June 6, 2022

En clases de matemáticas

  • Tiempo estimado de lectura: [ 4 min. ]
  • La clase más aburrida, y la que nadie se quiere topar, nunca me imaginaria que terminaría siendo la mas placentera.

Como odio las matemáticas, los números y yo no somos los mejores amigos que digamos, son importantes en la vida, pero aburridos. Pero aun asi debía ver esa condenada materia, en la universidad no es como en el colegio, aquí no se puede recuperar, pierdes un área y te puedes terminar tirando el semestre. Así que quiera o no tenía que asistir a esa aburrida clase, y más porque mi papà ha gastado mucho dinero en esta carrera, pero el profesor Antonio no colaboraba, cada dia se esforzaba más en ser el profesor más aburrido.

Lo bueno era que solo era una hora, y podía distraer mi mente en otras cosas para matar el tiempo, escribir el nombre de mis amigas en la parte trasera de los cuadernos, dibujar penes, o mirar otras cosas que sean más entretenidas que esa maldita clase. Por ejemplo, Juan Pablo, que aparte de ser inteligente era muy lindo.

El si no era para nada aburrido, blanquito, ojos color miel, cabello corto y negro, unos sensuales labios provocativos, y ni para que hablar de ese cuerpo. A pesar de ser considerado nerd, tiene un cuerpo bien marcado por el gimnasio, y ni hablar de esos brazotes.

He tenido muchos novios, muchos amigos con derechos, y muchos amantes, me he acostado con todo tipo de hombres y mujeres. Pero ninguno como Juanpa, era mi fantasía sexual, me sueño con tenerlo en mi cama, deseo estar arrodillada mamándosela.

Comienzo a sentir el calor recorriendo todo mi cuerpo, y no precisamente por el clima, si no por mi deseo sexual. Las piernas me comienzan a temblar, me empiezo a agitar mientras lo miro atentamente, muerdo mis labios y suelto pequeños gemiditos, la vagina me comienza a picar, y de manera involuntaria abro mis piernas hacia los lados.

Me doy pequeñas palmaditas en mi vagina por encima del pantalón, diciéndole que se calme, que no es el momento, paso mi mano lentamente de arriba hacia abajo, la masajeo formando pequeños circulitos con mi dedo pulgar atravez de ella.

Bajo la cremallera de mi pantalón, paso mi dedo índice de arriba hacia abajo por toda mi húmeda tanguita. Acompaño a ese dedo pasando otro dedito, muevo esos dos deditos suavemente por encima de la rajita de mi tanga. De arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, cambio a mi dedo pulgar para moverlo de formar circular en todo el centro.

Corro un poco mi tanga hacia un lado, y comienzo a acariciar mi vagina, meto uno de mis deditos en todo el clítoris, meto y saco de manera lenta, para ese entonces ya estaba muy excitada. Voy aumentando el ritmo, metiendo y sacando muy rápido de mi clítoris.

Desabrocho mi pantalón y lo bajo un poquito, bajo también mi tanguita y le doy palmaditas a mi vagina. Meto tres dedos de forma muy rápida, meto y saco de mi vagina, los vuelvo a meter, los vuelvo a sacar, y asi sucesivamente de forma rápida.

Tenía los pezones muy duros, y mi vagina estaba demasiado húmeda, me imaginaba en un motel, a Juan Pablo sentado en la orilla de la cama completamente desnudo. Y yo desnuda en el suelo mamándole esa vergota que se debe de mandar, lamiéndole el tronco, y tragándome esos huevotes por completo.

Como seria de rico estar en la cama a cuatro patas para él, y ser completamente empotrada. Que mientras me agarra duro del cabello me rompa el culo con demasiada fuerza y me de muchas cachetadas.

Tragarme su semen, limpiarlo, besarle los huevitos. Besar su cuerpo, sus pectorales, que me haga venir muchas veces, y yo hacerlo correr mucho.

Imaginarme todas esas cosas me tenían al 100, en cualquier momento me iba a venir, cuando fantaseo de esa forma no me demoro mucho en venirme. Y que alivio para mi escuchar el timbre de la salida, porque estaba que estallaba.

Me subí mi tanga, subí mi pantalón, subí la cremallera y me lo abroché. Salí corriendo hacia el baño de las mujeres, como si estuviera que me orinara, tenía prisa, pero por seguir consintiéndome. En camino al baño casi me estrello en los pasillos con mi mejor amiga.

-Hola Hannah, ¿qué pasa?

-Hola Dassy, lo siento tengo prisa.

- ¿Qué te pasa pues?

Le puse a oler mis dedos mojados y sigo corriendo hacia el baño. Ella se ríe y yo sigo mi camino, así que entre al baño de mujeres y me encerré en la primera cabina que vi.

Cerré bien la puerta, me quité las zapatillas, las medias, el pantalón y mi tanga. Puse toda mi ropa en un rincón del baño en donde estaba encerrada, me senté en el suelo, abrí mis piernas y comencé a masturbarme.

Esta vez ya estaba más relajada, asi que me metía tres dedos de una en todo el clítoris, metía y sacaba muy duro y de forma rápida. Ya habían salido casi todos, así que podía gemir de manera natural, y yo que de por si gimo como perra cando estoy arrecha.

Me quito la blusa y la tiro a un lado, me quito el brasier y agarro mis tetas, que son bastante grandes. Las junto y las separo, las subo y las bajo, las llevo al centro y las apretó mientras gimo muy duro como una puta.

Me levanto del suelo y me hago contra la pared, meto dos dedos muy rápido y duro en mi vagina. Con mi otra mano introduzco dos dedos en mi culito, meto y saco esos cuatro dedos muy rápido, dos en la cuca, y dos en mi culo.

Ya no lo podía soportar, iba a estallar, gemía muy duro, la excitación estaba al límite, asi que me hice con mucha fuerza. Lamia y chupaba la pared mientras me metía los dedos muy duro, estaba a punto, así que me di dedo lo más duro y rápido posible.

Estaba dándome dedo tan duro y rápido, hasta que comencé a chorrear muchos fluidos que salían dentro de mi hacia el suelo. Acababa de tener el squirting más rico y delicioso.

Mis fluidos estaban por todas partes, en el suelo, en la puerta del baño, en mis nalgas y mis piernas. Me saque los dedos de mi vagina y me los chupe toditos, camino hacia la puerta y la lamo.

Ya había quedado satisfecha, había calmado mis ganitas, ahora si me podría ir a casa tranquilita, o al menos eso creía. Me vestí y salí del baño en donde estaba encerrada, y hay estaba parado un chico, que parece ser que escucho todos mis gemidos. Le sonríe, me acerque a él y le agarre la verga por encima del pantalón, nos fuimos juntos, pero esa será una historia para otra ocasión.