Cuñada
February 9

Mi Inocente Cuñada 16

Desenfreno

Al día siguiente desperté con una idea clara de la solución a todo el problema, de una manera u otra el problema debe terminarse. Decido salir con Maru bien temprano, la dejé en su trabajo y yo me dirigí a la obra para ver cómo van los trabajos de la casa.

A media mañana fui al banco a solicitar los requisitos de un pequeño crédito para el viaje que Maru y yo daremos después del viaje familiar, cuando estén por terminar mis vacaciones y ella tome las suyas.

Esas vacaciones creo serán el antes y el después de éste despelote que se está formando en la casa y qué de un momento a otro debo poner fin, porque al paso que voy, esto se apunta a desastre. Tenía bien claro en mi cabeza que debía poner fin, o ir con más cuidado y mantener orden en el gallinero. Pero todas las opciones sonaban fáciles, lo difícil era aplicarlas.

Luego de hacer la solicitud de los requisitos me voy a una agencia de viaje a pedir precios de un tour. Desde que nos casamos Maru y yo no hemos vuelto a salir de viaje. Nuestra luna de miel había sido en un crucero por el Caribe y queríamos repetir, pero no en el Caribe, entre las opciones estaba el Mediterráneo o el del Pacífico Norteamericano hasta Alaska y el Polo Ártico. Pero después de hablarlo con ella, si hacíamos el viaje en yates antes, ir de crucero iba a ser como redundante y era posible que nos aburriésemos. Entonces escogimos algo que fuera contrario al caribe, al mar, y eran las montañas nevadas, pero por esas fechas el invierno estaba en el sur. Así que nos iríamos a Bariloche.

Al salir de allí me dispongo a ir a buscar a Maru para ir a la casa a almorzar. Luego del almuerzo durante la siesta estaba en un momento romántico con Maru en nuestra habitación y pillé a Malu en las escaleras atisbándonos, eso me molestó un poco, porque ella no puede ponernos en peligro tan continuamente en la casa. Reconozco que todo eso había sido idea mía, pero ya se estaba saliendo de control.

En la tarde volvimos a discutir nuevamente, ella por la insistencia y yo por su imprudencia. Ese día no tuvimos sexo y en parte me sentí algo aliviado, más no menos preocupado. Debía buscar cómo protegerme de Malu en caso de que se le ocurriese una locura.

Empecé a propósito a distanciarme de ella, a no buscarla, ni insinuarle nada. Que sea ella la que me busque y la que insista en estar juntos, sé que ella así lo hará, con la finalidad de que la grabaré y así poder usar esas grabaciones en mi defensa si se llegase a salir de control. No lo hacía por vileza, sentí que debía protegerme por que era yo el que más tenía que perder.

Para eso me dispuse a comprar una cámara súper compacta de esas que estaban a la moda, para el fin al que iba destinado era perfecta. Luego de aprender a usarla y programarla decidí poner el plan en marcha. Y más pronto que tarde hice mi primera grabación.

Malu tiene la espina de su madre aún clavada y pese a su complicidad disfrazada, sé que se muere e insiste cada vez más en que haga el orto. Al cuarto día debe estar que se mete la mano entera, si hasta yo andaba desesperado por darle, imagínensela a ella.

Estaba en el taller esperándola, sabía que ese día iría, en el almuerzo estaba muy inquieta y yo como la ignoraba a propósito, ella hizo cosas que no hace normalmente para llamar mi atención, como hablar en alto volumen, al punto que la mamá la regañó por casi gritar en el almuerzo, buscó mis pies bajo la mesa, pero abrí mis piernas y los metí en los laterales de la silla, golpeaba la mesa con los cubiertos olos hacía sonar muy fuertes contra la vajilla.

Era una doble batalla la que tenía, llamar mi atención y hacer enojar a la madre, mi atención la tenía sólo que no podía demostrárselo, en cuanto a la madre logró lo que deseaba pues su madre la regañó.

En la tarde en el taller ella llegó, la cámara apenas estaba escondida y ya estaba grabando, pues en un estante donde hay muchas piezas metálicas, pasaba muy desapercibida quizás por su color gris. Y ella de inmediato comenzó:

—Pedro quiero hacerlo —dijo así sin anestesia.

—¿Hacer qué Malu? —seca e indiferentemente entretenido con una pieza mecánica.

—Pues coger, tirar, el amor, no te hagas el tonto —algo molesta.

—¡No!

—Anda di que sí —acercándose de forma melosa e insistente.

—¡Que no Malu! —moviéndome apenas alejándome de ella e inquieto.

—Anda porfa —ya suplicante.

—¡Que no Malu! No insistas.

Ella muy molesta se dio media vuelta y salió hecha una fiera tirando la puerta con violencia. Nunca pensé que sería tan fácil, ni yo me lo creía, unas tres más así y creo que tendría material suficiente para defenderme.

Se me prendió el bombillo con una nueva idea y después de apagar la cámara, salí derecho a su habitación, y apenas entré y cerré la puerta, la batalla campal que allí se dio fue épica. Esa tarde bramé de lo bruto que estaba, quería destrozarla a punta de verga y ella en éxtasis total lo disfrutó como nunca.

Ella su estado de éxtasis total, me pidió una explicación a que se debía el cambio de actitud y le dije que me había dado cuenta que su insistidera me había puesto muy caliente. Y le propuse jugar un poco al rol de la acosadora sexual. A Ella eso le causó mucha gracia al punto que también se sintió excitada y comenzó a hacer planes al respecto.

—No Malu así no, es mejor que no planeemos nada. Vamos a hacer que me estás acosando y yo negando así como si me sedujeras la primera vez improvisado, no sé lo que se te ocurra, si hacemos planes quizás creamos muchas expectativas y no se sentiría tan real.

—¡Siiii! Cuando lo hacemos nuevamente. —excitada.

—En unos días cuando ya no aguantemos las ganas... Así cuando que lo hagamos sea tan intensos como el de hoy.

A ella le fascinó la idea y luego de 3 días con fin de semana incluido yo andaba que me cogía solo, ni idea de cómo estaría Malu, bueno si me lo suponía, así que empecé a preparar el terreno y haciéndome el loco esa tarde del lunes me fui al taller.

Sabía que Malu daba rondas por la casa nada más para saber dónde ando, por eso no me extrañó cuando apareció por la puerta trasera del taller muy sigilosa.

Su insistente actuación fue magistral, no hubo dejo de que ya hemos tenido relaciones y yo quedé tan cachondo de todos los recursos que usó para intentar seducirme. Desde intentar besarme a tocarme fugazmente mi sexo, por encima del pantalón buscando debilitar mi negativa barrera y yo me sorprendí de lo buen actor que fui. Entre molesto primero y luego asustado, todo parecía indicar que terminaría cediendo a su capricho de tener sexo conmigo.

Después que se fue, rematé mi actuación haciendo cara de reflexión sobre lo que había pasado y con negativa de evitar otros encuentros, incluso hablé a la cámara tratando de explicar que a eso que pasó justo momentos antes tiene tiempo repitiéndose y que por eso estaba grabado esos episodios.

Luego de eso salí a buscar a Malu a su habitación ya excitadísimo y cuándo entré la encontré en 4 masturbándose violentamente. Allí ardió Troya, tuvimos dos horas continuas de sexo desenfrenado. Después de terminar el exhaustivo round salí directo al ático a buscar una toalla para darme un baño antes de que empezara a llegar la gente a la casa, al momento que salía, la imagen y su gruesa voz del suegro me paralizó en la puerta.

—¡Pedro! —sentí un violento escalofríos recorrer mi cuerpo. Cuando frente a mí y el suegro se acercaba a mi muy rápidamente.

El suegro que ya había llegado a casa, empezó a llamarme al celular que necesitaba hablar conmigo, cuando salí de la habitación de Malu en su búsqueda me topé con él, que venía saliendo del ático.

Con el corazón acelerado me quedé mudo, mientras el suegro me reprochaba que por qué no atendía el celular, si no es por Malu que me pregunta en ese momento saliendo de su habitación tras de mí.

—Y si vuelve aparecer el virus en la computadora que hago?

—Me vuelves a llamar. —le respondí de manera indiferente prestándole atención ahora al suegro.

Luego de respirar profundo de haber esquivado esa bala, me fui con el suegro a hablar sobre el negocio que me había propuesto del yate, pues él no ha dejado pesar el tiempo y ya casi tenía todo listo para hacer la solicitud del crédito para la compra del nuevo yate, agarrándome fuera de base, pues me tocaba a mí informarme sobre lo que necesitaríamos para modificar el yate viejo y dejarlo listo para el fin al que pretendía destinar.

A mí con todo el meollo de suegra y Malu más que todo, se me había olvidado completamente el negocio, tenía ambas cabezas pendiente de mantener satisfecha a las tres mujeres, que apenas me libré diciéndole que ya había hecho la solicitud a una empresa modificadora y estaban estaba esperando información en cualquier momento.

Esa noche me tragué el sueño buscando en internet sobre quien modificaba los yates para tal fin, encontrando tres empresas extranjeras incluida la fabricante del yate por supuesto, y solicitando toda la información al respecto, así como presupuestos para distintos tipos de modificaciones para el modelo de yate en cuestión lo más pronto posible. No podía darme el lujo de echar a perder ese negocio con el suegro.

Malu sin duda no dejaba de impresionarme, debajo de su aspecto tan inocente, es muy ágil de mente y muy perspicaz en cuanto a situaciones que para los demás pasan desapercibidas y aunque últimamente su lenguaje procaz y soez choca con su imagen, aún así me siento fascinado con ella, lástima que se estuviese obsesionando y tuviese que tomar las medidas que estaba tomando.

Nuestro juego de seducción-acoso de su parte continua in-crescendo, la tercera vez iba a ser en la habitación del ático, no habían pasado dos días aún, cuando Malu recién bañada esa tarde me advirtió que no aguanta las ganas y esa misma tarde subiría. Con la ansiedad del encuentro, apenas se fueron todos a trabajar me metí en el baño a darme una ducha rápida. No tardé ni 10 minutos cuando estaba de regreso en la habitación encontré a Malu vistiéndose sentada en la cama.

Tenía cara de muy pocos amigos, levantándose y tomando el celular de la mesa de noche me lo avienta con fuerza moderada al pecho y me dice:

—Lo dejamos para otro día que estés menos ocupado— mientras veo volar el celular por los aires y trato de mover las manos rápidamente sobre mi pecho en su búsqueda.

El celular rebota entre mis dedos y cae aparatosamente en la escalera desarmándose en 3 partes. carcasa, pila y teléfono ruedan escalones abajo mientras yo trastabillo tratando de alcanzarlo.

—¿Pero qué coño te pasa? —alcanzo a decir cuando logré tomar las tres piezas en mi manos.

—Nada… —y con su cara muy lavada se dispone a bajar las escaleras, pasando a mi lado.

—¿A dónde vas? —tomándola con fuerza del brazo y haciéndola girar para que quedara frente a mí— ¿me quieres explicar qué coño te pasa?

—Mejor te apuras, el mensaje dice "Urgente" —haciendo el gesto de las comillas con los dedos en el aire y con la boca señalando el teléfono.

La suelto y me dispongo a armar el celular a la vez que ella se da media vuelta y me suelta un "Imbécil" con desdeño mientras baja las escaleras, y sale de la habitación tirando la puerta con fuerza.

Desesperado por saber lo que dice el mensaje, mientras el dispositivo se pone en marcha busco ropa de salir, seguro a Maru le había pasado algo y tendría que salir volando, pero por qué Malu se pone de esa forma entonces... Eso me hace pensar que realmente Malu se está obsesionando y no estuviese razonando claramente, con más razón aún para hacer lo que estaba haciendo, —que lástima— pensé.

Durante el baño Malu subió a esperarme y se había desnudado seguramente cuando a mi celular llegó un mensaje de texto.

Un mensaje de la suegra que decía así:

"si estás disponible te espero en media hora en

Residencias Cimarrón. En Parguito, avísame si vienes o no".

Y Malu respondió:

"Si, estoy disponible suegrita"

"Entonces te necesito aquí en 20 minutos.

Avísame cuando estés llegando y pasa

directo al estacionamiento de la

derecha del edificio, yo te abro.

Estaciónate en el puesto 96 y llama al

ascensor, entra y espera que yo lo llame.

"Estoy saliendo en este momento

Amada suegra"

"¿Amada? Jaajajaj tú si eres zalamero...¡ Apúrate hazme el favor!.

¡Dios! esta niña va acabar con mi vida, ya lo estoy viendo. El último mensaje fue hace 8 minutos y yo en shorts y franela, no me puse la ropa que había escogido y así mismo salí disparado a la dirección que me indicó la suegra, solo me puse unas zapatillas deportivas. En unos asombrosos 18 minutos llegué al destino, por la hora no hay casi tráfico y había que atravesar casi media isla.

Es un edificio de playa muy privado y lujoso, que los suegros tienen para usos exclusivos, como un invitado especial o algún familiar o un retiro de fin de semana. Conocía el departamento pues lo usé con Maru algunas veces de motel cuando eramos novios a escondida de los suegros, se supone que nadie o muy pocos deben conocerlo, además es uno de varios que tienen.

Esa tarde fue de acción, nada más abrir y cerrar la puerta del ascensor que llega directamente al departamento doña María se arrodilló y en un dos por tres me la puso cual palo y fui usado para lo que fui llamado.

Malu paso dos días inmamables, fueron de puro pelear, aunque ella se emocionó la primera vez cuando le conté sobre el encuentro con la suegra pues eso también la pone cachonda, el resto de los días fueron un infierno.

Pasando a otro plano, Maru continuaba llegando tarde, más de lo usual. La empresa para la que trabaja la tenía absorbida y como es una gran empresa, la auditoría se iba a llevar el mes completo, ella es la asistente administrativa del departamento de adquisiciones que es uno de los que más manejan dinero y era donde más se afincaba la auditoría.

Maru está llegando además de cansada, con mal humor, entonces no le exijo mucho y hago lo que ella me pidió hacer cuando empezaron las auditorías, que tuviera paciencia y la ignorara la mayoría de las veces.

Pero mujer al fin, a la larga el hecho de que la ignore pierde el significado inicial y comienzan con el tema, "Me tienes abandonada, tú cómo que tienes otra".

A los días del último encuentro con la suegra en una mañana empecé a buscar a Maru antes de ella despertar, la empecé a besar en la nuca como siempre, a acariciar uno de sus senos y apuntalarle mi ariete entre sus nalgas, tenía ganas asombrosas de ese cuerpo, tenía como 10 días sin estar juntos, ¿cómo había pasado eso?

Entre la auditoría, la suegra y Malu repartí las responsabilidades de no haber estado con Maru, así que me empeño en que esa mañana sea grandiosa para los dos, y a partir de allí recuperar tiempo perdido. Cuando estaba en un momento que yo ya no podía más, se empieza a negar que le duelen los senos y la cabeza, que está muy cansada que la dejara dormir más.

Frustrado y con las ganas, me voy a la obra a distraerme y cuál es mi sorpresa que se habían robado una gran cantidad de materiales, al llegar encuentro al capataz discutiendo con el vigilante de la noche, en fin nada que hacer, al pobre hombre lo habían atado y golpeado feo, lo mandé a que fuera revisado en la medicatura y que luego fueran a poner la denuncia a las autoridades.

En fin, pasé un día de los mil demonios, detallitos frustrantes que no vienen al caso aumentaron mi irritabilidad, almorzar en la calle no ayudó, pues una mala atención en uno de los restaurantes habituales que frecuentamos no hizo sino potenciar el mal humor de ese viernes.

Evité llegar en la tarde a la casa, no fuera a ser que terminara de pagarla con Malu y aumentara el desastre o simplemente no saber que podría pasar, Malu es algo indescifrable e impredecible y no estaba para tentar a la suerte.

Decidí esperar a Maru en su trabajo, que por ser viernes “saldría” temprano a las 10 pm. Tan cansado de estar todo el día en la calle, como ella de estar en su trabajo nos fuimos directo a la casa a dormir.

El sábado prometía ser distinto, Maru despertó de muy buen humor, cuando desperté ella me estaba cabalgando muy suavemente y desperté porque yo estaba por acabar.

Quise ponerla abajo para arremeterle con fuerza, pero ella no me dejó. Ella siguió moviendo sus caderas muy suavemente llevándome al desespero por querer desatar mi euforia, pero acabé al ritmo que ella marcó, solo allí ella desató su furia buscando su propio orgasmo. Por unos eternos segundos se castigó dejándose caer hasta el final como si quisiera traspasar su útero. Para llenarse espasmos orgásmicos acostada sobre mi respirando profundamente. Mi sexo adolorido sentía sus contracciones vaginales que poco a poco fueron cesando.

Con su cara en mi cuello y mirando hacia el techo mi vista periférica detecta un leve movimiento en las escaleras al mirar no veo nada, pero no dejé de mirar hacia allí un momento y vi un cambio de luz que indica que se abre y cierra la puerta de la habitación en la parte más oscura. Obviamente era Malu la que estaba allí, tenía que ponerle fin pronto.

Ese sábado la parrillada era la orden del día, el suegro estaba muy emocionado como amaba lo días de parrilla y ese día había más gente de lo habitual; había llegado de Panamá, Luciano su hermano con su esposa y sus dos hijas gemelas de 10 años, las tres habituales amigas de la suegra, las de Carola a quien muy poco he visto en esos días, dos amigas de Maru que tenía meses que no las veía.

Yo estaba algo aburrido, me sentí fuera de lugar, Maru y sus amigas en un sólo chisme, se notaba el tiempo que tenían sin verse, el suegro con su hermano y la esposa en las mismas, ni hablar de la suegra con sus amigas, y no menos Carola y sus tres amiguitas acompañadas por Malu.

Con ese poco de mujeres que allí habían, aquello parecía un gallinero de la alharaca que entre risas y gritos tenían, a mí no quedó más remedio que meterme en la piscina y jugar a la pelota con el pequeño Mario y las gemelas sobrinas de don Mario.

Al rato entró en la piscina Malu, ella estaba con Carola y sus amigas, suponiendo se habría aburrido también, decidió unirsenos en nuestro juego con la pelota. Luego de un rato jugando Malu cambió las reglas del juego y a dividirnos en dos bandos, chicas vs. chicos y luchar por la pelota.

Su juego fue de provocación pura, pues ella cubría a Mario y las gemelas tenían que quitarme la pelota, obligándome a un constante roce con esas dos niñas que sin exagerar iban a ser dos impresionantes mujeres.

A sus 10 años ya tenían más tetas que Carola, estaban en pleno crecimiento. Esos roces me tenían nervioso, en cualquier momento despertarían al monstruo y Malu así lo sabía, cuando ellas tenían la pelota sobre todo Malu, ella dejaba que yo la acosara para en cualquier oportunidad meterme mano sobarme el sexo con descaro.

Malu invierte los papeles y pone a las niñas a cubrir a Mario, ella se me lanza encima en una lucha sin tregua por la pelota, sin poder lanzar a Mario que está cubierto por dos niñas más grandes que él. Con descaro Malu me mete mano, me soba, me aprieta, empuja, jala, y golpea mi sexo y éste inevitablemente se pone tieso cual fierro. Malu no está midiendo consecuencias, así que lanzo la pelota lejos para hacerla detener y ver como Mario le toca luchar con las dos niñas.

—¿Estás loca, qué te pasa? —digo entre dientes simulando una sonrisa solo para ella.

—Me muero de ganas por hacerlo, quiero chuparlo —me suelta muy risueña, haciendo que un chorro de presión de sangre infle más mi sexo. Esa manera de demostrarme sus ansias, esa forma de decir lo que desea de mí, desencadena mi líbido de manera explosiva.

—Pues te aguantas, hoy no podemos hacer nada —digo de mala gana, sin ganas de decirlo.

—¿Quién dijo que no podemos?

—Yo, ¿no ves la cantidad de gente que hay hoy? —le digo de manera determinante.

—Mejor aún hay más distracción para todos, como la otra ves.

—Pues de aquí no me voy a mover —digo tratando de convencerme yo mismo.

—Eso ya lo veremos, nos vemos allá— señalándome el ático con los ojos y salió rápidamente de la piscina después de darme un apretón a mi aún duro sexo seguido de un intento brusco de meterme un dedo entre las nalgas sobre el ligero short.

Aquello en vez de molestarme me puso caliente como una moto, viendo como exageraba el contoneo de sus caderas al alejarse, no sin antes darme una mirada lasciva mientras se muerde los labios y entra a la casa.

Lejos de decidir entrar a la casa me quedo en el borde de la piscina, con la negativa de seguir jugando con los niños en mi estado de excitación, y me dispongo a tomarme un trago esperando relajarme e intentar olvidándome del asunto. Mirando a todos en la terraza veo a mi esposa acercarse y se sienta frente a mí en una tumbona para tomar sol y hablar de algo a lo que me obligoprestarle atención.

Tenía 5 minutos hablando con Maru ya relajado, entretenido con la charla, y me dispongo a darme el último trago del vaso, cuando algo llama mi atención y mi vista repara en la ventana de nuestra habitación en el ático, lo que veo me hace atragantar y escupir todo el trago encima de Maru, haciéndola pegar un salto y un grito por el susto y lo helado de la bebida sobre su cuerpo caliente.

Mientras yo estoy tosiendo bruscamente, miro disimuladamente a la ventana del ático donde está Malu parada de piernas abiertas en el marco interno de la ventana, completamente desnuda con las nalgas pegadas al vidrio, con una mano sobando su sexo, la otra con dos dedos en la boca y mirando sobre su hombro derecho hacia donde estoy. Está completamente loca, fuera de sí, y meneado su cuerpo al ritmo de su excitación.

Mientras le pido disculpas a Maru por el accidente, simulando atragantamiento la ayudo a secarse, luego de constatar que ella va a continuar tomando sol, me disculpo nuevamente y le digo que ya volvía que iba al baño a hacer del dos.

Y salgo disimulando mi disgusto lo más que puedo hacia el interior de la casa, y a medida que voy caminando su imagen en la ventana en vez de molestarme me está excitando exponencialmente con cada paso que daba.

Al llegar a mi habitación mi erección es monstruosa, al punto que subiendo las escaleras del ático ya la tengo fuera del short lista para ser metida de inmediato.

Ella está esperándome con las manos puestas en la parte inferior de la ventana y su cuerpo doblado perpendicularmente a las piernas rectas semiabiertas, meneando su culo en pompa y su vagina bien lubricada lista para ser penetrada. Su cabeza debajo de sus brazos me mira con los ojos perdidos, la boca entreabierta es clara señal de su agitada respiración producto de su violenta excitación.

Sin decir una palabra tomo impulso al llegar donde está ella y mi mano derecha la llevo lo más que puedo a mis espaldas y con fuerza dibujo un arco violento con la mano abierta y dedos separados, le doy la que es sin lugar a dudas la nalgada más fuerte que había dado en mi vida.

El grito muy agudo que dio fue ahogado de inmediato por mi mano izquierda y tomándola por los cabellos la puse de inmediato como estaba y sin contemplación se la metí hasta el fondo en su sexo.

Ella se quiso resistir, pero mi violento y acelerado martilleo hasta lo más profundo de su vagina y donde podía sentir en mi glande su cuello uterino, la hizo cambiar de opinión.

En menos de lo que pensé ya está presa de un violento orgasmo, las piernas le tiemblan y allí reparo en su nalga derecha, tiene mi mano completamente marcada y la marca completamente abultada dejando un claro relieve de mi mano en su nalga.

Esa visión lejos de darme lástima, la tomo por las caderas y acelero lo más que puedo mis embestidas, alargando su orgasmo y sacándole uno tras otro, haciéndola gemir de dolor y placer cuando un grito nos hace voltear.

—¡¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO HIJO DE PUTA?!!

Era la suegra con las tetas al aire y la parte superior del bikini en una mano.

© JPSanyoto