Cuñada
February 9

Mi Inocente Cuñada 17

In Fraganti

El cuento de que una de las amigas estaba estrenando amante, tenía emocionado al grupo. Los detalles del arribo y caída hizo que algunas de las presentes allí se humedecieran en su parte más íntima.

Ella sintió ganas de contar que también tenía un amante, excepcional por demás, disponible en cualquier momento y al alcance de la mano, pero se contuvo, pese a la confianza y al alto nivel de confidencialidad del grupo ella sintió miedo de lo que pudieran pensar el saber que el amante era su propio yerno.

Pero la excitación causada por la historia de una de las amigas le dio envidia, no solo por la admiración de las otras amigas, si no, por no ser ella el centro de atención estando en su casa.

Entonces se llenó de valor y mencionó que también tenía un amante y todas estallaron en júbilo. Para sus amigas, ella era la única a la que no le habían conocido un amante. Y se hizo de rogar para que en ese momento les contara.

Luego de hacer jurar a las amigas que no podían siquiera hacer mención fuera del grupo y tampoco fuera de la casa, ni con nadie más presente, y principalmente que mucho menos la juzgaran esto sobre todas las demás anteriores.

No quería empezar diciendo quien era por eso empezó contando como era en la cama y la herramienta que se gastaba y todo lo que la hacía gozar, quizás lo más importante de eso era la diferencia de edad.

Para estas damas de la sociedad si algo le da un mejor status entre ellas a la infidelidad, es la diferencia de edad, aunque hay ciertas pautas para ello, ya que tampoco puede ser muy joven pues obviamente es muy mal visto por ejemplo una señora de unos 60 años con un niño que ronde los 18, así como tampoco es muy meritorio que la señora tenga un amante contemporáneo o mayor. El caso de ella 25 años de diferencia ronda el ideal.

Pero lo emocionante se torna al describir sus actitudes y cualidades, al punto de nuevamente humedecer sus partes contando los detalles de los encuentros hasta que ya las excitadas amigas le exigieron decir quién era. Solo allí ella lo dijo.

Todas quedaron estupefactas, por un momento no supieron que decir y ella les recordó que habían prometido no juzgarla, solo entonces empezaron a solicitar explicaciones de cómo había sucedido todo, y allí con lujos de detalles contó el arribo y caída, e hizo que todas se estremecieran en sus asientos, incluida ella que de nada más recodar le dio hambre sexo, duro y salvaje, y lo quería ya.

La humedad existente en su sexo no la hizo perder el detalle de mi sexo semi erecto cuando entré a la casa algo apurado en busca de Malu y su atrevimiento.

Sin aguantar un momento más, a los pocos minutos de mi entrada a la casa ella se excusó con las amigas de estar un poco indispuesta del estómago y que bajaría en unos 15 minutos.

Lejos de creerle, las amigas aludieron que iba a saciarse las ganas que la charla les había dejado a todas, tan así que otra también se excusó y entró casi detrás de María José buscando uno de los baños de la planta inferior para auto calmar sus males de momento, dejando a los otras dos amigas en un mar de asombro y carcajadas.

María José apurando sus pasos en la segunda planta y con la entrepierna ardiendo, encontró la puerta del ático entre abierta, lanzando una última mirada hacia atrás y verificar que nadie la había seguido, se decidió a entrar y dejar la puerta como la había encontrado y apurada llena de nervios y excitación, se quitó la parte superior del bikini para no perder tiempo y dejándose arrastrar más por la excitación que por los nervios y no le prestó atención a los rítmicos sonidos que hacen los cuerpos cuando chocan entre sí.

El corazón se le detuvo y a la vez una ola de calor pareció estallarle desde adentro como un volcán, al ver como el ángel más preciado de la casa, era sometida brutalmente y penetrada salvajemente sin compasión, por él que ella hace unos segundos atrás sentía orgullo de tenerlo como amante.

Con los ojos llenos de ira y sangre gritó y de inmediato se abalanzó sobre mí.

—¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO HIJO DE PUTA?!— gritó la suegra haciéndonos dar un brinco del susto.

Al voltear mi horror fue mayúsculo al ver a la suegra semidesnuda dirigirse hacia a mí en una actitud amenazante, con la parte superior del bikini en una de sus manos.

—¡Hijo de puta, desgraciado! ¿cómo te atreviste a violarla? —gritaba desaforada mientras trataba de cubrirme de los golpes y cachetadas que intentaba darme y lograba detener con mis brazos— ¡maldito maldito!.

Malu en los estertores del orgasmo apenas pudo reaccionar a los segundos de comenzar los gritos intentando levantarse tropezó torpemente con la mamá y cayó al piso entre la cama y la butaca.

—¡Suegra no es lo que piensa ella fue la que me sedujo! —en ese momento quizás por el susto no se me vino más a la mente que decirle eso, pues para eso me estaba entrenando y fue automática mi reacción— ¡lo juro! ¡fue ella! ¡fue ella! —sonando desesperado.

—¡Desgraciado cómo vas a decir que fue ella, si lo que estoy viendo es una violación! —ya histérica me sigue golpeando y al ver que no logra nada con eso, se voltea y trata de irse diciendo —¡Voy a llamar a la policía Malparido!.

No joda, allí se me metió el bruto y tomándola del brazo la hago girar y la lanzo en la cama, y sentándome sobre ella con los brazos bajo mis piernas le pongo una mano en la boca para contener sus gritos. La sorpresa no la hizo reaccionar, pues ella tiene fuerza suficiente para luchar conmigo.

Con mi verga aún erecta sobre su estómago le digo.

—Ella fue la que me sedujo, ella fue la que me acosó, tengo las pruebas y si decides denunciarme créame que con esas pruebas no pasaré ni un día preso.

—¿De qué estás hablando? —me grita Malu entre dientes mirándome toda extrañada, mientras se pone de pie.

—Todos tus acosos incitándome a tener sexo los tengo grabado —le dije con determinación mirándola a los ojos, a ambos ojos tratando de decirle que debía entenderme, aún sabiendo que aquello significara el fin. Pero tenía que funcionar— Sabía que algún día no podría resistir más tu acoso —continué suspirando profundamente, era obvio que me estaba doliendo decir aquello.

María a José dejó de luchar y con los ojos me hizo señas de que entendía y procedí a soltarle la boca.

—¡Quítate! —aún alterada, pero más calmada!— nada justifica la violación que ella estaba siendo sometida en este momento.

Ella aún pensaba que estaba violando a Malu, miré a Malu buscando apoyo, pero ella estaba absorta mirándome con asombro, buscaba en mis ojos alguna explicación o mejor dicho estaba cayendo en cuenta de a qué me refería con las pruebas de su acoso.

Mientras me levantaba de encima de la suegra esta logró liberar un brazo y me lanzó senda cachetada que fue a parar a mi oído izquierdo y que sentí como una explosión, haciéndome perder por momentos el equilibrio y caer de rodillas frente a ella fuera de la cama completamente mareado y un fuerte pitido en el oído Izquierdo.

María José se disponía a darme otra cachetada, cuando Malu reaccionó y se metió entre los dos.

—¡Para ya mamá! ¡No seas hipócrita, que yo sé que tú también te lo coges! —le dijo manera retadora.

Aquello fue un balde de agua fría para la suegra que volteó a verme buscando una explicación que yo no quería darle y que negué sorprendido con la cabeza haber dicho algo, pues me hundiría más y más y se vería que todo habría sido planeado y mi defensa no serviría. Yo miré con horror a Malu, ella debía entenderme que ahora en ese preciso momento era cuando más necesitaba de sus asombrosas salidas.

—¿De qué estás hablando? —grita entre dientes la suegra al no obtener respuesta mía— tú no sabes nada, ¿qué estás inventando?— remató ella sabiéndose salvada de yo no haber dicho nada.

—De que te vi la noche de la reunión de Carola en la sala de juegos cuando se la chupaste en la cocina y luego se fueron al garaje. Yo había salido a buscar hielo y los vi.

—¡Mentira! ¡tú no viste nada! —dice asustada la suegra.

—¡Sí los vi! Y tengo el vídeo de las cámaras de seguridad cuando entran al garaje y se montan por detrás de tu camioneta —Si antes estaba cagado del susto, ahora estaba estupefacto con lo que decía Malu, claro eso yo se lo dije, pero nunca me imaginé que usaría lo de las cámaras de seguridad— en el vídeo se ve clarito como brincabas sobre él a través de los vidrios dentro de la camioneta. Y cuando nos fuimos a Los Roques también, como andaban desnudos corriendo por los pasillos de la casa cual adolescentes...

¡Ya va! —pensé, ese detallito si que no se lo conté a ella, entonces eso quiere decir que ella también tiene acceso a las cámaras— ¿habrá visto que la vez que nos topamos en el baño cuando la vi desnuda por primera vez no fue tan accidental? pues claro tonto eso tú mismo ya se lo contaste— me dije.

—Incluso la cámara que da a la piscina no deja nada a la imaginación madre —continuaba Malu mirándola fijamente a los ojos— Además madre quién te contestó los mensajes el otro día cuando lo citaste al departamento de Cimarrón fui yo.

Listo, ya me jodí. Allí se me acabó la defensa. Aunque la usara en un juzgado sería fácilmente rechazada, la suegra estaba muda seguramente asimilando todo. A mí el corazón se me iba a salir del pecho y cuando pensaba que se había acabado todo Malu le suelta.

—Pero puedes estar tranquila madre, él no fue el primero, ya yo había tenido relaciones antes, claro con él fue como otra primera vez...

—Pe... pero hija… —La suegra sonó derrotada— ¿...Cómo pasó esto? ¿Cómo llegamos a esto? Esto no puede ser, si tu hermana se entera...

—¡Me mata! —Corté yo la conversación— ustedes seguirán siendo familia y algún día se perdonaran, pero yo fácil 3 metros bajo tierra.

—Tú eres un degenerado Pedro Miguel ¿Cómo puedes hacerle esto a Maru? ¿Tú no la amas?

—Suegra esto ya lo habíamos hablado, lo nuestro fueron las circunstancias del momento y ha sido usted la que me ha continuado llamando... Y Malu fue pura coincidencia un día la vi accidentalmente desnuda y una serie de múltiples coincidencias después, nos llevó al punto de no retorno...

—¿Cómo que coincidencias? no acabas de decir que tienes pruebas de su seducción.

—Sí, pero no. Lo dije para que se calmara y poder ganar tiempo para que me dejara explicarle.

A todas estas yo aún estaba desnudo de rodillas al lado de la cama, la suegra frente a mí en topless de rodillas en cama y Malu parada en forma desafiante entre los dos aún desnuda con una mano en la cintura.

Un silencio momentáneo se hizo incómodo, y María José aterrizando dice:

—Esto no puede continuar, debemos terminarlo, —mientras se colocaba la parte superior del bikini. Vístanse y salgan de aquí, los quiero ver abajo donde están todos. Ya hablaremos con más calma sobre esto, debe terminarse —dijo con voz firme la suegra tomando las riendas del asunto, si alguien tenía que llevarlas, debía ser ella. Apenas terminó de ponerse el bikini se levantó y salió secándose las lágrimas que habían empezado a correr por sus mejillas —¿Qué esperan? ¡Salgan de aquí ya!

Miro a Malu frente a mí y ella tiene su mirada clavada en mis ojos impávida, ella fija su mirada sin reacción alguna, me levanto y es inevitable acercarme a ella, ella retrocede un paso rápidamente se da vuelta toma su traje de baño y baja las escaleras sin vestirse.

Me pongo un interior una franela y un bermudas rápidamente, ya la hora de la piscina se había acabado para mí, al salir de la habitación también está Malu casualmente saliendo de la suya en traje de baño, me ve y me voltea los ojos.

—¡Malu espera! no puedes bajar así.

—¿Así cómo? —deteniéndose y girando me pregunta molesta.

—En ese traje de baño.

—¿Qué tiene de malo? ya lo he usado hoy....

—No es el traje de baño, es la nalga derecha.

Ella dobla su cuerpo para mirarse la nalga y darse cuenta que tiene mi mano claramente marcada, roja y en relieve, obviamente no la puede llevar descubierta, suspirando derrotada, se mete de nuevo a su habitación y me dice.

—Esta me la vas a pagar, ¡cabrón!.

Sonrió a mis adentros y bajo a la piscina.

Al salir busco con la mirada a la suegra y está con sus amigas entre risas. Ella está de espaldas a mí. Pero a una de sus amigas la pillé mirándome y claramente leí en sus labios "allí está".

Todas voltearon menos la suegra e hicieron caso omiso a la que me había visto que intentaba decirle rápidamente que no voltearan tan descaradamente.

Tarde fue cuando ellas me vieron y vieron que yo las estaba mirando, quedaron al descubierto y su reacción es la esperada en estos casos, se voltearon asustadas y más rápidamente desviando la mirada. Me extrañó, no creí que la suegra hubiese contado tan rápido lo que pasó, lo que supuse es que ellas saben de mí, pero por lo que hago con la suegra nada más.

Me meto rápidamente en la piscina a enfriarme y relajarme, y a ponerme a pensar un poco lo que había pasado. Al poco rato llega Malu con un hot pant, solo así puede tapar la nalga y continuar en la piscina.

La suegra nos sigue con la mirada, Malu está con las gemelas y yo estoy solamente descansando en el agua evitando la mirada inquisidora de la suegra y con mil cosas en la cabeza, no tenía un pensamiento coherente.

En un momento que Malu está cerca le siseo para que me preste atención, pero me mira y me voltea los ojos, decido entonces quedarme tranquilo y relajarme en la piscina.

Al cabo de un rato estoy aburrido y me pongo a pensar en frío en lo que pasara ahora, la suegra de seguro ya no querrá más nada conmigo y Malu cuando se le pase la rabia volverá, pero a qué precio, el que sea lo pagaré encantado con creces.

Mi esposa está hablando con Carola y las amigas y veo que todas están entretenidas con Maru, ella realmente es divertida con unos tragos encima, su problema es cuando se pasa de tragos, así que veo una oportunidad clara de integrarme al grupo y conversar con las amigas de Carola y tantear el terreno con ella. No sé cómo irá a reaccionar Carola desde incidente en las escaleras no volvimos a cruzar palabras, esto me servirá para ver en qué etapa estamos.

Pienso que realmente no tengo remedio, y tras meditar si ir o no hasta allá, mando todo al carajo, y que sea lo que dios quiera. Desde el día que vi a Malu desnuda mi vida está en una montaña rusa y esa adrenalina es adictiva.

© JPSanyoto