Voy a hablar sobre mi cabello para romper el hielo
Cabellos que antes encontraba atados al cepillo,
permanecen ahora en la humedad de la ducha,
adheridos a las paredes, enredados sobre el suelo
divorciados del agua y hambrientos de familia
El más reciente sacrificio de rutina;
diecisiete cabellos removidos trás un tirón,
a causa del cepillado nervioso y asfixiante,
en busca del liso perfecto y de una madre
que no abandone ni se desprenda fácilmente,
que no se olvide el aceite de argán
en la repisa del supermercado.
Cabellos frágiles con identidades acusadas
aprobados por el sistema de la higiene mental
de la imagen personal, del dolor circunstancialÂ
de los cambios postraumáticos y finales de capĂtulos
Como hijos con sĂndromes extraños,
condicionados a crecer fieles al folĂculo,
pacientes al calor y dispuestos a alejarse
entre las cerdas de mi artefacto.