Un Fin de Semana con mis Hermanas [14].
[FINAL].
El Deseo de Florencia.
Volver a mi casa después de la noche que pasé junto a mi suegra, mi novia y mi hermana, fue muy duro. En especial porque ya me imaginaba que me encontraría con una madre enojada, o tal vez deprimida. Sin embargo ahora tenía más información a mi favor, ya sabía que Lali había tenido sexo con mi suegra y quizás pudiera encontrarle algún buen uso a ese dato.
La casa estaba en completo orden, como si por allí hubiera pasado el escuadrón de limpieza. Encontramos a Lucía limpiando el baño con un cepillo, un trapo y un balde lleno de agua.
一¿Limpiaste todo vos sola? 一Preguntó Flor.
一Sí 一respondió Lucy一. Mamá se quejó del desorden que había en la casa y, para que se calme, le prometí que limpiaría todo.
一Oh… pobrecita. ¿Te podemos ayudar en algo? 一Se ofreció Flor.
一No, esto es lo último. Ya estoy terminando.
一¿Y mamá? 一Pregunté一. ¿Dónde está?
一Supongo que estará durmiendo. Anoche se tomó una de sus pastillas, esas que la dejan de cama. Lo importante es que se tranquilizó.
一Y sobre… lo que pasó entre nosotros. ¿Le dijiste algo? 一Preguntó Flor.
一Sí, hablé de ese tema y le dije que era algo que iba a pasar tarde o temprano. No puedo decir que lo aceptó, pero al menos se relajó un poco y dejó de decir cosas como “Todo es mi culpa”. Aunque sigue preocupada por nuestra sexualidad, en especial la de Flor y la mía. Insiste en que no quiere que seamos ninfómanas, como ella.
一¿Y qué problema hay con eso? 一Dijo Flor, encogiéndose de hombros一. Mientras lo disfrutemos, no creo que haya nada de malo. A ver, si yo lo pude aceptar en un fin de semana, creo que ella también va a poder, en especial teniendo en cuenta todas las vivencias sexuales que tuvo. La que tendría que estar enojada soy yo, porque siempre me dejó de lado… y no sé por qué.
一Porque creía que, de todos nosotros, vos eras la única que tenía una chance de llevar una vida normal.
Mi madre nos miró desde el pasillo, llevaba puesta una bata semi-transparente y se notaba que debajo iba completamente desnuda. Estaba muy sexy, incluso con su cabello todo despeinado y con los ojos algo hinchados por las horas de sueño.
一Me parece que eso es algo que tenía que decidir yo 一dijo Flor一. Además, si te hubieras enterado de las cosas que hice con Lucy en mi pieza, ya hubieras notado que mi vida no era del todo “normal”.
一¿Y qué hiciste con Lucy? 一Quiso saber Lali.
一Em… bueno 一comenzó diciendo Flor一, es complicado… pero siendo muy honesta, reconozco que yo usaba la excusa de mostrarle mi ropa interior para poder estar desnuda frente a ella… es que… me calentaba la idea de tener esos jueguitos con alguna amiga, pero como no tengo amigas, recurrí a mi propia hermana.
一¿Solo te desnudaste? ¿Nada más?
一Hubo más 一aseguró Flor一. Porque… em…
一Porque yo aprovechaba la situación 一intervino Lucy一. Sabía a qué estaba jugando Flor… y me gustó. Le seguí la corriente. Así que aproveché para tocarla un poquito… luego la toqué más, y ella empezó a tocarme a mí… y bueno, entre excusa y excusa, llegamos al momento de pasarnos la lengua por la concha, la una a la otra… y hubo veces en las que esos jueguitos llegaron bastante lejos. Tanto que los papeles del “juego” se nos perdieron y terminamos cogiendo. Flor no lo quería ver de esa manera, le molestó que yo insinuara que estábamos cogiendo.
一Es cierto, pero ya no me molesta 一dijo Flor一. La pasé muy bien con Lucy y ahora reconozco que me calientan las mujeres, quizás hasta más que los hombres. Eso explicaría por qué no la pasé tan bien con mi novio.
一Tu novio era un pelotudo pitocorto 一dijo mi mamá一. Me alegra que hayas cortado con él. No cometas el mismo error que yo. Si vas a casarte con alguien, hacelo con un tipo que te pegue unas garchadas tremendas, que sepa darte duro toda la noche… y que no tenga problemas en compartirte con otras personas.
一Básicamente 一dijo Flor一, alguien con quien pueda tener una relación como la que tiene Benja con Carolina.
一Em… sí, exactamente así 一dijo mi mamá, mostrándonos una sonrisa一. Quizás, de esa forma, no necesites ser una ninfómana. Quizás encuentres satisfacción en la pareja y con algunos pocos amigos invitados a la cama.
一Mi mamá me está diciendo que invite gente a mi cama, no lo puedo creer.
一Si lo vas a regular bien con una vida en pareja sana 一dijo mi mamá一, entonces no le veo nada de malo. Si tu padre no fuera tan hermético, lo incluiría en mis aventuras, y todo sería distinto. Lo que más me duele de esta situación es tener que mentirle.
一Che ¿por qué no nos sentamos a charlar bien sobre todo esto? 一Sugerí一. Creo que ya podemos ser sinceros y decir todo lo que haya que decir. A ver si solucionamos este quilombo de una buena vez. Porque me parece una tontería que esto sea un motivo de conflicto cuando es obvio que todos la pasamos bien haciéndolo.
一Mmm… está bien, vengan a mi pieza.
Mi mamá dio media vuelta e hizo señas para que la siguiéramos. Nos sentamos en su cama, sobre la mesita de luz había lubricante y un dildo, lo que me llevó a pensar que antes de dormir estuvo jugando con eso… y posiblemente Lucía participó en el asunto. ¿Qué digo “posiblemente”? Es obvio que cogieron juntas, hay que ser realistas. Si Luci consiguió calmarla, sin duda fue con una buena chupada de concha de por medio.
Cuando Lali se sentó en la cama no se molestó en cubrirse con la bata, al doblar sus piernas su concha quedó totalmente expuesta, y me alegró que así sea, eso significaba que ella había bajado la guardia. Flor se sentó a su lado, Lucy y yo nos apropiamos de las esquinas de los pies de la cama, ella quedó frente a nuestra madre y yo frente a Florencia.
一¿Ya estás más tranquila? 一Pregunté, para romper el hielo.
一Sí, un poco 一respondió mi madre一, la charla con Lucy me hizo bien.
一Entonces ¿puedo preguntar por qué te preocupa tanto que Lucy y yo nos volvamos putas? 一Preguntó Flor一. Es decir… se nota que vos la pasás muy bien haciendo todo lo que hacés. ¿Por qué nosotras no podemos disfrutar de la misma manera?
一Quiero que disfruten 一dijo mi mamá一. Pero al mismo tiempo me da miedo que, al llevar una vida de desenfreno sexual, terminen volviéndose adictas al sexo. Y créanme, eso no es nada bueno. A mí esa adicción me llevó a hacer muchas locuras.
一Como engañar a papá 一puntualizó Flor.
一Eso es lo de menos. Es cierto que al principio me dolió mucho ponerle los cuernos a mi marido, pero con el tiempo me fui convenciendo de que los seres humanos no nacimos para la monogamia, la que está mal es la sociedad y todos deberíamos ser libres de coger con quien nos dé la gana… siempre y cuando la otra persona esté de acuerdo. Sin embargo, ahí también hay límites.
一Como por ejemplo, no coger con tus hijos 一dijo Flor.
一Sí… y eso es lo que más me duele. Es cierto que me sentí presionada por Lucy cuando ella descubrió de mis andanzas y que por eso la invité a coger con mis amigos. Pero esa no es toda la verdad. Algunos dirán que coger con cuatro o cinco tipos a la vez es la gloria para una mujer y que es una de las cosas más morbosas que se pueden hacer, y eso es cierto. Pero ¿qué pasa cuando dejarte coger por cinco tipos o más se vuelve una rutina?
一¡Wow! 一Exclamó Flor一. ¿Para vos es una rutina hacer esos… cómo les dicen?
一Gang-bangs 一aclaró Lucy一. Al menos ese es el término que se utiliza en la industria del porno para referirse a situaciones como ésta donde una mujer tiene sexo con muchos hombres al mismo tiempo.
一Así es 一continuó Lali一, y me duele admitirlo, especialmente frente a mis propios hijos, pero ya saben gran parte de la verdad y no tiene sentido esconderlo. Para mí este asunto de ir a una reunión de amigos en las que, muchas veces, yo era la única mujer y que me cogieran entre todos durante el fin de semana, se volvió algo normal. Porque lo necesitaba. La rutina diaria se me hacía muy dura. Por eso me inventaba alguna excusa para irme durante un fin de semana y no volvía a casa hasta que…
一Hasta que te hayas cansado de tragar leche y que el culo te haya quedado satisfecho 一dijo Lucy一. Esa fue la forma en que me lo explicó a mí… pero bueno, en ese momento estábamos cogiendo y ella estaba muy caliente. Cuando está muy caliente dice barbaridades.
Mi mamá mostró una sonrisa tímida.
一Es cierto 一admitió Lali一. En esta ocasión no lo hubiera explicado con esos términos, pero así se lo expliqué a Lucy. Y lo que me preocupa de esta adicción es que va escalando. Al principio cogía con uno, después con dos, tres… cuatro… cinco, y así. Cuando mis amigos me decían: “¿Te molesta si invitamos a un conocido?” No me molestaba, al contrario, solo podía pensar que habría una pija más para chupar… una pija más para que me diera duro. Terminaba esos fines de semana destruída y tan agotada que ya ni siquiera podía pensar. Y con el tiempo me fui dando cuenta de que esa sensación era una droga para mí. Lo peor de todo fue reconocer que esas “dosis” que recibía no eran suficiente. Por eso siempre quería que hubiera más tipos o hacía alguna locura, como chuparle la concha a la amiga de Lucy. Necesitaba nuevas experiencias. El cuerpo me lo pedía.
一Por eso te cogiste a mi suegra 一dije.
一Mmm… ¿cuándo te enteraste de eso?
一Ayer Gladis me lo contó todo. Flor también lo sabe.
一No, para nada. ¿Por qué me molestaría que te cogieras a Gladis?
一No me refiero a Gladis, sino a Carolina.
一¿Eh? 一Ese comentario me dejó descolocado.
一¿No dijiste que te lo contaron todo ayer?
一Mamá 一intervino Flor一. ¿Nos estás diciendo que te cogiste a la novia de tu hijo?
一Ay… perdón, es que… pensé que ya lo sabían.
Me quedé con los ojos como dos platos y la boca abierta.
一¿Te cogiste a Caro? 一Pregunté.
一No te enojes… 一se atajó mi madre.
一No estoy enojado, solo sorprendido. Ya sé que Caro cogió con un montón de gente, no soy celoso. Pero no sabía que vos también te habías acostado con ella. No me contó nada.
一Entonces ¿no les dijeron nada de lo que pasó este fin de semana? 一Preguntó mi madre mirándonos a los ojos.
一Supuse que te habías ido con tus amigos 一comenté.
一Si hubiera hecho eso, Lucy me hubiera acompañado.
一Así es 一dijo Lucy一. Pero no me miren a mí, yo no sabía nada de Carolina. Pensé que mamá se iba a reunir con otros amigos, algunos que yo no conocía, y que por eso no me quiso llevar. Si hasta me enojé con ella por no querer llevarme, y ahora que sé que te fuiste a coger con Caro, más enojada estoy. ¿Por qué no me llevaste?
一No lo quiero decir… no sé qué tanto sabrán del asunto y no quiero meter la pata otra vez.
一Ah, creo que ya sé por dónde viene la cosa 一dijo Flor一. No quiere decir nada porque seguramente pasaron cositas entre Caro y su mamá ¿no es cierto? Bueno, no te preocupes, de esa parte sí nos contaron. Solo omitieron lo que pasó este fin de semana, pero ya nos quedó claro que Carolina le lustra la concha a su mamá con la lengua cada vez que puede.
一¿Y a vos no te molesta, Benja? 一Me preguntó mi madre.
一¿Cómo me va a molestar si gracias a eso me las puedo coger a las dos juntas? Anoche le estuvimos dando duro… y Flor estuvo ahí.
一Y sí, mamá 一acotó Flor一, Benja también me metió la pija a mí. No te lo vamos a ocultar, porque tampoco podés recriminarnos nada. Vos cogiste con Lucy como mil veces, anoche también se estuvieron dando de lo lindo ¿o me equivoco?
一Cogemos mucho 一dijo Lucy一. No le voy a permitir mentir al respecto. Me gusta coger con ella, y a ella le gusta coger conmigo, aunque le cueste admitirlo.
一Está bien, lo admito… sí, cogemos mucho y me gusta hacerlo con vos. Sin embargo eso no significa que no me sienta mal por hacerlo. Voy a explicarles lo que sentí, para que entiendan mejor lo que quiero decir. Cuando Lucy me descubrió cogiendo con un tipo, acá, en esta misma cama, yo estaba entrando en una fuerte crisis sexual. Tenía como regla nunca coger con nadie en esta casa, no hacerlo bajo el mismo techo en el que viven mis hijos. Pero la búsqueda de emociones más fuertes me llevó a hacerlo… y Lucy descubrió todo. Pensé que se enojaría conmigo y que pasaríamos por un largo período en el que yo intentaría hacer las paces con mi hija, pero…
一Pero resulta que Lucy es más puta que vos 一dijo Flor.
一Algo así. Lucía me dijo que ella también quería probar estas cosas, y bueno… haciendo un poco de elipsis, llegamos al momento de compartir más de una pija juntas. ¿Qué puedo decir de eso? Sé que está mal, como madre, ofrecerle mi hija menor a varios hombres, en especial teniendo en cuenta que mi hija tiene apenas dieciocho años y que es bastante nueva en el mundo del sexo. Pero fue justamente eso lo que me llenó de morbo. Me calentó un montón ver como ella, siendo tan inexperta, luchaba para tragarse todas esas pijas… o como esa concha, nuevita, a estrenar, y completamente depilada, se abría cuando le metían vergas anchas. Podía ver las señales de placer y dolor en su cara y no les voy a mentir, me mojaba toda. Quería más. Por eso la incentivé a que siguiera probando… y a que entregara el orto. Me moría de ganas de ver cómo le rompían el orto. Me daba mucho morbo verla sometida y siendo penetrada analmente por tres o cuatro tipos a la vez, tipos que, al conseguir meterla, no tenían ningún tipo de consideración con ella, le daban duro como lo harían con una mujer experimentada, con una puta cualquiera. Uno de mis mayores momentos de calentura fue ver a Lucy con la cara contra el colchón, porque uno de los tipos le sujetaba la cabeza mientras le rompía el orto… y otro aprovechaba para eyacular en su cara y pasarle la verga llena de semen por la boca. Una madre nunca debería permitir que le hagan eso a su hija, y yo no solo lo permití, sino que animé a que siguieran haciéndolo. Le pedí por favor a todos los tipos presentes que no dejaran de meterle la pija hasta que ella tuviera el orto bien dilatado y lleno de leche.
一Uf… me acuerdo de ese momento 一dijo Lucy一, y no me arrepiento de nada. La pasé genial. Podrás recriminarte todo lo que quieras, mamá, pero no estás tomando en cuenta mis propios gustos. Yo disfruté igual que vos con eso, yo quería que esos tipos siguieran dándome duro por el orto y que me dieran de tomar la leche.
一Lo sé, y eso es lo que me hace sentir culpable, siento que te arrastré a este mundo, que te hice partícipe de mi adicción.
一A ver, mamá 一intervine一, ya te lo aclaró Flor, ella y Lucy no tenían una relación del todo… normal. Y lo que pasó durante este fin de semana hubiera pasado igual, aunque vos no hubieras tenido nada que ver. Creo que a todos nos gusta demasiado coger… y resulta que encontré la novia perfecta para hacerlo, porque ella es tan morbosa como vos.
一Voy a hacer una cosita para demostrarte que, de ninguna manera, considero que me hayas obligado a hacer algo que yo no quiera.
Con estas palabras Lucía se lanzó hacia adelante, sumergiendo su cabeza entre las piernas de su madre. Al principio Lali mostró un poquito de resistencia, puso las manos delante, como si quisiera apartar a su hija. Sin embargo, cuando las lamidas de Lucy sobre la concha comenzaron, mi mamá se relajó por completo, como si hubiera desactivado el interruptor que la hacía estar tan tensa. Separó más las piernas y sonrió, como si dijera: “Miren cómo la chupa”. La escena me excitó muchísimo, había visto esto en videos, pero verlo en vivo y en directo era muy impactante. La lengua de Lucy realmente se metía dentro de la concha de su madre.
Por supuesto, con esta escena, la pija se me engarrotó.
一Mamá 一dijo Flor一, a mí no me molesta que te hayas cogido un montón de tipos, lo que me jode es que siempre me hayas dejado afuera de todo. De todo. ¿Te acordás de aquella vez que hablamos sobre el sexo lésbico?
一Sí, me acuerdo 一me puse alerta, Flor no me había comentado nada sobre esto.
一Para ponerlos en contexto 一dijo mi hermana mayor一, le comenté a mamá que había probado concha, no le dije de quién, solo que lo había hecho.
一¿Era la concha de Lucy? 一Pregunté.
一Sí. Y para mí fue muy difícil hablar de ese tema. Hasta ahora, nunca me agradó la idea de sentir algo por el sexo femenino. Y recuerdo que mamá me aconsejó para que siguiera mi corazón, que buscara la felicidad donde pudiera encontrarla. No importa si la persona que está a mi lado es hombre o mujer. Eso me relajó un poco. Y a lo que voy con todo esto es que, si sabías que yo me sentía así con respecto a las mujeres, ¿por qué no me llevaste con vos cuando te cogiste a Caro y Gladis? A ver, si sospechabas que eso del incesto me iba a desagradar, al menos podrías haberme engañado para que yo no supiera qué iba a pasar exactamente. Si hubiéramos ido de a poquito con ellas, seguramente yo hubiera aceptado.
一Porque no sabía que Carolina iba a estar ahí. Yo creía que iba a tener sexo con Gladis y nadie más, pero cuando estábamos en pleno acto, la puerta de la pieza se abrió y entró Carolina, completamente desnuda, con una amiga… una tetona que es un monumento.
一Sí. Tuve la oportunidad de coger con ella y Caro, durante un fin de semana en unas cabañas.
一Uy, la habrás pasado de diez con esos dos bombones. Caro es preciosa y esta chica, Nadia… uf… es un infierno.
一Ay, todos me hablan de la tal Nadia 一dijo Flor一, y de su hermana Mayra… y yo me muero de ganas de conocerlas.
一No conocí a ninguna Mayra 一aseguró mi mamá一, pero sí tuve tiempo para analizar de cerca a Nadia. Nos pasamos todo el fin de semana cogiendo.
一Pará, ahora no entiendo algo 一dijo Flor一, vos pusiste una excusa para volver antes, que no sé qué de la lluvia y todo eso. ¿Por qué? Si te podrías haber quedado con Gladis y Caro.
一Porque tu padre llamó y amenazó con volver. Me asusté. Al final lo pude convencer de que se quede en su dichoso torneo de golf, pero en una primera instancia él quería volver. En el momento en que me llamó yo le estaba dando una chupada de concha tremenda a Nadia mientras veía cómo Caro hacía lo mismo con Gladis… tuve que interrumpir todo en el mejor momento por culpa de ese pelotudo. Y creeme, Flor, si hubiera sabido que aceptarías, te hubiera llevado.
一¿Eso quiere decir que la próxima vez estoy invitada? 一Preguntó Flor con una amplia sonrisa.
一Si lo que querés es coger con mujeres, entonces sí. ¿Vos qué preferís? ¿Conocer mis amigos o mis amigas?
一Em… los dos, de ser posible. Primero las chicas, ahora mismo estoy en una etapa en la que quiero coger con mujeres, lo necesito. Pero también me gustaría vivir lo que vivió Lucy cuando se la cogieron por el orto entre varios. Siempre tuve rechazo al sexo anal, pero ahora que lo probé… admito que me gusta mucho.
一Por todo lo que pasó en este fin de semana 一dije一, la que más cambió fue Flor. Ella estaba siempre enojada y no es porque sea mala, creo que fue porque no sabía cómo manejar sus gustos sexuales, tenía miedo de que la juzguen. Lo mismo te pasa a vos, mamá. Tenés miedo de que nosotros te veamos como una puta, y que eso sea algo malo… cuando en realidad es todo lo contrario. A mí me gusta que seas puta.
一Quizás todo este asunto de la adicción al sexo sea más fácil de llevar si sabés que tenés a tus tres hijos de tu parte 一dijo Flor.
一Bueno, no puedo negar que eso ayudaría mucho 一dijo mi mamá一. Y quizás a vos se te pase el enojo si hago algo por vos.
一¿Algo como qué? 一Preguntó Flor, con una sonrisa picarona.
No se lo tuvieron que pedir dos veces. Florencia comenzó a desnudarse a toda velocidad y se quedó sentó en el mismo lugar, solo que con las piernas abiertas y una concha mojada esperando por acción. Lali se colocó en cuatro patas justo delante de mí, vi la oportunidad que tanto había esperado. Yo también me quité la ropa mientras disfrutaba de las primeras lamidas de mi madre sobre la concha de Flor. Estoy seguro de que mi hermana mayor disfrutó a pleno ese momento. Estuvo todo el fin de semana quejándose de que mamá no le prestaba tanta atención como a los demás, y ahora la tenía ahí, brindándole placer con la lengua, justo sobre la concha.
Tomé posición detrás de mi madre y como a mi verga aún le faltaba un poco de rigidez, agradecí las chupadas que me dio Lucy, ella entendió todo sin que yo tuviera que explicárselo. Lamió mi glande para lubricarlo bien y luego se encargó de llenar de saliva la concha de nuestra madre. Cuando estuvo todo preparado, pasé a la acción. Sujeté mi verga con fuerza, apunté al agujero de esa vagina, y entré.
Debo decir que la concha de Lali está muy abierta, se nota que ya pasaron varias vergas por ahí, porque la mía no encontró resistencia alguna. Entró sin más.
Mi madre suspiró de placer y sus gemidos quedaron ahogados contra la concha de Flor. Mientras tanto mi hermana mayor la alentaba a seguir.
一¿Esto se acerca a esas “emociones fuertes” que tanto buscabas? 一Preguntó Lucy.
一¡Ay, sí! Y supera mis expectativas… es lo más morboso que hice en mi vida.
一Estoy segura de que se puede poner todavía más morboso 一aseguró Lucy.
A continuación, mi hermana menor comenzó a lubricar el culo de Lali y le metió un dedo. Lo movió allí dentro durante un rato, mientras yo seguía bombeando pija contra la concha.
一Uy, sí… definitivamente eso me va a gustar más.
Lucy introdujo un segundo dedo en ese culo que pedía a gritos una buena verga. El agujero se dilató considerablemente y con bastante facilidad, evidenciando que mi madre tuvo muchas experiencias anales y que Lucy sabe muy bien lo que hace. Me pregunté cuántas veces una le habrá preparado el culo a la otra para que puedan recibir gruesas y venosas vergas.
Llegó mi turno de tomar la iniciativa. Lucy sacó sus dedos y me dejó el camino libre, posicioné el glande en la entrada del culo y empecé a empujar lentamente. La penetración fue suave, no tuve necesidad de hacer mucha presión para poder meter casi toda mi verga. Dentro de mí había una vocecita que me decía: “Así se siente el culo de tu mamá ¿lo extrañabas?”, y la verdad es que sí, lo extrañaba mucho. Tanto que no pude resistirme. Comencé a darle duras embestidas.
一¿Te gusta, putita? ¿Te gusta que te rompan el orto? 一Desde la primera vez que se la metí por el culo había estado esperando la oportunidad para decirle eso a mi madre.
一Ay… sí… me encanta. Por el culo siempre es más rico, en especial si la pija es así de grande.
一Si tanto te gusta, te la voy a dar siempre que me la pidas… ¿me la vas a pedir?
一Sí… quiero que me rompas el orto cada vez que te lo pida… uf… así… rompeme toda. Rompele el culo a mami.
一Te vas a volver adicta a mi verga.
一Uf… sí… dame duro. Me quiero volver adicta a esa pija.
一Yo te voy a taladrar el orto todo lo que quieras, pero se terminó eso de hacerme trabajar como un esclavo. Me vas a comprar una moto.
一Elegiste el momento perfecto para reclamarle cosas 一dijo mi hermana pequeña一, cuando está caliente no se puede negar a nada.
Le di más fuerte, agarrándola por los pelos.
一Ay… ay… te compro lo que quieras… pero me lo vas a pagar, cuando yo quiera pija, me la vas a dar.
一Por supuesto 一aseguré, sin detenerme. Todo mi cuerpo estaba entrando en calor y el movimiento era más rítmico y parejo.
一Yo también quiero pedir algo 一dijo Flor一. Y aunque no quieras mi concha, me lo debés, por como me dejaste de lado.
一Uf… ¿y qué querés? 一Preguntó mi madre, con los dientes apretados一. Si querés chupadas de concha, no tenés más que pedirlas, con mucho gusto te las voy a dar.
一No, lo que quiero es participar en una orgía. Lo digo en serio. Quiero coger donde haya mucha gente… en especial mujeres. Quiero conchas, muchas conchas…
一Eso dalo por hecho 一aseguró mi mamá一. Estoy segura de que Gladis y Carolina no van a tener problemas en venir a participar, si las invitamos un día de estos.
El resto de la jornada transcurrió más o menos igual. Me mantuve firme en la posición de llenarle de verga el culo a Lali y ella siguió lamiendo la concha de Flor. Mi madre gritó como una puta todo el tiempo, esa es la ventaja de tener una casa grande y separada de las demás. Los vecinos no escuchan nada. Mientras tanto Lucy se sentó en la cara de Florencia, cosa que nuestra hermana mayor agradeció un montón, no había mejor forma de afirmar su gusto por las mujeres y por el incesto que teniendo a su propia madre comiéndole la concha y al mismo tiempo poder chupar la de su hermana.
Pero sí podía ponerse incluso mejor.
Pasados unos minutos, cuando empezaron a invadirme las ganas de eyacular, cambié de agujero. Me concentré el la concha de Lali y procuré soltar ahí dentro hasta la última gota de semen. Fue un orgasmo espasmódico y muy intenso, de los mejores que disfruté en mi vida. Cuando terminé, dejé la verga ahí, como si fuera un tapón.
一Vení, Flor… tengo una sorpresa para vos y sé que te va a gustar mucho.
Mi hermana entendió todo. Se colocó debajo de su madre, formando con ella un 69. Lali siguió chupándole la concha y también se sumó Lucy; pero lo mejor llegó cuando yo saqué la verga.
De la concha de Lali salió una importante cantidad de semen que fue a parar justo a la cara de Florencia. La mayor parte cayó dentro de su boca, porque así lo quiso ella. Se concentró mucho en lamer esa vagina llena de flujos y de leche, al fin y al cabo era la primera vez que probaba la concha de su madre… y hacerlo con el añadido del semen le gustó más, lo sé porque ella misma me lo dijo unas horas más tarde.
Con este acto sexual sellamos las disputas familiares. Mi mamá aceptó que su gusto por el sexo podría ser algo bueno, si junto a ella tenía a sus hijos para disfrutarlo, y prometió que lo antes posible organizaríamos la orgía que Florencia tanto quería.
Y, por supuesto, un par de días después me compró la moto.
Para su situación económica esto no significó ningún problema. Ella podía comprar diez de esas motos sin que se viera afectada su economía, por eso siempre me molestó que me hiciera trabajar tanto para conseguirla. Bueno, ahora tengo un nuevo trabajo: romperle el orto. Justo antes de ir a la concesionaria le di una buena cogida por el culo, dentro de mi pieza. Ella tuvo que taparse la boca con una almohada para que mi papá, que ya había vuelto de su torneo de golf, no escuchara nada. Mientras le daba duro no dejaba de decirle que quería una moto que fuera muy buena… algo potente, con personalidad. No quería una scooter.
Mi cogida debió ser muy buena, porque salí de la concesionaria de motos siendo el flamante dueño de una Kawazaki Z900 color verde. Un verdadero monstruo sobre ruedas. Sin dudas Lali superó mis expectativas. Me sentí como si ella fuera mi “Sugar Mommy”, y bueno, en cierta forma lo es. Es mi madre y me compra cosas costosas a cambio de una buena cogida, algo que, sinceramente, haría gratis. Pero llevo muchos años soñando con una moto como esta y no pienso perder la oportunidad.
A Carolina le encantó la moto. Su frase matadora fue: “Ahora no me va a dar vergüenza que me saques a pasear”. Maldita puta. En fin, sé que es una chica superficial, pero es la novia que quiero. Ella aprovechó nuestro primer paseo en moto para usar un pantalón de cuero negro que se le encajó en el orto como si fuera pintura. La gente se quedaba embobada cuando nos veía pasar, la mitad miraba la moto, la otra mitad le miraba el orto a mi novia. Un sueño hecho realidad.
Llegó un nuevo fin de semana. Mi mamá logró convencer a mi papá de que fuera a pescar con sus amigos y que, de ser posible, no volviera hasta el lunes. Mi padre lo vio como una gran oportunidad, el muy imbécil ni siquiera sospechó cuánto iban a crecer sus cuernos durante ese viaje de pesca.
En defensa de mi padre puedo decir que Lali aseguro que ese fin de semana no iría a ninguna parte, se quedaría en casa, para disfrutar del tiempo libre con sus hijos. Mi papá no tiene forma de saber lo que eso significa.
Cuando él se marchó y por fin nos quedamos solos, yo hice lo que sabía que tenía que hacer, me desnudé por completo, creyendo que mis hermanas y mi madre harían lo mismo… y en parte fue así, aunque ellas tenían una pequeña sorpresa preparada. Las tres salieron del cuarto de Lali vistiendo sugerentes conjuntos de ropa interior. Mi mamá iba de blanco, como si fuera una novia pura y casta, a punto de contraer matrimonio. Lucía iba de negro, representando a una especie de bruja adicta al sexo o algo así, y por último, Florencia vestía un conjunto rosa, un color que pocas veces le vi usar, por lo general a ella no le gusta que asocien su parte femenina al color rosa. Le pregunté por qué había elegido ese color y ella me respondió:
一Porque hoy sí quiero sentirme bien femenina.
Lo que más me gustaba de los conjuntos era que los tres tenían un espacio abierto justo donde estaba la concha. Eso me daba acceso directo, sin tener que quitarles la ropa. También me pareció muy erótica la forma en la que sus pezones se traslucían bajo la tela.
一¿Y quién va a empezar primero? 一Pregunté, ansioso, y con la verga poniéndose cada vez más dura.
一Yo 一dijo una voz desde el interior del dormitorio.
Me quedé confundido, las tres mujeres de la casa estaban frente a mí, en el pasillo. ¿Por qué había alguien más en el dormitorio?
Sin embargo, apenas vi a Carolina asomándose, entendí todo. La habían invitado a pasar con nosotros este intenso fin de semana y eso fue una idea excelente. ¿Lo mejor de todo? Es que Gladis también estaba allí y de alguna manera se las habían ingeniado para que usara un conjunto muy similar, pero color celeste. Caro vestía de rojo, con esa pasión que tanto la caracteriza. Siendo honesto, de todas ella era la que más destacaba, pero siendo aún más honesto, era la que menos morbo me provocaba. Es que… es mi novia, cogí con ella un montón de veces, en cambio a su mamá no la cogí tanto… y también están mi madre y mis hermanas. Es un poquito difícil competir con eso.
Carolina se me acercó meneando las caderas y me llevó hasta el living, allí me hizo sentar en el sofá y se arrodilló delante de mí.
一Te veo muy ilusionado 一dijo, con una radiante sonrisa.
一¿Y cómo no voy a estarlo con tantas mujeres tan lindas?
一Sí, es comprensible. Pero antes de que empiece todo te pido que no te agrandes tanto, no estamos acá para complacerte a vos. Nos pone contenta de que haya una buena pija, pero entre nosotras también queremos darnos.
一Sí, eso lo entiendo perfectamente. Además sé que Flor tiene más ganas de comer concha que pija…
Señalé a mi hermana mayor, ella ya había comenzado con todo el jueguito incluso antes que Caro. Se arrodilló frente a Gladis y antes de que mi suegra pudiera decir: “Esto me da vergüenza”, ya tenía la lengua de Flor bien metida en la concha. Me quedé mirando esa escena y sentí que Caro había empezado a chupar mi pija, no necesitaba mirarla para saber que le estaba poniendo muchas ganas, podía sentir los movimientos de su lengua sobre mi glande. Me concentré en mirar como mi mamá se ponía en cuatro sobre un sillón y Lucy se metía la cara entre sus nalgas. Mi hermana menor le chupó la concha y Gladis se quedó boquiabierta, como si no pudiera creerlo. Ella cogió con su hija, pero aún así es sorprendente ver con cuánta naturalidad Lucy se prende a la concha de su madre.
一Bueno 一dijo Caro después de un rato一, todo muy lindo, pero yo no vine a chuparle la pija a mi novio, eso lo puedo hacer cualquier día de la semana. Ya la tiene dura. ¿Quién va a ser la primera en probarla?
一Voy yo, pero con una condición 一dijo Lucy.
一Que vos me chupes la concha mientras tanto.
一Por supuesto. De las presentes, la tuya es la única concha que no probé… aunque sí la vi en fotos y videos.
一Florencia. Anoche se quedó a dormir en casa y trajo un pendrive con muchas fotos y videos interesantes en los que salís vos y tu mamá.
一¡Ay, que puta… la voy a matar! 一Exclamó Lucy.
一Nada de matar a nadie 一dijo mi mamá一, yo le di permiso para que le muestre todo.
一Mmm… está bien, pero tendrías que haberme consultado antes.
一¿Así como vos me consultaste antes de mostrarle todo a tus hermanos?
一Te tapó el orto, pendeja 一le dije. Lucy me miró con ojos amenazantes, pero se le pasó enseguida, por suerte ella no es como Flor en ese sentido.
Se acercó a mí y se colocó mirando hacia Caro, para que ella pudiera cumplir con su promesa. Me encantó empezar a disfrutar de una concha. A ver, nunca me voy a negar a un buen pete, pero en esta situación lo que más quiero es meterle la pija alguna, y después a todas las demás.
Que haya público es algo a lo que no estoy acostumbrado, aunque tampoco voy a decir que eso me molestó, porque al fin y al cabo las cogí a todas al menos una vez y el contexto se presta para esto. Todas están más que calientes.
Mientras Lucy se monta sobre mi verga y Caro le pasa la lengua por el clítoris, puedo mirar, por encima del hombro de mi hermana menor, como Florencia se las ingenia para chupar un rato la concha de Gladis y otro poco la concha de su madre. La chica lo hace muy bien, a pesar de ser primeriza en esto del sexo lésbico. Y se nota que le pone ganas. No me molestaría para nada que mi hermana consiguiera una linda novia, en especial si la quiere compartir conmigo. ¿Quién sabe? Quizás podamos compartir novias durante muchos años. Tiene que buscar una que sea tan puta como Carolina.
La concha de Lucy está bien apretadita, como a mí me gusta, y con cada salto se va abriendo un poquito más. No lo voy a negar, me causa un morbo tremendo poder hacer esto frente a mi novia. Además ahora estoy experimentando qué es lo que habrán sentido Lucy y mi madre al soltarse en un desenfreno sexual frente a varias personas.
Me complace ver como todas parecen estar entregadas a la causa, las dudas y los miedos quedaron detrás. Lali le pidió a Flor que se sentara y esta vez fue el turno de la madre de comer concha. Que mi mamá se animara a hacer eso frente a Gladis, sin recriminarse por ser una puta adicta al sexo, era un gran avance. También lo era que Flor se mostrara activa y sonriente. Su temperamento duro e irascible parecía haber quedado en el olvido, quizás lo único que ella necesitaba era esto, que le chupen un poquito la concha.
Los gemidos de Lucy volvieron a traerme a mi lugar, ella estaba dando saltos cada vez más potentes y yo la ayudé un poco, tomándola por la cintura. Me di cuenta de que Gladis miraba la escena con admiración y se me ocurrió algo.
一¿Te animás a entregar el orto? 一Le pregunté a Lucy.
一¿Que si me animo? Me quedaría muy enojada si hoy no me meten una buena pija en el orto.
一Bien, entonces ayudame con Lucy… y de paso vamos a dejar que tu mamá mire todo, a ver si con eso se anima a hacer lo que quiere hacer.
Mi madre había dejado el living bien preparado para la jornada, había potes de lubricante y juguetes sexuales distribuidos por puntos estratégicos. Caro tomó uno de estos lubricantes y se encargó de cubrir con él toda mi verga y el culo de Lucy.
De a poquito el culo de mi hermana fue cediendo. Si bien esto era un medio para otro fin, no significa que no lo haya disfrutado. Meterle la pija por el orto a mi hermana menor siempre es una delicia.
Ella también colaboró, manteniendo las piernas bien abiertas. Caro le chupó un poco la concha, para ayudarla a entrar en calor, y luego se apartó. De esa forma Gladis pudo ver cómo mi hermanita se iba metiendo la pija en el culo de a poco. Y con cada movimiento parecía disfrutar más y más.
Habíamos captado la atención de mi suegra y no pasó mucho hasta que ella se acercó a nosotros. Se puso de rodillas frente a Lucy y dijo:
一¿Puedo? 一Señaló la concha de la pequeña.
一Mami, acá no tenés que pedir permiso. Todas sabemos a lo que vinimos… Benja también lo sabe. Si querés comer una concha, hacelo y listo. Así la vas a disfrutar más, con menos prejuicios.
Gladis la miró en silencio, parecía un tanto confundida. Era como si le costara liberarse de sus prejuicios, pero eso cambió cuando Lucy soltó un potente gemido.
一¡Ay, sí… cómo me gusta esta pija, por dios! 一Exclamó la pequeña mientras daba largos saltos, demostrando que su culo podía aguantar todo el ancho y el largo de mi verga.
Para Gladis esto fue suficiente, se olvidó de sus prejuicios y se lanzó hacia adelante. No pudo resistirlo más, la concha de Lucy, húmeda y lampiña, esperaba por ella. Miré hacia abajo para contemplar el momento en que la lengua de Gladis se metía por el agujero de esa concha. Creo que lo que más le cuesta admitir es que las pendejas le calientan. Me da la impresión de que disfruta más chupando la concha de Flor o la de Lucy, que con la de mi mamá. Y a Flor le pasa algo en sentido inverso, disfruta más de la concha de Lali y de la de Gladis.
Por supuesto que Carolina no se iba a quedar ahí mirando eternamente, ella no es tanto de mirar, es más de actuar. Se acercó a Flor y a Lali, y por el camino se apoderó de un grueso dildo negro. Pude ver como ese pene plástico se perdía dentro de la concha de Flor mientras mi mamá y Caro le lamían el clítoris. Sus gemidos comenzaron a competir con los de Lucy.
Después de unos minutos Lucy le pidió a Gladis que se acostara sobre la alfombra, la mujer obedeció y mi hermana pequeña se le sentó arriba.
一Ahora me vas a chupar bien el orto 一le dijo.
一Ay, sí… por supuesto que sí. 一Respondió Gladis一. No sabés lo mucho que me gusta tu culo.
Y le mandó la lengua nomás. Como el agujero estaba bien dilatado, pudo meterla bien adentro. Aproveché para levantar las piernas de mi suegra y le clavé la concha. Ella comenzó a gemir, pero con la lengua metida en el culo de Lucy sus gemidos sonaban apagados y distantes.
Las otras tres también se habían trasladado a la alfombra, estaban en un complicado enredo lésbico en el que una le comía la concha a la otra. Se las habían ingeniado para que las tres tuvieran una argolla que lamer. Florencia debía estar cumpliendo una de sus más locas fantasías lésbicas. Quizás ya estaba pensando que tenía que repetir esa misma pose, pero con Lucy en el lugar de Caro. Es lo que yo pensaría, al menos.
Darle por la concha a mi suegra está muy bien, pero la tenía entregada y el lubricante estaba al alcance de mi mano. Empecé a preparar su culo y cuando Lucy vio esto, se lanzó hacia adelante. Abrió los gajos vaginales de Gladis y comenzó a lamerle toda la concha, mientras tanto yo, con la verga bien lubricada, fui abriendo su culo.
一A esta puta le encanta que le den por el orto.
一¿Y a quién no? 一Preguntó Lucy.
一Sí, pero vos no andás diciendo que eso de coger por el culo está mal y que solo las putas muy putas lo hacen. Bueno, resulta que Gladis es una de esas putas. 一Le guiñé un ojo.
Mi verga entró y mi suegra soltó un grito ahogado. Empecé a darle duro, fue impresionante ver cómo mi pija se perdía más y más dentro de ese aguejo.
一Uy, sí… se nota que es de esas putas muy putas 一dijo Lucy, con una risita. Luego volvió a chuparle la concha.
Florencia tenía que estar más contenta que nunca, al fin y al cabo estábamos cumpliendo su deseo de tener una orgía con muchas conchas incluídas.
Aunque, por supuesto, no fue sólo concha lo que probó. En cuanto tuve la oportunidad de meterle la pija, lo hice… quería demostrarle a todas (a mi madre especialmente), que Flor también era partidaria del sexo anal, aunque, como Gladis, lo negó durante mucho tiempo.
Le di duro por el orto a Flor mientras las demás se turnaban para chuparle la concha. Para ella fue como un gran bautismo lésbico-anal. Gimió como una puta todo el tiempo y no dejó de pedir más. Esta chica distaba mucho de la hermana malhumorada a la que estábamos acostumbrados Lucy y yo.
Después de coger con Flor, pasé a darle duro a mi mamá, por todo los agujeros, comenzando por la boca. Le hice tragar mi pija hasta el fondo de la garganta mientras ella estaba sentada sobre la cara de Gladis… y todo hay que decirlo, Flor no era la única con fuertes tendencias lésbicas, Gladis se desesperaba con cada concha que le ponían delante… aunque tenía un cariño especial por la concha de Lucy, y creo que todos lo notamos, porque fue la que más tiempo pasó chupando, con diferencia.
Coger a mi mamá frente a mi novia y a mi suegra, con mis dos hermanas de testigo, tiene que ser lo más morboso que hice en la vida, por una cuestión de escala. La situación me calentó tanto que ni siquiera me contuve, acabé sobre ella, llenando de leche su vientre, su concha, y hasta sus tetas recibieron algunas gotitas.
Luego Flor y Lucy se encargaron de limpiar todo con sus lenguas, mientras Gladis y Carolina hacían un incestuoso 69 “madre e hija”.
Este día pintaba para ser un descontrol total, pero teníamos todo el tiempo del mundo. Aún era temprano.
Mi mamá propuso que salgamos al patio y que nos sentemos en la reposera a tomar unas cervezas bien frías. Por supuesto, accedimos encantados.
La pausa llegó en un buen momento. Coger está muy bien y admito que es mejor si se hace en grupo, pero el cuerpo necesita descansar. Aprovechamos el momento de calma para darnos una ducha rápida, lo cual vino muy bien para quitarnos del cuerpo cualquier rastro de fluidos corporales y lubricante artificial.
Mi mamá dispuso todo que podamos relajarnos un rato en el patio. Gladis quedó sorprendida por lo grande que es. “Parece un parque”, comentó.
一Sí, y no te imaginás lo molesto que es juntar solo las hojas secas o cortar el césped 一dije一. Pero eso se terminó. De ahora en adelante estas dos van a ayudar a limpiar el patio 一señalé a mis hermanas.
一El lugar es muy lindo 一dijo Gladis一. Si me invitan de vez en cuando a tomar una cervecita, no tengo problemas en ayudar con la limpieza.
一Trato hecho 一dijo mi madre, dándole una lata de cerveza bien fría.
Había traído una gran conservadora llena de hielo y latas de cerveza y yo ya me había apoderado de una. El líquido frío en mi garganta me revitalizó, y esto de tomar cerveza desnudo frente a la mayor parte de mi familia también tiene cierto puntito de morbo, en especial porque mi madre y mis hermanas también están completamente desnudas. Todas se quitaron el conjunto de lencería antes de darse un baño y debo reconocer que los cuerpos femeninos completamente desnudos tienen un gran encanto, aunque si me dan a elegir, los prefiero con una buena lencería.
Escuché que Carolina hablaba por teléfono con alguien y se reía mucho. La miramos, como diciéndole: “Podés compartir qué es tan gracioso”. Cuando se percató de que todas las miradas recaían en ella, dijo:
一¿Les molesta si invito a alguien?
一¿Es quien yo creo que es? 一Preguntó Florencia, entusiasmada.
一Mmm… puede ser. Lo que sí les puedo decir es que no nos van a arruinar la fiesta, sino todo lo contrario.
一Preguntale a mi mamá 一dijo Lucy一, ella es la que siempre dice “mientras más gente, mejor”.
Lali soltó una risita divertida y dio un buen trago a la lata de cerveza.
一Es que… cuando ya estamos en el baile, hay que bailar… y mientras más seamos, mejor. Si saben a lo que vienen, entonces podés invitarlos.
一Sí, quedate tranquila 一dijo Caro一, les voy a explicar muy bien a qué vienen.
Acto seguido se sacó una selfie con las piernas bien abiertas y sonrió. Le mandó esa foto a la persona con la que estaba hablando y antes de cortar la llamada dijo: Vengan cuando quieran.
Tres latas de cerveza más tarde, tocaron el timbre. Carolina se puso de pie de un salto y tambaleó un poco, debido a que estuvo tragando alcohol como si no hubiera un mañana. Divertida y algo borracha fue hasta la entrada y atendió completamente desnuda. Esto no lo vi, pero conociéndola, sé que no se puso nada para cubrir su desnudez. A los pocos segundos regresó al patio acompañado por tres personas.
La primera que llamó mi atención fue Nadia, a ella la conocía muy bien y sus enormes tetas acapararon la visión de todos. Tenía puesto un escote inmenso, que llegaba al borde de los pezones, además acompañaba esto con un gastado mini-short de jean. En el momento en que se acercó a saludar a mi mamá, pude ver sus gran culo mordiendo la tela de jean.
Junto a Nadia estaba una chica bajita, de grandes ojos y mirada tímida. Tenía el pelo negro atado en una sencilla cola de caballo y una remerita blanca de lo más normal… solo que en la tela de esa remera se dibujaban a la perfección sus erectos pezones. También tenía un short de jean, igual que su hermana.
一Esta es Mayra 一dijo Nadia一, mi hermanita menor. Está algo asustada, le pasa siempre con la gente que no conoce; pero no se preocupen, entra en confianza enseguida.
一¿Y este bombonazo quién es? 一Preguntó mi madre que, con poco disimulo, separó las piernas para que el chico que acompañaba a Nadia y Mayra pudiera verle la concha.
一Ese es Erik 一respondió Nadia一, mi hermano mayor. Desde ya les advierto que es medio pelotudo y a veces se desubica con los comentarios. 一Eso provocó risas generales一, pero en realidad no lo hace por malo, solo por bruto. Es un buen chico.
一Cuando lleguemos a casa te voy a mostrar lo bruto que puedo ser 一respondió el tal Erik.
A él lo conocía de forma indirecta, por fotos y videos, igual que a Mayra. Ya lo había visto cogiendo con Nadia y creo que todos los presentes ya saben, o ya adivinaron, que entre estos tres hermanos hay mucha… libertad sexual.
Carolina se encargó de presentarnos a todos, aclarando que acá todos somos parientes de alguien, hijo, hija, hermana o madre. Eso relajó mucho a los recién llegados, en especial a Mayra. Creo que dejaron de sentirse bichos raros para sentirse como en casa. Ellos no necesitaban explicarnos por qué, siendo hermanos, asistieron a una casa donde se estaba llevando a cabo una orgía. Nosotros estábamos en una situación parecida desde el principio.
Sin embargo el nivel de confianza con estos tres no es tan grande, al menos de mi parte. Cogí con Nadia, pero hay algo en esa chica que me intimida. Tenía ganas de tirarla al césped y empezar a taladrarle la concha ahí nomás, pero no lo hice. Y Mayra… uf… esa pendeja me pone dura la pija solo con verla. Es un angelito, en cierta forma me recuerda a Lucy, aunque más tímida, lo cual, en mi opinión, solo aumenta el morbo. Otra que miró a Mayra con muchas ganas fue mi hermana Florencia. Para colmo ella tuvo la suerte de quedar sentada justo detrás de la pequeña y pudo mirarle fijamente el orto.
一No sabía que iba a venir tanta gente 一dijo Gladis一. Creí que sería solamente Nadia… y quizás Mayra. Pero a este chico no lo conozco… y ya me está viendo las cositas 一ella intentaba cubrir sus vergüenzas con las manos o las piernas.
一Bueno, que te vea desnuda un desconocido es parte del encanto 一puntualizó mi madre一. Quedate tranquila y tomate otra cerveza, cuando se te pasen los nervios, lo vas a disfrutar.
一Ay, me cae muy bien esta mujer 一dijo Nadia, con una amplia sonrisa一. A mi mamá le encantaría conocerte, creo que se llevarían muy bien. Y antes de que pregunten, sí, mi mamá sabe que estamos acá… de hecho, ella iba a venir.
一¿Y por qué no vino? 一Preguntó Caro一. A mí también me hubiera gustado conocerla personalmente.
一Porque tenía sus propios planes para el fin de semana. No sé exactamente qué, no pregunté.
一Seguramente se fue a coger con el tío Alberto, con papá y con Ariel 一dijo Mayra. Todos nos quedamos boquiabiertos, nunca imaginamos que estas serían las primeras palabras que escucharíamos de esa chica tan tímida一. Ya sabés que a mamá le gusta ser el centro de atención.
一Así es 一respondió Nadia一. A la muy yegua no le gusta compartir. Pero bueno, nosotros también encontramos un lugar para pasarla bien, ella se lo pierde.
Por suerte no se formó un incómodo silencio en el que todos nos miramos unos a los otros pensando: “¿Y ahora qué?”. De verdad me daba mucho miedo que eso ocurriera. Pero Carolina, al parecer, contó con que eso podía ocurrir e implementó un buen método para evitarlo.
Mi novia agarró por la espalda a Nadia y se aferró a sus grandes pechos, estrujándolos entre sus dedos al mismo tiempo que decía:
一Y yo extrañaba que las apretaras.
Con el indecente manoseo, ambas tetas quedaron fuera del corpiño. De reojo miré a Erik y pude notar que, al igual que yo, el asunto que estaba entre sus piernas comenzó a despertarse. Sus ojos estaban puestos en mi madre, bah, mejor dicho: en la concha de mi madre. No hacía más que mirarle la argolla y ella, que había notado esto, se la separó con los dedos, como si le dijera: “Mirá lo que tengo para vos”.
Florencia se puso de pie, parecía algo asustada y la noté un poco incómoda, probablemente le pasaba eso al estar desnuda frente a tres desconocidos, en especial Erik. Sin embargo tomó coraje, se acercó a Nadia y le dijo:
一Hola, encantada de conocerte. Me hablaron mucho de vos… y… em… no tengo ganas de andar con vueltas. ¿Entendés lo que quiero decir?
一Perfectamente 一dijo Nadia, que si de algo entiende esa chica es de sexo.
Tomó a mi hermana mayor de la mano y juntas se fueron a la reposera. Nadia se acostó en ella e invitó a Flor a que se le pusiera encima. La acción empezó de inmediato, Nadia no es de las que andan con vueltas. Le chantó un fuerte beso en la boca a Flor y sus lenguas quedaron entrelazadas. Pude ver cómo las manos de Nadia se aferraban a las nalgas y las abrían, como si pretendiera mostrarle a todos los presentes lo que Flor tiene escondido entre ellas.
Mi mamá, al parecer, se dio cuenta de que debía romper el hielo con el pibe recién llegado. Se acercó a él y sin decir nada, se puso de rodillas, le dio un tirón al pantalón y la verga de Erik quedó justo frente a su boca. Por supuesto que se la tragó, de una, sin preámbulos. Empezó a chuparla con la clara intención de ponerla bien dura.
De los recién llegados la única que aún no estaba haciendo nada era Mayra. No conozco muy bien a esa chica y por lo tímida y delicada que parece, me dio un poco de miedo encararla. Quizás ella necesitaba un poco más de tiempo para aclimatarse que sus hermanos.
Por eso fui directo a Gladis, ella estaba acostada en la reposera, con las piernas bien abiertas, ya no se cubría, porque su mirada estaba absorta en lo que hacían los demás. Me coloqué encima de ella, apunté la pija a su concha y fue como si ella se hubiera percatado de mi presencia justo cuando la clavé.
一¡Ay, Benja…! 一Exclamó, como si estuviera indignada por mi comportamiento. Sin embargo, me atrajo con sus brazos y permitió que mi verga fuera aún más adentro.
Con esto la cosa era clara: de Mayra se tenían que encargar Lucía y Carolina, eran las únicas que aún no estaban cogiendo con nadie.
De reojo pude ver como Lucy y Caro cercaban a la pequeña e indefensa Mayra. La chica las miraba con una sonrisa tímida y se mantuvo muy quietecita mientras le quitaban la remera. ¡Por dios! ¡Qué lindas tetitas tiene! Son todo lo contrario a las ubres de su hermana mayor, pero aún así tienen muchísimo encanto. Sus pezones estaban bien duros y daban ganas de morderlos… eso fue exactamente lo que hizo Caro. Apretó suavemente con sus dientes uno de esos pezones y luego le dio una jugosa lamida. Por su parte, Lucía le desprendió el short de jean a Mayra y se lo fue bajando junto con la bombacha.
Me quedé pasmado cuando vi esa concha lampiña y sonrosada, era perfecta, como si fuera la de una ninfa. Lucy y Caro comenzaron a acariciar todo el cuerpo de Marya con suavidad, como si la chica fuera de cristal. Poco a poco empezaron a lamerla y a besarla. Yo seguí bombeando en la concha de mi suegra, pero el espectáculo que estaba brindando Lucy al comerse la concha de Mayra me tenía absorbido. Caro no quiso quedar fuera de la ecuación, ella se agachó detrás de la pequeña y comenzó a lamerle el culo. Eso sí que debía ser una maravilla, nada más me bastó un pequeño vistazo para confirmar que los rumores sobre el culo de Mayra no eran exagerados.
De a poco comenzó el descontrol, todos estaban cogiendo con alguien y las parejas no tardaron en cambiarse. Yo pasé de coger con Gladis a meterle la pija en el orto a la mismísima Nadia.
一¡Hey! ¿Vas directo al culo, vos? 一Preguntó.
一Con vos, sí… ¿sabés el tiempo que pasé esperando por tu culo?
一Debe ser el mismo tiempo que yo pasé esperando por tu pija… dale nomás, con ganas, que hoy ya tuve un precalentamiento anal bien intenso… y me quedé con ganas de más.
No pregunté con quién había hecho ese precalentamiento, posiblemente fue con su hermano, pero… ¿quién sabe? Una mujer como Nadia debe tener toneladas de amantes que se mueren de ganas de taladrarle el ojete.
Mi mamá aprovechó la oportunidad de probar la concha de Mayra al mismo tiempo que Erik le daba por el culo a ella… Lali sí que sabe ponerse en las mejores situaciones.
Flor y Gladis se dieron unos buenos tijeretazos mientras Caro tomaba cerveza. Por supuesto, mi novia no se quedó mucho tiempo mirando y nada más. Al ratito vino a comerle la concha a Nadia, fue casi como replicar nuestro fin de semana en la cabaña, aunque ahora con público.
De Nadia pasé a Lucy, y de Lucy a Caro… de Caro a mi mamá, y así, fui pasando por todas. En un momento me acerqué a una chica que estaba en cuatro en el césped chupándole la concha a Gladis, pensé que era Lucy y la clavé sin pedir permiso. Escuché un tímido “¡Ay!” y cuando levantó la cabeza me percaté de que le había enterrado toda la verga a Mayra. Me puse tieso, por un momento creí que la chica me insultaría por metérsela sin pedirle permiso. Nada más lejos de la realidad. Ella siguió chupando concha y comenzó a menear las caderas, para que su pequeña concha pudiera tragarse toda mi verga. Este fue un momento que nunca voy a olvidar. Qué rica es esta pendeja, qué gusto da clavarle la verga.
Me quedé con ella un buen rato, pero esto no sería una orgía si cogiera siempre con la misma persona, por eso después volví a hacer una ronda, pasando por cada concha que me pusieron delante.
Mientras cogía con Nadia (sí, otra vez), Lucy se acercó y hablando bajito me comentó de una buena idea que le ocurrió. Nadia sonrió y me dijo: “Tienen que hacerlo, va a ser muy divertido, yo me encargo de buscar a Erik”.
Erik estaba muy entretenido recibiendo una doble chupada de pija por parte de Gladis y de mi mamá. Protestó un poco cuando su hermana mayor lo apartó de esa situación, pero se tranquilizó cuando Nadia le dijo que era por una buena causa y que después se lo iba a agradecer.
Lucy, que había estado cogiendo con Flor, volvió con ella y la obligó a ponerse de pie, dejando la reposera libre. Antes de que pudiera sospechar qué estaba ocurriendo, Nadia sentó a Erik en esa reposera.
一Todo bien con las conchas, pero es hora de que pruebes un poco de pija 一le dijo Lucy.
一Ay, no sé… al chico no lo conozco… me da vergüenza.
一Tranquila, nena 一le dijo Nadia al oído一, en cuanto te claven con esa pija, te vas a olvidar de toda la vergüenza. Dale, sentate arriba, sin pensarlo. Cuanto más lo pensás, peor es.
一Es cierto 一dijo Lucy一. Tu problema es que pensás demasiado las cosas.
一Está bien… está bien 一dijo Flor一. Lo voy a hacer.
Y antes de que pudiera arrepentirse, se sentó sobre la pija de Erik, él parecía agradecido de poder probar esa concha, la cual estuvo mirando en más de una ocasión.
A nuestra espalda Caro, Gladis y mi mamá ya estaban montando su propio trío lésbico.
Flor comenzó a montar la pija de Erik, dándome la espalda… y acá es donde llegó mi gran momento. Me acerqué a mi hermana y apunté la pija a su culo… Lucy había estado metiéndole los dedos, por lo que ya lo tenía bien dilatada.
一Preparate, hermanita 一le dijo Lucy一, vas a disfrutar de tu primera doble penetración.
一¿Qué? Ay, no… no… pará… no estoy lista… no… ¡Ay!
Mi verga comenzó a entrar por su culo, ella intentó escapar, pero era imposible, Erik y yo la teníamos bien apuntalada, además Caro y Lucy contribuyeron en mantenerla quieta y calmarla.
一Tranquila, Flor 一dijo Nadia一, relajate y disfrutá. Todas nos pusimos nerviosas en nuestra primera doble penetración, pero te puedo asegurar que es una de las sensaciones más lindas del mundo.
一Ay… es mucha pija, me van a partir al medio…
一Y eso es lo más lindo 一aseguró Lucy.
Mi verga logró entrar casi hasta la mitad, oficialmente se podía decir que Flor ya estaba disfrutando de su primera doble penetración. Le di un par de embestidas que la hicieron gritar, pero ella también se movió, con la clara intención de montar la pija de Erik. Estaba sufriendo, aunque no se podía negar que también lo disfrutaba.
Se quedó callada durante un rato, como intentando asimilar lo que pasaba con su cuerpo al recibir dos grandes pijas al mismo tiempo.
一Ay… esto es increíble 一dijo por fin.
一¿Viste? 一Exclamó Lucy一. Te dije que te iba a encantar. Qué envidia, nena… a mí también me gustaría probar esas dos pijas.
一Vos ya disfrutaste de un montón de pijas a la vez… ahora me toca a mí 一aseguró Flor.
一Obvio… ¿acaso no era esto lo que querías? ¿No querías que te partieran al medio?
一Sí… quiero que me partan toda… ay… más fuerte Benja, más fuerte… rompeme el culo…
Eso hice. Empecé a darle con más potencia y Erik hizo lo mismo, la reposera se estremeció con tanto movimiento, pero aguantó bien… la que también supo aguantar fue Flor, dejó su culo bien levantado y recibió toda mi pija adentro una y otra vez. Para mí (y seguro para ella también) este fue uno de los mejores momentos de la orgía.
Fui hasta la cocina y encontré a mi mamá llenando el freezer con más latas de cerveza. Comencé a ayudarla con esta tarea y a los pocos segundos apareció Gladis, se la veía agitada y transpirada.
一¿No tendrás un poquito de agua fresca? 一Le preguntó a mi mamá一. Prefiero agua, no cerveza… la cabeza ya me da vueltas.
Mientras mi madre le servía un vaso de agua fría yo aproveché para agarrar a Gladis por detrás. Fui directamente contra su culo. Le clavé toda la pija y le pregunté:
一Ay… demasiado bien… y eso me preocupa.
一¿Por qué te preocupa? 一Dijo mi mamá, dándole el vaso.
一Es que… 一Gladis tomó un sorbo de agua fría mientras yo iba metiendo más y más la verga dentro de su culo一. No me juzguen por lo que voy a decir…
一Ay, olvidate de eso, Gladis 一le dijo Lali一. Acá estamos todos cogiendo con parientes o desconocidos. ¿Quién te va a juzgar?
一Está bien… uf… nene, cómo me estás volviendo loca con esa verga… 一ya le estaba dando a buen ritmo, su culo estaba bien dilatado y me permitía entrar y salir con gran facilidad一. Bueno, se los digo: me dan mucho morbo las pendejas, en especial Mayra y Lucy… perdón, Lali, sé que Lucy es tu hija…
一¿Viste lo ricas que son esas conchas? 一Le preguntó mi madre, con una sonrisa libidinosa一. A mí me mata del morbo ver como a Lucy le rompen el orto… ¿qué querés que te diga? es una pendeja muy linda y tiene su encanto ver como la “castigan”. Y la concha de Mayra… uf… ¿qué te puedo decir?
一Es demasiado linda 一confesó Gladis一. Esa pendeja me vuelve loca… bueno, Lucy también… las dos… no sé a cuál chupársela primero. Me da un poco de miedo, siento que soy una degenerada por meterme con chicas de dieciocho años… a mi edad… y también me da miedo todo este asunto lésbico, creo que me está afectando más de lo que me imaginé. Cuando te chupé la concha por primera vez, Lali, pensé que sería algo pasajero… un simple jueguito para distraerme mientras no tuviera pareja… pero ahora… si me lo preguntan… les juro que preferiría tener una mujer como pareja…
一¿Una mujer de la edad de Lucy y Mayra? 一Preguntó mi mamá.
一Eso… ¿estaría mal? 一Preguntó Gladis.
一No sé… a mi los dilemas éticos ya me importan poco. Lo importante es que vos lo disfrutes. No sé si Lucy y Mayra estarán buscando una mujer como pareja, pero… Lucy tiene una amiguita muy rica… y muy putita, a esa le gustan las mujeres, lo sé porque ya me la cogí varias veces. Es más lesbiana que Flor y vos juntas.
一¿Tiene un culito como el de tu hija?
一Sí, es preciosa por donde la mires, cuando la conozcas no vas a querer sacarle la lengua de la concha. Te lo puedo asegurar. Un día de estos vamos a organizar algo, para que la conozcas. Estoy segura de que se van a llevar muy bien.
一Ay, no sabés cuánto te lo agradezco, gracias, Lali… entre vos y tu hijo me cambiaron la vida. Bueno, Carolina también aportó mucho. Agradezco el día en que Caro y Benja se pusieron de novios.
Seguí dándole por el culo un rato más, mientras tanto ella se entretuvo lamiendo la concha de Lali, para agradecerle por todo lo que había hecho por ella.
Luego regresamos al patio, con más cervezas frías. Gladis fue directo a comerle la concha a Lucy, se ve que quería llevarse bien con ella, para que le presente a su amiga. Va a ser muy interesante ver a Gladis en pareja con una pendeja que tiene edad para ser su hija.
La orgía continuó siendo un completo descontrol. Luego de la doble penetración a Flor, todas quisieron tener un poco de eso, así que Erik y yo nos fuimos turnando para darle, entre los dos, al menos una vez a cada una. Todas lo disfrutaron, pero la que más gritó como puta fue Gladis… según dijo, para ella también fue su primera doble penetración, y no podía creer que hubiera pasado tantos años de su vida sin disfrutar de eso.
Como suele ocurrir en las fiestas, la gente se fue dispersando de a poco. El patio se fue quedando vacío casi sin que me diera cuenta. Estuve cogiendo un rato con Flor, otro rato con Mayra… y dios, cómo coge esa pendeja. A ver, si me dan a elegir, me quedo con Nadia; pero no voy a negar que Mayra es un rico bombón que dan ganas de comerse más de una vez. Cuando se le fue la timidez, la chica demostró ser un verdadero infierno.
Me quedé sentado en la reposera tomándome lo que quedaba de mi lata de cerveza y me di cuenta de que me habían dejado solo. No me molestó, ya había acabado un montón de veces y la pija me pedía por favor que le diera un rato de respiro.
Después de un rato me puse de pie y fui a ver dónde se habían metido todos.
Recorrí la casa y me fui encontrando con pequeñas escenas muy peculiares. En la pieza de mi mamá estaba Lali, recibiendo la pija de Erik por la concha mientras ella, al mismo tiempo, le comía la vagina a Carolina. Cualquier otra persona se hubiera enojado al encontrarse con esto. Si yo fuera diferente hubiera dicho: “Hey, este hijo de puta se está cogiendo a mi mamá y a mi novia”, pero a mí no me importó en lo más mínimo. Al fin y al cabo, yo me cogí a sus hermanas… y a Nadia más de una vez. En la vida hay que saber compartir. Él también tiene una madre que está muy buena, y ¿quién dice? quizás algún día quiera compartirla conmigo.
Pasé por el cuarto de Lucy y allí encontré a mi hermana pequeña acostada boca abajo, con el culo en pompa. A su lado estaba Mayra, en la misma posición… y detrás de ellas, Gladis. Esa mujer sí que se lo estaba pasando bien, tenía a esas dos pendejas que le gustan tanto para ella sola. Se turnaba para chupar primero una concha y luego la otra, mientras Lucy y Mayra se besaban, una escena lésbica de lo más interesante. Si no hubiera estado tan cansado, le habría metido la pija a Gladis. Las dejé tranquilas con su jueguito lésbico y seguí de largo.
A Florencia la encontré en su propio cuarto, en una situación algo parecida. Nadia estaba sentada en su cama, con las piernas bien abiertas y mi hermana le estaba dando una comida de concha monumental. Nadia me saludó y luego agarró sus grandes tetas, como invitándome a unirme a ellas. Con una seña le dije que no. Había tenido suficiente sexo y el cuerpo me pedía que fuera a dormir.
Entré a mi cuarto y me acosté en mi propia cama. Cerré los ojos y me quedé dormido por unos minutos, no sabría decir exactamente cuánto tiempo. Me desperté porque escuché que alguien abría la puerta, era Nadia y estaba completamente desnuda. Con una sonrisa de gata en celo se acercó a mí y se colocó justo sobre mi verga. Comenzó a moverse para que, con el calor de su concha, se me pusiera dura.
一Hola, Benja… perdón por despertarte, pero quería hablarte de algo.
一¿Qué pasó? 一Pregunté, tomándola por la cintura. Mi verga también comenzó a despertarse de la siesta.
一Nada, Flor ya se quedó dormida. Esa chica es muy intensa 一soltó una risita.
一Sí, está atravesando una etapa de “soy fanática de las conchas”, y cada vez que ve una, se desespera.
一Me hace acordar a mi hermanita. Mayra también pasó por una etapa parecida… es más, creo que todavía la está pasando. En fin, no vine a hablar de esto. Tengo una pequeña propuesta. A Caro y a mí se nos ocurrió hacer algo así como un “intercambio de pareja”. 一Abrí mucho los ojos y la miré como diciendo: “Tenés toda mi atención”一. Ella se quedó con ganas de seguir cogiendo con Erik, es más, creo que ahora mismo están cogiendo.
一Sí, los vi… están con mi mamá.
一Y bueno, nos pareció una linda idea que Caro se quede durante unas semanas con Erik… y mientras tanto… 一Nadia se movió un poquito, lo justo y necesario para que mi pija se enterrara en su concha一, vos te quedás conmigo. ¿Qué te parece?
一Suena como una excelente idea. Pero… ¿exactamente en qué consiste este intercambio? ¿Vamos a ser novios por unas semanas?
一Sí, algo así. Vamos a salir juntos, me vas a invitar a tu casa, yo a la mía… y por supuesto, vamos a coger mucho. Esa es la parte más importante del acuerdo. 一Dijo esto mientras daba unos saltitos sobre mí y sus tetas comenzaban a rebotar. ¿Cómo resistirse a una mujer como ésta?
一Entonces perfecto. Me encanta la idea.
No lo dije, pero, en mi opinión, Caro se podía quedar con Erik todo el tiempo que quisiera, siempre y cuando Nadia se quedara conmigo. Eso no significa que no quiera a mi novia, sí la quiero… pero a ella le gusta vivir nuevas emociones, y a mí también. Nadia me vuelve loco. Tiene una actitud super entregada para el sexo y además todo su cuerpo grita “Lujuria” por cada poro.
Sus movimientos se volvieron más ágiles, más sensuales. Mi verga ya había llegado al máximo de su rigidez, así que aproveché para darle duras embestidas. Ella cerró los ojos y comenzó a gemir, como si dijera: “Con esto damos por concluído nuestro acuerdo”.
Nadia se mantuvo montándome hasta que mi verga no aguantó más y le llené la concha de leche. Luego me dio un cariñoso beso en la boca y me dijo:
一Tratame bien, no estoy acostumbrada a esto de tener novio. Tuve pocas experiencias con eso, y no salieron muy bien.
一Te prometo que lo voy a hacer lo mejor posible.
一Qué lindo. Si te soy sincera, creo que yo salí ganando en este acuerdo. Caro se tiene que conformar con Erik, que es un bruto cavernícola que anda en una camioneta toda oxidada. Y vos… sos dulce, gentil, pero también tenés un carácter fuerte y decidido. Me gusta eso en un hombre. Además me comentaron que te compraste una moto nueva, espero que me lleves a pasear en ella.
一Por supuesto. Pensaba hacerlo con Caro, pero bueno… si ella quiso apurarse con lo del intercambio, se lo pierde.
一Ya tendrá tiempo para disfrutar de la moto, no te olvides que esto no es para siempre.
一Sí, lo sé 一dije, con algo de dolor en el pecho.
Aunque no fuera para siempre, sabía que disfrutaría mucho de esta experiencia. Y lo mejor de todo es que puedo compartir a Nadia con mi mamá o con mis hermanas.
El fin de semana pasado cambió mi vida por completo y, hasta ahora, solo trajo buenas noticias. Espero que la cosa se mantenga así durante mucho tiempo, porque si voy a ser el novio (temporal) de Nadia, quiero estar a pleno para poder disfrutarlo.
Decidí que me voy a anotar en un gimnasio, para seguirle el ritmo a una mujer como Nadia hay que estar en buena forma física.
Luego de que acabara en su concha, ella se acostó a mi lado, poniendo una de sus tetas sobre mi pecho, así nos quedamos dormidos en pocos segundos.
Soñé con todo lo que haríamos juntos con Nadia, mis hermanas y, por supuesto, mi mamá. Eran muchas cosas y una más morbosa que la otra.