saber de memoria, le dije que era cierto que ya me las sabía de memoria y con los ojos cerrados las reconocería, solo Mariana y yo nos reímos. Carola se puso la parte de arriba y dijo que, no me iba a dar el gusto de todos modos.
Algunas veces noté a Mariana viéndome entre las piernas, pero como estaba sentado no se notaba nada, empezamos a hablar de la manera más tranquila como si fuéramos viejos amigos y con mucha confianza, hasta que me empezó a contar la salida de la noche anterior, cosa que hizo que mis venas se contrajeran lentamente y como consecuencia mi sexo empezara a latir haciéndose más grande, Carola le dijo que si ahora le daba por ser bocona y andar contándome a cada rato lo que hacían, que yo ya sabía suficiente.
Le hice señas a Mariana de que me siguiera a la piscina y nos metimos a hablar y a seguir bebiendo dentro del agua con el inclemente sol, allí hablábamos con más confianza y le dije que iba a ser sincero con ella,
—Déjame decirte algo y voy a ser sincero.
—Aja. Soy toda oídos —me dijo ella sonriendo un poco.
—Ustedes me traen por la calle del medio, ustedes me excitan burda y me gustaría estar con ustedes —decir eso me produjo un morbo increíble. Ella me miró fijamente un poco seria.
—¿Y así de buenas a primeras nosotros vamos a aceptar?
—No sé, pero quiero mostrarte algo, que sé te va a poner a pensar a mi favor y además quiero a Carola también.
—¿A qué te refieres? sé que quieres decir, ¿pero por qué me lo dices a mí?, ¿por qué no se lo dices a ella?
—Porque ella no se quiere dar cuenta de que me desea...
—Sí se da cuenta, como te había dicho, ella nos contó del episodio de estos días entre ustedes, pero tú siempre le has caído mal y tú no ayudas, y más importante aún, tú estás casado con su hermana. Ella no podría hacerle eso a ella.
—Pero lo ha pensado, por lo que veo...
—¡Claro! ¿Tú eres tonto o te haces?
—Ok, pero no me voy a rendir hasta lograr estar con ella... no pensé que hablara de esto así con alguien y menos contigo, siento que puedo confiar en ti...
—Para ser tan viejo, eres más ingenuo de lo que pensé, nosotras no nos escandalizamos con pequeñeces como esas, además no tengo nada que ocultar, en mi casa saben que soy lesbiana aunque de vez en cuando le meta al Bi, tengo el total apoyo de mis padres siempre y cuando no ande dando espectáculos y Vanesa también e incluso Ailyn, pero Carola es la única en donde en su casa no lo saben salvo María Eugenia, pero por eso no tenemos problemas para hablar abiertamente del tema o de cualquier tema relativo.
—Supongo que por eso irradias algo de confianza...
—¿Que es lo que me quieres mostrar?
—Me acabas de decir que me ibas a mostrar algo que me iba a hacer querer cogerte.
—Pero es lo que quisiste decir.
—Bueno si, pero no con esas palabras...
—Pues conmigo se habla claro y raspado...
Le tomé la mano, ella sonrió pícaramente, ya sabía a donde la dirigía, la puse sobre mi paquete algo morcillón como siempre, y ella lo agarró con confianza y empezó a apretarlo por todo lo largo del short. Una sonrisa pícara se asomó en su boca y se mordió los labios de abajo con los dientes, me dijo que se sentía muy grande, se quiso acercar y le dije que no que Carola aún no aceptaría eso, le dije para que se metieran las tres para hablar, beber y agarrar confianza y jugar un poco y bueno intentarlo.
Al rato estaban las tres en la piscina, Carola aún con su mala cara, pero seguimos bebiendo, ellas venían de una borrachera en la noche anterior y de un insignificante desayuno, así que después de varias cervezas estaban casi ebrias de nuevo, había más confianza y soltura.
Mariana me abrazaba a mí y de vez en cuando a Vanessa a quien creo realmente yo no le importaba mucho, pensé en algún momento, era un poco más callada y observadora, pero no demostraba más nada, en cambio Carola había cambiado un poco, estaba más desinhibida y más abierta al dialogo, empezamos a jugar a echarnos agua y Mariana propuso jugar a las peleas, aceptaron todos de muy buen ánimo, a mí me tocó subirme a Mariana a los hombros por ser la más grande y pesada y yo por ser el hombre capaz de soportarla, y Carola le tocó subirse en los hombros a Vanessa por razones obvias. Mariana y Vanessa estaban desnudas de la cintura para arriba y Carola era la única que aún tenía puesto su top.
Empezamos las peleas, las muchachas arriba se empujaban mutuamente y abajo Carola y yo aguantando los embistes y las pérdidas de equilibrio de nuestros jinetes, y a los pocos segundos cayeron Vanessa y Carola, rápidamente volvieron a la carga y Carola un poco más molesta empezó a empujarme, pero nosotros éramos más pesados y al rato ellas cayeron de nuevo.
Carola estaba más molesta aún, ya que nosotros nos burlábamos de ellas, a todas estas yo me estaba cansando no me había bajado a Mariana de encima desde que empezamos y ya sentía mi columna quejarse.
Habían unas nubes y el sol ya no pegaba desde hace rato, pero aún había suficiente luz como para no darnos cuenta, así que continuamos en lo nuestro. Volvimos al ataque y esta vez Carola y yo nos empujábamos con más fuerza, a veces sentía las uñas de ella en mis hombros, brazos o pecho, yo no podía empujarla de la misma manera, solo tomaba las rodillas de Vanessa y por allí las empujaba, nuevamente ellas cayeron y nosotros celebramos.
Vanessa estaba un poco molesta también, llevaban tres derrotas y Carola le dijo para intentarlo de nuevo, yo me quejé porque estaba cansado, y ella me llamaron gallina para retarme, así que lo intentamos de nuevo, esta vez decidí empujarla a ella directamente, a veces le ponía la mano en la frente y la empujaba con fuerza, eso le sacaba la piedra y volvía con más furia y empujaba con más fuerza, en una arremetió con mucha fuerza y caímos los cuatro juntos y le arranqué sin querer la parte de arriba, del traje de baño.
Cuando salimos esperaba por lo menos una cachetada, cuando ellas salieron por su lado Mariana a mi lado le iba a decir algo con respecto a sus senos, yo la distraje y le di a tocar en la mano la parte de arriba, ella me sonrió y me guiñó el ojo, —ella no se ha dado cuenta vamos a ver cuánto tarda en hacerlo— me dijo.
Carola estaba muy molesta por la caída, pues no la habían ganado al caer ellas nuevamente, y no se había dado cuenta que tenía los senos al descubierto, en uno de sus senos tenía tres dedos apenas marcados por mí al momento de halarle la prenda, pero ella quería seguir jugando, ahora me quería tumbar y estaba más segura, yo me estaba relajando un poco sin Mariana arriba, Vanessa la miró sin la parte de arriba y nos miró rápidamente a mí y a Mariana con gesto de querer burlarse y Mariana le hizo señas de que no dijera nada, y así lo hizo, se subió de nuevo a ella, y Mariana hizo lo mismo sobre mi, metí la prenda dentro de mi short y empezamos a empujarnos, esta vez Carola venía más decidida que nunca, pero noté que la molestia era por el juego, durante el juego ella se dedicó a empujarme fuertemente y a veces nos reímos mutuamente, por la posición era muy poco lo que podíamos ver arriba de nosotros, notamos que arriba había menos tensión que abajo y no había manera de separarnos, y caímos en cuenta que los que peleábamos o empujábamos éramos solo nosotros, y difícilmente volteamos a ver y cual era nuestra sorpresa que las jinetes lo que tenía arriba era un festín de besos y de manos en los senos de sus contrincantes, Carola me vio y se iba a reír y a bajar a Vanesa cuando saqué la prenda y se la mostré, ella se dio cuenta y trató de quitármela pero la arrojé bien lejos en la parte honda de la piscina.
Yo me reí, grosso error del que aún hoy me enorgullezco, ella me lanzó dos golpes que dieron en la pierna de Mariana y en mi frente, éstas viendo lo que pasaba abajo no dijeron nada, solo que se agarraron con fuerza por que lo que venía era candela pura.
La tomé por sus brazos fuertes y empezamos a empujarnos con fuerza, ella también me tenía por los gruesos brazos, pero a veces me soltaba por que no podía aferrarse bien, en una me manoteó las manos en forma circular y logró que la soltara y me clavó las uñas en el pecho y yo hice lo mismo, le agarré las tetas con las manos completamente abiertas y se las sobé con firmeza, ella me empujó con fuerza y con un pie enganchó uno de mis tobillos desde atrás y empecé a caer con Mariana, le solté los senos y me agarré de las piernas de Vanessa y así caímos los 4 a la vez, ella seguía empujándome, tenía mucha fuerza, Mariana y Vanessa se separaron de nosotros y quedamos los dos solos luchando bajo el agua.
Ella con un movimiento rápido se me puso en la espalda y con las piernas me dio una apretón de cintura, logré poner los pies en el piso y me elevé a tomar aire, apenas salí tome aire y ella me dio un jalón en el cuello que hizo caer hacia atrás, aproveché el impulso y la hice llegar al fondo de espalda donde me tuvo que soltar, y cuando salió disparada la tomé por los pies y la hundí de nuevo colocándola frente a mí de espaldas y pasé mis manos por el frente y un abrazo de oso le agarré las tetas y luchaba por mantenerla bajo el agua, ella luchaba con mucha fuerza, nunca pensé que tuviera tanta, fácilmente hacía que la soltara y subíamos a tomar aire, me tomaba por la cabeza y me hundía, más veces a mí que yo a ella, pero continuamos luchando, a veces teníamos que rendirnos por momentos para salir a tomar aire, pero apenas alguno salía el otro lo hundía nuevamente.
Ya estaba muy cansado y creo que ella también, creo que menos que yo, pero noté que ya no me clavaba las uñas como al principio, solo se disponía a hundirme y apretarme incluso, creo llegué a notar un apretón en mis partes indebidas, empecé a agarrarle las nalgas y sobarle más las tetas libremente y cuando quise meterle mano por el coño, recibí una patada en el pecho que casi me saca todo el aire, decidí jugármela en ese momento y me hice el desmayado bajo el agua, ella reaccionó de inmediato viéndome caer lentamente en el fondo, con los brazos abiertos y los ojos apenas cerrados y sin moverme, ella se acercó a mi muy rápidamente y cuando la tenía en frente la abracé y con fuerza me tomé delas manos en su espalda, dejando sus dos brazos aprisionados entre su cuerpo, mi cuerpo y el abrazo, y la besé con arrebato, ella de inmediato respondió el beso, sentí su lengua invadir mi boca como desesperada y sus piernas se aferraron a mi cintura, solté un poco mis brazos y ella me abrazó.
Hace rato no tenía aire y pensé que me desmayaba bajo el agua, pero no quería soltar esa boca, así que me impulsé hacia arriba con ella pegada a mi como una rémora, al salir tomamos aire por la nariz con mucha fuerza sin dejar de besarnos, sus manos se aferraban con fuerza a mis hombros y cuello y sus piernas a mi cintura, ella refregaba su sexo a mí ya duro tallo, así que bajé mis manos y le empecé a bajar la prenda, con miedo a recibir otra patada lo hice, ella soltó sus piernas por un momento y me permitió bajarla a la rodilla, luego ella con sus piernas se la terminó de bajar, ella hizo lo mismo con mi short, y con sus piernas lo terminó de bajar y así quedaron dos prendas volando en las profundidades dejándose arrastrar por las leves corrientes que nosotros producíamos.
Ella se enganchó en mi cintura de nuevo y tomando mi sexo con una mano lo apuntó a su sexo y lentamente se la fue encajando casi toda, gimiendo de dolor en mi boca y aferrando sus uñas en mis carnes, tomé sus duras y musculosas nalgas y empecé a bombearla moderadamente y aumentando la intensidad del bombeo, hasta tomar una velocidad vertiginosa dentro del agua, ella ayudaba de muy excelente manera con sus piernas y no habíamos dejado de besarnos.
Me fui acercando a una de las escaleras en la parte baja de la piscina, la senté en el primer escalón y me aferré a los tubos apoya manos, y empecé un violento movimiento que hacía saltar el agua entre los dos y sin dejar de besarnos aún, ella me tenía la espalda asada por las uñas, me las clavaba y me aruñaba, el dolor era mucho menor al placer de saberla mía, de sentir en mi sexo las paredes de su sexo, y en la punta de mi sexo el cuello de su cervix, en mi pelvis su pubis y en mi boca... sus gemidos y mordidas que me propinaba en los labios, no sé cuántas veces se vino si es que lo hizo, desde que la empecé a bombear su comportamiento fue el mismo, gemía y se movía con persistentes espasmos y mis piernas ya estaban empezando a flaquear por los correntazos que cada vez eran más fuertes y producidos en mi hongo.
Empecé a acelerar y echar el resto, el dolor en mi sexo y la sensación de que iba a explorar sintiéndolo más apretado aún, sumado a las repetidas y fuertes contracciones vaginales que empezaron a hacerse presente en el sexo de Carola, haciendo que yo empezara a gemir con fuerza... que gemir ni que nada, a gruñir fuertemente sin soltar su boca y ella también gimiendo, mientras que una oleada fuertes chorros llenaron su sexo inundándolo a la vez que a ella una oleada de espasmos hicieron estragos en su cuerpo, provocando en los dos una alteración del ritmo penetratorio y como dos locos epilépticos corriéndonos casi al mismo tiempo.
Cuando nuestros gemidos nos indicaron mutuamente que ya había pasado el huracán, los movimientos se fueron haciendo más lentos y nuestros besos más dulces y apasionados hasta detenernos completamente, su sexo latía con fuertes contracciones, reflejos débiles posteriores al orgasmo, mi tallo fue reduciendo su tamaño y poco a poco dejando salir los flujos que internamente estaban acumulados.
Fue cuando escuchamos los aplausos y silbidos de Vanessa y Mariana celebrando nuestra unión, yo me despegué y sonreí un poco apenado con algo de modestia y orgullo, Carola estaba muy quieta, mirándome, más bien seria, mi sonrisa desapareció, porque me di cuenta de que ella se había dado cuenta de que habíamos cometido "EL" error.
Cuando nuestros gemidos nos indicaron mutuamente que ya había pasado el huracán, los movimientos se fueron haciendo más lentos y nuestros besos más dulces y apasionados hasta detenernos completamente, su sexo latía con fuertes contracciones, reflejos débiles posteriores al orgasmo, mi tallo fue reduciendo su tamaño y poco a poco dejando salir los flujos que internamente estaban acumulados.
Fue cuando escuchamos los aplausos y silbidos de Vanessa y Mariana celebrando nuestra unión, yo me despegué y sonreí un poco apenado con algo de modestia y orgullo, Carola estaba muy quieta, mirándome, más bien seria, mi sonrisa desapareció, porque me di cuenta de que ella se había dado cuenta de que habíamos cometido "EL" error.