Cabellos que antes encontraba atados al cepillo, permanecen ahora en la humedad de la ducha, adheridos a las paredes, enredados sobre el suelo divorciados del agua y hambrientos de familia El más reciente sacrificio de rutina; diecisiete cabellos removidos trás un tirĂłn, a causa del cepillado nervioso y asfixiante, en busca del liso perfecto y de una madre que no abandone ni se desprenda fácilmente, que no se olvide el aceite de argán en la repisa del supermercado. Cabellos frágiles con identidades acusadas aprobados por el sistema de la higiene mental de la imagen personal, del dolor circunstancial de los cambios postraumáticos y finales de capĂtulos Como hijos con sĂndromes extraños, condicionados a crecer fieles...