Cuñada
February 9

Mi Inocente Cuñada 14

Carola

Ese mismo día empecé, era sábado y había como la mayoría de las veces, la parrillada de los sábados, aunque ese sábado tocaba en casa, por lo general un fin de semana se sale a la playa o de paseo y otro se hace algo en casa, el fin de semana pasado fue la salida a Los Roques, Y ellas las amigas de Carola estaban presentes, mi esposa y Malu también, mi suegro, un amigo de él bastante mayor, la suegra y una amiga llamada Susana, el pequeño Mario y yo.

Esa tarde y noche me porté muy servicial con todo el mundo, no quería que Carola se diera cuenta que era solo con ella y sus amigas, así que me la pasé toda la noche caminando de un lado a otro sirviendo por lo menos los tragos a todos.

En la piscina estaba Malu y Mario y me pedían repetidas veces que me metiera con ellos, yo muy diplomáticamente me negaba, alegando el servicio que estaba prestando, Malu de vez en cuando me lanzaba miradas de suplicio, pero me hacía el desentendido y continuaba en lo mío.

Mi esposa estaba con Carola y sus amigas y yo a veces me quedaba con ella. Las amigas de Carola eran realmente bien simpáticas y Mariana era toda una loba, es la que lleva la voz cantante, se ve que es alguien experimentada en la vida, además debía tener como 24 y los aparentaba, Ailyn y Vanesa se notaban más tímidas o reservadas, pero también eran dadas al hablar y reír, esa noche en grupo hablamos bastante. Lejos de lo que normalmente ocurría Carola y yo nos llevamos bien lo que iba de día.

Ya entrada la madrugada en un momento que me senté con ellas entre otras veces, le pregunté a Carola que por qué no tenía novio, las demás me lanzaron miradas penetrantes e interrogativas, excepto Maru que fue muy evidente al hacerse la distraída, de una vez les pregunte a ellas:

—¿Y ustedes tampoco tienen novios? Siempre las veo juntas —pregunté esperando que se volvieran un culo tratando de responder o dar alguna tonta excusa...

—Los hombres son muy exigentes y piden más de lo que merecen, así que solo los usamos como objeto sexual cuando tenemos ganas de echar un polvito —dijo Mariana muy directa y calmadamente.

Mi esposa se rio exageradamente haciéndolo ver como un chiste muy gracioso, pero era una risa nerviosa y yo me di cuenta. Y todos nos reímos de la risa de mi esposa.

Sin duda yo había hecho una conexión con Mariana, ella entendió la intención de la pregunta y no me dio la respuesta que indirectamente buscaba, pero si me dio una respuesta verdadera y que me hacía poseedor de una oportunidad que muy pocas veces dan, y con mi esposa allí presente ya un poco calmados de la risa les pregunté de nuevo,

—¿Y mientras no tienen algún chico disponible que hacen? —mi esposa me da un golpe en la rodilla como diciéndome intrépido y me lanza una mirada de ojos muy abiertos.

Había un pequeño dejo de confianza entre Mariana y yo, ella me miraba de una manera interrogativa, dándome prerrogativa y animándome a seguir preguntando.

—Nada, usamos unos juguetitos que tenemos bajo la cama y nos juntamos las muchachas y yo a hacer cositas… —hablando de manera casual.

Eso último no me lo esperaba o mejor dicho sí, pero igual me sorprendió de momento y en ese instante yo pele los ojos he hice una muesca de susto sorpresa y miré a Maru, porque sospechaba que mi esposa era homofóbica, y esa noche quedó de manifiesto su repulsión, la cara de Carola era un poema al miedo, pero de nada sirvió que lo hiciera, Mariana continuó...

...juntas, como darnos cariñito y...

—¡¡Hay No!! Ya van a empezar con sus marisqueras… —saltó Maru repentinamente alterada.

¡Ya va! —pensé de momento— ¿mi esposa las había escuchado antes hablar así? O sea que ella debe saber algo? O lo sospecha, o realmente lo sabe.

—...por favor me lo avisan, no quiero escuchar sus cochinadas —remató Maru con cara de pocos amigos.

Listo, ella lo sabe —pensé.

—¡Hay ya! déjate de delicadeza tú, no seas tan mojigata. Él está preguntando y yo le estoy respondiendo, sabes que no me cuesta nada. —Le dijo Mariana con toda la frialdad del mundo.

—A ver cuéntame eso de darse cariñito —le dije.

—Bueno nos reunimos todas en ca...

—No quiero escuchar, ¡me voy! —Se paró con mala cara, me reviró los ojos, y le lanzó una mirada retadora a Carola mientras se alejaba de donde estábamos, Carola se paró me reviró los ojos a mí también y a Mariana le lanzó una mirada de "te pasaste" y se fue detrás de Maru.

—Vaya que si sabes cómo hacer correr a la audiencia no deseada ¿A que se debe el interés por saber de nosotras? Nunca antes te habías preocupado por reunirte con nosotras y de repente hoy nos preguntas eso y es más, toda la parafernalia de servidumbre que montaste hoy, hubiera pasado desapercibida si no nos hubieras preguntado lo que preguntaste.

—jejeje. —reí un poquito nervioso y con una gotita de sudor bajando por mi sien al verme descubierto, pero yo empecé así que debía continuar nadando en esas aguas— bueno si es cierto, hay un interés...

—¿Y cual será ese interés?

—Bueno, quería comprobar que hay de cierto lo que se dice por allí de ustedes incluida Carola... de que son les o bi.

—¿Tú qué crees?

—Yo quiero creer que son bi.

—¿Por qué?

—¿Porque crees?

—¡Verga! Cuidado y te preña un peluche, nos descuidamos y el pendejito este nos coge, jajaja. —Le dice riendo y mirando a Vanesa y Ailyn. Estas también se rieron contagiadas por Mariana.

—¿Entonces? —Pregunté, después de haberme reído con ellas— ¿Son o no son bi?

—¿Estás muy interesado en saber no? ¿Qué pasaría si te digo que solo somos lesbianas?

—Nada, solo que sería una lástima que bellezas como ustedes no puedan ser disfrutadas por algunos hombres afortunados, pero sé que no lo son y eso es una invitación a tomar alguna oportunidad que se presente.

Mariana me miró fijamente, como tratando de indagar a fondo, como cuando se mira por unos binoculares horas y horas una selva buscando un vestigio de vida oculta, tratando de descifrar el porqué de mi seguridad, el silencio duró unos segundos...

—¿De qué estás seguro? Hablas como si estuvieras seguro de que entre tú y nosotras o alguna de nosotras puede pasar algo...

—No es que esté seguro, en esta vida nada es seguro, lo que sí es seguro es que como hombre uno tiene fantasías, fantasías entre las cuales está el hacerlo con dos o más mujeres y como te habrás dado cuenta, con mi esposa no cuento, y para serte mas sincero aún, ustedes son la oportunidad más cercana que puedo tener. —dije mintiendo.

—Eso es entendible cualquiera que nos rodea piensa siempre lo mismo, pero como te dije piensan, se les nota en la mirada, sobre todo cuando un grupo de hombres hablan entre sí y nosotras estamos cerca, pero tú eres distinto, y no solo porque nos lo estas contando descaradamente, cosa te juro nadie ha hecho antes, si no que hay algo en ti que te hace pensar que nosotras también queremos estar contigo.

—Vamos a ser sinceros, ustedes me excitan y desde que escuché los rumores los cuales doy por sentado, más aún para intentarlo no?

—Si, pero no me has respondido ¿Qué te hace pensar que vamos a aceptar? ¿Que queremos estar contigo?

—No vale yo no he dicho nada de eso, yo solo estoy hablándoles de lo que me gustaría. Si ustedes no quieren me lo dicen desde ya y listo aquí no ha pasado nada.

No se por qué respondí de esta manera en ese momento, era una altanería. Ella me miró fijamente y noté que estaba haciendo un esfuerzo por mirar a Vanesa o Ailyn ya que estas la miraban esperando una respuesta de su parte, noté cierta ansiedad por parte de ellas. En eso llegó Carola.

—¿Y tú? ¿A qué se debe que andes preguntando si tengo novio o no? —Me preguntó Carola un tanto molesta.

—Ya, déjalo tranquilo Carola ya él lo sabe todo. Dijo muy calmadamente Mariana sin quitarme la vista de encima y yo sin dejar de verla, teníamos una lucha de miradas ahora.

—¿Qué sabe qué? él no sabe nada...

—Lo sabe todo, yo se lo acabo de decir... mejor dicho confirmar, ya alguien le había dicho.

Un silencio reinó por un momento, luego de mirarnos por unos segundos más, le dije a Mariana que hablaríamos luego dándole a entender que Carola no se debía enterar, me paré y me fui de allí con una pequeña sonrisa, me dirigí a donde estaba mi esposa y estaba un poco molesta, pero no lo suficiente y nada que una caricia en un lugar preciso para solucionarlo.

Esa noche mientras estaba en la cama con mi esposa hablamos un poco del tema, y le pregunté si ella sabía algo de Carola y sus amigas. Ella intentó negarlo y después que no sabía nada, le dije que Mariana ya me lo había dicho, entonces fue que ella me confesó que si era cierto, Carola era lesbiana o bisexual, un día la descubrió en la casa cuando tenía 15 años con una compañera de estudios en su cuarto y bueno habían discutido, pero se dio cuenta que esa era su vida y se la iba a respetar y a no decir nada hasta que ella lo hiciera, pero con el pasar del tiempo ella no ha dicho nada y hablan más de ella en la calle.

Al otro día me puse a pensar en cómo se me había pasado por alto ese "detalle" cuando por lo general soy muy detallista y me doy cuenta de muchas cosas sin que la mayoría los noten y sé muchas veces cuando una chica tiene algo con otra, seguí atando cabos y muchas coincidencias se hicieron presente en mi investigación mental, era tan obvio tenía todas las señales en mi nariz y nos la había visto, era definitivo.

Ese día domingo no pasó nada del otro mundo durante el día, solo en el almuerzo que Malu me acariciaba con sus pies bajo la mesa, Carola aún dormía porque había llegado muy tarde, una vez que salió también muy tarde de la casa luego de la reunión del sábado.

Pero esa misma noche algo pasó, estaba en la cocina buscando algo para pellizcar, justo antes de acostarme, era algo tarde y ella llegó a beber agua, me vio y puso mala cara, la noté un poco agitada, por un momento pensé que estaba haciendo ejercicios, pero sé que los domingos ella no hace nada de ejercicios, me fijé en la franela y tenía los pezones erectos, no tenía bra. La miré por un momento fijamente hacia su pecho, me di cuenta de que ella me miró mientras lo hacía, pero mi descaro fue mayor, la miré a los ojos y bajé de nuevo a mirar descaradamente sus puntiagudos pezones, quería que supiera que la miraba a sabiendas que ella me miraba.

Ella tranquilamente se dio vuelta y se dirigió al lavadero, entró al pequeño cuarto y dobló a la izquierda, solo se veía un filón de su figura, ella hizo los movimientos de sacarse su prenda más íntima, supuse que la metió en la cesta de ropa sucia y salió, me pasó por el frente sin verme si quiera y salió de la cocina hacia la sala. Durante ese corto período me la imaginé desnuda bajo de la gran franela que parecía una bata.

Yo me quedé un rato esperando mientras me comía lo que había ido a buscar, pasarían unos eternos 15 ó 20 segundos, cuando de manera automática me paré y fui al lavadero, abrí la cesta de ropa y vi la prenda de Carola hecha ovillo, era un hilo dental negro satinado, la tomé en mis manos y la extendí, noté que estaba húmeda y tibia aún, el contacto con la humedad hizo que mi sexo se empezara a llenar de sangre, aproximé la prenda a mi cara y hundí mi nariz en ella, olía fresco, olía a hembra caliente, a sexo ardiente, olía a orgasmo, no al típico olor de flujo ya seco, no, olía a orgasmo fresco, se acababa de masturbar.

No sé cuánto tiempo tuve la prenda pegada a mi boca y nariz, pero mi erección se hizo muy dura, terminé de aspirar profundamente y salí a mi habitación a echarle un polvo salvaje a mi esposa Maru, cuando salí de la cocina y me dirigí a las escaleras, Carola estaba parada a mitad de las mismas, me miraba fijamente con cara de ira.

Yo seguí caminado y subiendo, todo el tiempo ella tuvo su mirada clavada en la mía, por un segundo apenas, antes de acercarme a ella, me detuve frente a ella y muy decidido tomé su cara en mis manos y la besé con furia animal, con ganas desenfrenadas, con lujuria reprimida, ella me respondió el beso, puso sus manos en mi pecho y sentí por momentos sus uñas clavarse en mi piel.

Bajé mis manos de inmediato a sus duras nalgas y me aferré como un gato a ellas, ella hizo otro tanto en las mías, mi tallo se lo restregaba en su sexo y ella también se restregaba contra mí.

Fue entonces, cuando subí la franela para buscar el contacto carnal, que ella se agitó y me dio un fuerte empujón que casi me hace caer separándome de ella, la miré un poco extrañado, estábamos los dos muy agitados ella con cara molesta aún, me dijo con los dientes apretados, que no lo volviera a intentar, se dio media vuelta y se fue a su cuarto, subiendo las escaleras, pude ver debajo de su franela las nalgas y la sombra de su entrepierna, eso me puso más caliente aún y salí detrás de ella, no sé como esperando alguna señal, pero apenas entró a su cuarto, escuché como le pasaba el seguro a la puerta.

Pasé frente a la habitación de Malu y me provocó entrar, pero sería muy peligroso. Así que seguí hacia mi cuarto y le hice el amor hecho una fiera a mi esposa, descargué con ella el alto grado de excitación, la hice pagar a ella la frustración con Carola y lo mejor es que ella disfrutaba cuando yo me ponía "Eufórico" era algo que a ella le fascinaba.

El lunes fue un día tranquilo salvo por un episodio de Malu y mi esposa, Malu estaba un poco molesta por que no le había prestado atención en todo el fin de semana y cuando la fui a buscar para que subiera a mi habitación, se negó, me reviró los ojos y se dio media vuelta y me "sacó el culo" y me dejó allí con las ganas.

Gracias a dios que fue así, porque si hubiera estado de buenas con Malu, en ese momento ella habría estado conmigo y en mi cuarto, 30 minutos después esa "sacada de culo" llegó mi esposa toda apurada a cambiarse porque tenía una reunión con no sé que directivos en la empresa y luego un almuerzo, yo sentado la vi hacer todos sus movimientos de cambiarse y retocarse el maquillaje, estaba asombrado de lo que me había salvado, mientras estaba sentado en la cama viéndola me imaginé las posibles situaciones que hubieran pasado si nos hubiera encontrado a Malu y a mí en pleno Kalifornication.

Así pasaron unos días creo que fue un jueves o un viernes que pasando por el pasillo escuché a Carola hablando con una de las muchachas por teléfono, supuse que era Mariana, y escuché más o menos que le decía que desde el domingo no habíamos coincidido, o sea estaban hablando de mí, luego hablaron de reunirse todas pero no tenían nada fijo aún.

Carola no me hablaba, habíamos vuelto al principio, y ahora era peor, me huía y nunca se quedaba donde yo estaba, muy pocas veces la vi en la casa.

© JPSanyoto