November 26, 2020

26.11.20

No sé si cada vez es más difícil o es la misma situación continuada a lo largo del tiempo lo que me hace sentir agotado. No sé cómo ajustar (permanentemente) algunas cuestiones domésticas sencillísimas, como que les demás habitantes de la casa aprendan a respetar lo que no es, en primera instancia, suyo, como el azúcar que compro para los operarios y que, en apenas dos días, se acabó porque terminó, pienso, en la kombucha de Ornella. O los almohadones olvidados en el balcón. No sé, esta gente no pone atención y ta… siento que me enveneno inútilmente. ¿Cómo operar un cambio? ¿Qué clase de cambio deseo? ¿El deseo, en sí mismo, me limita? Sueño con encontrar una opción laboral que no implique tanta responsabilidad como aquí. Alguna ruta. Algo que, además, me haga sentir más en sintonía con lo que sueño, que es escribir. Me gustaría, por ejemplo, obtener un laburo en La Diaria, pero siento que mi nombre ahí quedó manchado de alguna forma. Quiero optar por una vida más tranquila. No tener el compromiso de vivir con muchas personas. Estar con alguien que me quiera y me cuide. Que mi casa huela bien, que mi cuerpo huela bien. Que un hombre me abrace y todo esté bien. Leer textos que me llenen de conocimiento. Crear obras maravillosas. Respirar y ser feliz. Quiero entregarme a una vida que me permita escapar de estas emociones nocivas, como el rencor y el enojo. ¿Qué camino tomar? Eckhart sugiere la aceptación del momento presente. Una total rendición al ahora. Y ello, entiendo, implica asumir incluso mi propia falibilidad, mi enojo, lo que soy. No asumir que soy un tipo infalible ni perfecto ni la vara con la que ha de medirse el mundo.