EL AMOR
El amor no conoce colores ni razas; tú, mujer, no sabes cuánto me encantas. Tu presencia es un resplandor que atraviesa los ventanales de mi rostro y esa luz ilumina la sombra fría que se encuentra dentro de mi alma.
Es tu bello rostro el que quiero ver al despertar. Eres tú el calor y la alegría que me hacen falta, falta como el café negro de cada mañana, me regalas esa vital energía que necesito para enfrentar cada día. Eres precisamente tú a quien deseo abrazar al caer la noche, para contemplar cómo duermes plácidamente y así, muy juntos, dar por terminado nuestro día.
Eres con quien anhelo recorrer el camino que resta de mi vida, y solo eres tú a quien buscaría, vida mía. Eres tú, mi bella flor, y a pesar de contemplar los bellos jardines que nos regaló el creador, es tu bello color, tu deliciosa fragancia y tu delicadeza, rosa mía, por lo que apuesto a cuidarte y regarte el resto de mis días.
Tus palabras me transportan a otra galaxia en la que tus besos y caricias son alimento para mi alma, eres tú la que me hace perderme de este mundo loco; eres tú la curita de mi corazón. Pide lo que quieras, reina mía, que por ti soy aquel guerrero que batalla y emprende la guerra por resguardar nuestra bella historia, y solo con un murmullo de tu linda voz completamente me desarmas, permitiéndote verme sin escudos ni caretas, permitiendo que veas mis cicatrices, mis heridas, permitiéndote ver quién soy.
Toma fuertemente mi mano, no temas que no te dejaré caer; Por ti me transformo de guerrero a artista, tú mi musa y perfecta obra de arte, tu cuerpo instrumento para tocar, lienzo para pintar y tu mente el mejor libro en el que este autor sus letras va plasmar para así divagar en sublime senda de amor, belleza, perfección y pasión.