Hombres de negocios
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Leire que era la hija de un hombre de negocios había comenzado a follar con la hija de su socio y este en venganza logra dominarla y empieza el proceso de adiestramiento follándola duramente y haciendo que la usen y follen
D. Antonio tenía un concepto de los negocios un tanto subjetivo. Aunque procuraba cumplir la legalidad, siempre la bordeaba en las formas con sus emplead@s. Celebraba su cumpleaños con todos sus amigos y amigas, la familia en su finca en el campo. Una estructura de piedra con un gran y extenso jardín. Estaban todos también su amigo y socio Juan. Un hombre en la setentena fibrado y enjuto, pero con una mirada dura y glacial.
Juan con una copa del mejor champagne en la mano se acercó a Leire la rubia hija de su socio y le dijo por lo bajo.
Vamos al despacho de tu padre, tengo que hablar contigo. ---- dijo con su habitual forma exhortativa y dura.
Leire le siguió. Tenía curiosidad por saber que deseaba el socio de su padre. Era un hombre displicente, pero se llevaba bien con él. El hombre pasó la puerta del despacho y cerró tras entrar Leire.
Tú quien cojones te crees para follarte a mi hija---- dijo por toda presentación Juan.
Leire se quedó helada y no podía más que balbucear.
¿Yo que?, no he tenido sexo con Nuria nunca. ---- respondió Leire.
Juan se acercó cogiéndola con fuerza de la mandíbula y escupiéndola la dijo:
No eres más que una zorra mentirosa. Crees que si no lo supiera con certeza no te lo diría. Ella se tiene que casar con un hombre que traerá beneficios para la empresa donde tú trabajas y que es de tu padre y mía. ---- respondió Juan.
Juan sacó, tras apoyar la copa en la mesa del despacho, un teléfono de esos que despliegan y abriéndolo empezó a pulsar la pantalla hasta que se vio un video donde se veía a las dos jóvenes besarse apasionadamente, acariciarse para después la hija de Juan azotar a Leire para seguidamente y con un strapon follarla. No había dudas. Juan se había hecho con uno de los últimos vídeos. No sabía como. Leire en lugar de sentir miedo sentía curiosidad y una creciente excitación.
Te estarás preguntando como me hice con el vídeo y te lo voy a contar. En mi casa tengo un sistema de cámaras para la seguridad donde, uno para el exterior que controlan los guardas que tengo contratados y otro para el interior al que solo puedo acceder yo y que se puede visualizar o desde mi despacho o desde cualquiera de los monitores o tv inteligentes de la casa que están conectadas a un servidor. Un día, tu amiga debía de tener una calentura muy grande porque volcó vuestro vídeo en el servidor y se sentó en la gran tv del salón para verla mientras se masturbaba. Los gemidos me alertaron y fui a la sala y la vi y supe lo que pasaba. Fui a mi despacho y ví que el vídeo estaba en el servidor. Luego la llamé y la pregunté y me contó que eres su sumisa pero también me contó que se folla a tu padre y que él la Domina. ¿Desde cuando eres sumisa? ¿Que grado de sumisión aceptarías?
Juan, interpretas que porque follo con tu hija no solo voy a follar contigo, sino que voy a ser tu sumisa. Tú sueñas, además que diría mi padre si supiera que soy de tu propiedad. ---- respondió Leire.
Que hay posibilidades que te folle y seas mi sumisa lo sabe y tengo carta blanca. Ya sabes que tu padre tiene pocos escrúpulos----- respondió Juan.
Leire, por una parte, sintió terror, pero por otra se excitó, su sexo se empezó a humedecer y en esas estaba cuando Juan sacó de un bolsillo el contrato que Leire había firmado con su hija. Ahora el sexo de Leire ya era un charco, pero ponía cara de póker ya que Juan era socio de su padre y no quería fastidiarlo.
¿Si acepto y firmo que hago con Nuria? ----- preguntó Leire.
Con Nuria, aunque llegues a ser mi sumisa y luego mi esclava podrás hacer lo que desees, lo mismo que con cualquiera que desees follar si primero me lo consultas y yo te lo autorizo. Se todo lo que firmaste y lo que hablasteis. Nuria es esclava de tu padre. Si aceptas bájate las braguitas y firma el contrato. ---- ordenó Juan.
Leire le miró y dudó. Llevaba un vestido rojo casi hasta los pies. Dejó la copa de champagne en la mesa y comenzó a bajarse las braguitas. Cuando lo hizo del todo se las dio a Juan y firmó el contrato en todas las hojas y, de improviso Juan la cogió y la puso contra la mesa. La levantó el vestido como pudo y sacándose la polla se la metió. Comenzó a follarla de forma brusca y abrupta hasta que estando a punto de eyacular se la sacó y la hizo arrodillar corriéndose en la cara de Leire.
Luego solo le dejó quitárselo ligeramente con un pañuelo de papel dejando restos en su cara y la hizo salir a la fiesta así indicándola que sería citada próximamente. Sus vidas transcurrieron con normalidad hasta que Leire recibió un mensaje:
Preséntate a las 08:00 de mañana, no te preocupes por el trabajo ni por Nuria, todo está preparado, en el dique A2 del puerto, verás un buque el “Reina Aurora”. Sube a bordo y espera. No lleves equipaje salvo que necesites alguna medicación, gafas, lentes de contacto o similar.
Lo que no esperaba Leire es que Nuria la fuera a buscar a casa a las 7 de la mañana. Cuando Nuria vio al padre de Leire saludó con una reverencia, pero hoy no era el día para someterse, sino que su misión era otra. Montaron en el coche y Nuria condujo hasta el puerto y allí al muelle indicado. Leire salió del coche y subió al barco por la pasarela. Solo vigilaba un guardia de seguridad en el muelle.
Llegó al barco y se identificó, pero le dijeron que no hacía falta que ya sabían quién era. La indicaron que fuera a proa, pero la engañaron un poco porque le hicieron ir por el medio de la cubierta y cuando llevaba caminados unos veinte metros el suelo se abrió bajo sus pies y cayó en una cantidad inmensa de grano.
Estaba completamente inmovilizada, Por una pasarela central le fue extendido un palo que sujetó mientras otro hombre le extendió una larga pértiga que terminaba en un lazo metálico con el que rodeó su cuello. Entre los dos hombres la sacaron del grano y la arrancaron la ropa dejándola desnuda.
La cogieron entre varios. Marineros es no gran estatura que la llevaron donde su jefe. Un hombre de ébano de gran altura que la cogió del pelo y con una máquina comenzó a quitarle todo el pelo de la cabeza para luego dejar que los marineros la tirasen sobre unos toldos y la follasen uno de tras de otro para terminar orinándola.
Después de eso la inmovilizaron en una viga metálica vertical donde la limpiaron con agua fría. Había sido follada por el coño por el Amo Juan y por esa media docena de marineros. La condujeron a un camarote a oscuras donde la echaron a una especie de catre. Pasaron un par de horas que le parecieron días cuando se abrió la puerta. Allí con los brazos cruzados al pecho, un hombre de piel de ébano musculado y con una cicatriz en su mejilla derecha y una mancha blanca en el ojo derecho.
Por un gesto instintivo, aunque ella estaba por propia voluntad allí y había disfrutado mucho con los marineros, se levantó, pero el hombre en dos zancadas la alcanzó y le lanzó contra el colchón tumbándose encima y poniéndola boca abajo. Se sacó la polla que estaba dura como el acero y la sodomizó. La dio primero profundamente pero suave para no dañarla. Luego la folló de forma salvaje hasta eyacular en su recto.
Ahora la levantó. Colocó unas esposas en sus muñecas y otras en los tobillos que solo le permitían caminar. La condujo al puente de mando donde estaba el capitán y los oficiales y su Amo, el socio de su padre que al verla llegar la cogió de su barbilla y acercando su boca a ella, cuando Leire creía que la iba a besar la escupió para luego morderla un pecho. Luego la señaló una cámara que estaba grabando todo y la llevó a una mesa a un lado donde en un portátil la enseñó por una parte la sesión de castigo que estaba recibiendo Nuria por no avisar que se follaba a Leire y por otro lado a su padre que la observaba y que la preguntó si estaba disfrutando y que, si no, con solo decirlo todo se detendría.
No, papi. La estoy gozando. Antes cuando me han follado los seis marineros me he corrido un par de veces.
Me alegro. Vas a volver perfectamente adiestrada.
Ahora Juan hizo un gesto al hombre que la conducía y este la condujo a la enfermería del barco, donde primero se duchó y limpió por dentro y por fuera y luego fue sentada en una silla donde fue nuevamente inmovilizada. Leire era una rubia de cerca de 1,70 con unos pechos medianos rematados por dos pezones que por su color casi se disimulaba con la piel del pecho. El pubis le fue completamente rasurado, cualquier vello de su cuerpo eliminado. La iban a anillar, pero decidieron que no que sería más adelante. Pero en la parte alta del pubis le fue colocado un pequeño tatuaje con unos números.
Fue llevada a la parte superior de la zona de carga donde fue recluida en una jaula de 1x1x2 metros de alto donde fue introducida desnuda y atada a los barrotes de pie y con las piernas abiertas. Durante el viaje fue en esa jaula. Situaron la jaula a una altura de 5 metros por encima de una zona donde en la parte inferior no había ni carga ni nada preciado ya que Leire si quería orinar se lo tenía que hacer encima. Para aguas mayores, era bajada una vez al día y conducida a un baño con un agujero en el suelo para hacerlo y volver luego a la jaula.
La travesía duró una semana en la que los dolores musculares fueron en aumento por la tensión sufrida. Al llegar a destino fue bajada del barco e introducida en la parte trasera de una pick-up llevada a través de la selva a un pequeño poblado donde la encerraron en una cabaña austera sin muebles y con un agujero en una esquina. A un extremo unieron una cadena que le fue atada a un collar de hierro basto en el cuello.
Su Amo fue a visitarla. Vestía con una guayabera y un sombrero panamá. La soltó del cuello y la ató en mitad de la cabaña pasando la cuerda por encima de la viga del techo y con un látigo largo la azotó. Previamente había situado una webcam a un lado donde transmitía todo y lo grababa. Fue castigada con 40 azotes en lotes de 5 y de intensidad creciente.
Tras ser aplicado el castigo y dejándola colgada por las muñecas alguien tocó en la puerta y Amo Juan dio permiso para que entrasen y entró una mujer asiática con un traje rojo que se acercó a la chica. Pasó su dedo índice con una gran uña por su cara. Luego con la mano derecha abrió su boca y con otro dedo repasó sus dientes y revisó sui boca. Apretó sus pechos antes de retorcer los pezones. Descendió hasta llegar a su coño y ahí sin miramientos introdujo su dedo, el de la uña, en su vagina poseyéndola. Luego palpó sus nalgas, las cuales parecían besarse entre ellas y las abrió aprovechando Amo Juan para colocándose en su espalda y cogiéndola de los hombros penetrarla analmente. Como todos los polvos eran bruscos y rápidos hasta eyacular dentro.
Bravo Leire, lo estás haciendo de lujo----- se oyó a través del portátil donde estaba conectada la webcam, Nuria.
La Ama oriental felicitó a Juan por la sumisa que tenía. Luego la soltaron a la chica y la puso a gatas con la cabeza sobre la paja y la mujer colocándose un strapon la penetró hasta la Ama tener su orgasmo dejando a la chica tumbada y atada con su collar y la cadena.