DAME UN MINUTO
Espera, dejo atrás mi pudor, mi conciencia y lamentaciones. En el momento en que cruce esta puerta, me permitiré disfrutar contigo cada minuto sin reproche alguno.
Espera, dejo atrás el qué dirán y me permito gozar de este encuentro que muchas veces tuve en mi cabeza y hoy me arriesgo a vivir.
Espera un momento, doy alto a mi nerviosismo. No es lo que quiero mostrarte. Déjame deshacer los miedos que abruman mis pensamientos para dar rienda suelta a tus fantasías y envolverme en tus locuras.
Espera un instante, guardo este momento en mi memoria, desnuda mi alma y aduéñate de mi cuerpo que siempre te ha pertenecido cuando mis manos han jugado a ser las tuyas regalándome noches de insomnio llenas de desenfreno.
Espera, vivamos este encuentro que estaba destinado a suceder donde nuestros cuerpos reclaman ser acechados con la única intención de regalarnos un mágico momento.
Espera, deja la prisa, da calma a tu ansiedad, déjame disfrutar el roce de tu lengua en mi cuello, cómo tus manos se aferran a mi cabello trenzado y cómo mi cuerpo empieza a dejar señales de lo mucho que disfruta cada paso que das.
La espera de mi cuerpo ambicioso por sentirte por fin hoy llega a su fin. Mis senos están totalmente endurecidos por la humedad de tu lengua, mis caderas toman vida propia y danzan sin pudor, solo deseosas de sentir tu pelvis y la humedad que desprende de tu lujuria dura y palpitante.
La espera ha terminado y solo contemplo mi reflejo en la mesa, mientras tus manos pasan por mi espalda y abren mis nalgas y la punta de tu mástil da ingreso al laberinto de mis pasiones e intensamente haces el mismo recorrido para hacerme saber que estás ahí, adueñándote de mí.
Mis sentidos y emociones se apoderan de mi ser. Me llevas a viajar con tus jadeos y cómo gritas mi nombre. Espera, dame un minuto para volver a tierra y disfrutar del aroma de esperma liberada y sexo delicioso y así continuar con nuestro siguiente danzar, porque hoy el tiempo será nuestro mejor aliado.