Hermanas
May 6

Compartiendo historias eróticas con mi hermana.

Un hermano se muda con su hermana mayor, haciendo que la cercanía revele sus secretos y empiecen a compartir sus historias hasta llegar a crear una ellos mismos.
"Saúl no puede quedarse conmigo en mi apartamento", le dijo mi hermana mayor Jos a mi madre.

"Tienes todo ese lugar para ti sola", dijo mamá, "¿No puedes dejar espacio para tu hermano?" A todo esto yo estaba al lado de mi madre escuchando la conversación en altavoz.

"Mamá, es un departamento pequeño", dijo ella, "cuando me siento para usar el baño, mis pies están en la ducha".

"Entonces, no usen el baño juntos", dijo mamá, como si lo hubiera resuelto todo.

El apartamento de mi hermana, era un lugar bastante pequeño, la cocina estaba al lado de la sala de estar y en la sala estaba un sofácama y un televisor, después habían dos puertas, una era el baño y la otra era el cuarto donde dormía Jos.

"Jos", dijo mamá, recuperando su atención, "sé que te estás imaginando a tu hermano como un niño pequeño, pero es un hombre de 24 años que puede cuidar de sí mismo. Además, te quería preguntar, ¿No te sientes sola?. ¿Estás saliendo con alguien?".

"Tengo mucho trabajo", dijo ella, "eso me mantiene bastante ocupada".

"Vas a ayudar a tu hermano, Jos" dijo mamá. Reconocí el tono de voz incisivo de mi madre y una parte instintiva de mi cerebro ya sabía por dónde venía la cosa. "Después que terminaste con tu novio, cuando no tenías dónde vivir, ¿recuerdas lo que pasó?".

Cuando mi hermana había terminado con su anterior novio, tuvieron que dejar de compartir gastos y el lugar donde vivían, ella se tenia que mudar sola, pero no tenía suficiente dinero en ese momento para alquilar un sitio y mamá la tuvo que ayudar.

"Me llamaste, llorando y rogando", dijo mamá respondiendo a su propia pregunta. "¿Y qué hice yo como buena madre que soy?".

"Me diste dinero para el alquiler", le dijo ella.

"¿Tu padre y yo teníamos el dinero por ahí? No, no los teníamos. Pero te los dimos de todos modos porque sabíamos que no tenías otras opciones. ¿Ves lo que te estoy diciendo ahora, Jos?".

Mi hermana cada vez se encontraba contra la pared al darse cuenta de que no tenía otra opción en el asunto.

Mi hermana al final aceptó que me quedara durante un tiempo con ella. mi madre colgó el teléfono, y yo me dejé caer en el sofá, y mi madre dijo que me preparara que iba a vivir con mi hermana.

*

Llegué a su departamento y toqué el timbre.

Dos semanas después de que mi madre intimidara a mi hermana para que yo me fuera a vivir con ella, ya estaba ahí. No había visto a Jos en mucho tiempo, diría desde que se había ido de casa a los 20 años.

Ella era mayor que yo por casi 4 años. cuando yo nací, y fui creciendo ella me dijo que yo había sido un accidente, cómo toda hermana que le hace una broma a su hermano menor. ella desde los 16 había sido muy trabajada ayudando a mamá y papá, estudió una carrera y con lo que había ahorrado a los 20 logro independizarse. Nuestra relación en ese tiempo era buena nos llevábamos bien, ella me cuidaba pero también me molestaba como toda hermana mayor.

Ya de pie en la puerta de su apartamento, me esperaba a mi hermana de siempre, aquella que se había ido con 20, pero para mí sorpresa al abrirse la puerta me encontré fue con una hermosa mujer de veintiocho años. Jos era solo un par de centímetros más baja que yo. Su espeso y hermoso cabello castaño caía en riachuelos sobre sus hombros. Tenía un rostro ovalado, con labios carnosos de color rosado, mejillas rosadas como una manzana, sus ojos eran grandes de color café oscuro y con una mirada sexy e intimidante. Su nariz era perfilada y larga, que la hacían ver mucho más linda.

Tan pronto como me vio, mi hermana mayor envolvió sus brazos alrededor de mi dándome un abrazo.

"Muchas gracias, Jos", dije. Olía dulce, como a fresas frescas. Su agarre tan fuerte que pensé que podría volcarme, al parecer mi hermana me extrañaba mucho.

Jos dio un paso atrás y me dejó mirarla de nuevo. Llevaba una blusa de flores que me dejaba ver su asombroso escote y shorts de jean azules. Sin duda mi mirada se desvió un poco y fue hacia sus tetas, las cuales eran más grandes desde la última vez que la vi.

A pesar de nuestra diferencia de edad, me di cuenta de que nos parecíamos mucho. Teníamos el mismo color de cabello (aunque el mío estaba muy rapado) y los mismos ojos (aunque los de ella eran más grandes y su mirada era mucho más intensa). Jos era un poco más baja que yo y tenía muchas más curvas, pero aun así. nos parecíamos en ciertas cosas.

Mi hermana me vio mirandola y esbozó una sonrisa nerviosa. Rápidamente ella miro hacia abajo y vio mi maleta a mi lado.

"Déjame ayudarte con eso", me dijo nerviosa, y llevo mi maleta hacia adentro. yo me quedé en el umbral, parado como si estuviera atrapado allí.

"Vamos, entra", me dijo, "no hay trampas en esta casa ni dardos envenenados. Al menos no en la sala de estar". Soltó de chiste.

Jos se rió, y yo estaba un poco tímido, me armé de valor, y entre a lo que iba a ser mi nuevo apartamento compartido con mi hermana mayor. La puerta conducía directamente a la cocina y a la sala que estaban juntas. Había un pequeño pasillo más adelante que conducía a la pequeña habitación y al baño. Jos había tomado todo como si el lugar fuera muy pequeño pero en realidad no era tan malo.

"Le advertí a mamá que era pequeño", me dijo, "pero ella no acepta un 'no' como respuesta".

"No, está bien no te preocupes", dije, "está más que bien. Es increíble y está a poca distancia a pie de mi nuevo trabajo".

"Hay como diez lugares increíbles para comer a cinco minutos de aqui", dijo ella.

"Es una gran ciudad", le dije a Jos, "tu apartamento podría haber estado peor, pero la verdad es increíble".

"Honestamente, probablemente haya más espacio en un contenedor de basura", dijo ella.

"En serio, no puedo agradecerte lo suficiente, Jos, sé que mamá te obligó a hacer esto y lo siento. Lo juro, si hubiese tenido otra opción la tomaría".

"Está bien", dijo ella calmandome "será divertido. Tengo muchas ganas de pasar un tiempo con mi hermanito menor y conocernos de nuevo".

"Me gustaría eso", dije sonriendo, y por primera vez capté el comienzo de una sonrisa genuina por parte de ella. Me dio otro abrazo y le dije a mi cuerpo que ignorara lo bien que se sentía Jos apretada contra mí. 'Hermana. ella es tu hermana por favor, deja de pensar así de tu hermana' pensé en mi cabeza, pero a mi pene no le importaba, retrocedí antes de que se volviera obvio.

"Entonces, ummm, escucha, no tengo un cuarto para ti", me dijo, "ni una cama". Hizo un gesto hacia el sofá. Después de que mamá me ayudó, compré este sofá que te puede servir como cama mientras consigues una.

"Seguro que con lo que gane consigo una cama rápido y además este sofá se ve cómodo, no creo que sea tan malo", le dije.

"Yo estaré en mi trabajo la mayor parte del tiempo", dijo Jos.

"Está bien, creo que será fácil la convivencia. O al menos, no tan difícil como probablemente estés pensando" le dije.

Ella me miró y soltó "también lo creo y oye, tal vez conozcas a una chica en un par de semanas y termines quedándote en su casa la mayor parte del tiempo". Dijo riéndose y burlándose un poco de mi.

La mire un poco extrañado "Ja, ja buen chiste", después de ese chiste nos quedamos sin palabras y era de esperar, era todo incómodo. Ella era mi hermana pero en cuanto al tiempo que estuvimos separados sin vernos, nos costaba relacionarnos de vuelta, era como si apenas nos conocieramos.

Como dije, mi hermana era 4 años mayor que yo y se había ido de casa hace 8 años. Probablemente no habíamos compartido tanto tiempo, ni momentos cercanos desde que se había ido. Sabía más sobre mi jugador favorito de fútbol, que lo que habia hecho con mi propia hermana de carne y hueso cuando éramos más pequeños.

Está incomodidad hizo que los primeros días fueran más complicados. El pequeño apartamento hizo todo más difícil. Cualquier momento que tuvimos juntos estuvo lleno de accidentes e incidentes incómodos. A veces parecía que lo único que nos decíamos al principio era 'lo siento'.

Jos me atrapó desnudo primero. Estaba en la ducha después de hacer ejercicio por la mañana y mi hermana, aún despertándose, abrió la puerta del baño.

"Oh, mierda, lo siento", dijo ella, saltando hacia atrás. La ducha tenía una cortina semi transparente y podía verlo casi todo. Yo asomé la cabeza por la cortina y pude ver como sus mejillas, que ya tenían un color rosa, se pusieron de un rojo brillante.

"Está bien, no te preocupes se me olvidó ponerle seguro a la puerta", dije, "Era algo que sabíamos que podía suceder eventualmente". Esperé a que volviera a salir, pero se quedó en la puerta, mirando. "¿Jos?"

"Lo siento. Um, Pero necesito que te apures, tengo ganas de orinar" dijo ella doblando las piernas.

"Dame un segundo", le dije. Ya casi había terminado de todos modos, así que cerré el agua, agarré mi toalla y me envolví. Por un momento, me pregunté si debería haberle dicho que se fuera mientras yo estaba allí.

En cualquier caso, me tocó el turno de ver a mi hermana casi desnuda unos días después. Le iba hablar sobre algo, fui a su habitación, abrí la puerta y allí estaba Jos, de espaldas en todo su esplendor, vistiendose.

"Oh, mierda, perdón", dije, reflejando lo que había pasado con mi hermana unos días antes, Estaba de espaldas levantándose las bragas del tobillo. pude ver el lateral de sus pechos, eran aún más grandes de lo que me había dado cuenta, noté como su cabello cubría su espalda, y llegaba hasta su lindo culo redondo. Estaba viendo todo de ella.

"Estoy cambiándome, sal", dijo Jos.

"Lo sé, lo siento." Retrocedí lentamente y cerré la puerta, como si me alejara de un tiroteo.

Después de eso tuvimos una charla. Tenía una pequeña mesa de juego plegable que usaba para las comidas, así que la saqué. Ambos nos sentamos allí mirándonos las manos.

"Lamento lo de antes", dije,

Ella me miró y dijo "creo que necesitamos algunas reglas básicas. Tienes que tocar la puerta antes de entrar así".

"Lo mismo digo" recordándole lo del baño.

Sabía que ella tenía razón. "Quizas sea bueno que toquemos la puerta primero antes de entrar, así evitamos este problema" dijo ella.

"¿Vamos a llamar a la puerta cada vez que entremos a algún lugar? La casa solo tiene dos puertas la del baño y tú cuarto" le dije: "me parece que es demasiado".

"También lo creo, pero tenemos que hacer algo" dijo Jos pensando.

"No sé qué más hacer. Me siento muy mal por verte", le dije.

"Ehh mi cuerpo no está tan terrible", dijo Jos, mirando hacia otro lado.

"Tu cuerpo es increíble". dije sin darme cuenta de las palabras que habían salido de mi boca ,¿Acababa de decirle a mi hermana que estaba buena? Hice un gesto, esperando una mala respuesta de parte de mi hermana. En cambio, Jos me miró con algo parecido al afecto.

"Tú tampoco estás mal", dijo, con una sonrisa tonta deslizándose por su rostro, "Ya no estás tan flaco como antes. Tienes un bonito pecho y abdomen.". Sin duda me había agarrado por sorpresa esas palabras de mi hermana.

"Los hermanos no deberían decirse esas cosas", dije con una risa incómoda.

"No deberían, pero aquí estamos", dijo Jos con una pequeña sonrisa, "Mira, vivir así va a hacer que sucedan cosas. No es gran cosa. Sé que la convivencia está siendo difícil, pero tú eres mi hermanito y haremos esto funcionar."

Me sorprendió lo madura que estaba siendo mi hermana. La mayoría de las mujeres estarían teniendo un ataque en este momento. Cualquier humano, en realidad, iba a estar protegiendo su espacio personal, pero Jos se lo tomó todo con calma.

"A partir de ahora, será más fácil si aceptamos que estas cosas van a pasar", dijo Jos.

"Entonces, ¿puedo irrumpir contigo cuando quiera?" pregunté.

"Algo me dice que no tengo que preocuparme mucho", dijo Jos. Oh, si ella supiera.

*

Después de esa conversación, nos instalamos en una rutina fácil. Nos pillábamos de vez en cuando, pero dejó de ser gran cosa. Nuestras similitudes internas superaron nuestra falta de familiaridad, supongo que ayudó mucho que mi trabajo me demandaba gran cantidad de tiempo y mi hermana también estaba full con su trabajo, eso hacia que nos viéramos muy poco, y compartieramos muy pocas horas juntos.

Nuestro contacto comúnmente era mínimo, de todos modos, todo se redujo a cosas más típicas, como que el pequeño sofá cama donde dormía básicamente nos obligaba a abrazarnos si queríamos ver la televisión juntos, que nos sentamos tan cerca en la mesa para la cena que estábamos uno al lado del otro. Fue agradable, en cierto modo, tener a una compañera y no sentir las incomodidades del principio era muy bueno.

Entonces... Jos me atrapó masturbándome.

Eran casi las 12 de la noche un fin de semana, yo estaba recostado en la cama con el iPad en una mano y el pene en la otra. Me estaba acercando bastante a un punto de inflexión y estaba a punto de correrme, cuando la puerta del cuarto de mi hermana se abrió de golpe y me vio desnudo en el sofá cama.

"Saúl, estaba pensando en que... ¡Mierda!" Jos se paró justo delante de mi con la boca abierta sorprendida.

Dejé de tocar mi pene como si estuviera prendido en fuego.

"Oh,Saúl , lo siento mucho", dijo. Pero seguía sin volver a su cuarto.

"¿Jos?" Le grite esperando que se fuera.

"Cierto. Lo siento. Estaba pensando en que podíamos ver una película y pensé que te gustaría la idea , así que volví aquí y y..."

"¡Jos!" Volví a gritarle viendo que no se iba.

"Maldita sea. Sí. Ya me voy" Mi hermana volvió a su cuarto y cerró la puerta detrás de ella. Me recosté en el sofá por un rato, ya con el pene flacido me di cuenta que mi erección no regresaría pronto. Me puse a pensar, que ahora todo iba a ser peor y más incómodo. Sin embargo a mi mente me vino lo atractiva que era mi hermana y que me había visto erecto, sí, mi mente daba vueltas, que me atraparan de esta manera era lo contrario de atractivo. Ahora todo en lo que podía pensar era en mi hermana en su habitación, asustada o algo peor.

Finalmente, me puse la ropa y le toqué la puerta, Jos estaba sentada en su cama. Estaba mirando su teléfono, con una mirada perdida.

"Jos, yo..."

"Está bien", dijo, "Como dijimos, estas cosas van a suceder."

"Lo siento mucho, Lamento que tuvieras que verme." Dije triste y preocupado por lo que había ocurrido.

"Yo soy la que tiene que pedir perdón", dijo Jos. "Quizás no eran horas para ver películas".

"No digas tonterías, es mi culpa" dije asumiendo la responsabilidad.

Me senté al borde de su cama y ella se puso a mi lado colocando su brazo alrededor de mis hombros. Tan pronto como me rodeo con su brazo, comencé a llorar.

"Te estoy arruinando todo", solloce "Desde que estoy aquí, siento que soy una carga para ti y que sobro aquí".

"No digas eso, no es así", me dijo acariciando mi cabello con dulzura.

"Realmente lo es. Quiero decir, has tenido que cambiar toda tu vida gracias a mi. Ni siquiera puedes usar el baño en privado, no puedes pasear tranquila sin que haya incomodidad. Debes odiarme tanto".

"No te odio para nada, eres mi hermano y te amo, quizás si es verdad que es complicado, y que todo cambió, pero tenemos que aprender a convivir y superarlo juntos ", me dijo limpiando una de mis lágrimas.

"Arruino todo a dónde voy, incluso seguro que por mi presencia no puedes traer a nadie acá".

"La verdad es que, después de que termine con mi novio hace dos años, intenté salir un poco, pero me sentí rara, luego me ocupé de mi trabajo y no he tenido tiempo para conocer a nadie y tampoco quiero en este momento"

"Así que no estás arruinando nada", me dijo mi hermana. las palabras de Jos me habían tranquilizado un poco, ella acunó mi cabeza y, sin pensarlo, me dió en beso en la frente. yo sin dudarlo alce la cara y le di un beso en la mejilla. Nos dimos un gran abrazo que se sintió tan bien, era como derretirnos en nuestros brazos.

"Vivir contigo así ha sido difícil, sí, pero también ha sido maravilloso. Regresar a casa y tener a alguien esperando, olvidé lo agradable que podia ser". dijo ella.

"¿Incluso si es tu tonto hermano menor?"

"Eres muchas cosas Saúl , pero tonto no eres".

"Díselo a todos los que conocí en la escuela secundaria", dije.

"¿A quién le importa lo que piensen esos imbéciles?" me dijo: "Eres increíble. No dejes que nadie te diga lo contrario".

"Solo dices eso porque eres mi hermana", dije mirandola a los ojos.

"Saúl, tengo 4 años más que tú. Te he cuidado cuando eras pequeño, te he dado consejos, te he ayudado en todo, y ahora vives conmigo después de 8 sin vernos. No te lo digo 'solo porque sí' ".

"Ese es mi punto, nos estamos volviendo a conocer ya como adultos", le dije a Jos.

"Eso es verdad", dijo, "pero me gusta lo que he visto hasta ahora. Te estás esforzando y trabajando mucho, así que, claramente, eres inteligente y estás motivado. Has tenido que lidiar con muchas cosas las últimas dos semanas, igual que yo, pero has hecho que parezca fácil, así que obviamente eres maduro y reflexivo. Y sí, te estoy conociendo mejor, pero me has hecho reír y dado la compañía que necesitaba".

"Gracias, Jos", dije, mirándole a los ojos. ¿Estaba mal que se viera tan linda mi hermana? "Aprecio mucho lo que dijiste".

"No te preocupes", dijo ella.

"Espero no sorprenderte haciendo lo mismo pronto". Dije tratando de causar gracia.

El rostro de Jos se sonrojó. "Yo, um. En realidad, realmente no hago eso".

"Espera, ¿en serio?" Me sorprendió "Todo el mundo hace eso. Hasta nuestros abuelos, Perdón por la imagen mental, pero es verdad".

"No, lo sé", dijo Jos "Osea sí, lo hago pero no quiero hablar de esas cosas contigo".

"Vamos no pasa con hablarlo" le dije. "¿Qué eres asexual? No lo pareces, pero se que no debo juzgar a las personas por su apariencia.

"No, soy definitivamente muy sexual", dijo Jos.

"Te pones caliente", dije, temeroso y encogiéndome de mí mismo por usar esa palabra con mi hermana mayor.

"Sí", dijo ella. "No soy monja. Ok. Pero con el trabajo, y viviendo contigo se que no pasará nada este tiempo. Sin embargo, todavía tengo deseos, verte esta noche, supongo que me hace sentir mejor sabiendo de que tú también estás pasando por lo mismo".

"No hay nada de malo en masturbarse", le dije dándome cuenta de las palabras que estaba diciendo.

"No, lo sé. A veces quiero hacerlo, está bien, muchas veces, pero me siento rara haciéndolo aquí en casa contigo. Lo siento, no te estoy juzgando, honestamente, desearía poder, ya sabes, hacerlo. Me acuesto y lo intento, pero mi mente no me deja".

"¿Has probado, um, otro estímulo?" pregunté insistiendo en el tema. Estaba tratando de ser clínico sobre esto. Sabía que mi hermana se estaba abriendo a mí de una manera que la hacía muy vulnerable. Quería ayudarla, ser un buen hermano (sé que es raro pero quería hacerlo).

"¿Quieres decir como juguetes?" preguntó Jos.

"Claro", le dije, "me dijiste que tu mente divaga, ¿has intentado ver cosas?".

"La pornografía no me gusta", dijo Jos, "es tan falsa y extraña".

"Hay otras cosas por ahí además de videos", le dije.

"¿Qué quieres decir?" Jos preguntó intrigada.

"Bueno," dije. Elegí mis palabras con mucha cautela ahora. Estaba a punto de revelar algo enorme, exponer una parte secreta de mí mismo, supongo que era justo, considerando lo abierta que estaba siendo ella conmigo. Aún así, fue aterrador, como saltar de una cornisa a un abismo lleno de serpientes. "Cuando me atrapaste antes, no estaba, mm. No estaba viendo porno exactamente".

Me entró miedo, esperando a que Jos se asustara. En cambio, ella solo me miró expectante.

"Yo no suelo mirar mucho porno", le dije, "como dijiste, es un poco raro de ver. Muy falso y escenificado, así que, en cambio, me gusta, leer cosas".

"¿Como Cincuenta Sombras de Grey?" preguntó Jos riéndose y burlándose.

"Jajaja no, nada de eso" Y luego, hice algo increíblemente inteligente o increíblemente estúpido. "Toma" le dije, "te mostraré".

Me levanté de la cama y volví con el iPad. así que navegue hasta todorelatos, busque un relato y se lo entregué a mi hermana.

Sus ojos se agrandaron."¿Todorelatos? ¿Qué es esto literatura erótica?".

"Jajaja, lo haces sonar más elegante de lo que es" dije riendo "Son solo historias sucias. Obscenidad verbal, pero funciona para mí. Supongo que me da lo mejor de ambos mundos. Las historias son interesantes, pero también involucran mi imaginación. Lo siento. Espero que esto no sea espeluznante, tal vez no debería haberte mostrado esto".

"No, está bien", dijo Jos poco sorprendida, "¿En realidad es un poco dulce? Tiene que ser difícil para ti compartir esto conmigo, pero lo hiciste porque te preocupabas por mí. Es quizás lo más romántico que alguien haya hecho por mi." Dijo Jos con un sonrisa.

"No sé si es romántico", dije, "pero gracias".

Jos siguió mirando la página hasta que me devolvió el iPad.

"Bueno creo que lo tomaré en cuenta" me dijo ella con una sonrisa.

"Me parece bien" dije yo "entonces después de todo esto, creo que voy a volver al sofá", le dije, levantándome de su cama.

"Yo también me voy a dormir", dijo Jos.

Quería, desesperadamente, preguntarle si iba a encontrar un relato para leer. Pero incluso después de todo lo que ya habíamos compartido, parecía inapropiado y demasiado de mi parte. En cambio, le di a mi hermana un ligero beso en la mejilla y me fui.

"¿Saúl?" Jos me llamó: "Gracias, para la mayoría de hermanos, algo como lo de hoy es difícil de superar, pero lo hemos tomado de buena manera, sé que ha sido difícil para nosotros dos vivir en este pequeño lugar, pero me alegro de que haya sucedido".

"Yo también", le dije contento y me fui al sofá. Todavía estaba nervioso por lo ocurrido y revelarle algo muy íntimo a mi hermana, trate de despejar mi mente pero la única persona que podía imaginar en mi cabeza esa noche era mi hermana mayor. Entonces, me obligué a irme a dormir sin alivio.

*

Pasaron un par de días y Jos no dijo nada sobre el sitio web. Si lo estaba usando, si había sido capaz de leer algo, no me había dicho nada. Sin embargo, yo estaba muy ocupado con el trabajo, así que supuse que era posible que ella se estuviera dando el gusto. Además, ya habíamos cruzado algunas líneas peligrosas esa noche y estaba seguro de que mi hermana no estaba ansiosa por seguir hablando de esos temas.

Lo que sucedió, sin embargo, es que de abril a mayo la ciudad se volvió increíble y desastrosamente calurosa. La ciudad sudaba. No es solo el sol brutal, sino que todos los edificios atrapan el calor, convirtiendo todo en un horno.

El calor era infernal, la mayoría de los edificios más antiguos no tienen aire acondicionado. El nuestro por suerte tenía uno, pero funcionaba pobremente, nuestro pequeño apartamento se convirtió en un horno tostador. Y mi hermana y yo éramos como dos rebanadas de pan calentándose.

No hicimos ningún acuerdo al respecto, pero poco a poco empezamos a usar menos ropa en el apartamento. Tan pronto como terminabamos de trabajar, Jos llegaba a casa y se vestía con una camiseta sin mangas y pantalones cortos. Yo comencé a estar solo en boxers y una camiseta. Y así nos sentabamos juntos en el sofá para ver televisión o para comer juntos, no teníamos otra opción, y ambos mostramos mucha más piel.

Alrededor de una semana después de la ola de calor, diez días después de compartir mi secreto, Jos rompió el silencio. Estábamos viendo una serie de Netflix y apareció una escena sexy. Nos miramos sin decir una palabra, pero podía sentir cómo aumentaba la tensión e incomodidad. Cuando terminó el episodio, ella se levantó y antes de irse a la cama me preguntó.

"¿Vas a leer ?" sazonando esa última palabra con una sonrisa descarada.

"¿Qué?" Pregunté, incrédulo.

¿Qué sí vas a leer? Volvió a preguntar.

Justo Jos había tocado el tema por el cual estaba muy ansioso por saber. Tome valor y respondí con una pregunta desafiante. "¿Y tú has a leído?.

Jos se sonrojó. "Miré algunas cosas", dijo, pasando de bromista a inocente tan rápido que casi me voltea. "Honestamente, hay tantos relatos que es difícil para mí saber qué mirar. Me sentí un poco abrumada".

Podía entender eso. Había estado leyendo en ese sitio durante tanto tiempo que fue fácil para mí encontrar lo que quería, pero, como recién llegado, enfrentado literalmente miles de opciones, pude ver que me sentía un poco perdido.

"Bueno, hay algunas maneras de encontrar las más populares", le dije, "Mira las historias que se han leído mucho o que tienen calificaciones altas. Ese tipo de cosas".

"¿Podrías tal vez, recomendarme algunos?" preguntó Jos. Pude notar como se mordió el labio inferior y fue tan sexy que casi me da algo. sin embargo su pedido estaba, claramente, fuera de discusión.

"Eso es demasiado privado", le dije, "Además, dudo que lo que me excita a mi, funcione para ti."

Jos me hizo un puchero. "Lo sé. No estaría, como juzgando tus gustos ni nada. Solo creo que me ayudaría a saber que historias o categorías son buenas".

"Si una historia te excita, eso es bueno", le dije, sonriendo.

Jos negó con la cabeza hacia mí. Mi hermana y yo estábamos en poco más que nuestra ropa interior, hablando de pornografía. me sentía raro entre un poco extrañado y totalmente excitado. Así, una vez más, me encontré confundido con esta charla que teníamos.

"Te encontraré algunas cosas", le dije, resignado.

Jos aplaudió y vitoreó como una niña pequeña.

"Muchas gracias, Saúl. Significa mucho para mí".

"Solo recuerda", le dije, "leer algo no significa hacer algo. ¿Entiendes?".

Jos arqueó una ceja hacia mí, confundida.

"Lo que quiero decir, es que si leo algo en una historia y me excita, eso no significa que realmente quiera hacerlo".

"¿Qué es exactamente lo que estás compartiendo conmigo?" Jos preguntó intrigada, se recostó como si estuviera horrorizada, pero sabía que todavía estaba jugando.

"Vamos", le dije, "sabes lo que quiero decir".

"Osea que si la historia trata sobre sexo con orangutanes, eso no significa que quieras hacerlo con un orangután", dijo Jos.

"Exacto" dije.

El rostro de Jos se puso serio. Puso sus manos sobre las mías. "Entiendo que lo que estás compartiendo conmigo es privado, secreto, básicamente me estás diciendo lo que te excita, significa mucho para mí que confíes en mí con esto, no cambiará lo que siento por ti, ni lo que pienso de ti. Lo prometo, no juzgaré.

Apaciguado, tomé el iPad y elegí dos de las historias más simples que pude encontrar. Había otras cosas que me gustaban mucho más, pero estas eran sólidas y seguras. Copié los enlaces y se los envié por mensaje de texto a Jos.

"¡Gracias!" ella dijo de vuelta.

Dos horas más tarde, todavía estaba despierto cuando recibí otro mensaje de texto.

Jos: Esos estaban buenos. ¿Podrías enviar más?.

Algo sobre el hecho de que era un mensaje de texto hizo que la solicitud se sintiera menos invasiva. Supongo que no mirar a mi hermana a los ojos me quitó mucha presión. Le respondí, como si fuera una conversación casual.

Saúl: ¿Algun tema en particular?.

Jos: emoji de encogimiento de hombros.

Decidí tomar un rumbo diferente. Esta vez, en lugar de elegir historias estándar seguras, elegí un montón de categorías diferentes y envié mis favoritas de cada una. Uno era romántico, sobre una pareja que se enamora, el siguiente era sobre una esposa que se acuesta con otro hombre, otro era sobre un trio, elegí una que tuviera algo de bondage (no es lo mío, pero elegí una historia que fue altamente calificada), envié una historia de lesbianas (nuevamente basándome en calificaciones) y enlacé una historia sobre ver a dos personas tener sexo en el bosque. Me salté dos categorías: falta de consentimiento e incesto. Por mucho que confiara en mi hermana, no estaba preparado para ese nivel de riesgo.

Después de recopilar todo, unas diez historias en total, escribí un último texto.

Saúl: listo ahora ya depende de tu responsabilidad.

Jos: Jaja está bien. ¡Gracias!

A pesar de mirar todas esas historias, no estaba de humor para leerlas. En cambio, elaboré un montón de correos electrónicos de trabajo y luego apagué la luz. Cuando mi cabeza golpeó la almohada, juro que escuché algo que sonó como un largo y bajo gemido femenino.

A la mañana siguiente, Jos estaba alegre y feliz, cómo no la había visto antes. Me preparó el desayuno, panqueques, tarareando para sí misma todo el tiempo.

"¿Supongo que mis recomendaciones funcionaron anoche?" pregunté ansioso por saber. No podia evitarlo, sabía que debía ser discreto, pero tenía que saberlo.

"Jaja sí, funcionaron ", dijo Jos con una sonrisa tonta, luego se acercó a mi y me besó en la mejilla.

Tuve un día largo y llegué a casa exhausto. Habíamos pedido la cena en la oficina, así que me fui directamente al sofá cama y me quedé en calzoncillos. Hacía demasiado calor para ponerme algo mas. incluso hacía demasiado calor para estar en boxers, pero sabía que tenía que ser decente, por si acaso.

Efectivamente, unos diez minutos después, Jos salió de su habitación. Se sentó en el borde del sofá cama, mirándome un poco nerviosa. la miré un poco extrañado antes de preguntarle qué pasaba.

"Las historias que enviaste anoche", dijo, "fueron realmente buenas. Realmente, estuvieron muy... buenas. Si entiendes lo que quiero decir".

Entendía perfectamente lo que quería decir, pero no pensé que fuera apropiado preguntarle a mi hermana más detalles.

"Esperaba que pudieras enviarme más. No soy, como un bicho raro, ¿verdad? ¿Una fanático del sexo o lo que sea?".

"No, por supuesto que no", le dije, "Encontraste algo que disfrutas, eso es todo".

"Gracias", dijo Jos, "sé que estoy pidiendo mucho".

"Ayudaría si me dijeras qué es lo que, um, funciona para ti", le dije. Esperé a que mi hermana se detuviera a pensar o al menos hiciera una pausa. En cambio, fue directa con lo que quería decirme.

"El de las parejas era lindo, pero no podía entenderlos. Pensé que me gustaría el de lesbianas, pero no me convenció. Lo de la esclavitud fue un desvío, aunque me pareció buena ¿La idea de ser forzado, tal vez? Eso sí quitando todo lo que tenga que ver con el dolor. El del trío estuvo bien. Ver a la pareja teniendo sexo en el bosque fue emocionante. El de la esposa que engaña a su marido también fue bueno. Supongo que me gusta cuando la gente está haciendo algo malo y prohibido ¿sabes? Donde no es solo sexo. Es como, algo más animal, fuera de control ".

"Creo que puedo encontrarte más de esos", le dije. Jos me observó con una mirada fija, mientras revisaba y seleccionaba algunas historias más. Basado en lo que me había dicho, sus gustos no eran tan diferentes a los míos. Eso lo hizo más fácil, eligiendo historias que ya sabía que me gustaban. Además, como ella lo había mencionado, me arriesgué a enviarle una de no consensuado.

"¡Gracias!" dijo Jos llendose a dormir.

Nuevamente, a pesar de mirar historias pornográficas durante la última media hora, no tenía ganas de leer una. Tal vez fue porque la única cara que podía imaginar, el único cuerpo que podía imaginar, pertenecía al de mi hermana, me costaba sacarla de mi cabeza.

A la mañana siguiente, de nuevo, me saludó una animada Jos. Me había hecho huevos con tocino para el desayuno, y esta vez se sentó a la mesa para unirse a mí.

"Los de anoche fueron realmente buenos", dijo.

"¿Los leíste todos ?" Yo pregunté.

Jos se sonrojó pero asintió con la cabeza. "Múltiples veces", dijo, "Se podría decir que leí las historias varias veces anoche".

"Me alegra oír eso", le dije feliz porque disfrutará de los relatos.

"¿Puedo preguntarte algo?" preguntó Jos: "Esa que me enviaste, en la que una chica regresa a la universidad, no puede controlarse y es infiel, estuvo muy caliente. Pero me sorprende que te haya gustado".

"No, lo sé", dijo Jos, "me imaginé que sería una especie de desencadenante para ti. Después de todo lo que pasó con tu ex y todo eso".

"Sí, a veces esas historias me molestan", le dije, "pero no sé, muchas veces, no me veo como al que engañan, sino como el tipo con el que lo engaña. Supongo que es catártico de alguna manera". Y, no sé, a veces me gustan las historias que me hacen sentir incómodo. eso lo hace más caliente".

"Te entiendo", dijo Jos, "como dijiste, solo porque lo disfrutas en una historia no significa que lo quieras en la vida real".

"Exactamente".

Ese día en el trabajo fue mucho mejor y llegué a casa a una hora decente. Traje comida china a casa y comimos sobre la mesa, ambos mirando nuestros teléfonos. Después de que terminamos de comer, nos quedamos en esa posición, hipnotizados por nuestras pantallas mientras se hacía de noche.

Entonces escuché a Jos hacer un gemido bajo, miré y vi que su mano se había deslizado entre sus piernas. No se estaba tocando, pero tenía la mano ahí colgando, como si estuviera preparandose.

"¿Estás leyendo una historia en este momento?" pregunté tímidamente.

"Tal vez", dijo Jos. guiñándome el ojo por encima de la pantalla de su teléfono.

"¿Uno que te envié?" pregunté.

"Encontré este por mi cuenta", dijo, "hace bastante calor".

Mi teléfono vibró y vi que me había enviado un enlace. Hice clic y la historia que ella había estado leyendo estaba ahora en mi propia pantalla. Había leído esto antes, era un relato de mi autora favorita, honestamente, hubo momentos en los que sentí que había visto todas las historias eróticas existentes, pero había pasado un tiempo, así que porque no releerlo.

Sin acuerdo verbal, mi hermana y yo nos trasladamos a la sala de estar y nos colocamos en el sofá. Los dos seguimos mirando la historia. Nos apoyamos contra los costados del sofá, quedando frente a frente, nuestras piernas se tocaban. A pesar de que ya era de noche, seguía haciendo mucho calor y ambos vestíamos con nuestros atuendos estándar para el calor que hacia. Jos vestía una camiseta sin mangas azul celeste y pantalones cortos de malla verde y yo estaba en boxers azul marino y una camiseta blanca.

Los dos seguimos leyendo y el ambiente se empezó a poner más tenso y caliente.

"¿Terminaste?" preguntó Jos. Todavía estaba moviendo su mano libre perezosamente entre sus piernas.

"Creo que te habrías dado cuenta", le dije, confundiendo las cosas. Por supuesto pensé que ella no podía dejar de ver la erección que llevaba. se notaba demasiado en mis boxers, mi pene se erguía tan grande e imponente.

"¿Que si terminaste la historia, quiero decir?" preguntó Jos.

"Ah, sí". Dije.

"¿Quieres elegir la siguiente?" Me dijo ella.

"Claro," dije. Busqué algo similar y se lo envié.

"Oooh, tiene pinta de que este será bueno", dijo ella ansiosa.

"Como dijiste, es más divertido cuando hay un poco de peligro", le dije.

"Exactamente", dijo Jos. No esperaba que estuviera haciendo esto con mi hermana mayor. Inmediatamente, comencé a pensar en todos mis relatos favoritos que podría compartir con ella.

Cuando terminó de leer mi selección, Jos me pasó otra. Era una historia de engaños, pero esta también tenía falta de consentimiento.

Pasamos el siguiente par de horas de esa manera, enviándonos historias. El impulso de tocarme era incontrolable, pero logré contenerme. Me preguntaba si Jos estaba experimentando lo mismo, eche un vistazo y me vinieron varias preguntas a la mente ¿Fue una mancha húmeda lo que vi en sus pantalones cortos o solo una sombra? ¿Se habrá dado cuenta que sus pezones estaban duros? ¿Se dio cuenta de mi erección? ¿Yo quería que ella lo notara?. Mi mente daba vueltas.

Dejé mi teléfono un momento, necesitaba parar, o las cosas realmente irían al límite.

"Creo que tengo demasiado sueño", le dije.

"Está bien, ya es bastante tarde", dijo Jos, ella se levantó y se fue a su cuarto.

Me desnudé tan pronto como escuché su puerta cerrarse, todo en lo que podía pensar era en mi hermosa hermana mientras me acariciaba. No me importaba nada, me imaginé su cara, retorciéndose de placer, sus hermosas tetas grandes y llenos presionados contra mi pecho, su culo rebotando arriba y abajo sobre mi pene. No aguanté más y descontroladamente me vine, me empapé tanto que pensé en levantarme para ducharme.

Había sido una paja increíble con todo lo que había pasado. Mientras mi respiración se ralentizaba, solo podía pensar que tal vez mi hermana se había corrido al mismo tiempo que yo.

La culpa apareció a la mañana siguiente, me dije a mí mismo que tenía que dejar de pensar en Jos, ella era mi hermana mayor. Tenía que darme cuenta que todo era producido por la situación en la que estaba. Los espacios reducidos dentro del apartamento, la poca ropa por el calor y los relatos eróticos que nos compartíamos.

Sin embargo, mi incomodidad no me impidió compartir más historias con mi hermana, y ella me devolvió la misma cantidad. yo solo incluía enlaces, pero Jos agregaba pequeñas descripciones a sus sugerencias:

"Ella lo recibe por el culo en este".

"Strip poker. Un poco caliente".

"Trío. Embarazada. AMOR".

"¿Crees que la novia lo engañe? ¿Está mal que yo quiera que ella lo engañe?".

La mayoría de las noches terminábamos juntos en el sofá, intercambiando nuestras historias porno favoritas como si fueran cartas de Pokémon. Hablamos de ello y lo llamamos, nuestro sucio club de lectura solo para hermanos.

Sin embargo, cuando leímos y sentía la necesidad de correrme, siempre decía que estaba cansado de leer o que tenía sueño. Un par de veces, Jos también se iba a su cuarto, porque también le pasaba lo mismo. Estábamos compartiendo estos momentos íntimos y sexuales, pero nosotros mismos, permanecíamos sin poder darnos placer.

*

Hasta que llegó el día.

"Mira este relato, encontré uno que realmente me gusta", dijo Jos un poco ansiosa "pero no estoy segura de si debería compartirlo contigo".

Ya habíamos llegado del trabajo y los dos estábamos pasando el rato en la sala. Hacía demasiado calor para sentarse juntos, así que Jos holgazaneaba en el sofá mientras yo me recostaba en una de las sillas plegables junto a la mesa. Estábamos en nuestra ropa habitual, algo muy parecido a la ropa interior, pero no del todo.

"Hablamos de esto", le dije, "las fantasías no son la realidad".

"No, lo sé", dijo Jos, "Simplemente no quiero que pienses que me gusta. Quiero decir, sí me gusta. Solo... Mira, la historia es jodidamente candente y quiero compartirla contigo, ¿de acuerdo?".

"Está bien, compártela", le dije.

Mi teléfono sonó un minuto después, miré hacia abajo y no sé por qué me sorprendió tanto, era una historia de incesto, una historia de incesto hermano-hermana. Los hermanos son abandonados por sus citas y terminan teniendo sexo. Cuando me di cuenta pude notar que era de mi autora favorita y que ya lo había leído.

"Es demasiado bueno ese relato, y la autora escribe increíble ¿No crees?" dijo ella cuando finalmente levanté la vista de mi teléfono.

"Sí, mm, no está nada mal", dije tratando de no parecer expresivo, pero por dentro estaba completamente sorprendido. Justo me había enviado un relato de incesto, la categoría que tanto había evitado y que tanto me gusta. Mi hermana me dio una mirada de complicidad. "Está muy bueno, es increíble". Respondí más seguro.

"¡Lo sé! Es increíble, las escenas de sexo eran tan calientes. Es como qué lo que están haciendo está tan mal, muy mal, pero sin embargo..."

"Te entiendo", dije, "como hemos hablado antes. Cuando lo que están haciendo es prohibido, hace que la historia sea mucho mejor".

"Exacto", dijo Jos. Ya ella estaba absorta en otra historia. Mi teléfono vibró un momento después. y era otra historia de hermano/hermana. Por un momento, me detuve. ¿Era esto realmente apropiado? ¿Habíamos cruzado la línea? Cinco minutos después, estaba demasiado ocupado leyendo la historia como para preocuparme.

*

Así que ahora estábamos compartiendo historias de incesto entre hermanos. También probamos algunos otros en la categoría, pero los de mamá/hijo, papá/hija nos asustaron a los dos, los de primos nos gustaron un poco, pero para nosotros, claramente, el incesto hermano/hermana era lo mejor y mas excitante. De todos modos, compartíamos otro tipo de historia, pero cada vez era más frecuente pasarnos relatos de amor filial hermano/hermana.

Creo que ninguno de los dos nos dabamos cuenta de lo que estábamos haciendo y el peligro en el que nos estábamos metiendo.

En mis raros momentos de claridad, generalmente alrededor de cinco segundos después de que terminaba de masturbarme, me preocupaba que estuviéramos yendo demasiado lejos. Nuestras conversaciones casuales sobre sexo, la forma en que ambos, incluso desde la distancia, nos estábamos masturbando. Ella es mi hermana mayor.

Me dije a mí mismo que, esta vez, lo detendría todo. pero siempre, un momento después, cuando la racionalidad posterior al orgasmo se desvanecía, olvidaba convenientemente mi promesa.

*

"Creo que todas estas historias están empezando a trastornar mi mente", dijo Jos.

Era tarde, pero el sol de verano asomaba por el horizonte y decidimos dar un paseo por el parque después de la cena. Las aceras eran una mezcla extraña de gente que terminaba de trabajar y se dirigía a casa después de un largo día, y gente joven que salía para pasar una noche prolongada.

"¿De qué manera?" Le pregunté.

"Ayer estaba haciendo mandados y vi a un par de chicos besándose en un banco", dijo Jos, "entonces dentro de mi me pregunté ¿Se parecían un poco? El mismo cabello, la misma nariz, pensé, 'son hermano y hermana'. yo sabía que no podía ser, pero luego pensé, bueno, ¿Y sí tal vez lo son?".

"Sé lo que quieres decir", le dije, "estuve hablando con una compañera de trabajo hace un par de días y me contó sobre una fiesta a la que había ido con su novio".

"¿Fiesta de swingers?".

"Eso mismo pensé, sé que no fueron a una", dije, "pero una parte de mí pensó que tal vez podrían haberlo hecho".

"¿Crees que hay gente haciendo esas cosas?" le pregunté Jos. Nos detuvimos en la esquina, esperando que el tráfico despejara el camino para poder cruzar la calle.

"Quiero decir, hay miles de millones de personas en la Tierra", dijo ella, "tengo que pensar que en algún lugar, alguien está haciendo algo como lo que estamos leyendo".

"¿Crees que alguien que conocemos está haciendo esas cosas?" volví a preguntar. "¿Ir a fiestas de swingers? ¿Participar en orgías salvajes?".

"Tener sexo entre hermano y hermana", agregó Jos mientras comenzaba a cruzar la calle.

"Sí eso", dije esquivando un taxi y luego trotando para alcanzarlo, "pero parece muy poco probable, ¿no?.

"¿Qué conozcamos a alguien que está haciendo eso en secreto? ¿O que no conocemos a nadie?".

"Ambos", dije yo.

Jos me miró extrañada, como si estuviera tratando de interrogar mi expresión para obtener información adicional.

"Mejor vamonos a casa", me dijo.

"Está bien" dije con seriedad.

*

"¿Qué estás leyendo?" me preguntó Jos.

Dos días después, estábamos de vuelta en el sofá. Piernas apoyadas una contra la otra, cubierto de sudor y poco más.

"Ese que me enviaste anoche" dije "El de los hermanos en el lago".

"Ohh, ¿Lo estás leyendo?" Jos se inclinó hacia adelante. Su largo cabello castaño colgaba suelto, haciéndome cosquillas en las piernas desnudas.

"Sí, está muy bueno, Está es una de mis autoras favoritas"

"Bueno, claramente lo estás disfrutando", dijo Jos, mirando deliberadamente hacia mis bóxers.

"Lo siento, no puedo evitarlo", dije. Luego me acomodé y metí mi erección para que quedara atrapada de manera que no se notará tanto.

Jos miró de nuevo y se rió. Tratar de resolver un problema había creado otro, la cabeza de mi pene ahora sobresalía al aire libre, presionada contra mi muslo.

"Realmente te gusta ese relato", dijo Jos con una sonrisa pícara.

Hice una mueca de molestia y trate de acomodarlo de nuevo. Pero mi pene no iba a ninguna parte, no había forma de ocultar el hecho de que estaba cachondo como el infierno. Me levanté del sofá y me puse de pie para ir al baño a bajar la erección que llevaba.

"¿Adónde vas?" preguntó Jos.

Rodé los ojos hacia mi hermana.

"No te vayas", dijo Jos, "por favor. Estoy disfrutando de tu compañía, y no me importa 'eso', tee sucede todo el tiempo y nunca me molesta, me gusta verlo, honestamente, significa que elegí una buena historia para ti". Dijo de manera sexy.

Esas últimas palabras en vez de bajar la erección hacian que me pusiera más caliente de lo que ya estaba. Negué con la cabeza y volví a sentarme en el sofá. Mi pene sobresalía con orgullo, como si supiera que había sido elogiado. Trate de ignorar todo lo que estaba pasando pero era imposible.

"Confía en mí, yo también estoy muy nerviosa y caliente", dijo Jos, "Simplemente que no puedes verlo tan bien". Movió las piernas ligeramente y, por un momento, pensé que estaba a punto de mostrarme exactamente lo excitada que estaba, sin embargo solo estaba estirando las piernas.

"¿Qué estás leyendo?" Yo pregunté. Como si eso fuera cambiar el tema.

"Te lo enviaré más tarde esta noche. Aunque dudo que lo necesites".

"¿Qué quieres decir?".

"Quiero decir que tu amigo de ahí abajo parece que va a estallar en cualquier momento", dijo ella "¿Cuándo fue la última vez que te corriste?" Preguntó sin miedo.

Me sorprendió mucho que me preguntará eso sin pena "Jos, no sé si sea lo mejor hablar de eso contigo", le dije.

"Yo me corrí hace un par de horas", dijo sorprendiendome aún más, "Justo antes de que regresaras del trabajo. Yo pensaba que sería suficiente, pero parece que ahora lo necesito a cada rato".

Miré mi teléfono, pero mi hermana seguía mirándome. Maldita sea, por más que me gustara la situación y que Jos estuviera buenísima, todavía me resultaba raro estar hablando de eso con ella.

"Yo hace un par de días, creo", respondí tímidamente.

"¿Cómo qué creo? ¿No te acuerdas?" preguntó Jos.

"Sí. Si me acuerdo ¿Bien? Fue el sábado pasado. ¿Feliz?".

"¿Has pasado 4 días enteros sin? ¡Joder, yo apenas puedo pasar cinco horas!".

"Me gusta, como decirlo, pajearme sin acabar a veces", dije. Sentí que mi cara se calentaba, el calor cada vez era más insoportable.

"¿Quieres decir que te masturbas con las historias y luego te detienes?" Jos preguntó intrigada: "¿Y haces esto a veces? Suena doloroso".

"Puede ser", dije, "pero después de dejarme de pajear acumuló muchas ganas, y cuando me llegó a correr es otro nivel".

"¿Sientes más placer al hacer eso?"

"Sí,", dije, "Se siente genial, también duró mucho más, y saco más, mm, cosas. Mierda, no puedo creer que esté hablando de esto contigo".

Todavía me resultaba raro. Le estaba revelando a Jos mis hábitos de masturbación, era todo insolito. Habíamos ido mucho más allá de lo que podría considerarse aceptable, pero para mí sorpresa, Jos llevo las cosas aún más allá.

"Quiero verlo", dijo ella decidida.

¡¿QUÉ?! Pensé por dentro ¿habia escuchado bien?. Mi hermana me estaba pidiendo que me masturbara y me corriera. Cada vez entendía menos lo que estaba pasando.

"Lo que describiste, suena tan intenso", continuó diciendo Jos, "quiero ver cómo es".

"Jos, no lo sé, no creo que esté bien".

"Han pasado 4 días desde que te corriste por última vez creo que es tiempo suficiente para que puedas alcanzar ese nivel de placer" insistía ella.

Miré a mi hermana en estado de shock. "No. De ninguna manera puedo hacerlo", le dije.

"Puedo ver desde aquí que estás preparado", dijo Jos mirando hacia mi bulto, "¿Esa historia que estás leyendo del lago? Cuando llegues a la última noche en la casa del lago, te pondrá a mil, te lo prometo, es posible que ni siquiera necesites tocarte tu mismo para que te corras, así que va a suceder de todos modos".

"Sí me corro", dije, "sucederá en mi privacidad, yo estando solo".

"¿Por qué eres así?" preguntó Jos. Ella me dio una sonrisa tímida, y me dió una mirada pícara con sus ojos cafés bien abiertos.

"No está bien", dije, "hermano y hermana no deberían...".

"¿No deberían verse casi desnudos?" Jos preguntó: "¿Compartir historias sucias entre ellos? ¿Hablar sobre cómo se masturban? Y los hermanos definitivamente no deberían correrse juntos, ¿verdad? Pero Saúl, todas las noches leemos estas historias, nos vamos a nuestras camas separados y nos corremos. Dime que a veces no piensas en eso, prácticamente estamos a una puerta de distancia corriendonos al mismo tiempo".

Dios mi hermana tenía razón, no podía decir que no porque eso sería una mentira. Pero tampoco podía decir que sí.

"Así que es lo mismo que hacerlo separados. Solo que en realidad ahora podremos verlo. Vamos muéstrame como lo haces y ya".

No sé lo que estaba pensando. En realidad, estoy bastante seguro de que no estaba pensando en nada, tenía el pene duro, estaba demasiado caliente, y mi excitación había tomado el control, porque las siguientes palabras que salieron de mi boca fueron: "¿Tú también lo harás?".

"¿Jajaja es una broma? Si es verdad que ese pene tuyo se corre tanto como dices, no seré capaz de controlar mis instintos".

Tomé una respiración profunda, como si esto fuera realmente algo que podría considerar racional. No me di cuenta de lo lejos que había dejado atrás a lo racional hasta que me puse a pensar en todo lo que había pasado, todo habia ocurrido muy rápido en un parpadeo, mucho antes de que empezáramos a compartir historias, tal vez desde que mi hermana aceptó que yo me fuera a vivir con ella en su pequeño apartamento, habíamos dejado atras lo que era sensato, estábamos mas allá en este momento.

Aún así, fingí que tenía autocontrol.

"Me masturbare debajo del boxer", dije.

"Está bien", dijo Jos.

"Yo meteré la mano en mis pantalones cortos". Dijo Jos.

"Me parece bien."

"Voy a necesitar algunas toallas de papel o servilletas", le dije.

"Iré a buscarlos", dijo Jos, "mientras tú sigue leyendo".

Prepare la historia, y me acomode en el sofá. Si pensaba en lo que estaba a punto de hacer, me ponía nervioso, en cambio, me involucré en el relato y dejé que mi entorno se desvaneciera. En un momento, sentí que mi hermana se subía de nuevo al sofá, su pierna desnuda rozó la mía, no me atrevía a mirarla hacia al frente.

Me volví muy consciente de mi pene, estaba muy erecto, como nunca lo había estado antes, me molestaba lo levantado y duro que estaba y como chocaba contra mi boxer. Sin siquiera tomar una decisión consciente, saque mi pene al aire, ya no había nada que lo detuviera, la paja se hizo más intensa, tenía mi mano alrededor de mi verga y comencé a acariciarme de arriba abajo. Avanzando al ritmo de la historia. Llegó al punto en que el hermano estaba a punto de penetrar a la hermana. Deslicé mi mano, luego la envolví de nuevo alrededor de mi pene, tan interactivo como podia hacerlo, se sentía muy bien.

Miré a Jos de reojo y ella me estaba mirando directamente a mí, y a mi pene. Se había deslizado los pantalones cortos y las bragas hacia un lado, su mano cubría su entrepierna y pude notar como sus dedos se enterraban en su coño se introducían al compás de mis caricias. Juro que podía oler su excitación como si necesitara aún más estimulación, en ese momento olía a sexo en el sofá.

Perdí la noción de dónde estaba en la historia y miré a mi hermana mientras seguía masturbando de arriba hacia abajo. Ella me devolvió la mirada y nos miramos fijamente en un acto de complicidad.

"¿Ya vas a acabar?" preguntó, apenas susurrando.

Asentí con la cabeza "¿todo bien? pregunté de vuelta nervioso por sus palabras.

"Sí", dijo ella, "¿Te vas a correr?".

Asentí de nuevo. Justo iba a lubricar mi pene con saliva pero Jos me detuvo.

"Déjame ayudarte" me dijo mientras se inclinó hacia adelante, lo suficiente, y dejó que su saliva goteara sobre mi polla. La miré con asombro, no podia creerlo, de los hermosos labios de Jos caia la saliva sobre la cabeza de mi verga y deslizándose por todo el largo, era una imagen única. Mi hermosa hermana mayor babeando sobre mi polla, todavía acariciando su propia vagina, no podía ver muy bien, pero parecía que tenía un par de dedos enterrados dentro de sí misma y con la otra mano se frotaba en el clítoris.

Extendí la saliva de mi hermana sobre toda mi verga y comencé a pajearme de nuevo. ahora aumente el ritmo, sentir la saliva de Jos me ponía demasiado caliente.

"Dime", dijo Jos de manera ahogada. Ella ya no lo estaba ocultando, respiraba fuerte tenía las mejillas enrojecidas, sus ojos abiertos. "Dime cuando te vayas a correr".

"Estoy cerca", dije presionando los dientes y subiendo el ritmo, ya me estaba masturbando de manera descontrolada sin importar nada.

"Hazlo...", dijo Jos casi gimiendo, arrastrando la última palabra, haciéndolo aún más sucio que antes. "Córrete para mí". Dios.

"¡Aggghh! me corro... Jos" dije de manera ahogada jadeando.

Esas fueron las palabras que necesite para llegar al límite "¡Ahhh..!" volví a jadear. El placer se arqueó a través de mi polla y explotó por todo mi cuerpo. Entre en un estado éxtasis, no podía ver casi nada, todo lo que pude ver fueron los ojos de mi hermana, prácticamente abiertos, cuando reventó mi verga y salió disparado el primer chorro de semen.

"¡¡Agghhhhh... Dios!!" Escuché gemir a Jos a todo lo que daba, sabiendo que ella estaba corriendose también.

El orgasmo fue abrumador, más de lo que podría haber imaginado, había sido la mejor paja que me había hecho jamás, y el mejor orgasmo que había tenido hasta ahora. Sin dejarme de pajear pude sentir mi pene bombeando en mis manos. fueron 6...,7...,8...,9 chorros disparados con todo. Salpicaduras cálidas salpicando por todas partes. Mis caderas temblaron, mis brazos temblaron.

Débilmente, escuché a mi hermana tragar saliva: "Oh, Dios mio". Distante, podía sentir sus propias piernas chocando contra las mías. Entonces el éxtasis se apoderó de mí y todo quedó en blanco.

Finalmente, sentí que mi polla se ablandaba. Lo último de mi eyaculación se derramó sobre mi puño, abrí mis ojos y Jos me miraba con una mezcla de satisfacción e indignación. Sin querer, había cubierto a mi hermana con mi semen. Grandes manchas de semen en su camisa y sus magníficas tetas, sobre sus piernas desnudas. Incluso me las arreglé para golpear su cara, un poco de mi semen goteaba por su mejilla.

Jos me vio mirandola sorprendido y se rió. Usando las toallas que le había dicho que consiguiera, se limpió el semen de la cara, por un segundo me pareció ver que estaba a punto de llevarse un poco a la boca, pero se detuvo. "Joder, eso fue increíble, fue tal como dijiste, incluso mejor", dijo.

"¿Lo tuyo o lo mio?" pregunté . Yo estaba recostado en el sofá, cansado. Incluso sacar la mano de mi pene flácido me pareció demasiado esfuerzo.

"¡Las dos cosas!" dijo Jos, como si su respuesta fuera obvia: "Nunca había visto a un chico correrse tanto, eso fue increíble".

"¿Tu ex se corría tanto cómo yo?" pregunté curioso despues de la declaración de mi hermana.

"Eso no es asunto tuyo", dijo ella evitando la contestación. Levanté una ceja hacia ella. En este punto, ¿había algo inapropiado de mi parte para preguntar? "Está bien" respondió ella resignada "No se compara contigo, tu corrida fue única".

Esas palabras de Jos me inflaron el ego y me gustaron. Sin embargo ella no se quedó atrás.

¿Y con tu ex te corrías así? Preguntó ella devolviendomela.

"No, con ella nunca acabé de esta manera", dije, "te diría que ni siquiera yo ví como me corrí, fue tanta la excitación y lo caliente que estaba que no pude ver nada.

"Bueno, supongo que tendremos que repetirlo de nuevo, entonces", dijo Jos con una sonrisa malvada.

Pensé que estaba bromeando conmigo, de una manera juguetona, coqueta, pero no.

Ya muy casado me acosté a dormir y mi hermana hizo lo mismo en su habitación, o eso me imaginé yo. Tres horas más tarde, cuando ya estaba en pleno sueño me desperté, atormentado por el habitual remordimiento travieso, de lo que habíamos hecho, sin embargo me di cuenta que la puerta del cuarto de Jos estaba abierta.

Jos estaba de pie al frente del sofá cama donde estaba durmiendo. Caminó de manera sensual vistiendo una bata de seda que era un poco como un kimono sexy. Tan pronto como me vio mirandola, se lo quitó, cayendo al suelo. Mi hermana estaba con un conjunto de lencería que jamás había visto, su cuerpo era asombroso, pensé que ya lo sabía, con lo que había visto antes, pero no tenía ni puta idea, sus tetas se veían enormes y apretadas por ese sostén negro que llevaba, sus curvas eran una locura.

La sala estaba oscura, pero se podía ver un poco por la luz de la luna que asomaba por una ventana, ella dió una pequeña vuelta y pude ver su hermoso culo redondo que no estaba nada mal en comparación a sus pechos grandes y alegres que tanto deseaba, tenía unas bragas negras casi transparente que hacían juego con el sostén, y cubrían lo que parecía ser un lindo y delicado coño.

Jos no esperó a ver mi reacción. Se subió a mi sofá cama, al lado mío y lascivamente abrió las piernas, un momento después, apartó la braga a un lado y sumergió sus manos en su coño comenzando a frotarse. Yo no podia creer lo que estaba ocurriendo, por mi imaginación pasaban muchas cosas, lo primero que pensé es que se quedó hasta tarde leyendo y vino a desahogarse. Yo estaba completamente en shock.

Ella empezó solo jugando ligeramente con sus labios. A todo esto yo me senté para tener una mejor vista, tenía una imagen hermosa de todo esto. Mi hermana semi desnuda recostada a mi lado, masturbándose con la poca luz que daba la ventana hacia su voluptuoso cuerpo.

Jos encontró su clítoris y comenzó a frotar más rápido y pequeños jadeos escaparon de sus labios. "¡Ahhh.. ahhh!" Ella sumergió sus ágiles dedos en su coño. Uno, luego dos, y empezó a meter y sacar rápidamente, frotándose al mismo tiempo.

Sin embargo, lo más erótico no fue el abandono con el que mi hermana mayor se frotaba, tampoco fue el movimiento de sus pechos o los gemidos cada vez más fuertes que se escaparon de su boca, era su mirada, sus ojos, mirándome fijamente, esos ojos cafés, sexys y provocadores.

Esta no fue una exposición tímida dé su parte, no fue un acto tentativo. Mi hermana no pretendía estar en otro lugar, vigilada por otro hombre. Se estaba masturbando para mi, para su pequeño hermano, era ineludible.

Los ojos de Jos se cruzaron ligeramente, su cabeza fue hacia atrás, sus enormes tetas se levantaron queriendo salir. Ella hizo un largo y bajo gemido seguido de una respiración corta y fuerte, dejándose caer de espaldas.

"¡Aahhhhhhh... Mmmm!" exclamó Jos mientras corría . Su cuerpo se puso completamente rígido. Adorablemente, los pequeños dedos de sus pies eran la única parte de su cuerpo que se movía, un lindo, pequeño temblor, luego se quedó sin fuerzas. "Aaaahhhh".

Un momento después sin decir una sola palabra, rodó fuera del sofá cama, agarrando su bata de seda del suelo.

"¿Estuvo bueno?" pregunté.

"Increíble", dijo Jos. Luego se dirigió a su habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

*

Pasé todo el día siguiente en el trabajo pensando en mi hermana, no me la podía sacar de la cabeza prácticamente estaba viviendo un relato en la vida real. Sabíamos que estábamos mal, pero era algo increíble. Cuando termine de trabajar y fui a la casa pensé que tenía que decir algo para tratar de no llegar lejos, pero...

Tan pronto como abrí la puerta de mi apartamento, todo se fue por la ventana.

Jos estaba sentada en el sofa casi desnuda como el día anterior, leyendo una historia. Dio unas palmaditas en el cojín del fondo, como invitándome a tomar el té, no podía evitarlo, mi cuerpo actúo automático, me quite el pantalón y la camisa, quedándome solamente en boxers y me uní a ella. Ella evaluó brevemente mi cuerpo, luego me dio una sonrisa de aprobación.

"¿Has leído los que te envié esta mañana?" preguntó Jos. Había estado tan absorto en lo que se suponía que debía decir, que ni siquiera me había dado cuenta.

"Todavía no", le dije.

"Es increíble como escribe esa autora es impresionante", dijo Jos, "vamos a comenzarla juntos".

En cuestión de minutos, las bragas de Jos estaban en el suelo y sus manos estaban entre sus piernas. Yo hice lo mismo, mi boxers estaban en el suelo y mi mano estaba alrededor de mi pene. Empezamos a mastubarnos a mismo el tiempo, nuestros jadeos eran casi sincronizados, podía escuchar como chapoteaba su coño y el olor a sexo que desprendía.

Mi hermana alcanzó su clímax primero. "¡Ahhhhhhhh... que rico!" Gimió echando la cabeza hacia atrás y poniendo los ojos en blanco. Yo ya no aguantaba más, estaba a punto de correrme con todo, cuando de repente su mano salió disparada y agarró mi pene.

"Mierda. ¡Jos!".

"No", dijo, apretando un poco fuerte mi verga, "Todavía no te corras".

Le di una mirada dubitativa. Mi hermana acababa de tener un orgasmo en mi sofá y ahora tenía su mano suave y femenina en mi pene, pidiendome que me contuviera, me parecía un poco injusto.

"Aguanta", dijo, "así podrás volver a correrte cómo la otra vez".

Dejé escapar un profundo suspiro de resignación o exasperación, probablemente ambos. Cuando mis músculos se relajaron, Jos quitó su mano de mi pene. Ya yo no estaba tan erecto, pero ahora estaba como un cachorro ansioso, preguntándose a dónde fue a parar su premio.

"Eso fue increíble", dijo Jos.

"¿Qué?, ¿el orgasmo?" Pregunté un poco molesto.

"No, tonto", dijo mi hermana mayor, "Quiero decir, sí el orgasmo fue brutal, fue agradable, pero sostener la increíble verga de mi hermanito fue sinceramente fantástico".

Mi cara se puso roja, y la molestia se me había olvidado por completo, pero eso no detuvo a mi hermana.

"Hemos estado leyendo demasiadas de esas historias", le dije tratando de suavizar todo.

"¿Y de quién es la culpa?" Jos preguntó.

Negué con la cabeza y me levanté para hacer la cena. Después de comer, Jos y yo compartimos otra historia. Ella acabó pero, de nuevo, no me dejó correrme, esta vez ella no me tocó y pude parar por mi cuenta.

"¿Cuánto tiempo tienes que pasar sin acabar, para volver a tener una gran corrida?" preguntó mientras yo jadeaba. Estaba sosteniendo mi pene como si estuviera apretando el disparador de una granada, lo cual, considerando las posibilidades de explosión, no estaba demasiado lejos.

"Por lo general, con dos o tres días creo que es suficiente", le dije, "¿pero por la forma en que estamos haciendo las cosas, es muy problable que pueda correrme bastante en estos momentos.

Pude notar que los ojos de Jos se volvieron ansiosos. "Está bien, pasado mañana te corres", me dijo, "lo prometo".

Al día siguiente en el trabajo, estaba tan distraído que casi me derramo el café dos veces en la camisa. Estaba tan entusiasmado que tan pronto termine de trabajar, me apresuré a llegar a casa.

"Hola, hermanito, ni siquiera te vi llegar", dijo Jos sonriendo con picardía cuando abrí la puerta de el apartamento. "Muy travieso escabullirse de tu hermana de esa manera".

Llevaba la bata de nuevo, pero estaba abierta de par en par. Tenía un sostén blanco que casi dejaba ver los hermosos pezones de esas redondas tetas, y abajo llevaba unas bragas blancas muy femeninas casi transparentes. Tomó sus bragas las hizo a un lado y comenzó a hundir sus dedos en su coño.

"Tienes que respetarme, se supone que no debes ver a tu hermana mayor, masturbándose". Dijo Jos en tono de juego, cómo si estuvieramos protagonizando un relato.

"No puedo evitarlo, hermana", le dije, poniéndome en el papel, "te deseo demasiado".

"Dios, esto es tan excitante y caliente", dijo ella, ya excitada. No podía decir si era realmente ella o si todavía estaba en su personaje de hermana traviesa. "Me estoy excitando solo pensando en ti, en tu gran verga hermanito. ¡Ahhh...! Saúl, quiero tanto que me la metas. ¿Sería tan malo? ¿Si metes esa increíble verga en el coño de tu hermana mayor?".

"Jos..." Dije sorprendido por sus palabras, mi pene no tardó en reaccionar y ya estaba duro como una piedra en mis pantalones.

"Juega. Por favor". Me dijo casi suplicando mientras frotaba su coño cada vez más entusiasmada.

"No", le dije, y su rostro se puso pálido y serio. "Quiero decir, no estaría mal. Me encantaría meterlo y que veamos cómo se siente".

"Exacto", dijo Jos, regresando al sofá. Se sentó en el borde, manteniendo las piernas abiertas, mostrandome su coño perfecto y comenzó a frotarse tan rapido que apenas podía ver sus dedos. "No sería sexo, solo estaríamos, uhmm, jugando. ¿Te gustaría eso? ¿Quieres poner tu pene dentro de tu hermana?".

"Sí, quiero..." Mi mano estaba alrededor de mi pene. Apretando a través de mis pantalones de vestir.

"Mmmm, por favor", dijo Jos, "Mmm, por favor, pon esa verga enorme dentro de mi, hermanito".

Estábamos tan metidos en el papel que no podíamos decir dónde terminaba el juego y comenzaba la realidad.

"Deseo tenerlo dentro de mi. Lo quiero adentro, se que lo sacaras a tiempo, y después puedes correrte dónde quieras".

Mientras seguía aparentando mi pene tratando de no correrme seguí el juego "obvio, me encantaría acabarte en las tetas o en tu linda cara".

"Ahhhmm, sí... Eso me gustaría, yo me correría tan fuerte en tu pene", dijo Jos gimiendo cada vez más fuerte, "¡Ahhhhhh..! Mmm... hermano. Puedo sentir que vas a... ¡AHHHH...!"

Todo el cuerpo de Jos se puso rígido, a excepción de los dedos de los pies que temblaban de nuevo. Su pecho quería salirse y su rostro se sonrojo. Luego se tumbó en el sofá cansada y dejando un charco de líquidos en él.

Ver a mi hermana acabar me puso demasiado caliente y empecé a desabrocharme el cinturón. No pude detenerme.

"Por favor, Saúl", dijo Jos deteniéndome "Aguanta un día mas".

Esa noche, cuando estaba a punto de irme a dormir, la puerta del cuarto de Jos se abrió, la vi y estaba vestida con un ​​pijama de franela sorprendentemente poco atractivos. Ella se sentó en el borde de la cama y yo esperaba otro espectáculo, en cambio, ella se sentó allí luciendo un puchero.

"Lo que dije esta noche", dijo Jos, "sabes que solo estoy fingiendo, ¿verdad? Es solo juego".

"Lo sé", dije, como si realmente lo supiera."

"Es genial compartir esto contigo", dijo Jos, "pero sé que está mal. No quiero que, ya sabes, esperes cosas".

"Está bien", le dije, "lo entiendo. Es divertido jugar así".

"Es demasiado divertido y caliente", dijo Jos, "pero creo que tenemos que tener algún límite, aún no nos hemos tocado y creo que deberíamos seguir así".

"Jaja pero ya me tocaste", le dije, "¿recuerdas? Cuando me agarraste la verga".

"Es verdad, sí", dijo, de repente luciendo soñadora al recordar el momento, "pero eso no cuenta".

"Jaja si tú lo dices", dije mientras ella me miraba retadora "está bien, no nos tocaremos más".

"Ok", dijo Jos, "pero mirar, hablar sucio y todo lo demás está bien".

Honestamente, ambos sabíamos que nos estábamos mintiendo el uno al otro. Pero la verdad, era algo que ninguno de nosotros estaba preparado para reconocer. Entonces, nos dijimos estas falsedades, las compartimos entre nosotros para fortalecernos, como si eso de alguna manera las hiciera realidad.

"Está bien", dije, "Sólo es un poco de diversión".

"Exactamente", dijo Jos, "te había prometido que mañana te podías correr, el gran día pero si no te sientes bien con eso podemos dejarlo para después".

"¿Tú te sientes bien con hacerlo?" pregunté yo. "¿Quieres evitarlo?".

"De ninguna manera", dijo Jos, "Pero sí, siento que las cosas están yendo un poco lejos, quizás demasiado. Tal vez deberíamos ralentizar las cosas un poco las cosas para estar más seguros los dos".

"Bien", dije yo, "Tal vez eso sea lo mejor".

"Decidamos mañana en la mañana", dijo ella, "a ver cómo nos sentimos".

"Después del trabajo, me parece mejor" le dije yo.

"Aún mejor", dijo ella, "será bueno tomar un descanso".

*

A la mañana siguiente, llamé al trabajo diciendo que estaba enfermo. era la primera vez que faltaba a mi nuevo trabajo, fingí toser y les dije que no podía ir. Escuché a Jos hacer lo mismo a mi lado, apenas podía hablarles sin reírse.

Todo lo que habíamos acordado ayer se había ido a la mierda.

Cuando colgamos, mi hermana me miró como si le acabara de decir que la llevaría a Disney World. Cualquier temor que habíamos tenido la noche anterior se había olvidado en el amanecer de la mañana. Empecé a quitarme la ropa, pero de nuevo, ella me detuvo.

"Dejemos todo para la noche, así crece el momento y es todo mejor", dijo Jos.

Hice un gesto de molestia, pero no podía decirle que no a mi hermana mayor. En cambio, me levanté y me duché mientras ella me preparaba el desayuno. Luego nos sentamos, escogimos algunas historias nuevas y empezamos a leer. Sabía que no debía tocarme. Pero una y otra vez frotaba mi pene a través de mis pantalones cortos, como si mi mano se hubiera dirigido allí por su propia voluntad.

Jos, por su parte, se mantuvo mayormente educada y tranquila. Primero, trató el día como un largo juego de striptease. En el desayuno, estaba completamente vestida, con una camiseta y pantalones cortos y su largo cabello castaño atado en una cola de caballo apretada.

Para el almuerzo, solo le quedaba la camisa y un par de bragas escarlatas tipo boyshort. Después de comer, se quitó la camiseta para revelar el sujetador atrevido a juego.

Ya por la noche, cada uno de nosotros había leído unas diez historias cada uno, estabamos demasiado calientes por el apartamento, se podía sentir la tensión acumulada. Por un momento ví como se abría la puerta de la habitación de mi hermana, ella salió con su bata transparente, pero está vez estaba estaba completamente desnuda.

"¡Dios!" Fue lo único que alcance a decir entre dientes ante la diosa de mujer que tenía al frente.

Lo primero que me fijé fue en sus increíbles tetas naturales, eran enormes, pero se mantenían firmes, con un hermoso pezón que me invitaba a ir tras él, eran sin duda las mejores tetas que había visto. Su cabello suelto, como una diosa y portaba una mirada cachonda y provocativa que invitaba a pecar. Por ultimo su lindo coño depilado preparado el día de hoy. ¡Dios mi hermana estaba buenísima!.

Jos se acercó a mi y también comenzó a desnudarme, desabrochando el pantalón corto que llevaba mientras pedía una entrega sushi. Cuando llegó la comida, ambos la comimos desnudos, era imposible no fijarme en el cuerpo de Jos mientras comiamos, no podía creer las tetas que tenía al frente mío.

"Cómete el sushi, que me estás comiendo con la mirada" dijo ella riéndose.

Terminamos de comer y los dos sabíamos que era el momento.

"¿Dónde quieres hacer esto?" preguntó Jos, "La gran corrida".

"¿En tu habitación?" Pregunté yo.

"Sí, me parece bien", dijo ella, el hambre en sus ojos era ineludible y en mi mirada embobada también.

Corrimos hacia su cuarto y saltamos sobre la cama. Nos colocamos uno frente al otro entrelazando nuestras piernas. Empezamos, como siempre, con una historia. Este era sobre un hermano que deseaba las tetas de su hermana. Sentí como mi pene desnudo se ponía cada vez más duro, mientras intentaba leer, pero era imposible teniendo a Jos completamente desnuda ante mi. Tomé mi verga y la acaricié ligeramente, no queriendo pasarme de la raya muy pronto. Mi cuerpo era como leña, lista para encenderse en cualquier momento.

Jos apartó el iPad de mi cara, estaba sentada frente a mí, deslumbrante, tenía las manos en su entrepierna, sus hermosos pechos temblaban con cada rasgueo que hacia en su coño. Ella me sonrió y luego miró directamente a mi verga.

Ahora estábamos frente a frente, mirándonos mientras nos masturbamos. Cada vez era más difícil mantener el ritmo.

"Mmm, pero hermano, no podemos", dijo Jos, su voz era casi un susurro. "Mamá y papá hmm... están afuera, nos escucharán".

"Entonces trata de no hacer ruido", le dije entrando en el papel. El juego había comenzado.

"No puedo evitarlo", dijo Jos, "se siente demasiado rico".

Solo sonreí. Mi hermana y sus historias.

"Espera, no..." Dijo ella.

Me quedé helado por un momento.

"No me la metas", dijo Jos, sonriendo, "Por favor, hermano, es demasiado grande, no cabe".

Ella me miró expectante.

"Vamos Jos, solo inténtalo", dije, "un poco. Sé que te gustará".

"Pero prometes que te correrás fuera", dijo Jos.

"Acabaré afuera", dije, "lo prometo".

"¿Te gusta?" preguntó Jos, sacudiendo intencionalmente sus hermosas tetazas "¿Mi cuerpo?".

"Son increíbles, tienes un cuerpazo".

"¿Desearías meter tu verga en mi coño? ¿En lugar de mis dedos?".

"Sí, lo desearia".

"Ahhh, Dios, eso estaría muy mal", dijo Jos, "pero apuesto a que se sentiría tan bien".

"Eso sería muy malo", dije sintiendo como mi pene se calentaba más después de cada palabra.

"Así es", dijo Jos. De repente, sus ojos se abrieron como platos viendo el tamaño de mi erección. "¿Estás cerca de correrte?".

"Sí..., muy cerca" dije aumentando el ritmo.

"Mmmm... yo también estoy a punto... ", dijo Jos entre dientes, "Quiero, ¡ahhhh..!, quiero ver cómo te corres, quiero sentirlo, en mis tetas, en mi cara. ¿Harás eso por mí? Le acabarás encima a tu sucia hermana mayor?".

Esas ultimas frases fueron incentivo para que mi verga estuviera a punto de explotar, correrme encima de Jos era algo que había soñado y deseaba tanto. Ni siquiera lo pensé, solo asentí con la cabeza.

"Ahhhmm, Dios", dijo Jos gimiendo ahora más. Su cuerpo ceñido, los dedos de sus pies se crisparon, sus tetas se balancearon, pero en lugar de retroceder, como siempre, su cuerpo se sacudió y otro orgasmo la atravesó, y luego otro.

"¡¡¡AHHHHH!!! Mmm.... No puedo parar", dijo, con los ojos muy abiertos, "Ahhhgg... no puedo parar de correrme".

"Esto es demasiado excitante", dije pajeandome sin cordura.

"¡Ah, AH! Mira... Como me has puesto ... a mí". Decía ella excitada a más no poder, con cara de perra en celo.

"Mira lo que me has hecho tu a mi", repliqué yo completamente desnudo, acariciando mi pene como un maníaco.

"De... déjame ayudarte", dijo Jos . Antes de que pudiera procesar lo que había dicho, mi hermana se acercó y me agarró la verga.

"¡Oh Jos!" Dije soltando un gemido ahogado. Sabiendo que ya no podía aguantar más.

Su mano se sentía increíble. Me acarició una vez, dos veces, eso fue todo bastó. Mi verga explotó en su mano, ella apuntó directamente a sus pechos, pero la fuerza del primer chorro era tanta, que le llegó hasta el ojo. Volvió a apuntar y una cuerda de semen blanco salió disparado fuertemente sobre ellos. Un chorro más en cuello, otro uno en los pezones. Llené todas las tetas de mi hermana con mi semen, mientras mi pene palpitaba en su mano.

Cuando el placer disminuyó, miré a mi hermana. Ella estaba cubierta de semen como en una película de bukkake, que de alguna manera, este solo tenía a un protagonista como hombre, a su hermano menor.

"Dios, te corres mucho", dijo Jos riéndose, limpiándose el semen que le había caído en el ojo y echándose hacia atrás.

"Te ves hermosa", le dije, "Deberías probarlo".

"¿Sabes?" Dijo Jos "Creo que lo haré". Tomó un poco del semen de su teta con su dedo y lo chupó mirándome fijo.

"Está delicioso".

*

Pasamos la siguiente semana mastubandonos como locos pero sin llegar a corrernos. A veces, ni siquiera nos molestamos con las historias, solo nos mirábamos como nos tocábamos. Sin embargo no llegábamos al contacto físico. El agarre de Jos a mi pene fue olvidado, como si nunca hubiera pasado.

Después de tres días, ambos estábamos fuera de si. Enloquecidos por la necesidad de corrernos. Nos habíamos prometido que esperaríamos hasta el fin de semana, pero no pasamos del jueves por la noche.

Estábamos sentados en el sofá, frente a frente, y Jos comenzó su charla sucia.

"Nos van a atrapar si seguimos haciendo esto", dijo, "mamá y papá".

"No te preocupes, no sabrán nada", le dije.

"Están justo en la habitación de al lado", dijo Jos, "Veo la forma en que mamá me mira. Creo que ella sospecha de algo, de que su hermanito se corre encima de ella".

"Bueno, seguramente lo descubrirá", dije, "si sigues gimiendo y hablando alto".

Jos jadeó y empezó a frotarse más rápido.

"Te dije que no te corrieras en mi cara", dijo.

"No pude evitarlo", le dije, "tengo un fetiche por acabar en las caras y correrme en tu cara hermana es algo que deseo".

"Bueno, ya que no podemos empeorar las cosas", dijo Jos, "¿por qué no me lo metes de nuevo?".

Ahora era mi turno de jadear. Estaba pajeandome bastante rápido ahora, creo que ambos estábamos listos para alcanzar nuestro punto máximo.

"¿Quieres eso Saúl? ¿Quieres cogerte a tu hermana mayor? ¿Quieres hacer de tu hermana mayor una puta?".

No sabía qué decir. ¿Era esto un juego o algo serio? no me enteraba. En cambio, dejé que Jos siguiera hablando.

"Mmmm... Saúl, la semana pasada, cuando te corriste sobre mis tetas, eso fue lo más excitante que he hecho", dijo Jos cada vez respirando más lento. "Tu verga caliente y dura en mis manos, sentir tu semen subir por el eje, verlo disparar hacia mi. Dios, no creo que sepas lo caliente que estaba. ¿Te gustó? ¿Qué tu hermana mayor agarrara tu pene?".

"Se sintió increíble", le dije casi ahogado por la excitación que llevaba, "Eres increíble, Jos".

"¿También querías tocarme?".

"¡Mierda, sí!, no sabes cuánto deseo hacerlo".

"¿Sentir mis tetas? ¿Frotar mi coño mojado?".

"Desesperadamente".

Tomé valor y me incliné hacia adelante, os ojos de mi hermana se agrandaron. Asustado y hambriento aparté sus manos de su coño y los reemplacé con mis dedos.

Ella no dudo y agarró mi pene, nos estábamos masturbando el uno al otro. Jos bombeó mi polla, poseída y yo froté su coño, enloquecido. Esta vez, me corrí primero, estábamos tan enredados en el sofá y tan cerca que no había nada que apuntar, me vine en todas partes, como una manguera contra incendios con fugas, me vine en mi hermana, en mí, en el sofá, un desastre pegajoso y lleno de semen.

Luché contra el placer, desesperado por hacer que mi hermana se corriera también.

"¡¡¡Ahhgg... Siiii...!!!", gimío Jos, "¡OH DIOS!" Su cuerpo se resistió, sus piernas se cerraron, sus ojos se colocaron en blanco y su cabeza fue hacia atrás. Esta vez, en lugar de solo los dedos de los pies, todo su cuerpo tembló, para mí era un deleite ver como sus tetas rebotaban ante tal placer. Había visto orgasmos pequeños, breves y singulares, pero nada como esto.

Mi hermana se vino por lo que parecieron minutos. Su cuerpo se estremeció de placer con mi mano en su coño, parecía más algo que soportaba que disfrutaba. Finalmente, su cuerpo se detuvo, sus ojos se abrieron y ella rompió en carcajadas.

"Oh wow. ¡Eso fue intenso !" y de repente con mi mano en su coño se corrió otra vez atravesandola como un escalofrío. "Maldito infierno".

Extendí la mano y acaricié el cabello de mi hermana, por alguna razón, eso se sintió más íntimo que tocar su coño, puso su cabeza hacia adelante y besó mi mano, cómo agradeciendo por todo.

"Quiero decir, wow", dijo, divagando, "nunca me había corrido así". Se levantó, examinándose a sí misma. "Parece que tú también te corriste bastante fuerte".

"Demasiado, sí", le dije completamente exhausto.

"En serio, tenemos que poner toallas o algo así", dijo Jos viendo como habíamos dejado todo, "Esto se está saliendo de control".

Esa noche, nuevamente, mi hermana se coló en mi habitación. Estaba completamente desnuda, pero la expresión de su rostro me dijo que no estaba allí para cosas sexys.

"El tocar", dijo ella "Nos pasamos un poco de la raya".

"También lo creo pero...".

"Lo sé... A mí también me gustó. Mucho".

"A mí también" dije entendiendo que Jos y yo nos sentíamos igual.

"Entonces, está bien que lo hagamos ¿verdad?" Jos preguntó dudosa de si : "¿Seguir con todo esto?".

"Creo que sí", dije.

"Simplemente no ir más lejos", dijo Jos.

"Estoy de acuerdo".

*

Comenzamos el nuevo día sabiendo que no nos podíamos correr por un tiempo. Era como hacer una limpieza, odiábamos pasar por eso, pero no podíamos dejar de amar los resultados. Durante las pausas, casi logramos actuar apropiadamente. Leíamos historias, claro, pero permanecíamos vestidos (en su mayor parte) y no nos tocábamos (aunque a menudo nos tocábamos a nosotros mismos). Casi se sentía como una relación entre hermanos normal y sana.

Descubrimos que podíamos aguantar unos tres días antes de volvernos locos. Jos comenzó a llamarlos 'días O', los días en los que finalmente se nos concedió el alivio de salirnos por las paredes. Nuestro próximo día O estaba fijado para el domingo una vez más, me dije a mí mismo que ya habíamos llegado al límite en lo que habíamos hecho el uno con el otro, sin embargo, no podía estar más equivocado.

Todavía estaba dormido cuando Jos salió de su cuarto en una perezosa mañana de sábado. Se abalanzó sobre mi cama tumbandose encima de mi y acercando su rostro a centímetros del mío, parpadeé despierto, se sentía increíble tener sus pechos presionados contra mi, me deje llevar y puse mis manos sobre su espalda baja.

"Hola", dijo ella, muy cariñosa.

"¿Buenos días?".

"Quiero probar algo diferente", dijo.

"Me parece bien, hermana, pero vamos a necesitar mucho lubricante para el anal", le dije bromeando.

Jos negó con la cabeza, como si yo fuera el hermano menos divertido que una chica podría tener.

"Lee esto", dijo, y me entregó mi iPad. Por lo general, tocar mis dispositivos electrónicos sin mi permiso sería una violación grave de la privacidad, pero con Jos sentí que no tenía nada que ocultar. Tomé la tableta y le di la vuelta, ella ya había seleccionado una historia sucia, una que habíamos leído varias veces y que ambos disfrutamos.

"Leer relatos porno no es algo muy diferente", dije.

"Ya verás", dijo Jos confiada.

Ella tomo mi mano y me llevó a su habitación Nos sentamos en su cama, yo recostado, usando solo unos de boxers, mi hermana en bata y (supuse) que sin nada debajo, sentada a mi lado, observándome atentamente mientras leía.

"¿Qué están haciendo?" ella preguntó.

"¿Quieres que te lo lea?".

"No. Sólo dime en qué parte de la historia estás".

"Simplemente se desnudaron en la cama", le dije.

"Entonces, desnúdate", dijo Jos, como si eso fuera obvio. Me quité los bóxers, mi pene salió semi erecto, colgando, mi hermana se quitó la bata y fue un placer visual, su cuerpo desnudo se veía increíble, como siempre, no podía quitarle los ojos de encima a esas tetas. "Sigue leyendo", dijo ella, riéndose.

Leí un poco más, pero era difícil concentrarme en las palabras mientras mi sexy hermana mayor estaba desnuda junto a mi.

"¿Ahora que?" ella preguntó.

"El toma la iniciativa y...", dije, "Él está, mmm... tocando las tetas de su hermana". Cuando leí mi corazón empezó a latir fuertemente y mi pene se empezó a endurecer.

"Adelante", dijo Jos. Se inclinó hacia adelante, prácticamente colocando su teta perfecta en la punta de mis dedos. mi mano temblorosa empezó a palmar sus suaves tetas, eran más grandes que mi mano y ​​suaves, se sentían increíbles, tomé confianza y comencé a apretarlas más fuerte y con ganas, la cara de Jos era una delicia viéndome disfrutar de sus tetazas, levanté la teta de mi hermana en mi mano, luego estiré y pellizqué el pezón. Me dio el otro e hice lo mismo. "¿Te gustaron?" ella preguntó.

"Tienes unas tetas increíbles", dije.

"¿Mejor que las de tu ex?" pregunto ella con una sonrisa.

Arqueé una ceja. En toda nuestra charla sucia, Jos nunca antes había mencionado a mi ex.

"Ni siquiera se pueden comparar ", dije, "Estos son magníficos, tienes las mejores tetas que he visto". Dije volviendolas a apretar con fuerza.

Jos soltó un pequeño gemido y se sonrojó, levantó la barbilla con una sonrisa, diciéndome que siguiera leyendo. "¿Que están haciendo ahora?".

"Ella está, mm, acariciando su verga".

Jos se acercó y me agarró el pene. Ya estaba tan excitado que me sorprende no haberme corrido con solo el contacto de su mano. Tres días seguidos sin poder correrme más la provocación de esta mañana ya era demasiado para mí.

Mi hermana apretó mi verga. Acariciándola suavemente de arriba hacia abajo, con una delicadeza, seductora y tentadoramente.

"Sigue leyendo" insistió ella.

"Se está inclinando", dije, "poniendo su boca alrededor de la ver.. de su hermano... oh DIOS".

Mi hermana sorbió mi polla directamente en su boca. Desde mi ex no había recibido una mamada, ahora mi pene estaba dentro de la cálida boca húmeda de mi hermana. Se sentía increíble, me habían hecho mamadas antes, pero nada como esto. Jos envolvió sus labios y su lengua alrededor de mí pene de una manera tan ansiosa y sensual que ni siquiera puedo expresarlo.

Mi hermana lamió y chupó mi polla lentamente de arriba a abajo, como saboreandolo, lo sostuvo con fuerza en su boca como si fuera precioso y me miró fijo con sus ojos muy abiertos y deseosos. Maravilloso, no podía apartar la mirada. Verla chupándome la verga era lo mejor del mundo.

Se la saco y dijo "Sigue leyendo" sus palabras adorablemente amortiguadas por mi pene.

"Ella está, me..., joder, esto es demasiado bueno, subiendo y bajando sobre la verga de su hermano".

"¿Lo hago mejor que tu ex?" preguntó Jos. De nuevo con mi ex.

"Ella no es nadie al lado tuyo", le dije, "Literalmente ella ni se acerca a ti".

Jos puso los ojos en blanco, y siguió chupando ahora con más ganas. Utilizo su lengua para lamerlo de abajo hasta arriba y seguir chupándolo, su cabeza bajaba y subía desapareciendo mi pene en su boca, su lengua era una delicia, ella frenó y paso su lengua por mi cabeza haciendo que casi estallara.

"Su hermana se lo saca la boca" dije antes de correrme. De mala gana jos se lo saco apretando los labios en mi cabeza haciendo que sonara un 'pop'. "Ella lo comenzó a pajear de arriba abajo". Mi hermana empezó a masturbarme con una mirada lasciva en sus ojos.

Ya estaba tan cerca de correrme, dudaba que pudiera aguantar por mucho más tiempo. Luego leí las siguientes palabras y mi corazón se detuvo.

"Ella mueve su cuerpo hacia arriba", dije temeroso "y... Se monta a horcajadas sobre su hermano con las piernas". Jos hizo lo mismo, reflejando la historia montándose sobre mi "Ella toma la verga de su hermano, lo apunta hacia arriba, luego, mm... Se lo mete en el coño".

Ambos nos congelamos, no sabia qué había estado pensando Jos hasta ese momento, tal vez no leyó tanto o no recordaba muy bien la historia, o tal vez pensó que me correria antes, honestamente, no estoy seguro de cómo no lo hice, o tal vez, solo tal vez, se dijo a sí misma que cuando llegara el momento, realmente lo haría.

Ambos nos miramos fijamente, el coño de Jos estaba justo encima de mi pene, sus pechos colgando sobre mi pecho, su mano todavía envolvía mi polla. Ella me miró directamente quizás buscando mi aprobación o algo.

"Lo siento, Saúl", dijo Jos, "Esto ha sido divertido y no me arrepiento nada".

"Yo tampoco me arrepiento" dije esperando ver qué haría.

"Pero esto... Sería un incesto real, Hay una diferencia entre fingir y realmente hacerlo y simplemente no podemos llegar allí".

Creo que ella esperaba que yo argumentara lo contrario, pero no lo hice. Apreté su mano y dije: "Tienes razón, pero esto fue increíble. una muy buena idea, gracias".

Jos sonrió y se inclino hacia mí dándome un beso en la mejilla y pegando sus tetas en mi pecho, sin duda ese beso se había sentido intenso, se levantó y de repente sus ojos brillaron.

"Espera," dijo ella. Mi hermana mayor se quitó de encima mío y corrió hacia la sala, ver sus tetas saltar de un lado a otro a medida que avanzaba, su hermoso culo, era casi tan bueno como todo lo demás que había experimentado hasta ahora.

Mi hermana volvió con un botecito de loción para manos.

"Recuéstate", me dijo, "y cierra los ojos".

Escuché el sonido de 'chorro' de ella usando la botella, sentí algo cálido y resbaladizo deslizándose por mi pene, sonreí, mi inteligente hermana se cubrió las manos con loción y luego las apiló una encima de la otra, lentamente ella empezó a acariciar mi verga.

Claramente no era una vagina, pero al mismo tiempo, estaba tan caliente y con tantas ganas que hacia que la fantasía funcionara.

"Dios, hermanito, tu verga se siente tan bien en mi coño", gimió Jos. Podía escuchar un poco de risa tratando de colarse, pero ella trato de no reirse.

"Dios, hermana, estás tan apretada", le dije siguiendo el juego e imaginando la situación.

Jos deslizó lentamente sus manos resbaladizas de arriba abajo sobre mi pene. "¿Te gusta el coño de tu hermana mayor?".

"¡Me.. encanta, aghhh..!", le dije gimiendo suavemente.

"Me encanta tu pene dentro de mi", dijo. Ella comenzó a moverse más rápido. Para ser un par de manos, estaba haciendo un buen trabajo simulando sexo.

"Me gusta tu verga hermanito", dijo Jos sensualmente.

"Yo amo tu coño Jos", le dije.

"Me alegro de que no estemos usando el condón", dijo, "Se siente mucho mejor de esta manera, solo dime antes de correrte, ¿de acuerdo?".

"Sí", le dije, "lo haré".

"Quiero que te corras en mis tetas", dijo Jos.

"Mm.. joder, hermana".

"Lo sé mmm...", dijo gimiendo , "Puedo sentirlo, estás cerca de correrte".

Empezó a mover sus manos más lento alrededor de mi pene.

"No, todavía no", le dije.

"No me mientas", dijo Jos, "te conozco, creo que me vas a engañar, puedo sentir cuando estás a punto de correrte".

Ella tenía razón, por supuesto. Estaba cerca de venirme, extendí mi brazo y puse mi mano sobre la de ella, tratando de hacerla ir más rápido.

"Más rápido, hermana", le dije.

"¿Estas seguro?".

Puse mis manos en sus muñecas, comenzando a subir y bajar, como si estuviera sosteniendo sus caderas.

"Tu coño es increíble", le dije, "no quiero parar".

"Tú, ¡oh!, pero tienes que hacerlo", dijo Jos, "me vas a acabar dentro".

"No me importa", le dije, "te quiero, te necesito".

"No, hermano, por favor no... ¡OH MIERDA!"

Mi esperma salió disparado hacia arriba como un géiser. El placer estalló dentro de mí con una fuerza similar. Jos sostuvo mi pene con fuerza, arrastrando el orgasmo fuera de mí.

"Oh, te estás corriendo dentro de mí", dijo Jos, "Oh dios, hermano, se siente tan bien".

Podía sentir como mi pene soltaba chorros y chorros, solo podía disfrutar con los ojos cerrados. Cuando mi orgasmo finalmente comenzó a debilitarse, no pude evitarlo y me reí. "no puedo creerlo, eso fue increíble ", le dije.

Jos me dio una sonrisa maliciosa. Abrió los brazos y me mostró: había bañado a mi hermana en semen, sus tetas estaban cubiertos goteando por todas partes, su pequeño y lindo ombligo parecía un lago blanco.

"Me vine", dijo Jos. Al principio, pensé que estaba bromeando, pero luego me miró con timidez. "Ni siquiera me toqué, pero cuando empezaste a bombear, empecé a venirme, no fue algo grande, pero... Wow. Nunca pensé que eso podría pasar".

"Entonces, ¿estás diciendo que ya no puedo devolverte el favor?" pregunté yo.

"Podrías", dijo Jos pícaramente, "pero creo que quiero guardarlo para el próximo día O".

*

Todo salió mal desde el principio.

Me desperté la mañana de nuestro próximo día O y comencé a leer una historia, como siempre lo hacía, aproximadamente a la mitad, con mi mano acariciando mi polla, la pasé por encima, no tenía la intención de correrme, y de repente estaba cubierto de mi propio semen, la historia ni siquiera era tan buena, mi orgasmo había sido agradable, claro, pero seguía muy caliente por lo de anoche.

Iba a ser el día de Jos de todos modos , me dije en la ducha.

Más tarde, en el trabajo, escuché a dos chicas quejándose de su vida amorosa, sobre lo difícil que era encontrar una buena pareja, ese tipo de cosas, mientras escuchaba eso, pensé en lo tan feliz que era de no tener más ese problema, y después me di cuenta de que estaba pensando en Jos y en mi.

Mi satisfacción rápidamente se convirtió en remordimiento, luego la culpa, no tenía novia. yo tenia una hermana, alguien con quien estaba haciendo cosas sucias, esa no era una relación, pero el hecho de que mi mente había pensado que sí, me dijo mucho más de lo que quería escuchar.

Pasé el resto del día perdido en mis propios pensamientos, tenía que detener esto antes de que se volviera demasiado serio, ya era demasiado tarde, no sabía qué hacer, la mujer con la que necesitaba hablar desesperadamente y la chica a la que no podía decir una palabra eran la misma persona. Esa noche me quedé hasta tarde en la oficina, aunque no era necesario, tenía miedo de ir a casa.

Finalmente, tenía que volver y me dispuse a ir al apartamento. Jos me estaba esperando, pero tan pronto como vio la mirada en mi rostro, su propia sonrisa se desvaneció.

"¿Comiste ya?" ella preguntó.

Le dije que no lo había hecho. "Pensé que podríamos cenar antes de que, ya sabes, hagamos lo que tenemos pendiente".

"La que tenemos pendiente", dijo, ahora directamente mirándome, traté de obligarme a sentirme como en el día anterior pero no pude hacerlo.

Entonces, cenamos en silencio y luego, Jos se acurrucó en el sofá con su teléfono, yo me coloque a su lado y mierda, no podía parar de verla, era una diosa, se me hacía complicado no pensar en querer hacer de todo con ella.

Despues de unos minutos ella se levantó y me dijo "Te veré en el cuarto", suspiré y por dentro dije mierda, no podía decir que no, y la seguí.

"Finalmente", dijo Jos saltando en su cama.

Tomé una respiración profunda, encontré la historia seleccionada y me tire en la cama.

Jos estaba en camiseta sin mangas con un buen escote y ropa interior, recostada en la cama, la observé de arriba a abajo deaeándola y ella me dio una pequeña sonrisa. Le entregué mi iPad, luego comencé a quitarme lentamente la ropa de trabajo, todo se sentia en silencio, había mucha tensión.

Cuando me quedé con la camiseta y los bóxers, me senté al lado de ella de la cama. Ella comenzó a buscar el relato y me miró fijamente dandome el iPad.

"¿Desde dónde leo?" pregunté.

"Acaban de llegar al hotel", dijo. Había elegido uno en el que dos hermanos se van de vacaciones de verano y tienen que compartir habitación, una historia estándar, pero estaba bien escrito y tenía las escenas que estaba buscando.

"Tómate tu tiempo", me dijo, yo no podía quitarle la mirada de encima y comencé a alisar el cabello de Jos mientras leía el relato, cuando llegué a la parte donde los hermanos se desnudaron, me quité el resto de la ropa y jos hizo lo mismo.

Dios, su cuerpo realmente era increíble, no era solo el hecho de que ya era toda una mujer, aunque eso ciertamente ayudaba, estaba tan bien formada, cada curva parecía haber sido esculpida, su amplio pecho y su redondo culo, sus tetas llenas, incluso estando recostada, y las caderas femeninas. A pesar de todo lo que había pensado en el día, ver a mi hermana desnuda, me volvía loco y me ponía la verga dura como una roca.

Jos notó mi erección, y por primera vez desde que llegué a casa, ella me sonrió genuinamente. Me incliné y besé su mejilla, se sintió tan natural en el momento que mi hermana sonrió y empezó a leer ahora ella.

Los hermanos de la historia ahora estaban tratando de dormir, dando vueltas y vueltas, el hermano comenzó a pajearse, así que comencé a hacer lo mismo, una provocación lenta, jos me miró, luego volvió a mirar la pantalla, sus ojos revoloteando de un lado para otro como si estuviera viendo un partido de tenis.

Jos se agachó con su mano libre y exploró los labios de su coño. Ella estaba un poco por delante de la hermana en la historia, pero no estaba dispuesto a discutir eso, en cambio, observé, fascinado, como mi hermosa hermana comenzaba a masturbarse.

Sabía lo que venía después. Aparté la mano de Jos y puse mis propios dedos en su coño. Ella alcanzó mi pene, pero la detuve.

"Lee la historia", le dije y Jos hizo un puchero.

"Él está chupando sus tetas", dijo Jos.

El momento que tanto estába esperando había llegado me incliné hacia adelante. Tomé sus enormes tetas y metí su hermoso pezón en mi boca succionandolo fuertemente. Empecé a chupar como loco pasando mi lengua rápidamente por encima de su duro pezon. Cambié de un lado a otro entre las tetas de mi hermana llenandolas de baba. Ella arqueó la espalda ligeramente disfrutando de como su hermanito le comía las tetas. Las junte y empecé a morder ligeramente su pezón "¡¡Ahhh... Hmm!!"" Gritó gimiendo y acariciando mi cabello con sus dedos. Ella Lo estaba disfrutando por su cara y las expresiones de su cuerpo haciendo estiramientos con las piernas.

"Está moviendo su boca hacia abajo", dijo mi hermana casi sin voz.

Besé su barriga delicadamente, pasando mi lengua por el largo trayecto hasta llegar al coño de Jos. Abrí las piernas de mi hermana tanto como pude y pude apreciar el hermoso coño que me iba a comer. Me agache la mire fijo y abrí los labios de coño exponiendo su clitoris y con mi lengua empecé jugar con él. Cualquier sentimiento de 'culpa o remordimiento', había desaparecido. Lamí lentamente su coño para ir aumentando el ritmo gradualmente.

Podía sentir como el cuerpo de Jos se estremecía en mi boca, tomó mi cabeza apretandola contra su sexo y yo seguí sin parar. Jos comenzó a gemir y moverse. Mis labios besaron y chuparon su concha llenandome de sus líquidos.

Parecía que ella estaba llegando al éxtasis, me encantaba tener esta intimidad con ella. Las piernas de Jos alrededor de mi cabeza. Su coño en mi boca. Su lugar más privado, ahora completamente expuesto y siendo devorado por la boca de su hermanito.

Ella gimío fuerte y me detuvo "AHHHHH!! El... le está besando el estómago", dijo Jos, tal vez un poco antes de lo que esperaba que quisiera me había encantado comerle el coño.

"Está arrodillado, agarrando su polla." Dijo.

Me puse nervioso por lo que vendría pero no tarde en obedecer. Tomé mi pene apuntandolo hacia ella.

"Lo está centrando sobre su coño", dijo Jos, "presionando la cabeza contra ella... ¡Ahhhh!".

Me dió miedo, no estaba seguro de la línea que estábamos a punto de pasar, acerqué la la cabeza de mi pene en su abertura, y los ojos de mi hermana se agrandaron, asustada. Por un momento, pensó que en realidad lo iba a hacer.

Ella rió nerviosa y agitada. "¿estás segura de esto? Pregunté yo notando que los dos estábamos dudando.

"Intentemos todo de nuevo", dijo Jos tratando de bajar la tensión al asunto. Repitió las últimas líneas. Besé el camino hasta su estómago de nuevo, llegué a su coño, abrí sus piernas y puse mi pene a escasos centímetros de meterlo. Le puse saliva a mi pene por si acaso. Esta vez, mi hermana sabía que no había vuelta atrás.

" El se acercó y deslizó su pene dentro de ella" dijo Jos leyendo y respirando cada vez más rápido. Ella jadeó.

Justo cuando lo iba a hacer ella me detuvo "Espera", dijo ella. Puso su mano en mi pecho, empujándome hacia atrás.

Volví a mirarla, preocupado y sorprendido.

"¿Esta todo bien?" pregunté.

"Está bien", dijo Jos, "yo solo..." Parecía estar tomando una decisión. "No creo que esté bien hacer esto".

"Oh", dije, "está bien". Traté de ocultar mi decepción. El hecho de que mi hermana pusiera el freno era algo bueno. "¿Me estaba equivocando yo?".

"Oh, Dios, no puedo creer que estemos llegando tan lejos. Quiero decir, en el momento en que realmente pensé que estabas a punto de hacerlo me asusté.

"Pensé que era lo que querías", le dije.

"No sé que estamos haciendo" dijo ella preocupada".

"¿Quieres que haga otras cosas por ti?" Dije por si quería que la ayudara a acabar.

"No, está bien", dijo Jos, "Solo ven aquí. Abrázame un momento".

Me tiré junto a mi hermana. Envolví mi brazo alrededor de sus brazos y la acerqué. Su cuerpo desnudo presionado contra el mío era una locura. Jos apoyó la cabeza en mi hombro. Dejó escapar un gran suspiro de satisfacción.

"Esto se siente bien", dijo mientras le acariciaba el pelo. Yo seguía tan caliente que empecé a besar su mejilla suavemente.

"Demasiado bien", dije. Odiaba seguir comparándola, pero nunca me había sentido así con otra mujer, mi ex no se podía comparar jamás con lo que estaba sintiendo con Jos.

Con Jos, era como si encajáramos a la perfección. Estábamos abrazados, sus tetas pegado a mi pecho, nuestras piernas entrelazadas, estaba seguro de que ella notaba que yo seguía duro. Podría haberme quedado así durante horas, su cuerpo se sentía cómodo junto al mío. Como si estuviera destinado a estar allí. Ella pasó sus dedos por mi pecho. No dijimos una palabra. Los latidos de nuestro corazón se emparejaron lentamente.

"Hola" Jos me miró con esos hermosos ojos. Nuestros rostros estaban tan cerca. Nos inclinamos hacia adelante.

Y nuestros labios se tocaron.

Era como la electricidad. Como compartir almas. Nos besamos, sus labios se sentían suaves y jugosos, con mi mano tome su cabeza y la atraje hacia más fuerte, nuestros cuerpos se juntaron y las lenguas empezaron a mezclarse en un beso intenso.

Entonces Jos saltó de la cama.

"Oh, mierda, lo siento no puedo hacerlo", dijo. Mi hermana tomó una ropa de ella y empezó a vestirse rapidamente.

Me levanté de la cama y fui tras ella.

"¿Jos, ¿que pasa?" Dije preocupado.

Ella tomo un bolso y metió ropa al azar.

"Me tengo que ir", dijo ella.

"¿Por qué?", le dije.

"Esto que estamos haciendo no está bien" dijo ella alterada.

"Lo sé, pero podemos hablar de esto", dije casi suplicando, "por favor".

"No, no podemos", dijo ella apurada preparada para irse.

"¿Dónde vas a ir?" pregunté.

"Tengo una amiga del trabajo. Le enviaré un mensaje de texto en el camino. Estoy seguro de que me dejará dormir en su casa".

"Jos, yo lo si..." Y pum.

La puerta ya estaba cerrada.

Mi hermana se había ido.

*

Jos volvió dos días después, luciendo desaliñada y pálida. Le había estado enviando mensajes de texto como loco, pero solo respondió dos veces. Una para decirme que estaba viva y otra para decirme que volvía al apartamento.

Pero, tan pronto como la vi, supe que nunca volvería a ser lo mismo. Jos desempacó su bolso como si estuviera descargando un ataúd.

"Me alegro de que estés en casa", le dije, parándome a un lado. Temía que si me acercaba más, ella saldría corriendo.

"Me voy al trabajo en un minuto", respondió ella. Ella había llegado un sabado, pero tan pronto como desempacó sus cosas, Jos huyó del apartamento.

Llegamos a un acuerdo tácito. Como el sol y la luna, vivíamos en el mismo lugar, pero nunca compartimos el cielo. Al principio, trate de buscarla para hablar y ver qué nos pasaba pero ella trataba de evitarme, hablábamos muy poco y solo frases cortas.

Aunque viviéramos juntos yo le mandaba mensajes para llegar a algo y ella no respondía.

Nos instalamos en nuestras respectivas vidas, manteniéndolas lo más separadas posible. Yo me quedaba muchas horas en la oficina y eso hizo que me fuera muy bien. Pero cuando llegaba a casa dormía irregularmente, y luego cuando amanecia era la misma rutina.

Solo podía asumir que Jos estaba pasando por lo mismo. Habíamos llegado al límite de lo prohibido y de hacer algo que estaba mal, supuse que mi hermana tenía razón, no estar tan cerca era lo mejor para nosotros.

Con el tiempo, las heridas no sanaron, pero comenzamos a ser más amables el uno con el otro. Practicamente nuestra convivencia en lo que yo diría era una situación de vivienda compartida perfectamente apropiada para dos hermanos. No era lo más bonito, pero probablemente era lo mejor.

Pero por supuesto, nuestra madre tuvo que intervenir y estropearlo todo.

*

Es el bar mitzvah de tu prima Isabela", dijo mamá, "tienes que estar allí".

Jos y yo nos paramos en lados opuestos de la habitación, mirando el teléfono como si fuera a explotar en cualquier momento.

"Ni siquiera sabía que tenía una prima llamada Isabela", dijo Jos con cautela.

"Es el hijo de la hija de la hermana de tu padre", dijo mamá. El altavoz hizo que su voz fuera aún más nasal que de costumbre, una hazaña que antes había pensado que era imposible.

"Pero si ni siquiera los conocemos, mamá" dije.

"No me importa", dijo mamá, "los invitaron, así que van a tener que ir. Además, será bueno para los dos salir de esa apestosa ciudad por un tiempo".

Miré a Jos y compartimos un momento de molestia. Los mejores argumentos de mi madre eran irracionales, así evitaba que le respondieras.

"Bien", dijo mamá, interpretando nuestro silencio como una aceptación "tu padre y yo los recogeremos el sábado por la mañana".

*

Nos turnamos en la ducha. Nos vestimos, ella en su habitación y yo en el baño para luego juntarnos.

"¿Lista para irnos?" Pregunté, tratando de romper el hielo cuando entro en la sala. Llevaba una blazer gris con una camisa de vestir blanca y sin corbata. Jos tenía puesto un vestido negro corto, ceñido a su cuerpo que hacia que resaltará más sus atributos, se veía increíble, por supuesto, me obligué a apartar la mirada de el increíble escote que llevaba.

"Ve abajo primero", dijo Jos, "yo iré después solo dame un segundo".

Así de distantes nos habíamos vuelto. Ni siquiera podíamos compartir un ascensor juntos.

Nos paramos en la acera, en silencio, observando el tráfico en busca del auto de nuestros padres.

"Te ves bien", dijo Jos, sin mirarme.

"Tú también." El silencio era incómodo pero después ella habló.

"Vamos a superar esto y luego podemos volver a nuestras vidas normales. ¿de acuerdo?" dijo Jos.

"Bien," dije. Era más como una negociación de rehenes que una conversación.

El auto se detuvo junto a la acera y subimos a la parte de atrás. Saludamos rápidamente a nuestros padres y luego miramos por nuestras respectivas ventanas.

"Entonces, ¿cómo están las cosas?" preguntó mamá, girándose para mirarnos a los dos.

"Bien," dije yo.

"Bien", dijo Jos.

Mamá se dio la vuelta. Mi papá subió el volumen de la música. Atravesamos la ciudad y luego se desvaneció, condujimos por un buen rato.

No dijimos una palabra en todo el camino. Uno pensaría que íbamos a un funeral. En un momento, accidentalmente toqué la mano de mi hermana. Me miró como si le hubiera agarrado una teta.

Finalmente, mi padre salió de la carretera principal y se detuvo en lo que parecía una gran casa clásica y enorme, parecía de ricos. Bajamos del auto y un valet tomó las llaves. En el interior, era claramente la casa de alguien que se había convertido en un espacio para eventos.

Un anfitrión nos condujo a una gran sala con paredes de vidrio y pisos de baldosas de piedra donde estaban tomando un cóctel. Música sonaba de fondo. Una camarera nos sirvió copas de vino blanco. Jos bebió el suyo como si estuviera tomando un trago.

No pasó mucho tiempo para que la sala se llenara con la familia. Reconocí algunos de los rostros, pero hice todo lo posible por mantener la distancia. No había visto a la mayoría de estas personas en años y hubiera estado más que feliz de que se mantuviera así.

Desafortunadamente, mi tía Carmen logró arrinconarme. "¡Saúl! ¡No te he visto en mucho tiempo!" declaró, avanzando hacia mí y arrinconandome.

"Hola," dije, sacando mi mejor sonrisa falsa.

"¿Dónde está tu novia?" preguntó la tía Carmen.

"Ya no tengo tia", le dije.

"Oh, lamento mucho escuchar eso", dijo la tía, "seguro era una chica tan linda".

Hice lo mejor que pude para escabullirme, pero era solo el comienzo. El resto de la tarde, cada vez que encontraba un momento libre, alguien me agarraba del brazo y me preguntaba por mi ex o si tenía novia.

Entre el alcohol y los constantes cuestionamientos, comencé a ponerme un poco alborotador. Finalmente, estaba parado en la esquina cuando mi prima Regina me abordó. Usó su cuerpo ancho para meterme en un rincón y me invadió con un perfume olor a flores viejas.

"Entonces, ¿cómo está tu novia?" ella preguntó de inmediato. Ni siquiera un hola.

"Ya no tengo novia", le dije ya angustiado de uqe me pregunten tanto.

"Oh, es una pena", dijo "Ella era tan linda".

"Supongo" dije tratando de esquivar el tema.

Me di cuenta que venía otro tío a preguntarme seguramente lo mismo y me preparé para el próximo bombardeo. Entonces sentí un fuerte tirón en mi codo.

"Lo siento, pero necesito hablar con el".

Miré hacia atrás y vi a Jos parada detrás de mí. Tiró de mi brazo aún más fuerte. "Vamos, Saúl, acompañame un momento".

Mi hermana me obligó a salir de la habitación, a través de un par de puertas de vidrio y a un patio de piedra. Incluso en mi molestia por tantas preguntas, noté que la vista afuera era impresionante, colinas verdes y onduladas. El día se había vuelto cálido, pero con la brisa, en realidad estaba bastante cómodo. Algunas otras personas también estaban allí, apiñadas alrededor de pequeñas mesas. Ni siquiera levantaron la vista cuando mi hermana me arrastró hacia allí.

Finalmente, Jos soltó mi brazo y me miró fijamente, con los brazos cruzados alrededor de su pecho.

"Entonces," dijo ella. Hice una mueca, esperando que se descargara sobre mí como todos los demás. "¿Cómo está tu novia?" Entonces ella se echó a reír.

Me quedé helado en ese momento. Su alegría superó mi ira y yo también comencé a reír. "¿Te parece eso bien?" Dije: "¿Realmente no saben o están siendo groseros a propósito?".

"Dímelo a mí" dijo Jos : "Todo el día allí.¿Cómo está tu novio? ¿Cuándo te casas? ¿Cuándo vas a tener hijos? Tengo veintiocho años, todavía quiero vivir para mí".

Los dos nos miramos y nos comenzamos a reír.

"Tenemos una familia jodida", dijo Jos tomando un gran trago a su bebida.

Nos quedamos allí y contemplamos la vista, en silencio. Tuvimos un momento, sí, pero la tensión entre nosotros seguía ahí latente. Me concentré en la vista, era el tipo de paisajee que ves en las pinturas, pero nunca experimentas en la vida real.

Después de un rato, nos llamaron para cenar. Abrieron un hermoso y grandioso salón de baile en otra parte de la casa y entramos. Mi papá me dio una sonrisa sombría cuando me vio. Me preguntaba si él era consciente de lo que estaba pasando ese día.

Una mesa al frente del salón de baile tenía tarjetas con la asignación de asientos. Nos colocaron en una mesa todos juntos pero tenía a Jos bastante lejos.

Después de la cena, salió un DJ y comenzó a tocar música. Los niños, las tías y los tíos se levantaron y el lugar se convirtió en el club nocturno más bizarro del mundo. Creo que nunca vi al chico del bar mitzvah. Me senté en mi silla, solo, y miré mi teléfono.

Sentí un golpe en mi hombro y miré hacia arriba. Jos me sonrió y tomó asiento a mi lado con un fuerte suspiro.

"Creo que el tío Alberto se está tirando a su hija", dijo.

Miré hacia arriba. No me había dado cuenta, pero la música se había ralentizado. Solo había parejas en la pista de baile. Efectivamente, el tío Alberto y la prima Sarah estaban bailando demasiado cerca el uno del otro, meciéndose lentamente al ritmo de la música. La mano de mi tío descansaba en un lugar de la espalda desnuda de su hija que yo no me atrevería a alcanzar en una primera cita.

"Atrapé a la prima Carla acercándose un poco a su hermano antes", respondí yo.

Los dos nos miramos con complicidad y nos reímos.

"Oh, ¿y notaste cómo el tío Jesús y la tía Carmen pasaron toda la noche pegados al tío Mauro y la tía Patricria?"

"Están intercambiando parejas totalmente", dije, "no hay duda de eso".

No fue tan divertido, pero Jos se rió tan fuerte que su rostro se puso rojo. Fue lindo dejar salir semanas de tensión en un solo momento. Jos acercó su mano y la puso sobre la mía y dándole un pequeño apretón.

"Me pregunto si el incesto es hereditario", dije, ociosamente.

"Eso explicaría muchas cosas", dijo Jos.

Pasamos el resto de la noche sentados juntos en la mesa. En un momento, incluso nos levantamos y bailamos. Sin embargo, a diferencia de nuestros parientes cachondos, nos mantuvimos como hermanos correctos, dando mucha distancia. Juguetonamente mirándonos y viendo a los demás mientras dábamos vueltas en los pisos de parquet.

"¿Es raro que la haya pasado tan bien hoy?" Jos dijo, mientras nos movíamos con la música.

"Supongo que no fue tan malo venir como pensábamos", dije.

"Odio cuando mamá tiene razón", dijo Jos.

"Para mí fue divertido porque estabas tu aquí", dije yo. Tan pronto como las palabras salieron de mis mis labios, me arrepentí.

Pero en lugar de ser algo malo como temía, mi hermana simplemente se inclinó y me dió un besó en la mejilla. "Lo mismo digo".

*

Papá tomó el auto del valet y todos nos reunimos para irnos. Nos montamos en el carro y salió hacia la carretera oscura, no había casi nada iluminado. Se sentía como si hubiéramos viajado a una dimensión alternativa o retrocedido en el tiempo.

"Deberías quitarte el blazer", me dijo Jos, "Hace demasiado calor para tener eso puesto aquí".

Le di una mirada extraña pero obedecí a su pedido. Luché para quitarme el blazer, y sin saber dónde ponerlo, lo dejé en mi regazo. Jos se acercó y alisó la tela hasta que cubrió mis piernas como una manta.

Una vez que estuvo satisfecha, Jos deslizó su mano debajo del blazer y, en un rápido movimiento, metió su mano en mi entrepierna. Jadeé.

"¿Ustedes dos están bien ahí atrás?" preguntó papá.

"B... bien" dije entrecortado.

Q

Jos ni siquiera respondió. Empezó a bajar lentamente mi cremallera. No me había puesto duro cuando me subí al coche (para ser honesto, estaba bastante borracho por el ron y todo lo que bebí), pero no importaba. Tan pronto como mi hermana tomó mi pene, me puse duro como una roca. Jos envolvió sus dedos fríos alrededor de mi verga y comenzó a pajearme.

Hice otro sonido sin querer. Como un gemido ahogado.

"Papá, ¿qué tal si pones un poco de música?" preguntó Jos.

Nuestro padre fue a poner la radio, pero mamá lo detuvo.

"En realidad", dijo, "quiero hablar con ustedes dos". Se dio la vuelta ligeramente en su asiento. Jos no detuvo sus caricias ni un poco. En todo caso, ella agarró mi polla aún más fuerte. Gracias a Dios por el blazer negro y las calles oscuras no se notaba nada.

"Pareciera que ustedes dos no se llevan muy bien", dijo mamá.

"Honestamente estamos..." trató de responder Jos siendo interrumpida.

"Discutiendo todo el tiempo", continuó mamá, "Como si los hubiese criado para que no se llevaran bien, sé que hay una diferencia de edad, pero son hermano y hermana, se supone que deberían ser amigos".

Éramos mucho más que eso, según cómo mi hermana me estaba masturbando en el asiento trasero del auto de nuestros padres.

"Sé que estar uno encima del otro puede ser difícil", dijo mamá.

"Muy difícil", dijo Jos.

"Sé que tu hermano entra muy bien en tu vida", dijo mamá.

"Si muy bien", dijo Jos subiendo y bajando su mano por mi pene.

"Pero ustedes dos tienen que trabajar juntos para alcanzar sus metas. Dar y recibir. ¿Entendiste Saúl?".

"Sí, mamá", dije con mi voz tan ahogada como si Jos tuviera su mano alrededor de mi cuello en lugar de mi pene.

"Tu hermana a pesar de a veces parecer mala, es suave y sensible", dijo mamá, "no puedes simplemente entrar en ella. Tienes que introducirte lentamente en su vida. Puede ser juguetona, sí, pero debes recordar que es una mujer que también necesita de su hermano menor para ayudarla. ¿Jos?.

"¿Si mamá?" Respondio jos.

"Necesitas confiar más en tu hermano menor. Sé que te gusta tener el control. Pero Saúl ya no es un niño, ya el tiene más experiencia que antes y eso significa, que deberias a veces, descansar y dejar que él se haga cargo. Solo confía en él y disfruta de todo. OK?".

Nos miró a los dos muy seriamente, esperando nuestra respuesta.

"Entendido", dijo Jos.

"Entendido", le dije.

Finalmente, mi madre se dio la vuelta. Mi papá encendió la música. Pero mi hermana no aceleró la paja, en cambio, mantuvo un buen ritmo constante, meneando mi verga de arriba abajo. Lo que comenzó como pura felicidad se convirtió en algo muy parecido a una tortura. Los chicos somos simples, solo queremos corrernos, cualquier cosa intermedia está bien, pero nos gusta llegar al gran final.

En cambio, la única vez que Jos pudo sentir que me estaba a punto de correrme, apretó la base de mi eje hasta que la sensación desapareció. Una vez que estuvo segura de que no iba a acabar, volvió a menear suavemente mi pene.

Finalmente, cuando estaba casi a punto de gritarle a mi hermana por toda la frustración, el auto redujo la velocidad. Ni siquiera me había dado cuenta de que nos acercábamos a nuestro apartamento.

"Recuerden lo que les dije a ambos", dijo mamá mientras salíamos del auto. "Juntos, los dos pueden hacer cosas increíbles".

Tan pronto como nuestros padres se fueron, Jos comenzó a reír histéricamente.

"Cielos, ¿mamá a veces se escucha a sí misma?" ella preguntó, "Ella me puso mucho más duro con sus palabras que con la paja". Dije bromeando.

"¿Qué fue eso, por qué lo hiciste?" pregunté yo sorprendido.

"Pensé que te gustaría arriesgarte", dijo Jos, con una sonrisa burlona jugando en sus labios. "Y quiero que te corras mucho esta noche".

"¿Qué?, ¿ya es el día O?" pregunté. Tenía demasiadas preguntas, pero no podía soportar romper el momento. Puse mi brazo en el de mi hermana y juntos caminamos hasta el apartamento.

"Creo que son las O en punto", dijo Jos.

Tan pronto como subimos al ascensor, Jos comenzó a desvestirse. Se quitó los zapatos y luego se dio la vuelta para dejarme desabrocharla. Se quedó en ropa interior, bragas blancas de algodón y un sostén blanco delgado, cuando llegamos a nuestros piso.

Levanté a mi hermana en mis brazos y la llevé hasta la puerta.

"Estábamos en un bar mitzvah, no en una boda", dijo entre risas.

"Estoy improvisando", le dije.

Sostener a una mujer semidesnuda mientras buscas tus llaves e intentas abrir el apartamento y no alertar a los vecinos era un desafío digno de un propio reality show. Finalmente, bajé a Jos y metí la mano en mis bolsillos.

"Hablando de bodas", dijo Jos, dándome una sonrisa traviesa, "Me gustaría que hoy me hicieras tu mujer".

Sus palabras me sorprendieron tanto que se me cayeron las llaves, no me agaché para recogerlos, solo miré a mi hermosa hermana, de pie en el pasillo en ropa interior, y traté de averiguar qué estaba pasando, me había quedado en shock.

Jos agarró mis llaves y abrió la puerta. Me condujo adentro, como si me hubiera convertido en una especie de inválido.

"Nunca puedo saber si lo que dices es jugando", le dije a mi hermana.

Jos me sentó suavemente en el sofá y empezó a desabrocharme la camisa.

"Me gusta fantasear", dijo Jos, "lo sé, a veces me dejo llevar".

Jos tenía mi camisa completamente desabrochada. Ella me la quitó de los hombros, y empezó a acariciar mi pecho desnudo, trazando sus dedos hasta llegar al cinturón del pantalón.

Jos me desabrochó el cinturón y lo tiró a un lado. Me desabrochó los pantalones y dejó que me los quitara. Los dos nos sentamos en el pequeño sofá en ropa interior.

Jos murmuró algo que no pude entender.

"No te escuché bien" le dije.

"Me asusté", dijo Jos de nuevo.

"Comprendo" dije, yo también tenía miedo de lo que habíamos hecho y de lo que estábamos haciendo. De lo que haríamos.

"Ese beso fue increíble", dijo Jos, "y de repente fue como si todo lo que había sucedido en las últimas semanas se me viniera encima y no pude soportarlo más. ¿Qué estábamos haciendo? Quiero decir, es literalmente ilegal. Me perdí tanto en la fantasía hasta ese beso, y luego todo fue muy, muy real".

"Es mi culpa", dije, "si nunca te hubiese mostrado los relatos, no hubiera pasado nada de esto".

"No digas tonterías, creo que te amo, Saúl", dijo Jos, "¿Cómo se puede detener eso?".

"Creo que yo también te amo", le dije mientras me inclinaba hacia adelante. Quien quiera que se haya quejado alguna vez de besar a su hermana, claramente nunca lo hizo porque esto fue increíble. Más allá de todo lo que había experimentado, ese pequeño roce de nuestros labios la semana anterior había sido mágico, y esto lo fue mucho más.

Nos empezamos a besar, cada vez más apasionados, nuestras lenguas se unían y nuestros labios se complementaban. Nos quedamos allí, con los labios juntos todo el tiempo que pudimos soportar, la tumbe sobre el sofá, y después nos separamos, jadeando.

"¿Habitación?" preguntó Jos.

"Sí, vamos", le dije.

Corrimos hacia la habitación de Jos, arrastrando la ropa interior a medida que nos las quitabamos. Para cuando caímos en la cama, ambos ya estábamos completamente desnudos.

Mi hermana me tumbó y empezó a besarme de nuevo. Sus pechos desnudos se arrastraban sobre mi pecho. Su coño cálido y húmedo presionó mi pene duro como el acero. Envolví mis brazos alrededor de ella y la sostuve cerca, recordándome que ella era real.

"Tienes a una mujer sexy en la cama", dijo Jos, besándome, "mayor que tú ".

"Estás frotando tu cuerpo desnudo sobre tu hermano", le dije, "te estás mojando con la verga de tu hermano".

Ella soltó una sonrisa y fue bajando con sus labios hasta encontrarse con mi pene a centímetros, lo tomó con su mano pajeandome y dándome un pequeño beso en la punta.

"¡Diosss!" Dije con un escalofrío por el placer de sus labios contra mi pene.

"Tienes una gran verga" dijo ella tragandola de una y empezando chupar con ganas.

¡¡Ahhh...!! Solté un gemido ahogado mientras Jos subía y bajaba la cabeza sobre mi verga.

Ella se la metía en la boca y la sacaba, la miraba fijamente y se daba pequeños golpecitos con ella, en la cara y en la lengua.

La imagen de Jos jugando con mi verga era un poema. Agarré su cabeza mientras ella tenía mi verga en su boca y le dije. "Dejame a mi" y empecé a penetrarle la boca a mi hermana mayor. Podía sentir como mi pene recorría toda su lengua, hasta llegar a su garganta, sus ojos estaban en blanco con cada movimiento mío. Después de unos segundos la saqué dejando hilos de saliva entre mi verga y sus labios.

"¡Dios...! eso fue increíble" dijo ella.

"Tu eres increíble"

Jos volvió a tener control tomando mi pene y acariciándolo lentamente, mientras me chupaba las bolas. "¡Dios Jos!" Dije retorciéndome de placer. Ella se levantó y se sentó sobre mí, como si estuviera a punto de saltar sobre el.

"Esto está mal", dijo Jos, pero había una sonrisa en su rostro, "Es incesto ".

"Lo sé", dije con un suspiro.

"Pero no vamos a parar", dijo Jos, "¿o sí?".

"No creo que pueda", le dije.

Jos me dio una sonrisa traviesa, luego movió su cuerpo para que mi pene apuntara directamente a su coño. "Dios hermano, es tan grande. No creo que todo esto entre aquí".

Reconocí la voz de fantasía de Jos entrando en acción. Sabía que necesitaba seguirle el juego.

"Ahí es donde se supone que debe ir", le dije, "la verga de tu hermano menor fue hecha para el hermoso coño de mi hermana mayor.".

"Prométeme que irás lento", dijo Jos.

"Prométeme que no harás mucho ruido", le dije, "mamá y papá están en la habitación de al lado".

"No me importa. Quiero que escuchen. Quiero que el mundo sepa que amo a mi hermanito con todo mi corazón".

Los cálidos labios inferiores de Jos se envolvieron alrededor de mi cabeza, y tuve que resistir el impulso de empujarla hasta el fondo. Me obligué a recostarme, dejé que mi hermana se la introdujera lentamente en su coño hambriento de verga.

La cabeza estaba completamente adentro. El rostro de Jos se frunció con asombro e incomodidad. Bajo hasta la mitad de mi pene, aproximadamente a la mitad. La boca y los ojos de mi hermana bien abiertos. Un pequeño jadeo y gemido. Y 'pum' mi verga estaba hasta el fondo en el coño de Jos, completamente conectados.

Jos se quedó quieta. Ella puso sus manos sobre mi estómago. Ojos bien cerrados.

"¿Estas bien?" pregunté.

"Sí lo estoy, ", dijo.

"Te sientes increíble", le dije, "Tan cálido y apretado".

Los ojos de Jos se abrieron. "Lo estamos haciendo sin protección", dijo, pude notar la preocupación en su rostro.

"¡Mierda!. Puedo ir a comprar condones", dije, "la farmacia está abierta 24 horas".

"No, quiero sentir esto", dijo Jos, "Sentirte".

Sus palabras me pusieron más duro y le dije "Me vendré afuera".

"Te correrás en mi cara, en la cara de tu hermana mayor", dijo Jos. Todavía no estaba seguro de si ella seguía jugando. ¿cómo nos habíamos metido en esta situación otra vez?.

Sin embargo, no pude pensar más en eso, porque mi hermana comenzó a mover su culo y caderas sobre mi verga. Puse mis manos sobre sus muslos, pero dejé que ella controlara el movimiento. Su boca se abrió y empezó a respirar con dificultad.

"Te estás tirando a tu propio hermano", le dije, "a pelo con tu hermano".

"Lo sé, muy bien", dijo Jos.

"Es incesto", dije, arrastrando la palabra, "está mal".

Jos sólo se movió más rápido. Metió la mano en su entrepierna y se frotó el clítoris.

"Le estás dando tu coño a tu hermano", le dije, "¿Qué clase de chica hace eso?".

"La tuya", respondió Jos "tu chica".

"Así es", le dije, "ahora eres mía, para siempre".

"¡¡¡¡Aggghhhh...!!!! sí, Por favor", dijo Jos. Su culo rebotaba de arriba a abajo en mi polla, sus tetas volando por todas partes. Gruñendo y gimiendo como un animal. Como una mujer fuera de control.

Agarré el culo de mi hermana, esas dos nalgas redondas, y comencé a bombear dentro de ella. Su cuerpo se dejó caer sobre mi, y sentí sus tetas sobre mi pecho y sus gemidos sobre mi cara, mientras me la cogía. Nuestros ritmos coincidían como si hubiéramos sido amantes toda nuestra vida.

Amasar ese culo mientras la penetraba con ganas, se sentía genial. Le di par de nalgadas, y la cara de Jos era de auténtico placer, "Dame más duro" dijo ella. Abrí sus nalgas y aumenté el ritmo.

Los ojos de Jos se abrieron de par en par. Ella contuvo el aliento. Todo su cuerpo se tensó y observé, embobado viendo como mi hermana llegaba al orgasmo. Miré hacia abajo para ver. Efectivamente, los dedos de sus pies temblaban.

Mi hermana cayó hacia adelante, sin aliento, dejando caer su cuerpo sobre el mío.

"¡Mierda!", dijo, "quiero decir... Esto fue increíble".

"¿Estuvo bueno?" pregunté.

"Increíble", dijo, y luego me besó con fuerza en la boca. "Tú no...

"No, no me he corrido", le dije.

Jos se tumbó sobre la cama y alcé sus piernas colocándolas en mis hombros. Apunté mi pene contra su coño y la mire a los ojos deaeándola.

"¿Me vas a coger duro, hermano?" Su mirada era sexy, ansiosa por lo que se venía.

"No sabes cuánto deseé tenerte así" .

"Pues ya me tienes aquí, soy tuya.".

Retrocedí y luego deslicé mi verga dentro de mi hermana. Tome sus piernas con mis brazos y comencé a penetrarla con todo. Mi ritmo se hizo más rápido. Nuestros cuerpos chocaban, embistiendola contra la cama fuertemente.

"¡¡Ahhhggg...!! Estoy mmm... Tan caliente", dijo Jos, gimiendo en cada palabra, "Que rico me coges".

Yo estaba igual que ella y respondí cogiéndomela aún más fuerte. Mis bolas empezaron a rebotar contra ella. Nuestros cuerpos empapados en sudor. La cama gritaba de dolor con cada embestida. Mi hermana gemía y jadeaba sin pudor.

Quería que esto durara para siempre. Podía sentir como cada vez estaba más cerca de correrme. No había tenido relaciones en un buen tiempo. No había acabado en semanas. Mi hermana me habia calentado todo el camino a casa. Lo que sea que se avecinaba, iba a ser masivo.

"Me voy a correr", le advertí a mi hermana.

Me agarró la cabeza, me miró a los ojos. "Córrete en mí cara", dijo gimiendo. "Por favor".

"Saqué mi pene, y me subí sobre ella colocándome a centímetros de su cara".

"Lo necesito tanto", dijo Jos, "necesito probarlo, sentirlo golpeándome en la cara".

"Mierda... Jos" dije pajeandome y viendo su cara de perra.

"Llena la carita de tu hermana. Llénala". Dijo suplicando con un tono excitante.

Con una mano empecé a acariciar su rostro mientras con la otra me masturbaba brutalmente frente a sus ojos.

"Quiero que te corras para mí. Te quiero. Muéstrale al mundo lo puta que es tu hermana".

Ella saco la lengua y puse la cabeza de mi pene en ella mientras me pajeaba ferozmente.

"Jos" dije. Fue mi última advertencia.

"¡Córrete!".

Tomé mejor ángulo y apunté directamente en su cara y estalle. Un disparo fuerte de semen impacto en sus labios. Yo bombeaba mi verga y chorros tras chorros salían disparados cayendo en su hermoso rostro. Uno le cayó en el ojo, otro en el cabello, justo cuando abrió su boca, dos chorros de semen le cayeron en la lengua. La había bañado completamente y seguía corriendome.

Bajé un poco y le dije que se juntara las tetas, ella lo hizo y abrió sus ojos sorprendida, viendo como seguía expulsando semen. bañando con tres chorros sus enormes tetas.

"Ahhh... No lo puedo creer" dijo ella.

Jos tenía la cara completamente llena de mi semen, se limpio los ojos y me miró con una felicidad inmensa. "Te amo" fue lo único que dije. "Yo también te amo" respondió ella besándome la cabeza de mi verga y limpiandola por completo.

Jos se levantó y se fue a limpiar el rostro y yo caí rendido pensando en lo increíble que fue coger con Jos. Pasaron unos minutos y apareció Jos de nuevo con una sonrisa maliciosa, "¿Round 2?". Yo solo sonreí y ella se abalanzó sobre mi.

Volvió a tomar mi pene y ahora se lo metió entre las tetas para volver a ponerlo duro. No tarde nada y ya mi verga sobresalía de sus tetas. Jos se junto sus tetas y recorrían de arriba a abajo cada centímetro de mi verga.

Le estaba cogiendo las enormes tetas a Jos, su mirada hacia mi era de una auténtica diosa.

"¿Te gusta?" Preguntó ella.

"Me encantan, podria estar así siempre" dije completamente en el cielo.

Jos agachó su cabeza y empezó a chuparmela mientras me hacía la rusa. Sus labios chupándome la cabeza y sus tetas frotándose sobre el largo de mi verga iban a hacer que me corriera de vuelta.

Entonces Jos se detuvo. "Quiero que me sigas cogiendo" dijo ella levantándose y poniéndose en cuatro, dándome una vista gloriosa de su culo.

Yo bajé y metí mi cara entre sus nalgas, comiendole el coño.

"¡AHHHHMM...!" gimío fuerte Jos.

Tomé sus nalgas, las abrí lo más que pude y pase mi lengua por el alrededor de su ano, quería hacerla disfrutar lo más que pueda.

"¡Ohhh... DIOS MIO!" Dijo Jos retorciéndose de placer, mientras le temblaban las piernas y mordía la almohada.

Salí de su culo y puse mi pene sobre su coño húmedo, la respiración de Jos era inestable podía sentir lo existada que estaba, igual que yo que mi corazón iba a mil por hora.

Tomé sus nalgas y deslicé mi verga suavemente. "¡OHHHHH DIOS!" se escuchó en la habitación pero no sabía si era de parte de mi hermana o fui yo. Sin pensarlo más viendo como mi hermana me ofreciá su coño en cuatro, la empecé a coger duro, sus nalgas rebotaban contra mi pelvis haciendo que sonara en toda la habitación, "¡PLAS, PLAS, PLAS!" Cada bombeo era más fuerte y rápido y Jos aguantaba los gemidos ahogados mordiendo la almohada.

"Sigue Saúl, sigue" dijo volteando su rostro, dándome una mirada de perra.

Se sentía increíble cogerla y ver ese culo abriéndose para mí, aumenté la velocidad y la cama parecía que se iba a desarmar. Ya estaba a punto de correrme.

"¡AGHHHHH...! Saúl... SÍ...!" Jos comenzó a jadear y temblar y supe que se estaba viniendo. Yo no aguanté mas saque mi pene y me empecé a correrme sobre su culo y espalda.

Un largo chorro le cayó en su cabello. Dos en espalda arqueada recibió 3 disparos de semen que le goteaban en el culo.

Ella se tumbó de espaldas en la cama y yo me junte a su lado. Los dos estábamos exhaustos.

"No puedo creer que hayamos cogido dos veces" dijo Jos "ha sido el mejor sexo que he tenido".

"Para mí esto es un sueño, el mejor sueño de mi vida, con la mujer de mi vida" nos miramos y nos fundimos en un hermoso beso.

*

Al final del verano, llamamos a nuestros padres y les dijimos que nos mudariamos. En realidad, los dos juntos a un nuevo lugar. El nuevo trabajo de mi hermana le pagaba lo suficiente como para que pudiéramos pagar un apartamento mucho más grande y cómodo.

"Eso es maravilloso", dijo mamá, "¿Estan seguros de que estaran bien viviendo juntos?".

"Creo que lo estaremos", dijo Jos. Ella me besó. Afortunadamente mamá no vio esa parte a través del teléfono.

Ambos teníamos buenos trabajos, buenas vidas y, lo que es más importante, el uno al otro. Había muchos desafíos por delante, muchos obstáculos que superar, pero sabía que lo haríamos juntos. Eso compensó muchos otros problemas.

Después de despedirnos de mamá, tomé mi teléfono y volví a mi habitación. Tenía algunas cosas de trabajo que hacer antes de que nos fuéramos a dormir por la noche.

Aproximadamente una hora después, me estaba metiendo en la cama cuando recibí un mensaje de texto de mi hermana, era un enlace a una nueva historia, una que no había visto todavía, de una nueva autora.

Jos: Se enamoran en este.

Cuando revise el título y el nombre de la autora, me di cuenta que era mi hermana,y la historia trataba de nosotros. No podía esperar para leerla.

© Elbergalarga9