Tias
December 23, 2023

Probo el sexo con su tia.

⚡Su tia es adicta al sexo, y el inocente no lo sabia.⚡


Había comenzado a experimentar el solo con las revistas de su tío. Visitando a su familia en aquella parte de la ciudad, siempre acababa haciendo que leía un libro, o que "jugaba" si es que alguien creía que podía continuar jugando a aquella edad. Son los momentos en los que aprovechaba para intentar localizar las revistas que escondía su tío. Fue aprendiendo con el tiempo donde escondía las mas X, desde las mas inocentes en las que solo aparecían mujeres con los pechos al aire, tipo Interviu, pasando a las que enseñaban su sexo. A las que eran completamente pornográficas, que fueron interesandole cada vez más y aprendió a coger a escondidas y meterse en el lavabo con ellas para desahogarse.


Normalmente siempre aprovechaba para robar las revistas, cuando su tío estaba fuera trabajando, su tía realizaba cosas en casa, o iba a comprar. Entonces era cuando podía esconderse en alguna habitación a espiar revistas, o ponerse en el sofá con una escondida e ir mirándola. Cuando se quedaba solo, era cuando aprovechaba para masturbarse. Y si estaba demasiado salido o había encontrado alguna revista que le provocara demasiado, entonces se metía en el lavabo.


Su tía era una joven que casi no llegaba a llevarle los 10 años de diferencia. Era guapa y esbelta con unos pechos bastante grandes. Aunque él no pensaba en su tía en esos términos. Solo había llegado a fijarse en ella sexualmente recientemente, cuando en una fiesta con la familia, estando ella un poco alegre por la bebida, aprovechó que estaba solo para asaltarle por la espalda apretarle el culo y preguntarle por su vida sentimental.


El suceso le sorprendió muchísimo. No se esperaba nada similar. Nunca había pensado en su tía, ni le había a traído, pero pensar en que ella podía estar interesada en él, comenzó a obsesionarle y ser el centro de sus fantasías.


En las semanas siguientes, corrió más riesgos, su libido estaba por las nubes. Fantaseaba siempre con follarse a su tía, con realizar algunas de las cosas que veía en las revistas. Pasó de buscar las revistas de inocentes teens que se dejaban hacer, a intentar localizar las mas duras con mujeres algo más adultas que tomaban la iniciativa , buscando relatos de mujeres casadas con jóvenes, o incluso con sobrinos, que para su sorpresa había muchos.


Pero si la obsesión por su tía fue tanta, era por las historias que habia escuchado. Todos sus tios, eran conocidos por ser unos grandes juerguistas con la pilla loca que iban de mujer en mujer sin importar las repercusiones. Un par de ellos incluso tenían hijos con varias mujeres a la vez sin haberse comprometido con ninguna. Y si justo este tío, mantenía una vida normal con una pareja estable, era según las malas lenguas, porque su tía era tan adicta como él.


Pensar en que tenia una tía adicta al sexo, que guardaba revistas x en su propia casa que parecía ignorar, o que directamente le había metido mano, apretándole el culo, hacia que estuviera desesperado por follársela, o más bien que le enseñara todo lo que sabia sobre sexo.


Quizás por eso aquel día se descuido tanto, y corrió demasiados riesgos. No podía más. Plantó sobre la cama de sus tíos la revista abierta, por una pagina donde un joven delgado, atravesaba con su enorme polla a una mujer joven de carnes abundantes y coño enorme.


La imagen parecía muy real, con sudor por todas partes y los sexos húmedos. En los cuerpos se veían rojeces por el roce y el esfuerzo, y a ella se le veía la cara encendida y sonreía. Si estaba actuando, era una actuación perfecta. Esa era la pagina en la que había elegido correrse, era lo mas cercano que podía estar de hacerlo con su tía.


No le dio tiempo ni a moversela dos veces, su tía entró por la puerta casi en el mismo instante que se la sacaba completamente dura de entre los pantalones.


- Pero que....- Dijo su tia.- hay dios si te acabo de pilla


Su tía reía divertida, pero él casi estaba al borde del infarto. Se guardó rápidamente la polla e intentó torpemente esconder la revista. Por su cabeza pasaron un montón de ideas, la más evidente, era idiota.


- No, no no. No te asustes, es completamente normal.


El chico solo balbuceaba nervioso sin saber donde meterse.


- Espera espera, tranquilo. A ver, es completamente normal lo que haces.


No había manera de que se calmara, le cogió la revista de las manos y se sentó en la cama. Necesitaba naturalizar la situación y que el joven no creara un trauma de aquel suceso.


- Siéntate un segundo. Ya eres bastante grande y creo que alguien tiene que hablarte de sexo como un adulto. Conociendo los antecedentes familiares, alguien tiene que explicarte. Esto que tenias en las manos puede ser peligroso.


Levanto la mano en la que tenia la revista, señalando que se refería a eso, pero luego matizó.


- No este trozo de papel, lo otro que tenias. - Dijo sonriendo.


Consiguió que se sentara a su lado, temblando como un flan, abrió una pagina de la revista y la primera imagen era de de una chica de su misma edad con la cara llena de semen relamiéndose.


- Mal ejemplo para empezar, luego ya llegaremos ahí.


Tomó la primera pagina como ejemplo. En esta salia una mujer adulta, de unos 40 años, con el coño abierto, acariciándoselo de forma lasciva, con un pecho al aire. En frente un chico joven completamente vestido se la miraba dudando.


- Este es un buen ejemplo. No es normal, no digo que no pase, digo que no es normal, que una chica se te plante delante con el coño abierto. Esas escenas que muestran siempre con tanta promiscuidad, generalmente solo pasan aquí.


El chico estaba alucinando, podía ver claramente la polla dura bajo los pantalones. No entendía que sucedía y su cara lo mostraba con unos ojos que no dejaban de mirar de un lado a otro.


Su tía cambio de pagina y en esta se mostraba a la pareja teniendo sexo de pie. Una polla enorme entrababa en un coño blanco y depilado, impoluto.


- Esta es otra imagen típica de las revistas. Parece que a una mujer se la puedan meter en cualquier momento. Y para colmo imágenes tan limpias donde parece que las mujeres no lubriquen y no lo necesiten. El sexo es una guarrada llena de fluidos. Siento decírtelo así, pero es lo que es. Si la chica no tiene el coño chorreando, dudo que sea un buen polvo.


Cambio de pagina, y en esta salían casi en la misma postura, pero en esta, el chico se la metía por el culo.


- Ufff.... y llegamos al sexo anal, el maldito sexo anal. Mira, te digo una cosa. El sexo anal es divertido, cuando toca. Jamas lo intentes sin que ella quiera. Así fastidiáis siempre buenos polvos.


El chico se removía inquieto en la cama. Estaba incomodo, y aunque la situación era excitante, también era sumamente vergonzosa.


- Ah!!! y llegamos a lo peor, la corrida facial. No digo que no pueda tener cierta gracia, y sea excitante en ocasiones. Pero dime, donde crees que nos gusta mas sentir el semen?


Dejo la pregunta en el aire esperando que respondiera. Y como veía que estaba cortado, lo presionó para que respondiera.


- Puestos a elegir, donde crees que elegiremos nosotras que os corráis? En la cara? en la boca? en el coño?


- En el coño? - Dijo tímidamente.


- Casi, pero vas bien. Si estas con una chica y estáis follando a tope y llega el momento clave, tu crees que le hará gracia que se la saques para correrte en la cara? Igual es lo que quiere ella, pero sin pedirlo, donde crees que quiere que te corras? Lo mismo que si te la come, y no te dice nada que le avises. Frustra mucho que queráis cambiar de sitio justo cuando os vais a correr, como si no fuéramos capaces de conseguirlo por nuestro propio mecanismo. Te deja en mal situación como amante si no eres capaz de correrte en el momento adecuado.


El chico la miraba sorprendido inquieto, con la polla dura y grande como un calabazin. Ella se la cogió con la mano, acariciándosela.


- A ver, que esto solo lo hago porque creo que has de aprender algunas cosas. Tienes una buena polla y eres joven. Puedes ser un autentico peligro con la chicas jóvenes. Ah! y lo de correrse dentro del coño, siempre con preservativo. Ok?


Le sacó la polla de los pantalones, y la observó mientras la masturbaba ligeramente.


- Es mejor que pruebes esto con alguien que sepa, y que quiera que disfrutes. No te ralles, ok? necesitas vaciar esta polla.


Sin darle tiempo a reaccionar se la metió en la boca y se la chupo una única vez. Lo miro riendo.


- Debes estar alucinado. Tranquilo, relajate.


Se la movía muy suavemente, recorriendo todo el trayecto de su polla, jugando con el borde de su grande. La metió en su boca, humedeciendo mucho la polla y acompañando los movimientos con la mano.


Estuvo como dos minutos haciendo un movimiento repetitivo y constante, lento, que debería ser más un previo que un acto intenso para terminar con la comida, pero para el aquello era excesivo. Las sensaciones eran completamente nuevas. De por si la sensación de sentir una mano femenina masturbandole, era algo nuevo que le provocaba placeres diferentes. La humedad de la boca, ya lo terminaba de volver loco. Además aquella sonrisa constante de su tia con la polla en la boca, le provocaba una oleada de sentimientos. Quería ponerse encima, y meterle la polla, experimentar por fin con aquello del sexo.


Pero para su desgracia, aquella experiencia sería muy corta. No fue consciente de que se estaba corriendo hasta que vio salir el semen de la boca de su tía. Se estaba corriendo dentro de la boca de su tia. Pero el pensamiento vino demasiado lento. Vio como su tía se apartaba sorprendida, y en ese instante un chorro de semen salió disparado con fuerza y le surcó la cara, un segundo chorro se estrelló contra su boca cuando se acercaba de nuevo a meterse aquella polla loca en la boca. Entonces fue cuando llego el fuerte orgasmo. Uno que le recorrió el cuerpo y lo dejó desconectado por unos segundos. Sintió como el semen salía con fuerza con cada espasmo que recorría su cuerpo. Pudo abrir los ojos brevemente, incapaz de controlar su propio cuerpo, y se le gravó en la mente la imagen de su tía sonriendo con un chorro de semen que casi le entraba en el ojo, chupando la polla llena de fluidos mientras dejaba que el semen fuera saliendo desde dentro de su boca según salia.


- Que cantidad de semen mas descomunal. Me pilló por sorpresa. - Su tía no dejaba de masturbarlo, jugando con la polla húmeda.- Ves, es a esto a lo que me refería, si no hubiera querido que te corrieras dentro, no habría llegado tan lejos. Aunque me has durado un suspiro.


Su tia se limpiaba el semen de la cara con la mano, y mientras, no dejaba de sonreír. Con la otra mano continuaba masturbandole, como si esperara que terminara de eyacular, si es que aun tenia que hacerlo.


- Es que no se te cae nunca? continua dura como al principio.


Se quitó el jersey y luego desabrochó su sujetador. Hizo que separara las piernas y se colocó tumbada entre ellas con la polla en la cara. Se la metió en la boca de nuevo.


- Veamos cuantas veces eres capaz de correrte.

⚡2

Después de aquel primer encuentro, vinieron una serie de encuentros similares en las semanas posteriores.


Su tía, por alguna razón, decía que lo estaba entrenando, pues aguantaba muy poco. Así, se sucedieron una serie continua de encuentros, donde ella jugaba con aquella polla joven, lo torturaba y lo hacia sufrir retrasando sus orgasmos.


En ninguna de las ocasiones, le dejo hacer nada, ni tocarle, ni besarle. Siempre era ella, que o bien con la mano, o con la boca, le provocaba placer a él, de diferentes maneras. La rutina siempre era la misma, quedaban en casa, ella lo tiraba en el sofá o en la cama, le enseñaba algunas fotos pornográficas. Lo educaba sexualmente, le masturbaba con delicadeza, esperando que pudiera controlar su eyaculación, o se la comía para provocarle una descontrolada y que fuera familiarizándose con el sexo.


El al ganar confianza, quiso ir más lejos, quería follarse a su tía y se lo hizo saber en infinidad de ocasiones. Ella siempre respondía lo mismo.


- Mientras me lo pidas y tengas esa ansiedad, no haremos nada. Eso es señal de que no estas preparado.


No podía quejarse, aquello era toda una experiencia. Había semanas que se veían hasta tres veces, y ella no lo soltaba hasta que la polla no se le ponía dura de nuevo. Sin darse cuenta se dejo llevar y no volvió a pedirle nada. Entonces ocurrió.


Pero siendo su tía como era, no iba a ser algo normal y cotidiano. La sorpresa aun fue mayor que la primera vez.


Aquel día como siempre, llamó a la puerta de sus tíos, y la recibió su tía en bata elegante, primero tapada, que en seguida dejo que se abriera para ir con comodidad. Llevaba un elegante conjunto negro, sin encajes ni volantes, muy sencillo, pero muy sensual. Era la primera vez que la veía en ropa interior. Aquello le indicó que estaba en el siguiente nivel. Se le puso dura de inmediato.


- Pasa, pasa. - Le dijo dándole un beso en la mejilla.


Le pareció oír ruidos en el fondo, como si hubiera alguien en la cocina. ¿había alguien más?


- Disculpa la sorpresa, pero hoy tenemos compañía. Se que te será agradable.


Empezó a ponerse nervioso. Por nada del mundo esperaba que estuviera su tío allí. El hermano de su madre era un hombre agradable, con el que se llevaba muy bien, pero no podía enterarse de lo que hacia con su mujer. O mejor, lo que hacia su mujer con su sobrino. Se sentó en el sofá nervioso como un flan.


A los pocos minutos, que fueron eternos, emergió una figura femenina por el pasillo, detrás venia su tía. Casi le da un infarto al reconocer aquella figura alta y delgada. Se levantó de golpe del sofá.


- Cristina lleva algún tiempo ayudándome en casa, y como tú, esta aprendiendo algunas cosas. Esta al corriente de todo y ha aceptado este encuentro. - Su tía sonreía maliciosamente.


Los dos se miraron rojos, muertos de vergüenza. Se saludaron tímidamente con dos torpes besos.


Cristina también era una especie sobrina de su tía, pero de la otra parte de la familia. Realmente desconocía la relación, pero la conocía bien de haberla visto en fiestas y eventos familiares. Hasta que su tía lo asalto, era una frecuente en sus fantasías sexuales. Se la encontraba frecuentemente por el barrio o saliendo de casa de sus tíos, a si que sabia que iba a verlos, pero no sabia porque.


Era un año mayor que él, pero con exactitud no sabia cuanto. Era rubia, de piel rosada y de cuerpo casi escuálido, como si a una chica normal la hubieran estirado para hacer una mujer de un metro ochenta, pero sin ganar nada de masa corporal. Así que era una chica que apenas tenia forma, ni pecho, ni culo. La ropa parecía venirle toda grande, como dos tallas más.


Y a pesar de toda esa descripción, se sentía increíblemente atraido. Era una atracción sexual casi animal. Cuando estaba cerca había algo en su forma de actuar o su olor que lo volvía loco. Era tanta la atracción, que a pesar de su propia timidez, había intentado en varias ocasiones hablar con ella para establecer algun tipo de vinculo que le llevara a la amistad y posteriormente a la cama.


Para su desgracia, Cristina aun era mas tímida, y pese a la atracción que sentía por él, era completamente incapaz de hablarle, y solo le sonriera como única respuesta.


Todo esto lo sabía, la sabia de su tía, que poco a poco se había acercado a los dos, con oscuros propósitos. En realidad todos sabían que había una atracción entre los dos jóvenes, pero también era verdad que casi todos estaban convencidos de que Cristina era lesbiana. La realidad, era mas complicada que eso.


- A ver, vamos al grano. - Empezó su tía tan directa como siempre.- Estáis aquí para follar, para follar juntos. Lo estáis deseando los dos desde hace tiempo. Y aunque soys dos cachorrillos nerviosos y temblorosos como flanes, se que cuando estéis en situación se os va a pasar la tontería, porque fogosos sois un rato.


Los dejo a los dos que se hicieran a la idea, mirándose tímidamente. Pero aquella situación loca y complicada, era en realidad fácil de solucionar. Con Cristina había creado un vinculo muy fuerte, y había tenido unas grandes experiencias lesbicas con ella. Era un juego divertido, que ella tenia que cortar, pues sabia que la joven chorreaba por su otro sobrino, y, o ponía ella el mecanismo para que follaran o no lo harían nunca. Y siendo vírgenes los dos, ser padrina de ese primer encuentro, era toda una fantasía que pensaba cumplir.


- Los dos habéis estado a solas conmigo, y os he enseñado todo lo que he podido. Se que estáis deseando follar juntos, y creo que lo mejor es que vuestro primer encuentro sea guiado. Porque sinceramente valla par de tontitos estáis hechos. Así que nos vamos a tomar esto con calma, y vais hacer todo lo que diga, y todos lo vamos a pasar muy bien.


Cogió a su sobrino de la mano y lo guió por el pasillo hasta la habitación. Su sobrina la siguió con solo hacerle un leve gesto de cabeza. Dejó al chico de pie, y con autentica profesionalidad, le quito la camisa y los pantalones, dejándolo solo en ropa interior.


- Creo que ha llegado la hora de que os toquéis. - Los cogió a los dos, y casi los obligo a besarse.- Anda, daos un buen beso, quiero ver bailar las lenguas.


Le sorprendió la poca insistencia que necesitó. Se engancharon de inmediato. Ella los dejó hacer, pero iba guiando las manos del chico, que parecían no querer ir a tocar nada delicado. Fue ella quien le descubrió al chico que bajo esa ropa deportiva dos tallas mas grande, había un culo duro y terso, que necesitaba ser explorado con intensidad. Lo guió también para que le quitara la ropa a la chica, y que los dos se quedaran en ropa interior. Hizo agacharse al chico y que fuera él quien le quitara los ligeros pantalones a la chica, con una clara intención de crear una situación aun mas excitante, al dejarlo a la altura de unas braguitas ajustadas, que marcaban un sexo abultado que resaltaba contra un vientre plano y blanco. Hizo que se mantuviera allí unos segundos, muy cerca de la chica, para que sintiera deseos de saltar a comerse aquel coño, pero antes de que pudiera hacer nada, lo levanto cogiéndolo de una mano y le indicó que se tumbara.


- Vamos a jugar un poco.- dijo quitándose la bata dejándola caer.- El chico es un autentico semental, como podrás descubrir, pero falta aun que lo domen un poco, yo no lo he conseguido. Así que vamos a calentar antes de ir a por faena, porque si no, no nos durará la diversión.


Se recostó a su lado, y le indicó a cristina que hiciera los mismo. Instintivamente los chicos se besaron. Ella notó que sobraba, pero era su fantasía, y no quería perdérsela. Tomo la mano de la chica, y la coloco sobre una polla dura como un bate de béisbol. La chica ella sola, sin indicación, metió la mano bajo los bóxer y comenzó a acariciar torpemente aquel juguete enorme. Era evidente que habían conectado.


- Baja por su cuerpo y quitale lo que le queda de ropa. Hasta hora has aprendido a comer con pollas de plástico, creo que puedes pasar a probar una autentica, si te apetece.


La chica obedeció, y besando el pecho del chico, bajó hasta la altura de la polla, primero la descubrió y luego, esperando la aprobación de su tía, la beso un par de veces, para luego quitar por completo los boxer. Parecía que no hacia casi nada por propia iniciativa. Descubrió que cada pocos instantes miraba a su tía como esperando instrucciones. Estaba nerviosa y confundida. Para él aquello no era nuevo, ya se la había comido muchas veces su tía, pero para Cristina, era la primera vez, y se la veía nerviosa y torpe.


Fue besando el tronco acercandose a la punta, que beso sin miedo. Hacia un torpe intento de masturbarle con la aquellas manos blancas, delgadas, finas y alargadas. Esperó la aprobación de su tía y entonces se metió toda la polla en la boca. Aquel momento fue como si fuera al cielo. Ni con su experta tía había sentido algo igual.


- Pero que bruta, no hace falta metersela entera de una vez. Lo sensible lo tienen arriba. Poco a poco.


Después de un ataque torpe, en el que casi se atraganta la muchacha, el resto fue una autentica gozada. Su tía le mordía y jugaba con su pezón izquierdo mientras acariciaba su muslo o le tocaba los testículos. Cristina jugaba con la polla en la boca, torpemente, pero con autentica pasión. El había aprendido mucho, y después de aquella primera corrida sorpresa con el oral de su tía, ahora era capaz de saber cuando le estaba llegando el orgasmo, igual que si se masturbara el mismo. Pero era difícil controlarse con aquella situación tan excitante, y aquella joven boca a la que deseaba tanto, chupando con devoción su polla. Aguantó todo lo que pudo.


- Para, para, para!!!! - Le medio gritó su tía.


La chica se apartó obediente confundida, con aquellos ojos vivos y suplicantes.


- No te he dicho que este chico, es un autentico semental, que tiene la mala costumbre de correrse sin avisar, pero es que ni siquiera el se da cuenta. Baja el ritmo, que no quiero que todo se fastidie cuando te encuentres con un chorrazo de los suyos atravesándote la garganta. Poco a poco, hay tiempo para experimentarlo todo.


El chico, liberado de la tensón de no cagarla al correrse dentro de aquella boca nueva, al sentir que le besaba el tronco mientras lo miraba sonriendo y lo masturbaba, se sintió desvanecer y llegar un tremendo orgasmo, en su cabeza se hizo la imagen de Cristina con el rosto surcado de chorros de semen, lo que hizo que aquella corrida fuera incontrolable.


Inexplicablemente, la joven se apartó con unos reflejos felinos, justo cuando saltó el primer chorro, y con casi malicia, continuando masturbando, inclinó aquella manguera en un acto reflejo para apuntar en cualquier dirección que no fuera la suya. El segundo chorro, el más fuerte, cruzo el aire toda la longitud del cuerpo del chico, manchando todo su vientre y pecho, estrellándose una gota contra su barbilla. Su tía, que aun estaba dedicada a morder sus pezones, se libro de un chorro solo por escasos centímetros.


En cuanto recuperó la lucidez de aquel fuerte orgasmo, pudo ver la excitante imagen que tenia ante el. Su tía, jugaba con las gotas que tenia esparcidas por el pecho, y Cristina, lejos de estar asqueada, parecía curiosa y divertida, entretenida con aquella masa viscosa en las manos, que tocaba y removía como un gato inspecciona algo. Contuvo la respiración el chico al ver que se acercaba aquella mano mojada a la cara. Solo quería oler. No, no había rastro de asco en su expresión, era curiosidad, mucha curiosidad. No se limpio la mano, al contrario, la llevo de nuevo a la dura polla y volvió a jugar con ella removiendo el semen de un lado a otro, llevándolo a la punta, sacando las gotas que aun quedaban. Su tía entre tanto, se había puesto a lamer las gotas del pecho y de la barbilla del chico, las cuales, previamente había impedido que él mismo se limpiara.


- ¿Si quieres probar?- Dijo su tía sonriendo mientras alargaba la lengua y recogía una.- A mi me excita muchísimo, y te aseguro que es de los mejores que he probado.


La chica se acercó un poco, y mirando a su tía busco una especie de consentimiento, su cara era un "¿de verdad que puedo?" Se acercó mucho más, casi podía tocar con la lengua la punta de la polla. Con la mano continuaba subiendo y bajando el semen, jugando con el. El chico podía sentir el aire caliente de su boca sobre su zona púbica.


- Coge un poco con la punta si no te atreves. En realidad....


No pudo continuar la frase, la sorpresa de lo que hizo la chica los pillo a los dos completamente desprevenidos. El gesto de su tía al llevarse las manos a la cara, en gesto de, "oh dios!!" no se le olvidaría fácilmente. La chica, en un único gesto, había movido todo el semen que le quedaba en la mano, llevándolo de nuevo a la punta, y acto seguido metiéndolo todo dentro de la boca, semen y polla. El chico sintió como chupaba unas cuantas veces y luego se apartaba llevándose la mano a la boca, como intentando analizar aquello.


- Lo tuyo, lo tuyo... - Su tía no sabía que decirle.- No era necesario que te lo tragaras todo!!


- No me precia que fuera nada del otro mundo, y pensé que podía gustarle.- Era la primera vez que hacia una frase completa.


- ¿Que podía gustarle? Pero si apoco le explota la polla de la sorpresa. Si no se ha corrido de nuevo no se ni como. - Dijo riendo y rieron los tres.


Se levanto, le paso una toalla a su sobrina, para que se limpiara ella y al chico, y sacó algunos objetos.


- Bueno, vamos a por faena seria, que tengo ya el coño que me arde. Que tela lo cachonda que me estáis poniendo con vuestras tonterías.

© armando


💥 Navidades diferentes en familia💥

Me pidieron ir a trabajar a un hotel rural de mi tia. El trabajo fue doblemente agotador.


Era diciembre y quedaban dos semanas para las fiestas navideñas, pero el destino auguraba un muy mal pronostico para terminar el año.


A mi me iba fatal en la universidad, y posiblemente tendría que cambiar de carrera o irme a trabajar en algun lugar, aprovechando la experiencia adquirida. El futuro era nada alentador... y si fuera poco, un incendio en una casa vecina, había acabado casi por completo con nuestro objetos personales. El fuego no tocó directamente la casa, pero el calor, y sobre todo el humo, hizo que la casa fuese inhabitable. Nos comentaron que quitar el olor a humo, y volver a dejar aquella casa como era antes, seria complicado, y llevaría tiempo. Por suerte el seguro se haría cargo de todo, pero no podía compensar la enorme perdida sentimental de objetos personales, o información importante, como todos mis apuntes en papel o en formato electrónico que no estaban en la nube.


Así pues estábamos apunto de llegar a la "mejor" época del año y no teníamos casa. Nos alojaron en un hotel, donde estábamos cómodos, pero teníamos una perdida completa de vida personal, no era como unas vacaciones.


Pero justo cuando parecía que todo iba mal, mi madre tubo una llamada importante que lo cambio todo.


- Sí!! claro que si, seguramente no pondrá inconveniente, ahora se lo explico todo.- Era mi madre hablando por teléfono antes de colgar.


Colgó y me miró sonriendo.


- Bueno, al menos para ti puede solucionase algo el problema...


Me explicó con más detalle, que había llamado mi tía Josefa, y que quería que me fuera con ella a su casa, a trabajar y a pasar las navidades... y si me gustaba, quedarme allí hasta que pudiera volver a mi casa. La opción de quedarme de forma permanente quedaba abierta.


Lo que no me explicó, porque ya lo sabía, era que mi tía vivía en un hotel rural en un pueblo de montaña que estaba a una hora de nuestra casa. Se había divorciado y había perdido el empleo. De esa mala situación había emprendido una aventura arriesgada. Con su hija, habían comprado una antigua casa a medio terminar y la habían convertido en un precioso alojamiento rural. Mi tía, junto a mi prima Inés, vivían permanentemente en aquella casa que cada vez era más grande y daba alojamiento a más personas. Necesitaban a gente, que viviera permanentemente allí, aparte de trabajadores puntuales. Lo mejor era usar a la familia, y aquella era una oportunidad para comprobar si la idea me gustaba.


Claro, yo dije inmediatamente que sí. Mi prima Inés era una chica de mi edad, solo dos años más joven. Simpática, bromista, agradable, que por algun motivo había despertado en mi siempre un instinto básico animal. Erá muy diferente a otras chicas con las que había estado, o me atraían. Era bajita y algo rellena, y no se podría decir que tuviera una cara bonita. No era fea, para nada, pero no era el tipo de chica a la que uno pensaría como mujer que sexualmente te vuelve loco. Pero claro, en cuanto te fijabas bien, veías que tenia unos pechos enormes, que según con que ropa, parecían mantener un pulso contra la gravedad. Lo complementaba con un culo grande, que no enorme, que con tejanos, formaban una excitante forma de corazón que hacia que quisieras seguir con las manos el dibujo.


Tenía pues motivos de sobras para irme. Ganaría algun dinero con el trabajo, me alejaría de la ciudad y quizás olvidaría el olor a quemado. La posibilidad remota de follar con mi prima, era una fantasía que hacía que la idea aun fuera más fantástica.


Salí inmediatamente al día siguiente. En tren, el trayecto duraba casi dos horas, 50min par ser exactos, más, que en coche. Pero querían tenerme lo antes posible, en una semana tendrían el alojamiento lleno, y esos días extra para familiarizarme con la casa, serian vitales.


Necesité el GPS para localizar la casa en aquel pueblo, que aunque pequeño, estaba repleto de pequeñas callejuelas laberínticas. Me quedé sorprendido al ver la edificación. Era una casa baja de piedra, de aspecto muy antiguo, restaurada por completo para darle un aire más nuevo. Justo al lado, otra edificación de tres plantas parecía estar en obras, con una especie de 4 piso en construcción.


Pasé por un puentecito, que conectaba los dos edificios, y bajo ese puente, en un lateral, encontré la puerta de entrada. Llamé una única vez, brevemente. Nadie respondió. Llamé otra vez... sin respuesta.


Observe que había un cartel que advertía que era posible que nadie respondiera, que llamara por teléfono, y ponía los teléfonos de mi tía y mi prima, también había una tercera persona, que desconocía.


Era tonto, lo más sencillo era haber avisado a mi tía de que llegaba. Pero como no tenia el teléfono de mi prima, me hizo ilusión poder llamarla.


- Estas a fuera? enseguida subo y te abro.


En menos de un minuto, abrió la puerta mi prima. No la recordaba tan guapa, ya la he descrito antes. Quizás fuera la forma de vestir, como de clínica de estética, con el pelo rubio recogido en una perfecta coleta. O las gafas finas redondas. O el aura profesional. El caso es que la encontré muy atractiva, y al mirarme con aquellos ojos azules intenso que tenia, me sentí nervioso por un instante. Había hablado muchas veces con mujeres muy atractivas, no era ese el motivo por el que me puse tenso. Era el saber que aquella prima mía que había formado parte de mis fantasías, era más guapa de lo que recordaba, y compartiría casa con ella, las próximas semanas. Mi mente comenzó a pensar en posibilidades.


- Toma, justo ahora estamos ocupadísimas. - Me pasó unas llaves.- En ese pasillo hay una puerta privada que puedes abrir con esta llave. Lleva tus cosas allí, luego baja a bajo y mira si estoy libre. Bajando a la derecha hay una puerta que da a un despacho. Estaré allí con la puerta abierta, si no lo está, vuelve aquí y esperas en uno de estos sofás. No te muevas!!


Bajo corriendo las escaleras.


Me quedé allí sin saber que hacer. Pero la orden era clara, aunque me impresiono el recibimiento tan frio. Cogí mis cosas, era una maleta grande con ruedas y una bolsa de mano, era poco. Con la llave me dirigí al pasillo que me había indicado y abrí la puerta que ponía privado. En total eran 3 las puertas pero solo una estaba cerrada. La otra daba a unos aseos, y la ultima parecía ser un pequeño armario trastero.


Al abrir la puerta, me encontré con lo que parecía una mini casa. Una mesa redonda estaba junto a una pequeña "cocina" con microondas, cocina de inducción de un solo fuego portátil y una cafetera. Un mueble con una pequeña tele y un sofá. En el fondo, dos puertas abiertas, daban a dos pequeñas habitaciones con sus pequeñas camas. Todo era muy sobrio, bonito, sin demasiadas florituras. Todo en blanco y en madera natural. El toque "femenino" se veía por todas partes.


Dejé las maletas a un lado y no me entretuve allí.


Cerré la puerta con llave de nuevo, salí a la entrada principal, y bajé las escaleras. Solo con el primer paso, me dí cuenta que esa zona era diferente. El suelo era mas rustico, de piedra antigua. Olía a humedad, pero de vaho, no de viejo. Salia un olor que describía claramente que aquella zona tenia que ser una especie de balneario, aunque no sabia si era exactamente eso. La escalera acababa en un rellano cuadrado con tres puertas, todas cerradas. Me fijé en el suelo, mojado. En los travesaños de madera que deberían estar para drenar el agua del suelo. En las baldas con toallas. Claro, ahora entendía la prisa, deberían tener clientes. No me esperé, volví a subir, y me esperé en uno de los asientos de la entrada.


He de decir que el rato que estuve se me hizo eterno. No fue más de 10min, pero me pareció que era una hora. Nadie se movía, nada se escuchaba. La paz allí era absoluta. Era tanta la calmá que casi me da un infarto cuando pasaron por delante mio dos espectros blancos caminando silenciosamente. Recuperado del primer susto, pude reaccionar y saludarlos. Debían ser los clientes a los que mi prima atendía, una pareja mayor, ambos canos, con batas de algodón bien gordas y zapatillas blancas de también del mismo material. No hacían nada de ruido al caminar e iban en silencio.


Dos minutos después subió Inés, mucho más tranquila. Tampoco hacia ruido al caminar.


- Ahora sí, ahora puedo recibirte.


Se me abrazo con fuerza, sin comprender parecía, que tenia dos enormes pechos que se incrustaron contra mi, y me dio un fuerte beso en la mejilla. Parecía muy contenta de verme.


- Perdona, estos días están siendo una locura, y llevamos poco tiempo aun. Los próximos días tendremos lleno total, pero la semana que viene, justo antes de navidad, hay un día que estaremos casi vacíos. Te toca currar, no se si ha sido una buena decisión.


Se hecho a reír con una risa contagiosa.


- Bueno, para eso he venido, ¿no?


- A ver si no te arrepientes. Esto es muy tranquilo, y precioso, pero si no te gusta, es como una cárcel.


- Bueno, la compañía hace mucho, y siempre nos hemos llevado muy bien.


- Claro, porque crees que te propuse a tí? Aquí la gente no trabaja igual, tienen otra mentalidad.


- Entonces eres tu la culpable.


Los dos nos pusimos a reír de nuevo. Estábamos muy bien justos, era una pena que nos viéramos tan poco.


Comenzó a enseñarme aquel sitio empezando por aquella zona baja de donde había salido. Resultó ser un spa rustico. De las tres puertas, una era una sala con una especie de consulta, y una camilla de masajes. Era la que teóricamente tendría que haberme encontrado abierta.


- Yo no me dedico a dar masajes, pero estoy intentando formarme. Tenemos a una chica que se encarga profesionalmente de ello. Los viejecitos que han salido ahora solo tenían pedido un tratamiento sencillo, y por eso lo he hecho yo.


- Haces masajes? huy eso tengo que probarlo. - Le dije de forma divertida.


- Los vas a necesitar, te lo aseguro. Pero tranquilo, vamos a tener tiempo de hacer de todo. -Lo dijo con una sonrisa picarona que no supe interpretar.


La otra puerta, daba a una pequeña escalera de unos pocos peldaños, un descansillo con colgadores y asientos de madera, y otra puerta que daba al spa propiamente dicho. Consistía en una especie de cueva picada en piedra, de dos alturas, con un jacuzzi a ras de suelo, al que se podía acceder desde la altura principal, por lo que no era necesario tener que agacharse. Pensado en la gente más mayor, supuse. El resto de la sala, en la altura superior, había una especie de estancia seca, donde había tumbonas de piedra, que al tacto parecían calientes, una zona de duchas con hidromasaje, y una sauna de vapor que permanecía muy oscura.


- Creo que explicándote, el funcionamiento de la zona spa, puedes hacerte una idea de como funciona el alojamiento al completo. Los clientes toman turnos para venir, en parejas o en familias completas. Fijate que caben bien unas cuantas personas. Si quieren pueden tomar un baño en privado, pero muchas veces se tiene que negociar con el resto. Es todo muy ordenado. A nosotras mismas nos sorprende el funcionamiento. Muchas veces entran grupos enteros de amigos con los niños. Y lo normal, es que las parejas mas jóvenes, sin hijos se pidan la ultima hora. Se cierra la puerta con llave a las 24h. Nosotras no decimos nada ni prohibimos nada.


Me miró sonriendo para que entendiera a que se refería. Evidentemente, un sitio así era para aprovecharlo y follar como locos.


- La semana que viene, con un poco de suerte, igual podemos colarnos y usarlo. A mi me encanta el Jacuzzi, pero solo me deja usarlo si queda libre a ultima hora. Mantener esto vale dinero, y no podemos usarlo así como así.


Pensé en esa opción de ir al spa, a la que se había referido como, podremos colarnos. Se referiría a usarlo los dos juntos? Lo decía de verdad? No tenia que haber nada malo en ello, pero aque lugar, era un lugar, más pensado para citas románticas, que para relajarse en compañía de amigos. Los dos solos allí me iba a poner muy nervioso.


Salimos del spa y me enseñó el resto de la casa. En aquella parte de la plata baja, solo estaban sus habitaciones de uso personal. En la primera planta fue donde encontré el comedor, el salón principal y el acceso a la parte que estaban rehabilitando.


- Como te decía, aquí todo funciona igual. En el comedor, la gente puede cocinar su propia comida, o pedir que se la sirvan, tenemos cocinero propio a ciertas horas. El resto de horas, la gente puede usar la cocina que esta abierta todos. La gente hace turnos, comparte platos, comen juntos desconocidos.... Es una maravilla que no deja de sorprendernos. Por la noche, mucha gente se junta en el salón a jugar juegos de mesa. Te abras fijado, que no se escucha nada. La casa tiene paredes gordas, y está completamente insonorizada. El salón es la única parte de la casa que puede provocar más ruido y por eso pedimos que como máximo a las 23h se termine cualquier actividad que implique molestar al resto de los clientes. Por increíble que parezca, como mucho a las 22:30h esta vacío.


Me enseñó la parte superior y la zona nueva. Eran todo habitaciones similares, aunque ninguna igual. Camas individuales o de matrimonio, enormes, con ropa blanca, paredes de piedra y suelos de madera. Todo tenia ese aire impecable y femenino.


- Seguramente te estarás preguntando por esta decoración. Estamos casi siempre solas, y esta decoración, aunque sea extraño, elimina de golpe cierta clase de clientes. Si el ambiente hace que todo sean parejas y familias, eliminas la posibilidad de que quieran venir hombres solos a realizar marranadas. Ya me entiendes.


No sabía si la entendía, pero tenia claro que en aquel lugar solo irían parejas. No era un hotel para ejecutivos, por ejemplo. No ibas allí a pasar una noche por trabajo.


Me enseño la parte nueva. En una de las habitaciones había un montón de cajas con muebles nuevos. Parecían del Ikea, todo por montar o a medio montar.


- Todo lo hacemos nosotras solas, con ayuda de algun profesional si hace falta. Te ves capaz de montarlo todo tu? que tal se te da? Mi madre me ha dicho que si llegabas antes que ella, te pusieras a montar estos muebles.


Lo diría en serio.... Y tanto que lo decía en serio. Todo el resto del día me lo pasé montando muebles. Cuando llegó mi tía, me indicó que terminara otras dos habitaciones, que lo hacia muy bien y muy rápido, y que les era de mucha ayuda. Los días siguientes fueron todos montar, limpiar y fregar. Ordenar los armarios nuevos, colocar toallas, ropa de cama. Hacer las camas, poner lavadoras.... Sí, era una cárcel.


Aquel primer día, mi prima Inés me dio lo que era mi ropa de trabajo, la habían comprado nueva y quería saber mi talla.


- No seas tonto, cambiate de ropa aquí mismo. - Me dijo al entregarme la ropa.- Anda, te has adelgazado eh! incluso estas mas fuerte.-Me dijo en tono burlón mientras me pellizcaba un pectoral.


Ahí empezó a volar mi imaginación, sobre todo porque para dormir, mi tía dijo que era mejor que nos quedáramos con aquella zona. Teníamos dos habitaciones independientes para nosotros. Ella se iría a una de las de la zona nueva y así estaría mas cerca de los clientes.


Podía haber intentado haber hecho algo con mi prima. Pero el trabajo era infernal. Lo único bueno de levantarse a las 6, era que podía ver a mi prima desayunando, en aquella salita nuestra privada, cada día con un conjunto de cama más sensual. Los pantalones, cortos, más pensados para verano que para invierno, le sentaban con aquel culo que tenia, como si fueran unas braguitas, y cuando se levantaba o se aguachaba se le veían claramente los cachetes del culo. Cada día, por cansado que estuviera, me levantaba puntual, para ver a mi prima. Uno de los días incluso se levantó en ropa interior y con una bata que apenas le cubría.


Pero como digo, aquellos días fueron una locura de trabajo infernal, y no daba tiempo a pararse a hablar o intentar acercarme minimamente a ella. Pero el trabajo bajo muchísimo unos días antes de navidad. Según me contaron, era solo un by-pass entre los que volvían para pasar las navidades con su familia, y los que vendrían para pasar allí unas fiestas diferentes. Así, sin darme cuenta, teníamos solo dos habitaciones ocupadas, y por la noche ya estaba todo hecho. Era la primera vez, que en nuestro pequeño cuarto, me encontraba ocioso y libre para hacer lo que quisiera. Era muy pronto y no me iba a poner a dormir, me metí en mi habitación haciendo tiempo. Inés estaba ocupada con un tratamiento a una pareja mayor que se iría al día siguiente, y mi tía se había ido de cena con su nuevo novio, aprovechando ese día de relax que teníamos.


- Andrés? - Había picado a la puerta mi prima.- Estas?


Entro en la habitación con su impoluto aspecto de esteticista. Había terminado mucho antes de lo acordado en la reserva de la pareja que tenia aquella tarde.


- Por hoy hemos acabado.- Se sentó en mi cama junto a mi y se quitó la coleta. - Mañana tenemos 5 llegadas, y pasado mañana, 3 más. Estaremos a tope. Pero hoy podemos relajarnos.


Empecé a ponerme nervioso con la forma en la que decía aquellas palabras. Se había desabrochado el segundo botón de la bata, y se podía ver un maravilloso escote formado por dos grandes pechos.


- La sauna esta apagada, igual que la zona seca. Tendría que limpiarla junto al resto del Spa. Como han terminado tan pronto, podrías ayudarme a limpiar, así mañana estaría todo listo e iremos un poco más relajados.


El Spa se limpiaba superficialmente dos veces al día, y profundamente una vez a la semana. Los propios usuarios del Spa, se encargaban de pasar la fregona por las zonas que se mojaban en exceso, y estaba increíblemente siempre limpio. Era otra de esas cosas que me chocaban de ese alojamiento.


- Vamos!!- Dijo dándome un manotazo en el muslo, muy cerca de la entre pierna. - El jacuzzi esta encendido, así que si terminamos pronto, podremos relajarnos un rato en él. Ya te había dicho que encontraríamos oportunidad de usarlo.


Bajamos a la zona del Spa, y me entrego un par de tohallas. Luego salió a buscar un par más y repuso las que había normalmente en la entrada. Fregamos todo en un momento, y también pasamos un trapo a las paredes de cerámica de la sauna. En menos de 20min ya lo teníamos todo hecho.


- Es una lastima que la sauna no estuviera encendida. Hoy no la usó nadie. Otro día podremos usarla. Metete en el jacuzzi ya, voy a guardar los trastos.


Había pensado en el compromiso que sería bañarme con ella, y pensé en pecar de prudente. No dejaba de ser mi prima. Sí, había mucha confianza, pero bañarse desnudo era quizás demasiado. Había traído un bañador de pantalón y desnudándome en el cambiador, me lo puse y salte dentro del jacuzzi. Lo encendí a máxima potencia con el control que había en los escalones de bajada. El agua empezó burbujear fuertemente, y salpicaba por todas partes. Aquello era un jacuzzi de los grandes. En el centro, de fondo debería tener mínimo 1,80m y podrían caber perfectamente 5 o 6 personas sentadas en los peldaños laterales. Los había de diferentes alturas, desde apenas 20cm a casi el metro. Era muy útil, como descubrí, quedarse sentado en uno de aquellos peldaños, pues de lo contrario, el agua te hacia flotar y te llevaba de un lado al otro. Me senté dando la espalda a la zona de las duchas y la sauna, y quedé mirando al lado contrario, la parte mas baja donde habia una enorme pared de piedra, que daba a la estancia la apariencia de enorme cueva.


Inés parecía tardar mucho, con el ruido del agua no escuchaba nada, pero me pareció escuchar la ducha que tenia detrás mío, la que se usaba para lavarse antes de entrar al jacuzzi. Instintivamente me incorporé y me giré. Inés se estaba duchando, desnuda, me estaba mirando mientras se frotaba sus dos enormes pechos. Di un bote por la impresión y me giré de nuevo mirando la pared.


- Perdón.- Dije torpemente.


En la mente se me quedo grabado ese cuerpo en forma de pera, con una cintura muy marcada y unas caderas anchas. No tenia pelo entre las piernas, estaba completamente depilada, y los labios carnosos se veían claramente libres y preparados para ser comidos. O eso pensaba.


- Joer que susto te has metido.- Dijo riéndose, mientras se acercaba por detrás.


Pude ver como se sentaba a mi lado, metiendo los pies en el agua.


- Es que no has visto nunca una mujer desnuda?- Se levantó y se puso en frente mio, en el lado contrario. - Me gusta más este lado, se puede bajar mejor.


Al entrar en el agua pude ver claramente su cuerpo. No tenia ningún tipo de pudor, y al bajar, se separaron sus piernas y pude ver claramente su sexo. Cuando entró completamente en el agua, sus pechos flotaron. El Jacuzzi era grande, y al extendernos rectos, no nos estorbábamos. Ella empezó a flotar, dejándose llevar por el agua, sus pies estaban muy cerca mío tocándome de vez en cuando.


Sentí que se movía, pero no hice caso, dijo algo, pero no fui capaz de escucharla, el ruido del agua lo inundaba todo, me incorporé para escucharla.


- ¿Que?


-¿Llevas puesto el bañador?- Gritó


No supe que responderle, me quede bloqueado. No esperaba aquello. ¿Realmente esperaba que estuviera desnudo? Sentía que me estaba perdiendo algo.


- Llevas el bañador!!! - Dijo riendo, se había acercado a mi, y había palpado el bañador para asegurarse que lo tenia puesto. - Sera posible? quitatelo!!


Instintivamente sujete el bañador mientras ella tiraba para quitármelo, en una lucha medio divertida en la que ella parecía un poco enfadada.


- Serás tonto!!! - Se puso encima mio, y sentí su cuerpo caliente contra el mio. - A ver si nos entendemos. Llevas una semana detrás mio, siguiéndome con la mirada, sin apartar la vista de mis pechos, mirando mi culo cuando me daba la vuelta, haciéndome sentir deseada, y ahora te me vas a resistir? De verdad me vas a decir que se me va a resistir un hombre que me gusta? Mira, ha sido un año horrible con un montón de trabajo, solo he podido echar dos polvos y han sido espantosos, de los que mejor olvidar. Y ahora cuando por fin cumplo mi fantasía de meterme en con un chico en el Jacuzzi y follar como locos, vas tu y te pones el bañador.


La abracé y la bese en la boca. Necesitaba que se callase y dejara de hacerme sentir tan tonto. Yo mismo descordé el bañador, y la guie con las manos para que me lo quitara.


- No se yo si voy a poder perdonarte esto.- Se abrazó a mi, rodeándome con las piernas, su sexo rozó mi polla.- Dios! pero si la tienes dura como una piedra ¿ya estas empalmado? - Dijo riéndose.- ¿Me vas a quitar la diversión de ponerte cachondo?


Se había apartado y me acariciaba la polla con la mano. Que manos tenia!!, era delicioso sentir como me masturbaban aquellas manos. Yo no perdí oportunidad de recorrer su cuerpo con las manos. Tenia un culo sorprendentemente duro, y sus muslos eran una delicia. Me acerqué tímidamente con la mano a su sexo.


- Meté los dedos, estoy cachondisima.- Me dijo.


Metí un dedo, y descubrí que podía entrar otro con una facilidad increíble. Aquel coño estaba apunto para ser penetrado. Ella, empezó a jadear, excitada como si ya estuviera teniendo un orgasmo. Apretó su cuerpo contra el mio ronzadose con mi polla e impidiéndome seguir metiendole los dedos.


- Va follame ya, que no aguanto.- Me dijo mientras me mordía la oreja.


Abrazados, con ella montada sobre mi, rodenadome con sus muslos, solo necesite un intento para encontrar el camino y entrar casi asta el final de un único gesto. El sexo desde ese mismo instante, se volvió salvaje, desesperado por conseguir la máxima velocidad y profundidad posible. El agua, nos daba oportunidad de ir cambiando de postura libremente, y que ella pudiera poner sus piernas a su antojo, para estar más cómoda.


Sus gritos, descontrolados, sin ningún tipo de pudor, me daban alas para intentar penetrarla aun más duro. No se quejaba, estaba completamente cachonda, y mi polla entraba libremente en su sexo. Yo, la cogía de las nalgas y apretaba contra mi, en un intento de llegar al final de aquel voraz coño. Exploraba su ano con los dedos, acercándome a su sexo, la cogía por las caderas, en un intento desesperado por dar mas fuerza a mis embestidas, o me perdía entre sus enorme pechos mordiendo aquellos pezones duros del tamaño de cerezas.


En un intento por controlar mejor el sexo, conseguí darle la vuelta y penetrarla por detrás. Ella apoyando la cabeza y los brazos fuera del jacuzzi, dejo que le abriera las piernas, flotando en el agua, y la penetrara profunda y salvajemente. No era suficiente, estaba como loco. Quería poder darle más potencia a mis golpes, poder controlar más mis embestidas, poder penetrarla más profundamente. Ella no perdía oportunidad para animarme con sus orgasmos.


- Joder, me estas destrozando. Dios que polla. Me corro, joder me corro mucho.


Yo sentía como se corría una y otra vez, tensando su cuerpo apretando su sexo. Acabe perdiendo el control sobre mi ritmo y sentí que descompensaba mis penetraciones. Estaba llegando a un orgasmo intenso y fuera de todo control, de aquellos que te chupan toda la energía a la vez que tu semen sale.


- ¿Te estas corriendo? - Dijo ella como en tono asustado.


- Me voy a correr... - Dije perdiendo ya el control de mis actos.


Rápidamente ella se salio, me empujo y cogió mi polla. Se la llevo a la boca y empezó a chupar. Me llevo hasta el borde contrario del Jacuzzi, sin sacar la polla de la boca, y sentándose en un peldaño se dedico a realizarme un oral intenso y rápido. El orgasmo llego al instante, impulsado por unas manos expertas y una boca tan voraz como su coño. En ningún momento soltó la polla, y eso que mi orgasmo estaba siendo tremendo y el semen seguramente abundante. Termine de correrme, pero ella no parecía dispuesta a soltarla. Me miraba y sonreía.


- Menuda cara de tonto se te ha quedado!


- Perdón. - Le dije. - No había pensado en avisarte cuando me corriese. No pensé en que no pudiera correrme dentro.


Ella miraba la polla, e iba chupando unas imperceptibles gotas de semen. Me sonreía, pero a la vez ponía esa cara de "tu eres tonto" que me ponía siempre.


- Cariño, tu te puedes correr donde quieras y las veces que quieras. - Volvió a chupármela.- El problema, es que si te corres dentro del agua, y sobre todo con esta corrida salvaje que has tenido, íbamos a estar hasta mañana limpiando semen. Con el Jacuzzi a máxima potencia y una corrida así, hubiera sido como participar los dos en un bukake en plan industrial.


Dejó ir mi polla y se puso a mi lado, pasando una de sus piernas por encima mio.


- Cuando abrimos, llego una pareja joven que se paso dos horas en el spa. Nada anormal, pero cuando por la noche vine a limpiar, me encontré el jacuzzi con restos blancos flotando en el agua. No tardé mucho en darme cuenta de lo que era, pero al darme cuenta, el cabreo que pille no te lo imaginas. Aquel chico debería ser un semental, o montaron una orgía con varios tíos. Estuvo el spa cerrado un día, y tuvimos que llamar a un técnico para cambiar los filtros.


- Que barbaridad, yo no creo que la hubiera liado tanto.


- Aunque sea solo un poquito. Te imaginas un grumo de semen por aquí flotando hoy? Nos pasaríamos la noche buscando restos, o arriesgándonos a que mi madre supiera que hemos hecho.... pues como comprenderás, hoy no hay muchas más parejas que puedan hacer marranadas así.


Se separó de mí y apoyo la espalda en el otro lado del jacuzzi, cerca de la escalera, y apagó uno de los motores. Se abrió de piernas, con una flexibilidad sorprendente y me enseñó su sexo rosado y abierto por el esfuerzo del polvo salvaje.


- Me has sorprendido, no me esperaba una polla así, me has dado caña de la buena, pero aun estoy salidisima. Me devuelves esa comida que te he echo?


- Y tanto- Le dije metiéndome entre sus muslos. - Estoy loco por poder comerme este coño.


Disfruté enormemente comiendo ese coño en el agua. Era cómodo, en ese momento la fuerza del agua ya no molestaba, y tenerla a ella flotando era ideal para poder dedicarme con todo el alma al trabajo solicitado. Recorrí todos los pliegues con intensidad, introduciendo mi lengua dentro. Tenia que controlar mis ansias de morder aquellos carnosos labios que tenia en la boca.


- Tu también la vas a liar al correrte? - Le dije con su clítoris en la boca y mirándola de reojo, viendo como se corria.


Recibí un manotazo en la cabeza como respuesta, obligándome con la mano a no separar mi boca de su sexo.


- Calla, comeee..,


Sentí en mi boca su enorme orgasmo, como se estremecía, y como se humedecía por dentro. Estábamos teniendo un polvo increíble.


Después de recuperar el aliento, abrazados, dejando que el agua nos masajeara, ella salió del agua, con la misma soltura y despreocupación que con la que había entrado. Entonces me di cuenta, que había estado ciego al no ver antes que me estaba pidiendo a gritos que me la follara desde hacia mucho. Seguí con la mirada sus preciosas y grandes curvas. Tenia un culo perfecto, no demasiado grande, con una forma perfecta para ser cogido con las manos y follárselo. Que ganas tenia de follármela de nuevo. Vi que se metía en la ducha, y no me lo pensé, me metí con ella bajo la ducha. Se llevo un pequeño susto, cuando la cogí por detrás por sorpresa, pero me recibió respondiendo a mis intensos besos.


- Quiero volver a follarte, ahora!!


- Jo que ímpetu, y yo que pensaba que eras un poco cortico.- Me cogió la polla con las manos.- Esta se porta súper bien, y le dejo que folle cuanto quiera.


No esperé más permisos, le di la vuelta, y la empotré contra la pared. Igual que antes, la polla entro con increíble facilidad, aunque quizás por ir tan rápido, el coño no estaba tan húmedo y me costo un poco ponerlo a tono. Pero tras unas pocas penetraciones todo empezó a funcionar con antes. La posición no era tan cómoda, bueno, realmente era incomoda, por la diferencia de altura, y la postura que tenia que adquirir yo para poder penetrarla. Pero poder cogerle de las nalgas, o de la cadera y poder moverla a mi antojo para follármela con ganas, era una autentica delicia. Ahora si podía controlar la penetración y meterla en profundidad, pero aun así no podía meterla como quería. Aquella mujer era de las que necesitabas follarte a lo clásico, usando todo tu peso para poder clavarle la polla hasta el final.


Jugando con su culo, descubrí un ano rosado, y apetecible. Ni me lo pensé, yo estaba demasiado ansioso, y ella demasiado pendiente de sus orgasmos. Le separé las nalgas puse la punta de mi polla en la entrada y apreté. Ella dio un respingo, apartándose al sentirla, y yo la empuje contra la pared para que no se escapara.


- Joder, eso se avisa. Cabrón!!


Parecía que no quisiera, pero enseguida se apoyo con la cara en la pared, y con una mano comenzó a masturbarse el coño. El culo parecía usado, y no era difícil penetrarla, pero yo ya había tenido demasiado sexo, y empezaba a tener la punta un poco irritada, por lo que me tome con más calma la penetración. Ella acompañaba mis gestos moviendo el culo sensualmente sin parar de frotar su clítoris con los dedos. Parecía estar teniendo un orgasmo largo intenso.


- Vale, vale vale!- dijo intentando retirarse. - Para.


Vi como se daba la vuelta y se tocaba como dolorida.


- Eres un cabrón.- Dijo soltándome un puñetazo en el pecho con todas su fuerzas. - Eso se avisa, joder, con esa polla no puedes ir por ahí aprovechante de que una esta cachonda para meterla a traición.


Por un momento pensé que se había enfadado de verdad, pero no tardé en darme cuenta que aquello, por nuevo y sorprendente, le había gustado lo suficiente como para querer seguir follando.


- Vamos, vístete que nos vamos a la habitación a ver si consigo vengarme un poco.


Era evidente que teníamos que vestirnos, no podíamos salir de allí con albornoz como hacían los clientes. Además, con el calentón, teníamos que fregar el agua que habíamos derramado, apagar todo y cerrar con llave para que nadie entrara de noche.


Cuando llegamos a nuestra zona de descanso, Inés no esperó a meterse en las habitaciones, y allí mismo contra la mesa se abalanzó contra mi y me cubrió de besos. Se desnudó completamente, quedándose ella sin nada de ropa y arrodillándose, sacó mi polla y empezó a comer.


- Loquita me tienes con esta polla. - Y se la metió en la boca.- Pero parece que está algo cansada. La quiero dura como antes.


Quise cogerla, sentarla en la mesa, y follármela allí mismo. Cumplir esa fantasía que tenia cada mañana al verla con ropa de pijama. Abrirla de piernas y metersela de pie, para luego correrme sobre ella como si fuera un aspersor. Pero la comida me estaba gustando mucho y no reaccione, se me adelantó ella.


- Vamos a mi habitación. Quiero acabar con esto, que se nos hace tarde.


Nos metimos los dos desnudos bajo la manta. Ella riendo, se puso sobre mí, hizo una especie de tienda de campaña con la manta y bajó asta mi polla para continuar comiendo. Yo no aguantaría mucho esa comida, sus manos eran una pasada, y la comía como si no le importara volver a tragar semen. Sentí que ella misma se estaba masturbando.


- No se como lo haces, pero me pones cachondisima.- Se había sentado sobre mi polla e intentaba metersela.


- Creo que de momento no he hecho nada malo.


- Sí, no darme más caña. - Dijo gimiendo mientras entraba hasta el fondo.


Más que entrar, resbaló, en un coño húmedo y muy abierto ya. Le sujeté las nalgas y me dispuse a follármela yo en vez de dejar que lo hiciera ella. Entre 3 veces despacio y empecé a realizar gestos más rápidos y violentos. Vi que ella gritaba con todas sus energías y caía sobre mi.


- No se como lo consigues, ya me he corridooooo!!


No paré, no dejé que aquel orgasmo se acabara rápido, me la follé tan rápido como la postura me permitía, y conseguí efectivamente que volviera a correrse en un orgasmo múltiple solapado uno a otro. Ella me mordía en el hombro con desesperación, mientras intentaba no gritar tan fuerte. Yo me volvia loco al sentir como mi polla se inundaba de sus fluidos por la corrida.


- Rápido, ponte encima y acaba, que no puedo más.- Dijo dándose la vuelta y abriendo mucho las piernas.


Me puse encima, y apunté mi polla mientras le comía los duros pezones. Los primeros compases de la penetración, lenta, los realicé mientras le comía las tetas, luego me recoloqué y de un solo movimiento la introducí hasta el fondo, dejando caer todo mi peso sobre las caderas. Sentí como si una puerta se abriera, y una nueva zona inexplorada estuviera ahora disponible para mi. Me quedé allí en el fondo, moviéndola tan rápido como me permitía la posición sin sacarla mucho de aquel hueco que había encontrado. Luego progresivamente, fui haciendo la penetración de mayor recorrido hasta que se convirtió en algo salvaje en el que la polla salia casi por completo y entraba hasta el final de un solo golpe. Intentaba ir al máximo de potencia, todo lo rápido que podía. Mi cuerpo ya no respondía y sentía que el orgasmo era inminente


y se apoderaba de mi mente y de mi cuerpo. Mis movimientos comenzaron a ser erráticos, descordinados. Intentaba seguir metiendola, pero ya no era capaz, había perdido completamente la razón y mi mente era todo orgasmo y gritos de placer de ella.


- Me corro, me corro mucho.- Le dije como pude al oído.


- SI!! - Gritó ella.- Correte dentroooooo!!


Ella me ayudaba con las manos en el culo, apretándome contra su cuerpo y marcando el ritmo para que no lo perdiera, a la vez que movía sus caderas, con las piernas levantadas y muy abiertas, para que mi polla llegara a lo más profundo de su ser.


El orgasmo fue intenso y violento, y vino acompañado con una descarga de endorfinas que bloqueo mi cuerpo al instante. Ella se corrió conmigo de pura excitación al sentir mi semen dentro. Caí rendido sobre ella mientras intentaba inútilmente alargar aquella penetración, ella movía sus caderas, intentando extraer hasta la ultima gota de mi semen.


Nos quedamos los dos así, con nuestros sexos unidos. Yo intentando no dejar mi peso sobre ella, pero intentando recobrar el aliento. Nos estábamos adormeciendo. Me retiré, y sentí como salia el semen, todo estaba empapado, de sudor y de fluidos. Me puse a su lado y enseguida ella me puso una de sus piernas encima, y me chafó con sus pechos abrazándome.


- Que sepas que me has destrozado.- Dijo en voz baja.- Mañana me va a doler el coño.


No volvió a decir nada, nos estábamos quedando dormidos. La luz estaba encendida, y toda la ropa tirada en el comedor. Daba igual, estábamos en la gloria, y no queríamos movernos. Estuvimos así dormidos lo que podría ser media hora. Me desperté cuando sentí que se movía. Vi que se levantaba y se ponía las bragitas. Pensé que la fiesta se había acabado y me incorporé dispuesto a irme a mi habitación.


- No te muevas.- Apagó la luz y se metió en la cama abrazándome de nuevo. Volví a sentir sus pechos contra mi. - Me gustaría que durmieras ahora siempre conmigo.


- Si tu madre se entera se montará un buen lio. No dejamos de ser primos.


- Bueno, no tiene porque enterarse.


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