Mi prima
Fantasía en honor de katerinne , de 22 años al despertar en la cama juntos..
Alexa es mi amante. Yo tengo 28 años y ella 29 Con cierta frecuencia mi esposa Katy se queda con su mamá y algunas veces la acompaña a visitar a su familia en Puebla y me quedo solo algunos días, entonces aprovecho para invitar a mi amante y tener con quién coger. En ocasiones trae a su hija Katerinne Ella tiene 22 años, como de 1:50 de estatura, delgada, blanca, de cabello claro, ojos también castaño claro, bonita pues.
Este fin de semana se quedaron a dormir en mi casa. Aunque yo le había dicho a Alexa que era mejor que katerinne se quedara en el sofá cama del estudio, por la noche como nos habíamos tomado varios tequilas, ya no me acordé de insistir y de nuevo dormimos los tres en mi cama. Alexa en medio y a los lados katerinne y yo. Ellas en pijama y yo con playera y calzón.
Por la mañana, siento cuando Alexa se levanta y yo quiero seguir durmiendo. Sale de la habitación, seguramente va a lavar los trastos del día anterior, y quizás a darle una limpiada a la cocina y a arreglar el comedor. La habitación está en el tercer nivel y la cocina en la planta baja.
Poco a poco, empiezo a fantasear. Katerinne duerme, acostada un poco de lado, yo también, orientados cada quien hacia afuera de la cama. Entonces se me ocurre sentir su cuerpo y, como por casualidad, me muevo así de lado para que mi nalga toque su caderaa.
Su respiración parece variar un poco, pero enseguida se normaliza. Sigue dormida. Me quedo así un momento y luego, también como por casualidad, muevo mi mano para tocar con la punta de los dedos su cintura.
El roce es muy leve, pero su respiración varía. Está despertando. Yo finjo dormir, no me muevo. Ella también se queda quieta, pero ya no se oye la respiración profunda. Sí despertó. Algo estupendo es que no se aparta. Parece estar evaluando la situación.
De repente, percibo un movimiento muy leve, parece que ha movido su mano derecha hacia su cadera. Y enseguida el movimiento, aunque delicado, se torna constante. ¡Se está acariciando! Y lo mejor es que no se separa de mí.
Ya me excitó. Sigo fingiendo que aún duermo, pero de nuevo, como involuntariamente, empujo un poquito más mi nalga hacia ella. Detiene su movimiento, pero enseguida lo reanuda un poco más firmemente. No hay duda, sí desea el juego. Luego, siento cómo mueve muy despacio la otra mano y la acerca a mi muslo. Lo toca delicadamente, palpando mis pelos. La sube un poco y toca el borde de mi calzón mientras sigue acariciándose. ¡Si quiere, sí quiere!
Le digo en voz muy bajita para no espantarla: ¿te ayudo?… ¿quieres que te ayude?
Se detiene. Me voy la vuelta para quedar boca arriba, abro los ojos y la miro. Ella me ve un poco espantada, sin responder, pero también con ojos de calentura. No espero su respuesta. La abrazo así de lado. Pongo mi mano en su pecho y como no me rechaza, la bajo recorriendo su abdomen y la pongo encima de su pijama, a la altura de su pubis.
Deja ayudarte (le digo).
Sale de su silencio y me dice un poco titubeante: pero… mi mamá…
No la dejo continuar. No te preocupes (le digo suavemente), se va a tardar… pronto… a ver…
Hago a un lado las cobijas y la miro en su pijama. Ella me ve el bulto y pasa saliva. Álzate el saco (le digo), a ver…
Me obedece, no trae brasier y me muestra sus pechitos, pquñs pero ya con forma, con pezones Ohhhh (le digo), qué lindos, qué lindos…
La abrazo y enseguida le lamo los pezones y me pongo a chuparlos. Se le ponen duros de inmediato. Suspira al tiempo que yo, sin dejar de mamárselos, bajo mi mano hacia su cintura y se la acaricio, lo mismo que sus nalguitas, por encima del pijama.
A ver (le digo de nuevo), bájatelo…
Nuevamente obedece, se baja el pantalón mostrándome su calzón de algodón color lila.
Bájatelo… (le insisto con un jadeo). Y ella me complace. Se baja el calzón dejándome ver su bellísimo coñito. Ya tiene , no tiene aún el triángulo completo, pero se le ven muy bonitos, medio güeritos. Yo estoy que me quemo.
Enséñame cómo te haces…, enséñame… (le pido)
Sin hacerse del rogar, comienza a acariciarse, pasando toda la mano por su almeja y tocándose arriba, en la entrada. No puedo más, así que me acomodo y acerco mi cara a su coño. Ahoga un quejido cuando saco la lengua y comienzo a chuparla. La mamo mientras le bajo completamente el calzón y el pantalón del pijama, hasta quitárselos. Ella comprende y abre las piernas para que me la pueda comer con más comodidad.
Paso mi lengua por toda su pucha varias veces, tiene los labios algo hinchados y se le han empezado a poner cafecitos. Se la abro y vuelvo a lamerla, la tiene mojada. Luego le aplico saliva a la parte superior, donde su coño responde. Me pongo a lengüetear el precioso clítoris y ella jadea y jadea.
Que rico sabe (le digo en voz baja), qué rica estás, te sabe a miel…
Katerinne no para de suspirar. Cierra los ojos gozando la mamada que le estoy dando, en tanto que yo mantengo su raja abierta y la lengüeteo con paciencia. Sujeto su cadera y mordisqueo delicadamente sus labios hinchados. Vuelvo a lamérselos, de nuevo los abro y otra vez me pongo a chupar y sorber su coño
Me toma suavemente por las orejas y me atrae más. Sus suspiros se vuelven más profundos y comienza a gemir suavecito mientras se acaricia y pellizca los pezones.
Murmura: Siiiiiiii…., siiiiiii…., siiiiii….
¿Te gusta?… (le pregunto en voz baja y chupo con más fuerza su pequeño botón que está bien duro)
Siiiii…., (responde con un jadeo) máaaas…, máaaas…
No hables fuerte…, no gimas fuerte porque te puede oír tu mamá (le ordeno en voz baja). Pero la complazco aumentando la velocidad y fuerza de mis lengüetazos.
Vente (le digo)…, suéltate…, vente…, ya sabes…, vente… ya sabes venirte…
Siiií…, chúpame…, asiiií, pronto…, siiiiií… (murmura entrecortadamente)
Vente (le insisto)…, vente… (le froto la pepa en círculos con mi dedo índice, mientras sigo lamiendo toda su pucha)
De pronto estira fuerte los pies y jadea intensamente. Acaba de alcanzar un exquisito orgasmo, pero yo no dejo de mamar. Quiero que se prolongue su placer.
Mueve la cadera a un lado y otro, abre más las piernas y luego las cierra, ya no puede más y me sujeta por el cabello para separarme de su coño.
Me aparto y la contemplo en su éxtasis. Jadea y está ruborizada. Gozó como puta la chaqueta de boca que le hice. Se ve preciosa encuerada. Yo tengo la verga durísima. Si me toco me voy a correr de inmediato.
En eso escuchamos ruido en la escalera. Es Alexa que viene subiendo.
Tu mamá (le digo en voz baja mientras le doy su pantalón para que se lo ponga de prisa) hazte la dormida…
No le da tiempo de vestirse, tapa el pantalón con las cobijas donde también quedó su calzón. Se acomoda rápido el saco del pijama y se tapa acostándose de lado. Yo hago lo propio acomodándome alejado de ella y tapándome también.
Se oye la puerta al abrirse. Ambos fingimos dormir, respirando fuerte y rítmicamente. Alexa se acerca a la cama y dice en voz baja: Ivone, ya despierta…, ya es tarde…, hay que desayunar, levántate.
La nena hace como que apenas está despertando y le contesta con pereza: nomás otro ratito, todavía tengo sueño.
Diez minutos (replica Alexa), te espero en la cocina.
Sale de la recámara cerrando de nuevo la puerta y yo de inmediato abro los ojos y me giro hacia ella sonriendo.
¿Qué te pareció, te gustó? (le pregunto)
Siiii…, muchísimo… (responde también sonriendo), mucho más rico que cuando yo me masturbo…
Pues si quieres (le sugiero) en los 10 minutos que te dio tu mamá, te enseño a devolver el favor, jeje…
Sí quiero (dice con ojos pícaros y curiosos)
Me destapo y dejo que me vea el bulto, sigo con la verga tiesa. Me alzo la playera para que me vea el pecho también. Me toco y ella observa con ojos muy abiertos.
¿Ya has visto una? (le pregunto aludiendo claramente a mi polla)
Se sonroja, pero está excitada.
Solamente en foto… (responde) y dos veces por accidente a unos compañeros en el baño de la escuela les vi el pene.
A ver, mira… (le digo al tiempo que me bajo un poco el calzón para mostrársela) No le digas pene, dile verga.
La tengo completamente parada y la niña ahoga un gemido al contemplarla.
¿Te gusta?…, ¿quieres masturbarla?
Sí, me gusta tu verga (dice aún sonrojada) ¿cómo se hace?
Es muy fácil (le digo mientras me bajo el calzón a las rodillas y me acuesto de espaldas) y me voy a venir pronto porque estoy súper caliente. Mira, solo hay que mover el pellejo arriba y abajo tapando y destapando la cabeza, así… (y para demostrárselo realizo el movimiento) eso es todo. Se hace este jaloneo hasta que brote la leche.
Y si quieres (agrego), puedes comenzar por besarla y lamerla. Aunque, como te digo, ya está bien caliente.
Katerinne se acomoda junto a mí y estira la mano. Como a todas las mujeres, no solo les fascina mirar la verga, sino también los huevos. Los palpa fascinada, los acaricia sintiendo las pelotas que ella no tiene. Enseguida me sujeta la verga y empieza a repetir el movimiento que le mostré.
Ay, está bien grandota y bien dura (dice encantada)
Eso… (la animo), agarra el prepucio y muévelo firmemente.
¿No te duele? (pregunta)
No, para nada (respondo). Siento rico.
Entonces acerca su carita y me besa la punta de la verga. Yo suspiro y ella saca la lengua y empieza a lamerme los huevos.
Tienes mucho vello (murmura), pero se siente rico.
Siiiiii… (le digo), abre la boca y chúpala, pero cuidado con los dientes, no vayas a morder, envuélvelos con tus labios.
La niña obedece y chupa la fresa como si fuera una paleta.
¡Qué rico!… (le digo), asiiiii…, mastúrbame…
Se saca mi varilla de la boca y comienza a chaqueteármela.
¿Así te masturba mi mamá? (quiere saber), ¿tú también se la chupas a ella?
Siiii (le contesto), yo a ella y ella a mí.
¿Y también te la coges, verdad? (Vuelve a preguntar sin dejar de mover la mano la mano derecha al tiempo que apoya la otra en mi cadera)
Siiii…, me la cojo bien rico… aprieta más, mueve más rápido… qué rica chaqueta…
La puta no se hace del rogar, aumenta la velocidad y la presión. Con la eso y los comentarios de ambos ya estoy a punto de venirme.
Eso…, eso…, puñetéame fuerte…, jala fuerte el cuero…
Katerinne sigue mis instrucciones obedientemente, retira su mano izquierda de mi cadera y comienza a acariciarse nuevamente la almejita, apretándose los labios.
Entrecortadamente y jadeando le digo: eso, eso, fuerte, fuerte…, ya me vengo, me vengo…, me vengooooo…
Estela no deja de mover la mano y mira asombrada como de la punta brota mi semen. Saltan con fuerza cuatro escupidas de mecos blanquizcos y pegajosos. Su mano queda embarrada.
Yaaaa… (le digo y sujeto su mano para que pare el movimiento), qué ricoooo…
Katerinne está ruborizada, se ve claramente que le gustó hacerme mi chaqueta, no deja de mirarme la verga y la leche que escupió. Me la suelta y la atraigo hacia mí.
Ven (le pido), dame un beso… ¿Ya sabes?
Acerca sus labios a los míos y le instruyo: abre la boca.
Ella lo hace y le meto la lengua. La muevo y enseguida entiende. Comienza a mover también la suya, nos las chupamos, sorbo su saliva, siento sus dientecitos. Ella imita mis movimientos y jadea suavecito. Sigue caliente.
Termino el beso y me aparto. Sigue ruborizada, está contenta.
¿Te gusta? (pregunto adivinando su respuesta)
Si…, qué rico sabe (es su lógica respuesta)
Bueno, pues ya ponte el calzón y ve a ver a tu mamá, no vaya a venir de nuevo, ahorita te alcanzo… Ya viste que sí aprovechamos el tiempo. Le limpio la mano con mi playera.
La niña no para de sonreír. Miro repetidamente su hermoso coño. Saca de debajo de las cobijas su pantalón y su calzón: Se los pone, se baja de la cama y sale de la habitación.
Yo miro mi verga satisfecha, aún medio tiesa. Qué exquisita ordeña me dio la puta. Sé que de ahí en adelante nuestra relación mejorará, lo mismo que el menú sexual. Ahora podré aprovechar tanto a la mamá como a katerinne , solamente debo ser cuidadoso para que Alexa no se percate y lo vaya a impedir. Lo pienso y se me vuelve a poner dura la varilla