Hermanas
May 22, 2022

Un Fin de Semana con mis Hermanas [13].



Irresistibles.

El escenario era perfecto.

Mi verga seguía dura y palpitante, aguardando que Carolina comience con su relato. Mi suegra se sentó a mi lado en la cama y dijo:

一¿Y si mejor lo dejamos para otro día?

Sabía que ella solo quería ganar tiempo y así poder convencer a su hija de que no nos contara nada de lo ocurrido. No podía permitirlo. No luego de haber llegado tan lejos.

一¿Vos querías tomarte la leche? 一Pregunté一. Vení, chupala un ratito… quizás tenés suerte y te llevás un premio.

Gladis me miró dubitativa, luego se fijó en Florencia, como si estuviera insinuando que le daba vergüenza comerse una verga frente a mi hermana.

一Por mí no te preocupes 一dijo Flor一. No sería la primera vez que veo como una mujer le chupa la verga a mi hermano.

一Ay, ahora estoy intrigada… 一aseguró Caro一. ¿A quién viste chupándole la verga? Porque a mí no me viste…

一Eso es lo que vos pensás 一Flor mostró una sonrisa picarona, fue la mejor forma de salir de esa situación incómoda.

一¿Y cuándo me viste haciéndolo?

一A ver, Caro… no es que ustedes sean la pareja más cuidadosa del mundo. Creo que todos en mi casa alguna vez te sorprendimos con la verga de Benja en la boca.

Mi novia soltó una risita juguetona.

一Sí, es muy posible. Te dije, Benja, que no podemos hacer estas cosas en tu casa. Algún día podríamos tener problemas.

一Hasta ahora no recibí quejas 一dije, encogiéndome de hombros一. Dale, vení 一empujé suavemente a Gladis desde su nuca y la llevé hasta mi verga一. Acá nadie te está juzgando, solamente vos te hacés drama por esto.

Mi suegra se tragó buena parte de la verga y ahora sí, con la boca ocupada ya no podría seguir pidiéndole a Carolina que no cuente nada.

一Podés empezar 一le dije a mi novia, mientras disfrutaba de un momento soñado. Mi suegra haciéndome un pete frente a su propia hija… que mi hermana estuviera presente solo hacía que este momento fuera aún más morboso.

一¡Genial! 一Caro parecía tan entusiasmada como yo一. Como ya saben, me enteré que a mi mamá le gusta comer concha 一Gladis quiso acotar algo, pero yo mantuve la presión sobre su cabeza para que no pudiera soltar la verga一. Esa tarde con Lali pudo ser la primera, pero no fue la última. Ustedes no lo saben. Lali se quedó a dormir unas cuantas veces en casa ¿y dónde creen que pasó la noche?

一En la pieza de tu mamá 一acotó Flor.

一Así es. Y yo podía escucharlas gimiendo de lo lindo durante varias horas. Al principio pretendían disimular un poco, hasta que yo fui sincera con ellas: “Miren, ya sé que están cogiendo, no hace falta que se comporten como pendejas que se esconden de los padres. Cojan en paz”. Y así fue como me llevé algunos regalitos. Más de una vez las sorprendí en el comedor chupándose las conchas la una a la otra.

一¿Y qué hacías en esos casos? 一Quiso saber Flor.

一Me quedaba mirando un ratito y después me iba a la pieza a hacerme tremenda paja… o bien llamaba a mi amiga Nadia para que nos encontráramos en algún lado. Es que el sexo lésbico para mí no es una pasión, pero si veo a dos mujeres comiéndose la concha… me van a dar ganas.

一Yo soy medio nuevita en esto del sexo con mujeres 一dijo Flor一. Pero creo que me podría pasar igual que a vos. Ahora estoy viendo el sexo lésbico con otros ojos.

一Mirá, si mi mamá se quitó el prejuicio hacia el sexo lésbico, cualquier mujer puede hacerlo. Incluso llegamos a tener charlas muy lindas en las que me contó lo mucho que disfrutaba con la concha de Lali y que cada vez tenía más ganas de irse a la cama con una mujer. A pesar de eso, el temita de coger con tipos todavía la acompleja. Me encanta ver cómo se está soltando con Benja. Ya era hora, mamá.

一Ahora mismo no te puede contestar 一dije, y nos reímos.

Gladis estaba atragantada con mi verga, su cara se había puesto roja. Quizás estaba tragando más de lo que ella hubiera imaginado, aún así se la veía entusiasmada y su lengua no dejaba de moverse.

一El asunto del sexo lésbico quedó bastante claro entre mi mamá y yo. Las dos reconocimos que nos gusta coger con mujeres. Así fue que mi relación con Nadia empezó a ser cada vez más abierta. Incluso se la presenté a Benja durante un viaje que hicimos a unas cabañas. Cuando Nadia venía a casa, no teníamos drama en andar medio desnudas ni en toquetearnos frente a mi mamá… y podíamos notar cómo a ella se le iban los ojos. Benja, dejala respirar un poquito y que nos cuente qué le pareció Nadia.

一Eso sí lo quiero escuchar 一aseguré.

Solté a Gladis, ella tosió y se limpió el exceso de saliva de la boca.

一Mamá, ¿qué te pareció Nadia cuando la viste esa tarde usando solo una remerita y con la concha asomando por debajo? Y quiero que seas totalmente honesta, a nosotros ya nos quedó clarísimo que las mujeres te gustan.

一Em… igual me da un poco de vergüenza admitirlo 一comenzó diciendo Gladis一. Nadia es preciosa, incluso con la ropa puesta. No voy a negar que al verla en tanga más de una vez me la imaginé desnuda. Ese día cuando la vi caminando en el living con la concha al aire casi me da un ataque. No pude evitar decirle que estaba muy linda y que entendía perfectamente por qué mi hija la pasaba tan bien con ella en la cama. Pensé que se iba a avergonzar por eso. Sin embargo, ese día entendí que Nadia no es una chica normal. Tiene una seguridad en sí misma que es avasalladora. Carolina le dijo que la esperaba en su cuarto y salió, Nadia se me acercó. Yo estaba sentada en el sofá, puso un pie ahí arriba y me plantó la concha justo frente a la cara. Sonrió y me dijo: “Aprovechá ahora… dale una probadita. Sé que querés. Lo puedo notar en tus ojos”.

一Uy… ¿y vos sabías de esto, Caro? 一Preguntó Flor.

一Sí, me lo contó mi mamá al otro día… contales qué hiciste…

一Emm… este… ¿y ustedes qué se imaginan que hice? Es decir… ¿vieron a Nadia alguna vez?

一Yo no 一dijo Flor.

一Cuando la veas, no vas a poder dejar de pensar: “Qué lindo sería estar en la cama con esta mujer”. No sabría explicarlo, pero Nadia irradia sexo por todos sus poros. Es una diosa. No solo tiene un cuerpazo, sino que tiene una actitud tremenda. Con una mirada te derrite. Y cuando se abrió de piernas para mí, reaccioné sin siquiera pensar. Me lancé contra su concha y empecé a chuparla toda. La chupé como una desaforada, sabiendo que solo tenía unos segundos antes de que ella volviera con Caro.

一Y por suerte volvió 一dijo Carolina一. Porque yo todavía estaba re caliente. Eso sí, Nadia ni siquiera se molestó en cerrar la puerta de la pieza. Esa tarde cogimos con público. Mi mamá nos miró desde el pasillo durante un largo rato, hasta que Nadia le preguntó si quería sumarse.

一Por supuesto le dije que no 一se atajó Gladis一. No puedo estar teniendo sexo en la misma cama que mi hija.

一Ahora lo estás haciendo 一le hice notar一. Me chupaste la pija mientras tu hija mira… y mi hermana también.

Gladis no respondió. Le hice señas para que continuara con su pete, y así lo hizo.

一No entiendo por qué tu mamá tenía tanta preocupación por esta anécdota 一dijo Flor一. Yo también hubiera hecho lo mismo en su situación.

一Es que ahí no termina la historia 一dijo Caro一. Falta lo más importante. Si piensan que después de la propuesta de Nadia mi mamá dio media vuelta y se marchó, están muy equivocados. Ella se acercó a la cama para poder ver todo desde más cerca. Ahí Nadia aprovechó para darle una clase magistral de cómo chupar una concha, le mostró cómo lo hacía conmigo y Gladis miró toda la escena con la cara casi pegada a la de Nadia. Eso no fue todo, después empezó el tijereteo entre Nadia y yo. Ella se puso arriba y comenzó a frotar su concha contra la mía. En ese momento le hizo otra propuesta a mi mamá: “¿No querés chuparme las tetas?” Esta vez Gladis no se pudo resistir, en cuanto Nadia se quitó la remera, agarró una de sus grandes tetas y comenzó a darle fuerte chupones al pezón. No la culpo, cualquiera hubiera hecho lo mismo. No se puede desperdiciar una oportunidad para disfrutar de un par de tetas como esas.

一¿Las tiene muy grandes? 一Preguntó Flor.

一No es solo que sean grandes, es que además están bien paraditas, como si los pezones apuntaran siempre al techo. Es increíble. No sé cómo se pueden mantener tan firmes.

一Es cierto, cuando conocí a Nadia también me sorprendió mucho ese detalle 一aseguré一. Y Gladis hizo muy bien en aprovechar la oportunidad que tuvo. Si vos la vieras, Flor, no dudarías en chuparle las tetas.

一Nadia consiguió que mi mamá se soltara mucho. Apenas terminamos con el tijereteo, Gladis la agarró de la mano y se la llevó a su pieza. No quería coger en mi cama, pero en la suya sí que lo hice. Me quedé un rato acostada, porque Nadia me dejó agotada, y desde acá podía escuchar los gemidos de las dos. Cuando por fin pude levantarme, me asomé a la pieza de mi mamá y ahí la encontré con la cabeza bien metida entre las piernas de Nadia. Se la estaba comiendo con unas ganas tremendas, más que con Lali. Y a ver… no me malinterpreten, Lali es preciosa… sin embargo, creo que a mi mamá le dio mucho morbo eso de poder coger con una pendeja de la edad de su hija. ¿No es así, mamá?

Gladis intentó decir algo. No se entendió nada, por supuesto, tenía la verga metida hasta el fondo de la garganta. Me pregunté si alguna vez se había comido una pija de esta manera. Lo veo poco probable, teniendo en cuenta lo acomplejada que es y lo mucho que le molesta que la vean como a una puta… a pesar de que por dentro se muera de ganas de coger.

Al parecer Florencia se cansó de estar tan pasiva. Apoyó su cabeza en los hombros de Carolina y comenzó a acariciarle la concha. Gladis giró su cabeza para ver esto y mi novia no intentó esconderlo, abrió más las piernas para que su madre pudiera ver cómo le colaban los dedos. La situación se estaba poniendo cada vez más candente.

一Desde ese día 一continuó Caro一, cada vez que vino Nadia a casa, pasó unas horas en el cuarto de mi mamá, jugando con ella.

一Te felicito, Gladis 一dije, acariciando su cabeza一. Te cogiste a una mina que es un monumento. Espero que la hayas pasado bien restregándole la concha en la cara.

一Es muy curioso que menciones ese detalle 一dijo Caro一, porque mi mamá hizo mucho énfasis en lo mismo. Me contó que le da mucho morbo ver cómo una chica tan linda como Nadia le chupa la concha. Le encanta dejarla bien llena de flujos y frotarle la cajeta por toda cara. Le comenté que yo también hago lo mismo y me encanta. Es que… no sé, la carita de Nadia es tan delicada, como que dan ganas de “ensuciarla” un poquito. Por eso me calienta tanto ver cómo se la llenan de leche.

一Uy, me encantaría conocer a esa chica 一aseguró Flor.

一Algún día te la voy a presentar. Estoy segura de que a ella le va a encantar conocerte. Incluso hasta podríamos presentarte a Mayra, la hermana de Nadia. A ella le interesan más las mujeres… y también es preciosa.

一Ay… no sé… es que yo todavía no me definí. No sé si esto del gusto por las mujeres es algo pasajero o si va más en serio. Lo único que sé es que ya no lo quiero reprimir más. Necesito soltarme un poco. Entendí que por andar siempre tan preocupada del “qué dirán” me estoy perdiendo la oportunidad de disfrutar de la vida, como lo hacés vos… o como lo hace Benja.

一Y te felicito por eso 一le respondió Caro一. Tomatelo con calma y pensalo. Si algún día tenés ganas de conocer a Mayra, lo podemos organizar… y es justamente de Mayra de quien quiero hablar ahora, porque esta historia sigue y aún falta lo más interesante. Mamá ¿seguís pensando que no debería contarles esto?

Liberé momentáneamente a Gladis para que pudiera responder.

一No lo sé 一dijo, mientras tomaba aire一. A esta altura ya no entiendo nada…

一Creo que ya estás lo suficientemente excitada para que no te importe 一acotó Caro一. O quizás ya entendiste que a Benja y a Flor no le va a molestar que siga hablando de este asunto. Como sea, podés seguir chupando la pija de mi novio, te la presto… para que entiendas de una puta vez por qué me gusta tanto coger con él. Eso sí, se terminó eso de echarlo a patadas cada vez que te ponés celosa. ¿Está claro?

一Prometo que no lo voy a hacer más.

A continuación, se lanzó de nuevo contra mi verga y siguió chupándola como si en ello se le fuera la vida.

一Bien, me alegra que ese asunto haya quedado arreglado. Ahora sí, hablemos de Mayra. A esa chica solo la conocía por fotos y videos que la misma Nadia me mostró. Tenía ganas de conocerle de forma más… íntima. Para que se hagan una idea, Mayra es un angelito. Es la hermana menor de Nadia, tiene la misma edad que Luci. De cara me parece incluso más bonita que la propia Nadia, tiene unas tetitas bien pequeñas que parecen hechas de merengue y una concha de porcelana, con el interior bien rosadito. Ni la más mínima señal de vello púbico, la chica es muy pulcra y detallista con el cuidado personal. Usa el pelo negro cortado a la altura de los hombros, tiene unos ojazos inmensos y una nariz bien chiquita y recta. Pero sin duda lo más llamativo de Mayra es su culito, bien firme y respingon, parece un durazno blanco… hasta ese agujerito es sonrosado y da ternura ver cómo se le abre cuando se abre las nalgas, en especial si se puede ver cómo se asoma su concha por debajo.

一Pero… ¿le conocías la concha antes de conocerla personalmente? 一Preguntó Flor, mientras sus dedos seguían entrando y saliendo del sexo de mi novia.

一Así es… porque Nadia me la mostró en fotos en su celular.

一¿Y por qué tiene fotos de su hermana desnuda en el celular? 一Flor la miró confundida e intrigada.

一Eso lo vas a entender más adelante. Benja ya sabe por dónde viene la cosa. Un día, por fin, Nadia vino acompañada de Mayra. En persona es mucho más linda que en fotos. Es bastante tímida, en eso se diferencia mucho de su hermana, que es super extrovertida. Sin embargo, no me costó mucho hacerle entender cuáles eran mis intenciones con ella. Nadia colaboró bastante. Habló con Mayra antes de venir a casa y le dejó claro que yo tenía ganas de coger con ella. Me dio mucha ternura enterarme de que Mayra estuvo a punto de cancelar todo, porque le dio vergüenza quedarse sola conmigo y que yo la viera desnuda. Pero al final Nadia logró convencerla. No sé cómo lo hizo. Aunque sí hay algo que me quedó en claro: Mayra tiene una gran preferencia por el sexo femenino. Nadia y yo vemos el sexo lésbico como un aperitivo, para Mayra es el plato principal… igual que para mi mamá.

一¡Ey, eso no es cierto! 一Protestó Gladis, dejando de chupar en el acto一. Nunca dije que las mujeres me gusten más que los hombres.

一¿Entonces por qué cogés más con mujeres que con hombres? 一Preguntó Caro.

一Eso… eso es porque las cosas se dieron así… yo no lo busqué. Me cuesta confiar en la gente… y Lali se ganó mi confianza. Llevaba mucho tiempo sin nada de sexo… y bueno…

一Buscaste a la persona con la que podías dar rienda suelta a tus calenturas 一dijo Flor.

一Así es.

Imagino que Florencia debe estar pensando en Luci y en cómo se acercó a ella para “mostrarle” sus tangas. Al fin y al cabo Flor también confió mucho en Luci y terminaron haciendo cosas que dos hermanas no deberían hacer… supuestamente.

一Y bueno… 一continuó Gladis一, después apareció Nadia. Con ella me costó mucho menos, porque ya tenía una experiencia lésbica previa… y por la actitud de esa chica. Desde el minuto uno me dejó en claro que yo podía acostarme con ella cada vez que quisiera.

一No te puedo culpar por eso 一dijo Caro一. Sé que es muy difícil negarse a semejante propuesta. Y creo que Benja y Flor van a saber entender por qué pasó lo que pasó.

Una vez más Gladis se mostró atemorizada y dubitativa. No tuve más opción que volver a dirigirla hacia mi verga, antes de que empezara a quejarse otra vez. Por suerte se prendió a chuparla sin poner objeción y Carolina pudo continuar con su relato.

一Estoy pensando cuál sería la mejor manera de contarles lo que ocurrió. Mmmm… digamos que mi mamá volvió a sorprenderme en pleno acto sexual. Estaba comiéndome la concha de Mayra, acá mismo, en esta cama. No saben lo rica que estaba esa pendeja. Solo sentí un morbo parecido cuando le chupé la concha a Flor.

一Aww… qué tierna 一dijo mi hermana, acelerando el ritmo de sus dedos一. ¿Y por qué te dio tanto morbo hacerlo conmigo?

一Y… sos la hermana de mi novio… además Benja también estaba presente en ese momento, dándome por el culo. Es una situación sumamente morbosa. Y ese día que mi mamá me sorprendió con Mayra, en la cama también estaba Nadia, completamente desnuda, haciéndose tremenda paja. Mi mamá saludó con naturalidad, creo que se quiso hacer la madre progresista frente a la chica nueva. Ella no tenía idea de quién era Mayra, pero me di cuenta de que casi se le salieron los ojos al verla desnuda y abierta de piernas. Nadia también lo notó y aprovechó para invitarla. “Vení, Gladis, hacete amiga”, le dijo. Como ella se negó, tuve que insistir. La miré y le dije: “Mamá, acá nadie te va a juzgar por comerte una concha. Vení, que Nadia está aburrida… y muy caliente”. Nadia colaboró abriéndose la concha con los dedos y la miró con una sonrisa de puta que te derrite. Mayra se quedó callada, pero ella también sonrió, como indicándole que estaba de acuerdo con que se sumara.

一¿Ustedes habían planeado esto de que tu mamá se sume? 一Pregunté.

一Sí y no… digamos que Nadia y yo llevábamos bastante tiempo invitando a mi mamá cada vez que ella nos veía cogiendo… lo cual ocurría casi siempre, porque cogíamos con la puerta abierta.

一¿Y ella siempre se negó? 一Preguntó Flor.

一No exactamente. Hubo veces en las que se animó a darle una chupadita en la concha a Nadia mientras yo hacía lo mismo… o mientras yo le chupaba las tetas. Gladis tenía un poquito de miedo, pero demostró que estaba dispuesta a experimentar un poco. La vez que más se quedó fue cuando se sentó en la cara de Nadia. Ahí no le importó que yo estuviera comiendo concha en la misma cama. Se quedó ahí un largo rato, gimiendo y pidiéndole a Nadia que se la chupara más fuerte. Ah, y no me puedo olvidar de la vez Nadia trajo el strap-on. ¿Saben qué es eso?

一Es como un dildo, pero con arnés 一explicó Flor.

一Así es… yo me puse el arnés y empecé a darle por el culo a Nadia… a ella le fascina el sexo anal. Incluso más que a mí. Cuando mi mamá entró a la pieza, vio a Nadia descontrolada, pidiéndome que le diera más fuerte. Vio a Gladis y dijo: “Vení a comerme la concha, por favor, lo necesito”. Y mi mamá no pudo negarse. Se colocó debajo de Nadia, como haciendo un 69… por supuesto Nadia aprovechó para comerle la concha a ella. Pero lo más lindo ocurrió del lado en el que estaba yo. Porque se imaginarán que en esa posición, y yo dándole por el orto a Nadia…

一Tu concha debió quedar contra la cara de tu mamá 一comentó Flor.

一Exactamente… y como Nadia apoyó la concha en la boca de Gladis, la mía… bueno… digamos que era imposible no refregar la concha contra la cara de mi mamá, la tenía demasiado cerca. Porque este arnés tenía una abertura abajo, para que la concha quedara expuesta ¿No es cierto, mami?

Gladis no habló, siguió peteando y Caro continuó con su relato.

一Para colmo esta secuencia duró bastante tiempo. A Nadia le dejé el orto bien abierto y mi mamá le metió la lengua hasta el fondo de la concha.

一Y entre tantos lengüetazos… ¿no ligaste alguno vos también? 一Quiso saber Flor, pude notar la chispa del morbo en sus ojos.

Mantuve a Gladis con mi pija en la boca para que no interviniera. Yo quería escuchar la versión de Carolina, porque sabía que sería la más honesta.

一Y… sí… no creo que mi mamá se tenga que sentir mal por eso. A ver, yo me estaba moviendo un montón, y mi concha literalmente se frotaba por toda su cara, tanto hacia adelante como hacia atrás. Ella movía mucho la lengua, para deleitarse con la concha de Nadia y… bueno, yo también recibí varios lengüetazos. Me dio la impresión de que al principio mi mamá intentaba evitar que esto ocurriera, cuando mi concha estaba muy cerca, movía la lengua para el costado, pero era un esfuerzo inútil. Después de un ratito se dio cuenta de que lo mejor era seguir chupando y ya está, que la lengua pasara por donde tuviera que pasar. Ese día descubrí que mi mamá tiene talento para chupar conchas.

一¿Con unas pocas lamidas ya fue suficiente para notarlo? 一Preguntó Flor.

一No exactamente. Lo que pasó es que en un momento Nadia cambió un poco su posición, quedó cómo sentada sobre el dildo… y yo no pude seguir moviéndome, no me quedó más alternativa que quedarme sentada sobre la cara de mi mamá mientras Nadia montaba sobre mí. Por suerte Gladis no se tomó esto a mal, se dio cuenta de que a esta altura lo mejor era seguir. Me agarró de las piernas y empezó a meterme la lengua por el agujero de la concha. ¡Uf… fue tremendo!

一Ay… ¿así que tu mamá te chupó la concha? 一Flor parecía más entusiasmada que nunca.

一A eso es donde quiero llegar. Esa vez entramos mucho en confianza, después de esa metida de lengua tan intensa me aseguró que la próxima vez que la invitáramos a la cama, no se iba a negar. Y justamente la vez siguiente fue cuando estuvimos con Mayra. Tardamos un poco en convencerla, pero al final se animó… no se pudo resistir a probar una vez más la concha de Nadia… y creo que también se dio cuenta de que había altas probabilidades de probar la de Mayra también. Así que nos quedamos las dos acostadas boca abajo en la cama, una al lado de la otra, comiendo una concha cada una. Fue un momento hermoso, de los más lindos que viví junto a mi mamá. Ella se veía realmente entusiasmada con Nadia… pero no dejaba de mirar de reojo a Mayra. Decime, mamá… siendo muy honesta ¿qué pensaste cuando le viste la concha a Mayra?

Liberé a Gladis para que pudiera responder.

一Este… em… Mayra es una chica demasiado linda, inspira ternura. Y al mismo tiempo esa ternura causa mucho morbo. No sé cómo explicarlo. Caro describió a la perfección la concha de esa chica, parece de porcelana. No veía la hora de poder pasarle la lengua un ratito.

一¿Y a esta no le querés pasar la lengua? 一Preguntó Caro, abriendo la concha de Flor. Su madre no respondió一. No hace falta que digas nada, vení, probala. Estoy segura de que a Flor le va a encantar recibir cariñitos de tu lengua, de la misma forma que hiciste con Lali. Te cogiste a su mamá, como que se lo debés.

一Sí, me siento un poco culpable por eso…

一Entonces… acá la tenés…

Flor la miró con una sonrisa radiante, separó más las piernas y permitió que Gladis pusiera la cabeza entre ellas. Luego mi suegra se mandó a lamer el clítoris de mi hermana. Esto se está poniendo cada vez mejor. Acomodé a Gladis para que quedara en cuatro sobre la cama y yo me posicioné detrás de ella. Apunté la pija a su concha y la mandé para adentro sin siquiera pedir permiso. Empecé a bombear fuerte y esto la entusiasmó todavía más. Las lamidas que recibió Flor fueron muy intensas. Caro le dio un fuerte beso en la boca a mi hermana y luego siguió con su relato.

一Por supuesto que me di cuenta de que mi mamá se moría de ganas de probar la concha de Mayra, así que después de unos minutos me hice a un lado y le dije: “Acá la tenés, date el gusto”. Ella entendió perfectamente… y empezó a chuparla de la misma forma en que lo está haciendo ahora con vos.

一Mmm… entonces a Mayra debió gustarle mucho 一aseguró Flor, entre gemidos.

一A Mayra le encantó, tanto que le pidió más… y yo no quería quedarme afuera, así que otra vez compartí una concha con mi mamá. Nos pusimos a chupar las dos juntas… nos quedamos embobadas con la concha de Mayra… y Nadia comenzó a aburrirse. Por eso se sentó sobre la cara de Mayra y ésta empezó a lamerle la vagina. En ese momento miré a mi mamá y le dije: “¿Sabés que Mayra y Nadia son hermanas?” Si hubieran visto la cara de Gladis… casi se muere, pero del morbo. Se quedó mirando como Mayra chupaba la argolla de su hermana y se hizo la paja. Nadia la miró y le dijo: “¿Por qué no prueban un poquito entre ustedes? La última vez te gustó”. Entonces… mami, mostrales lo que hiciste después…

一No… no me animo 一dijo.

一Vamos, Gladis 一intervine一. ¿Vos querías pija por el orto? Yo te la puedo dar, todo lo que quieras… pero a cambio, tenés que ser buena con tu hija. Es lo único que te pido.

Gladis, entendió todo. Sin protesta de por medio, movió la cabeza ligeramente hacia la izquierda y comenzó a lamer la concha de su propia hija. Actuó sin miedo, tal y como lo hizo con Florencia. Yo apunté a su culo, por suerte ya estaba bien abierto, no quería perder el tiempo dilatándolo, mi calentura no me lo permitía. Agarrándome fuerte la verga, para lograr un mejor posicionamiento, se la enterré todo lo que pude. Ella soltó un “¡Ay!” que murió ahogado contra la concha de su hija. Empecé a darle duro, ese culo me lo pedía. Llevaba muchos meses en un jueguito sexual muy interesante, pero ya no había lugar para juegos. Lo que esta puta necesitaba era terminar con el culo bien roto. Sus gemidos empezaron a llenar la habitación y sus lamidas pasaron de Carolina a Florencia, una y otra vez.

一Esto me recuerda mucho a lo que pasó con Mayra y Nadia 一dijo Caro一. No se imaginan el descontrol que fue esa tarde. Terminamos las cuatro en la cama, comiendo conchas a más no poder. Y sí, obviamente yo también probé la de mi mamá, lo hice cuando ella misma se me sentó en la cara, como si me dijera: “Ahora te toca a vos”. No me molestó para nada, mi mamá tiene una concha muy rica… me gusta chupársela.

一¿Y se la chupaste solamente esa vez? 一Preguntó Flor.

一No, esa solo fue la primera. ¿No es cierto, mamá? Durante las últimas semanas, cuando nos aburrimos, nos damos una linda frotadita, concha contra concha… y después empiezan las lamidas. No paramos hasta que acabamos. Ella incluso está aprendiendo cómo me gusta que me la chupen. Lo hace cada día mejor. Por eso opino que, para ella, las conchas son el plato principal. No importa que le gusten las pijas… se nota que se muere de ganas de coger con mujeres. Y ya lo hizo varias veces, ya dejó de ser una simple novedad.

一Ay… qué lindo 一dijo Flor一. No tengas miedo de reconocerlo, Gladis. Si de verdad te gustan las mujeres, sentite libre de coger con la que te dé la gana…

一Mirá que te lo dice alguien que se negaba a aceptar que le gustan las conchas 一acoté.

一Es cierto 一dijo Flor一. Antes no podía admitirlo. Ahora ya no me importa. Me gustan las mujeres. No descarto a los hombres, porque desde que me dieron por el orto, me quedé con ganas de probar muchas pijas… pero… quién sabe, quizás para mí las pijas no sean más que un aperitivo.

一Y yo te re banco si te declarás lesbiana 一aseguró Caro, mientras recibía suculentas lamidas por parte de su madre一. Podés coger conmigo todo lo que quieras.

一¿A Benja no le molestará?

一No, él ya está acostumbrado a que yo ande cogiendo por ahí. Además… ¿quién dice que Benja no puede estar presente en ese momento? ¿A vos te molestaría?

一Em… la verdad que no 一dijo Flor, con una sonrisa picarona.

一¿Qué fue lo que pasó entre ustedes durante el fin de semana? 一Preguntó Carolina一. Porque es obvio que algo cambió. Antes no se llevaban muy bien y ahora… bueno, están cogiendo en la misma cama…

一Es muy largo de contar 一dijo Flor一, pero prometo que después te lo cuento todo… o al menos las partes que son realmente importantes.

一Durante una charla muy íntima que tuve con mi mamá ella me confesó que tiene la fantasía de tomar semen directo de la concha de una chica. ¿Vos le cumplirías esa fantasía… ahora mismo?

一Si ella quiere… sí…

一Uy, eso significa que Benja…

Dejé de darle por el culo a Gladis, había llegado el momento de atender otro asunto. Me acerqué a Florencia y ella se acomodó frente a mí. La madre de mi novia nos miró y dijo:

一Ay… ¿de verdad le vas a meter la pija a tu hermana?

一¿Te gustaría verlo, puta? ¿Te da morbo?

Ella tragó saliva.

一Sí… me da mucho morbo.

一Cuando se emputece, se pone muy sincera 一aseguró Caro一. Es como si perdiera sus filtros.

一Quiero ver cómo se la clavás toda, abrí la argolla, mamita… 一le dijo Gladis a mi hermana一. Esta pija es bien grande y al principio duele un poco. Lo sé por experiencia.

一Yo me abro toda, si me prometés que después te vas a tomar la leche.

一Te lo prometo, nena. Nada me haría más feliz ahora mismo que tomarme la leche de tu hermano saliendo directamente de tu concha.

No había pasado tanto tiempo desde la última vez que penetré a Flor, por eso la verga entró fácilmente. Empecé dándole despacito, para que Gladis se pudiera unir, dándole lamidas al clítoris… y alguna que otra a mi verga. De a poco fui aumentando el ritmo y atraje a Flor cada vez más hacia mí, hasta que ella quedó acostada boca arriba. Le hice señas a Carolina, ella entendió perfectamente qué tenía que hacer.

Se colocó en cuclillas sobre la boca de mi hermana y ahí nomás Flor comenzó a chuparle la concha.

一Hermano 一me dijo entre lamidas一. Tu novia me parece demasiado linda, tené cuidado, no vaya a ser que te la robe.

Respondí a ese comentario solo con una risa. Me encanta ser el novio de Carolina, pero mi corazón no quedaría destruído si ella decidiera formar pareja con Flor, porque sé que aún tendría la oportunidad de coger con las dos… y ¿quién sabe? Quizás ahí yo puedo estar libre para probar suerte con Nadia. Imagino que a Caro tampoco le molestaría esto, incluso nos pediría que la invitemos a coger cada vez que podamos.

Sí, ya sé que me estoy armando una película en la cabeza, pero es imposible no hacerlo, al ver qué tan lejos pude llegar con mis fantasías sexuales en un solo fin de semana afortunado. Sé que la vida me depara muchas sorpresas.

Mi calentura llegó a tal punto que ya no pude contenerme. Empecé a llenar de leche la concha de Florencia y fui sacando la pija de a poquito. Gladis aguardó impaciente hasta que llegó el momento oportuno. Cuando la concha estuvo libre, pegó su boca a ella, para que no pudiera escaparse ni una sola gota de semen. Comenzó a chupar y a succionar con fuerza. Caro meneaba su cadera sobre la cara de mi hermana y yo pasé a dar mis últimas embestidas, y a soltar mis últimos chorros de leche, en el culo de Gladis.

Ahora ya quedó totalmente claro que me la quiero coger, y que ella está dispuesta a entregarse por completo. El culo de Gladis es mío, para jugar con él cuantas veces quiera… y si se porta bien, quizás algún día le puedo presentar a Lucía, así completa el trío de conchas de mi familia y se las come todas. Cuando se entere que Luci es más puta que Caro, no lo va a poder creer.

Y ahora que pienso en ella ¿qué tal habrá salido su charla con mi mamá? ¿Habrá podido convencerla de que disfrutar del sexo no tiene nada de malo?

No tengo idea. Para averiguarlo tendré que volver a casa. Pero eso puede esperar hasta mañana, esta noche la pienso pasar en la cama de mi novia, junto a su madre y a mi hermana.


© Nokomi