Cuñada
February 9

Mi Inocente Cuñada 23

Descenlace

Cuando nosotros cerramos la puerta de la casa, Mariana y Vanessa se montaron en su auto y salieron para sus casas. A varias cuadras saliendo de la urbanización, vieron la camioneta del suegro en sentido contrario hacia la casa, ellas empezaron a llamar y a llamar al celular de Carola, pero éste estaba abandonado en la piscina, hasta que se cansaron de hacerlo y siguieron su camino, —ya nos enteraremos luego— se dijeron.

Maru, había estado llamando a mi celular varias veces en el día, preocupada por mi supuesto malestar estomacal al no presentarme en la playa, pero yo había dejado mi celular en la habitación, también llamó a la casa, pero desde la piscina nunca escuchamos el teléfono, esto hizo que Maru no solo se preocupara y se devolvieran de la playa un poco más temprano de lo normal, ante su insistencia de que algo me pasaba.

La camioneta apenas entró por el garaje y se detuvo, Maru se bajó y salió apurada de allí a la cocina, luego a la sala donde lanzando una rápida mirada a través del ventanal, pudo ver el desorden de la piscina y vio el reguero de toallas, cervezas, cajas de pizzas y se imaginó a su hermana haciendo una "fiestecita con sus amigas", algo le dijo que fuera hasta alláy al asomarse en la piscina vio las tres prendas que había quedado en el fondo, sintió un escalofrío en la nuca y un sobresalto en el corazón.

Rápidamente agarró el palo con la red limpiadora de la piscina que estaba cerca y tomó las prendas, cuál fue su espanto a reconocer el short de su querido esposo, y el traje de baño que por lo diminuto que era, sabía que era de su hermana, imaginando lo peor que pudo haber pasado allí, con una explosiva furia apretó las prendas, las exprimió y entró nuevamente a la casa hecha un demonio.

Los demás aún estaban sacando las cosas del auto y solo la mamá desde la cocina la vio entrar hecha una fiera con las prendas en la mano, el instinto materno la hizo seguirla y conociéndome pensó lo peor, la vio entrar en el cuarto de Carola y tirar la puerta y escuchar el grito dentro de la habitación.

La suegra entró inmediatamente detrás de Maru y vivió un déjà vu al verme desnudo detrás de Carola, con mi sexo erecto escupiendo aún semen y a Carola con el culo en pompa presa de un intenso orgasmo tratando de taparse torpemente con las almohadas.

Mientras yo me tapaba con una sábana, la suegra tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para evitar que Maru no gritara e hiciera público lo que estaba pasando, logró convencerla de que su padre no podía enterarse de algo así, eso lo mataría de inmediato, tuvo que decirle rápidamente del problema cardíaco y el marcapasos.

Sin embargo no pudo evitar la furia y la descarga de golpes que Carola y yo recibimos de su parte, cargado de culpa no hice nada para detener las cachetadas y los golpes que descargó en mi cara y pecho, solo Carola se cubrió la cara, hasta que Maru cansada y derrotada desistió de seguirla golpeando.

Devastada, con los ojos llenos de una profunda ira y dolor, salió de la habitación, quedando la suegra sola con nosotros...

—Carola explícame algo que no entiendo —dijo la suegra profundamente dolida— ¿A ti no te gustaban solo las mujeres?.

Carola con cara de espanto, roja por las cachetadas que recibió de Maru, y los ojos enrojecidos por las lágrimas y más aún asombrada, pues suponía y hasta yo supuse, que la suegra no sabía de su orientación sexual.

—¿Desde cuando lo sabes, mamá?...

Yo suponiendo que esta era una conversación familiar y que debía estar dándole la cara a Maru, tomé la sabana y me la enrollé en la cintura y me dispuse a salir del cuarto.

La suegra calmada e impávida me dijo:

—Tú y yo tenemos una conversación pendiente y es esta misma noche, así que no te vayas sin que hablemos —a la vez que me abría la puerta y me dejaba salir.

Al salir pude escuchar que le decía a Carola.

—Soy tu madre y nadie te conoce mejor que yo, siempre lo he sabido...

Respiré hondo y subí a enfrentar a Maru.

Para lo que pasó no había excusa posible, de qué manera se justificaba lo que Maru vio con sus propios ojos, el “no es lo que tú piensas” es lo más cobarde que se puede decir en una situación así. Solo quedaba declararme culpable y que sea lo que dios quiera.

Esa noche Maru y yo hablamos mucho, largo y tendido, ella peleó, discutió, me dijo de todo, y también lloró mucho, cosa que me partió el alma. Le conté someramente lo que había pasado en la piscina, mi razón fue que simplemente intentaba cumplir "la típica fantasía sexual de todo hombre hacerlo con dos o más mujeres a la vez" con las amigas de Carola y que Carola fue solo un daño colateral, que nos habíamos dejado llevar por las cervezas que habíamos tomado, qué más podía decir... Solo eso.

Nunca lo usé de excusa, simplemente admití que fui yo quien buscó hacerlo, di mi razón, me declaré culpable y fui sentenciado. Después de tanto hablar, ella se fue a dormir con Malu y en la mañana ya debía haberme ido.

A todas éstas no había pensado en Malu, ¿qué irá a decir o qué le irán a decir, y cuál sería su reacción?

Ni idea de cómo reaccionaría Malu, hasta cierto punto puedo predecirla, pero cómo otras veces me había dejado desconcertado, esta vez ni remotamente sabía cómo lo haría.

Malu llegó casi dormida de la playa y poco fue de lo que pudo enterarse en ese momento, hasta que Maru se fue a dormir a su cuarto.

Yo preparé un bolso para llevarme lo más básico que iba a necesitar por al menos una semana en un hotel, mientras buscaba donde alquilar algo para mí. Me senté en la tumbona que está en la habitación y agotado por el trajín del día puse la alarma para media hora y me quedé profundamente dormido.

No sería si no como a las 12 de la medianoche esperando que todos estuviesen durmiendo, cuando me disponía a salir que sentí alguien entrar por la puerta, pensé que era la suegra por lo que me había dicho que quería hablar conmigo.

Era Malu que muy sigilosamente apareció por las escaleras...

—¿Con Carola? ¿En serio? —me dijo a modo de susurro con cara de reproche apenas me vio— ¡Por dios Pedro Miguel! ¿Te volviste loco? ¿En qué estabas pensando?

En el momento no tenía ganas de establecer esa conversación con Malu, ni mucho menos un interrogatorio.

—Malu, de verdad no quiero tener esta conversación contigo, ni ahora, ni aquí, si quieres con todo el gusto del mundo, mañana o pasado mañana hablamos por teléfono o si puedes salir nos vemos fuera de aquí...

—Está bien… —dijo resignada— pero contéstame algo... ¿Le diste por detrás a Carola?

—¡Por dios Malu! ¿Tú no puedes pensar en otra cosa..? —realmente me dejó desconcertado.

—Pues no... Desde que Maru me contó como los encontró, no he podido quitarme la imagen de la mente y sólo me falta esa información y si te soy sincera aquí donde me ves, me estoy excitando...

—¿Qué? —definitivamente he creado un monstruo— ¿En serio?

—¡Síííí!, no lo puedo evitar, quiero saber los detalles de todo lo que hicieron— dice toda intrigada con cara de angustia.

—¿Sabes qué? Hablamos mañana. No puedes seguir aquí, puede subir tu mamá o Maru... ¿Por cierto cómo está? ¿Está en tu habitación?.

—Sí, lloró por casi una hora, hasta que mamá la obligó a tomar una pastilla para dormir.

Saber que había llorado tanto me partió el alma otra vez, solo allí empecé a sentir un vacío muy grande y un nudo en la garganta que casi me hace llorar.

Malu me leyó y se acercó a mí y me abrazó, fue un abrazo fuerte de esos que te hacen sentir que no estás solo, un manojo de sentimientos me estaban abrumando en ese momento.

Tenía que salir de allí y ahogar mi culpa en otra parte.

—Malu me tengo que ir, seguramente tu mamá también querrá hablar conmigo antes de irme...

—Sí, te está esperando en la sala.

Ella se acercó y me dio un beso corto y casto en los labios..

—Mañana te llamo para vernos. Así que NO me salgas con excusas mañana.

La dejé allí parada mientras agarraba el único bolso que preparé y me dispuse a bajar las escaleras.

—Pedro... ¿Maru, mamá y yo, no fuimos suficiente? —preguntó mientras yo bajaba las escaleras.

Me detengo mirando los escalones que estaban por bajar.

—No, creo que no lo fueron —dije tras una pausa, y continué bajando.

La casa estaba en penumbra, bajé lentamente las escaleras, sentía que estaba caminando hacia mi ejecución.

Llegando al final de las escaleras la vi, tenía un trago de whisky en las manos al verme me lanzó una mirada fulminante y se dirigió a la cocina. La seguí y al entrar se estaba sirviendo otro trago, de pie un lado del mesón de la cocina me dijo:

—Dime tú ¿cómo debo actuar contigo? —su expresión era muy dura, los ojos rojos de llorar, había rabia en su mirada y su respiración era profunda— ¿Cómo madre o cómo amante?

—Como madre —dije sin titubear.

—Eres un maldito hijo de puta Pedro ¿cómo pudiste hacerle eso a Maru? por dios... sé que no tengo moral para reclamarte nada, pero habías prometido que... ¿Cómo pudiste?... ¿Por qué Carola? ¿Por qué con ella? ¿Por qué coño Carola?...— las palabras se le entre cortaban tenía un nudo en la garganta y parecía querer explotar.

Yo me quedé en silencio, no tenía respuesta para ella y en vista de que no decía nada. se acercó a mí y le adiviné las intenciones y aún así no esquivé la cachetada que me dio.

—¿Es que acaso tu misión era acabar con todas las mujeres de la casa…? ¿Qué Coño te hicimos para que nos hicieras esto? esto puede destrozar la familia... Pedro destruiste a esas dos hermanas.

Allí rompió en llanto, saber que ahora Maru odiará a Carola quizás por el resto de su vida, es algo que ninguna madre desea que pase entre sus hijos.

—¿Por qué Carola? ¿Por qué ella? ¿Por qué? maldita sea con ella no...

Me quise acercar sin saber por qué o para qué.

Otra cachetada que sentí esta vez como una explosión en mi rostro...

—¡Vete! No te quiero ver más en esta casa, no quiero que veas a Malu más en toda tu vida, poco me va a importar que se sepa todo como me entere que viste a Malu, por que moveré cielo y tierra, olvídate de Carola y olvídate de mí, lo único que te voy a agradecer es que hagas que esto de nosotros no existió nunca... ¡Vete!

Mi vida en esa casa terminó, a la semana siguiente regresé a buscar el resto de mis cosas y en pocos meses ya estaba en proceso el divorcio.

Mi suegro nunca me preguntó que pasó, Maru le dijo que me había descubierto una infidelidad y que eso no me lo perdonaba otra vez.

Sin embargo, continuamos juntos con el negocio del yate, solo que esta vez trasladamos el yate a al litoral Central cerca de Caracas, donde me hice cargo de todo el negocio al año siguiente, todo en secreto de la familia por supuesto, poco tiempo después él contaría al resto de la familia que yo era el socio en ese negocio.

Mi suegra también corrió a Carola de la casa por exigencia de Maru y esta se fue unos días a casa de una de las muchachas mientras se iba de viaje a Caracas a seguir estudiando.

Mi suegro me comentó que seguro eran las ganas de ser independiente lo que la hizo mudarse y él no puso ningún tipo de objeción, este tipo de comentario de su parte me ponían mal, pues yo era el culpable y más de una vez estuve tentado a confesarle todo, o al menos la parte de Carola. Pero el miedo a su reproche y/o a que le pasara algo malo era superior. Ese viejo era bien abierto y nunca le pidió a Carola que volviera a la casa.

A los 7 meses y medio mi ex dio a luz a nuestra hija. Sí, ella estaba embarazada de un mes y algo cuando pasó lo que pasó, ni ella lo sabía y eso no fue suficiente para evitar el divorcio.

Ese es el lazo que aún me hace visitar la casa, además con el negocio finalmente en la ciudad de Miami, viajaba exclusivamente a Margarita dos veces al mes para ver a mi hija. Pasado algún tiempo con Maru me la llevé relativamente bien, pues solo hablábamos de la niña y sus necesidades, y trataba de no hacerla molestar para que no me sacara en cara lo pasado.

Muchas veces me tomé los tragos con el suegro y pese a que nunca me preguntó qué había pasado, él decía que veía en nuestros ojos que aún había amor y allí moría el tema. Siempre me habló de los demás, siempre me dijo como estaban.

Con Carola se dañó el intento de buena relación que tuvimos ese día, ella aún me culpa de lo que había pasado y solamente a mí, con las amigas hablé muy pocas veces, pero a escondidas de Carola, ellas eran las que me contaban de Carola y de su odio iracundo hacia mí.

Malu ha sido incondicional conmigo, pese a que no volvimos a estar juntos, ni siquiera para una despedida, ella después de tanto insistir en vernos las primeras semanas y pese a mi negativa nunca dejó de hablarme. Con el tiempo semanalmente la llamaba por teléfono y si no lo hacía yo, ella me llamaba. Aunque era poco lo que hablábamos realmente.

Ella me siguió insistiendo para vernos nuevamente y más después que estaba divorciado y no tenía ningún lazo con mi ex solo nuestra hija. Algún día no muy lejano le diré que sí. Mi deseo por ella está intacto, y cada día que pasaba estaba más hermosa.

Mi suegra ni imaginarse, para ella soy el único culpable de todo lo que pasó y aún me odia, no me soporta y cuando yo iba a la casa, ella salía o se encerraba en su habitación. Y yo aún también la deseo.

© JPSanyoto