August 24, 2021

Una excitante compañía

Me llamo Diana y os quiero contar lo que he vivido con una pareja de jóvenes que conocí de forma rocambolesca. Tengo 30 años y vivo en una calle de Madrid donde los edificios están bastante cerca el uno del otro. Siempre en invierno me siento al lado de la ventana de mi salón para ver como pasea la gente y disfrutar de un café o algo caliente que me haga entrar en calor. La verdad que me relaja y me hace evadirme un poco de la monotonía, pero lo que vi ese viernes por la tarde a través de la ventana, me hizo plantearme cosas en mi vida que nunca se me habían pasado por la cabeza.

Yo vivo en una segunda planta de un edificio algo antiguo, de los que en Madrid se llaman de época, y a veces veo que en la misma planta del edificio de enfrente vive una pareja de jóvenes que no superaran los 26 o 27 años de edad. Ella es una chica morena alta y bastante atractiva con un cuerpo envidiable y el chico se notaba que se cuidaba, atlético y atractivo…..una pareja muy bien conjuntada.

A lo que voy, una tarde estaba curioseando por la ventana disfrutando de un café recién hecho cuando me fijo que ellos se encuentran en casa, las cortinas estaban totalmente abiertas y se veía el interior de todas las habitaciones. Estaban jugueteando, que si un beso o un mordisquito sensual, que si un abrazo por detrás para besarle el cuello a ella, en definitiva estaban calentando la situación y se veía en lo que podría acabar. Al momento veo que ella le coge de la mano y lo dirige a la habitación, se la ve que desea tener sexo porque no deja de tocarle la entrepierna y le besa muy apasionadamente. Yo viendo esas escenas ni me acordaba del café que tenía en la mano, me estaba empezando a excitar bastante, y me sentía mojada.

En la cama se estaban comiendo a besos, y sobre todo, el vestido que tenía ella puesto, empezaba a desaparecer de como el metía su mano por debajo para acariciar su piel y apretarla contra él. Ella le cogía el culo y lo apretaba contra ella con fuerza, como buscando que la penetrara inmediatamente, con tanto deseo que se revolvía como una gata buscando que se desnudara para llegar a su sexo. Él no se dejaba hacer por ella, quería ir más despacio, no sé si para hacerla sufrir o para que la intensidad del momento aumentara la excitación, pero le quitó el vestido y le quitó las bragas muy rápido, abriendo ella las piernas invitándole a que la follara duro. Él se quitó tan solo la camiseta que tenía puesta, se agachó y suavemente comenzó a besar la parte alta de las piernas sin llegar a tocar los labios de la vagina, agitándose ella del placer que eso le estaba dando.

Yo no aguantaba la excitación de lo que estaba viendo, a una pareja follarse delante de mí, porque prácticamente lo estaban haciendo a menos de 25 metros de distancia y lo veía como si estuviera allí mismo. Mi coño que al principio de verles estaba mojado, ahora estaba chorreando y no hacia otra cosa que tocármelo de la excitación que tenía, estaba hipnotizada por lo que estaban haciendo, disfrutando como si fuera yo la que estaba en la cama con el chico.

Seguia el chico besando y chupando las piernas de ella, pero poco a poco fue bajando hacia el coño y es cuando se encorvó y agarró fuerte de la cabeza al chico. Se notaba que disfrutaba porque no dejaba de mover su coño contra la boca de él, como si le fuera la vida en ello moviendo la cabeza de lado a lado con los ojos cerrados.

En ese momento yo me estaba pajeando entera, llegando a meterme varios dedos dentro de mi sexo y jadeando por lo que el chico le estaba haciendo a su pareja en la cama. De repente, veo como ella gira la cabeza y me mira sonriendo. Yo me aparto de la ventana avergonzada por mirarles como si fuera una voyerista, pero mi cabeza me incitaba a mirar de nuevo, necesitaba saber cómo iba a continuar………me asome pensando que seguirían a lo suyo y no habrían dado importancia a mi indiscreta mirada, pero no fue así, estaban en la ventana como esperando que me asomara para decirme algo, sonrientes me indicaron con la mano que esperara un momento, ella se fue quedándose el chico mirándome a través del cristal con una sonrisa pícara y sensual. Al momento apareció ella con una gran hoja de papel donde ponía....”¿QUIERES ACOMPAÑARNOS?.......”, yo me quedé cortada por tal situación pero la excitación y el morbo que estaba produciendo me empujó a decirles que si con la cabeza. Volvió a decirme que me esperara y escribió por el otro lado de la hoja de papel el número del portal y el piso donde estaban. No puedo explicar por qué, pero empecé a mojarme tanto que caía por mis piernas fluidos de mi coño, buffff…..estaba súper excitada por la situación que se me había planteado.

Les indiqué con la mano que iría para allá, necesitaba limpiarme un poco y cambiarme de ropa interior, la tenía llena de flujo, y no quería parecer una guarra, aunque estaba segura que en el tiempo que tardaría en recorrer los pocos metros que separaban nuestras casas, volvería a manchar de flujo mis braguitas, estaba cachondísima.

No tardé ni 10 minutos en estar preparada para acercarme a su casa, y al llamar desde el portal, solo me abrieron la puerta, no preguntaron quién era. Subí por las escaleras, y mi corazón iba acelerándose peldaño a peldaño, no creía lo que estaba haciendo, sabía que no entraría en esa casa para tomar una copa, iba a tener sexo con ellos, literalmente me iba a follar a un chico que no conocía de nada y tener sexo con una mujer que tampoco conocía….de locos.

Cuando llegué a la puerta y toqué el timbre me entraron unas calores que hicieron ponerse mi cara muy roja, supongo que los nervios hacen cosas muy raras en el cuerpo. Me abrió la chica, estaba sonriente y su mirada me tranquilizó bastante. Me invitó a entrar y es cuando la vi completamente, estaba semidesnuda y tan solo tenía puesta la ropa interior, unas braguitas de encaje y el sujetador a juego y por supuesto una figura muy bonita. Se quedó mirándome y me dijo “¿Te gustó lo que viste antes?, pues si quieres puedes unirte o mirar como lo hacemos, depende de ti”. Yo solo sonreí y la seguí hasta la habitación, donde se encontraba el chico tapado de la cintura para abajo con las sabanas. “Él es Marcos y yo me llamo Inés, ¿Cómo te llamas tú?”, “Me llamo Ana”, contesté un poco avergonzada. “Ven, acércate un poco”, me indicó Marcos de un modo muy cálido y cariñoso, la verdad es que me gustó su tono de voz. Me senté en un lado de la cama e Inés lo hizo al lado mío. Intentó tranquilizarme con unas caricias en los brazos muy dulces. “¿Quieres ver como seguimos Inés y yo, o prefieres unirte a nosotros?” me dijo Marcos. Yo, como estaba algo más tranquila y relajada, asentí con la cabeza, sin saber muy bien si hacer una cosa o la otra, pero más decidida me quité la chaqueta que traía puesta y dejé ver mi visible erección de pechos, que aunque tenía sujetador, el ver el cuerpo de Marcos semidesnudo y el de Inés en ropa interior hacia que me empezara a excitar sobremanera.

“Deja que te guarde la chaqueta Ana, y si quieres también te guardo el resto de la ropa”. Al oír eso y sin saber por qué, comencé a quitarme el vestido que traía quedándome como estaba Inés, solo en ropa interior. Inés muy suavemente, me besó en los labios y me tumbó en la cama junto a Marcos, que nos miraba y nos acariciaba a las dos. Seguíamos besándonos pero ya de otro modo, con más pasión y eso hacía que me calentara mucho, notando como Marcos me tocaba la zona interior de las piernas abriéndose paso hacia mi sexo que estaba ya chorreando de fluidos, debido sobre todo a que también me estaba chupando y pellizcando los pezones que los tenía a esas alturas muy duros y salidos, estaba tan excitada que solo quería sexo con esas dos personas, y me daba igual de qué manera, si suavemente o sexo duro, solo quería follar y ser follada por los dos……

Marcos comenzó a mordisquear mis muslos hasta llegar a mi sexo el cual estaba loco por ser devorado de placer dando unos lenguazos suaves con fuertes succiones en mi clítoris mientras Inés se comía mis pechos y con su mano derecha se masturbaba suavemente…yo simplemente no podía más de tanto placer, era como si hubiese estado hecha para ese placer infinito.

Luego Marcos se tumbó para atrás haciéndome un pequeño gesto con la cabeza para que me subiera encima de él, a lo que accedí rápidamente ya que estaba ansiosa por ser penetrada por ese hombre con tal físico, fue penetrándome lentamente mientras yo bajaba con movimientos circulares hasta el final, Inés se puso detrás de mí y mientras besaba mi cuello y acariciaba mis senos con la mano izquierda, la otra se perdía en mi coño dándome una suave masturbada que hacía que estuviera al límite ..

No me di cuenta de lo grande que era la polla de Marcos hasta notar como me lo estaba follando, no era excesivamente grande, pero si gruesa y venosa lo que hacía que cuando se movía dentro de mi notaba un roce por dentro de mi sexo que hacía que no parara de mojar fluidos del placer que sentía. Me preguntó si quería que me follara algo más duro, respondiéndole que si, como no iba a querer si me tenía en sus garras y salida como una gata en celo con ganas de más rabo y de correrme como una posesa. En cuanto le dije eso, me sujetó para que no me lo follara yo y empezó a empujar el contra mí con tanta fuerza y tan intensamente que del gusto y placer que sentía creía que me iba a desmallar, hasta que me corrí de gusto con tanta fuerza que me temblaron las piernas y caí encima de él como una piedra, derrotada de cansancio, placer y gozo.

Inés comenzó a masajear mi espalda y a rozarme con mucho cariño preguntándome si lo había disfrutado, pero no podía casi ni hablar de cómo me había dejado Marcos. A los pocos minutos Marcos sacó su polla de mi sexo y me dijo al oído “ahora me toca complacer a Inés, pero no te vayas porque a ti te toca dentro de un ratito”, yo al oír eso y después del orgasmo que tuve, me salió una sonrisa de mi boca y me tiré literalmente a su cara para darle un besazo. El me respondió con una caricia.

Nada más terminar de acariciarme se dirigió a Inés, que se la veía con cara de perversión y casi que diría de puta por cómo se movía y miraba a Marcos. Ella le dijo con voz sensual “espero que no gastaras todas tus energías con Diana, porque yo necesito una buena follada, que estoy empapada y mi coño pide a gritos que tu polla me reviente”. Escuche esas palabras y el modo en como las dijo y me puse cachonda, pero esta vez iba a dejar que Marcos la complaciera a ella, pero yo también le ayudaría.

Comenzó a comerla el coño con ganas e Inés jadeaba de placer, casi parecían gruñidos de gusto porque la verdad es que Marcos comía el coño muy bien. Yo acariciaba los pechos de Inés y le pellizcaba los pezones a la vez que los chupaba, lo que hacía que se retorciera a veces de placer buscando mis labios para besarme y que la siguiera pellizcando los pezones.

Después de un rato de ese modo, Inés se levantó de donde estaba y dijo “Marcos métemela pero ya, duro que quiero sentirla dentro de mí, y tu Diana, ponme tu coño en mi boca que quiero saborearlo”, y acto seguido Marcos la envistió de un solo empujón que pensé que le había metido hasta los testículos, y casi sin darme cuenta me encontré a Inés comiéndome el coño que lo hacía deliciosamente bien. Marcos la envestía con fuerza pero Inés no decía ni palabra mientras seguía comiéndome el coño, aunque debo decir que me estaba gustando mucho. Al cruzarnos la mirada Marcos y yo y sin decirnos ni una palabra, nos besamos metiéndonos la lengua hasta donde se podía, riéndonos un poco al final del beso, siguiendo envistiendo a Inés que solo gemía de placer pero parecía que no se correría nunca.

Marcos parecía no tener fin, se follaba a Inés fuerte y con furia y a mí me estaban dando ganas de ser yo a la que se follara el, primero porque la comida de coño que me estaba haciendo me había encendido y la estaba empapando de mis flujos por culpa de la excitación que tenía. Inés se tuvo que dar cuenta porque le dijo a Marcos “Cariño, deja de follarme que Diana esta con unas ganas muy grandes de que se la metas”. Eso me puso más cachonda de lo que estaba, Inés prefería quedarse sin correrse para que me follara Marcos de nuevo, bufff……me estaba poniendo a mil.

No me dejó ni reaccionar Inés, se quitó de donde estaba y me colocó boca abajo a cuatro patas para que Marcos se pusiese por detrás de mí, e Inés se colocó delante mía con las piernas totalmente abiertas y poniéndome su sexo completamente mojado a la altura de mi boca para que se lo devorara. Estaba rico su coño, tenía el sabor de ella y de la polla de Marcos, mi excitación crecía por momentos. Marcos se colocó detrás mío y me dijo “estas muy mojada, se nota que Inés ha hecho un buen trabajo comiéndote el coño, pero ahora me toca a mí meterte hasta dentro mi polla, verás cómo entra de una sola vez” y acto seguido apuntó su sexo contra mi coño y de una sola embestida la metió hasta que hizo tope con su pubis….., entro entera, fuerte y me produjo una sensación que me hizo que me temblaran las piernas. La mantuvo un momento dentro, sin moverla, para que yo me acomodara y empezara a chuparle el coño a Inés. Nada más empezar a chupar el clítoris a Inés, note como Marcos sacaba muy despacio su polla de mi coño dejando solo la punta metida en los labios exteriores, metiéndola de un solo empujón otra vez hasta el fondo de mi coño, lo que me hizo gritar de placer, notaba como mi coño chorreaba de flujo del placer que me dio esa embestida. Lo repitió varias veces y cada vez que lo hacía yo gemía de placer esperando que lo repitiera más veces…….me estaba volviendo adicta a ese pedazo de carne que me estaba arrancando gemidos de placer y haciendo que mi cabeza solo quisiera que fuera penetrada una y otra vez. Inés hacia todo lo posible para no separar su coño de mi boca, y aunque Marcos me estaba trasladando al Nirvana con cada embestida que me daba, tener el sabor del coño de Inés en la boca hacia que disfrutara totalmente de esa sesión de sexo que me estaba dando.

Al cabo de unos minutos, Marcos que me estaba taladrando el coño con fuerza y mucha velocidad grito “me voy a correr, me voy a correr………”, Inés con velocidad y sin mediar palabra me apartó y junto su boca con la mía al lado de la polla de Marcos, corriéndose en nuestra cara y en nuestras bocas, comenzando Inés a besarme con todo el esperma que Marcos había soltado en mi cara y en mis labios, estando un rato compartiendo la corrida.

Marcos se apartó un poco para descansar de la sesión de sexo que nos había proporcionado. Yo estaba aún con ganas de más polla y más sexo, me daba igual quien me la proporcionara pero quería más. Miré a Inés con cara de salida, con verdadera cara de puta caliente y ella me entendió a la primera, me colocó tumbada boca arriba y nos empezamos hacer un 69, comiéndonos los coños mientras Marcos nos acariciaba. A veces Marcos se animaba y nos ayudaba a comerla el coño a la otra o introducir un dedo por dentro, para así tener más placer.

Esto duró un ratito, hasta que noté que Marcos me estaba acariciando el culo y mi agujero del culo, suavemente. Al principio me sentí un poco rara, nunca me habían hecho eso, pero después de un ratito, entre la comida de coño que me hacía Inés y la chupada en el agujero del culo que me hacía Marcos, comencé a notar que me iba a entrar un orgasmo, tanto fue así que me empecé a correr fuerte, llenando a Inés de flujo vaginal, nunca había mojado tanto teniendo sexo como lo estaba haciendo con ellos. Me quedé relajada y seguí comiéndome el coño de Inés, pero se levantó, le empezó a comer la polla a Marcos y se colocó de espaldas a él diciéndole “Ahora te toca terminar de follarme, ¿o pensabas que sería Diana la que se correría dos veces y yo ninguna?. Marcos sonrió y puso a Inés a cuatro patas, le encarriló la polla en el coño y la metió como lo hizo conmigo, de un empujón y fuerte, haciendo gritar a Inés. Siguió follándosela un buen rato hasta que Marcos volvió a decir que se corría y lo hizo dentro de Inés que gritaba de placer con cada embestida que tenía por detrás. Yo lo estaba viendo todo y, aunque me había corrido ya dos veces, me estaban entrando ganas de volver a tener la polla de Marcos dentro de mí o que Inés me comiera el coño, me era indiferente siempre que tuviera el mismo placer que me habían proporcionado antes.

Dejamos a Marcos recuperarse de tanto ejercicio que había tenido con nosotras, debo reconocer que nos dejó muy bien folladas, al menos a mí, aunque los gritos y viendo como dejó la cama de mojada Inés con su orgasmo, estoy segura que se corrió mucho con la follada que le pego Marcos, pero teníamos que dejar que descansara, se lo había ganado.

Por turnos nos fuimos a asear al baño, aunque Inés me siguió cuando dije que me daría una ducha y, como no, acabamos las dos dentro de la ducha como colegialas que has descubierto lo divertido y sensual que puede ser acariciarse y enjabonarse la una a la otra. A los minutos de estar dentro y supongo que por las risas que teníamos Inés y yo, apareció Marcos con cara de no entender lo que estaba ocurriendo en el baño, pero pronto se dio cuenta que en breve estaríamos las dos metiéndonos mano, porque ya estábamos besándonos cuando asomó la cabeza para vernos.

Marcos era un portento de hombre, no hacía ni 30 minutos que habíamos terminado de follar entre los tres, y al ver lo que estábamos haciendo en la ducha ya tenía la polla como una estaca. Se animó a entrar y empezar a ponernos jabón en nuestros cuerpos, el jodio sabía muy bien cómo mover las manos para, además de limpiarnos, ponernos a mil. Metía sus manos entre nuestros coños y nos rozaba el clítoris muy suavemente, lo que hacía que gimiéramos tanto Inés como yo. Cada mano iba a una de nosotras y estaba consiguiendo que nos pusiéramos muy cachondas, tanto que le empezamos a coger la polla y a masturbarle mientras hacíamos un beso a tres, entrelazando las lenguas y chupándonos la boca mientras nos caía el agua por el cuerpo.

Yo no aguanté más y me lancé a por la polla de Marcos metiéndomela en la boca como una posesa, sabía que ellos querrían tener su momento de besos, pero yo necesitaba comerle la polla y casi que metérmela en el coño por culpa de la excitación de mi cabeza, solo pensaba en follar y en follar, estaba totalmente salida y emputecida. Estuve un buen rato comiéndosela y a veces el me cogía con sus manos y me ayudaba a metérmela hasta el fondo de mi garganta.

Un par de minutos después el me incorporó y me puso de espaldas a él. Pensaba que me iba a follar en ese momento y la verdad es que lo esperaba con ganas, pero en vez de meter su polla por mi coño, me empezó a rozar con su sexo la entrada de mi culo. Yo le miré un tanto asustada porque no había probado nunca, pero Inés me dijo “tranquila Diana que voy a ayudarte con aceite y Marcos irá con cuidado, lo vas a disfrutar mucho, relájate y veras como te vas a correr de gusto”.

Me dejé llevar, Marcos seguía acariciando la entrada de mi culo con su polla e Inés me introducía un líquido que resbalaba mucho que suponía era aceite, era agradable y olía muy bien. Poco a poco Marcos empezó a introducir su pene en mi culo. Al principio mi cuerpo ofrecía un poco de rechazo, pero empecé a relajarme gracias a las caricias de Inés y a la paciencia de Marcos y entró en mí su polla casi por completo. En unos minutos tenía el culo lleno de su pene y me estaba gustando la sensación, ya fuera porque era un modo totalmente diferente de sentir gusto o por las cuatro manos que tenía en mi cuerpo acariciándome los pechos y mi coño, que dicho de paso, comenzó Inés a chupar de una manera bestial, lo que hacía que mi cuerpo se relajase aún más y empezara a disfrutar de todo ello. Notaba como tenía todo mi sexo húmedo pero no sabía si por la excitación que tenía o por la saliva de Inés, pero estaba totalmente ida con tantas ganas de sexo que estaba teniendo que pedía a Marcos que no parara y a Inés le decía entre gemidos que siguiera comiéndome el coño, era una sensación maravillosa.

No recuerdo el tiempo que estuvimos de ese modo, pero Marcos comenzó a jadear muy fuerte y a empotrarme de una manera violenta que me obligó a agarrarme a Inés por tales embestidas, durando unos segundos en esa posición hasta que se corrió dentro de mi culo, sintiendo su semen caliente recorriendo mi ano. Inés seguía chupándome el coño y entre la corrida de Marcos, que no sacaba la polla de mi culo y los chupetones en el clítoris de Inés fue irremediable que yo también me corriera con temblores en las piernas, que si no llega a ser por Marcos habría caído encima de Inés……Mi cuerpo estaba cansado de tanta excitación, pero mi cerebro pedía más placer, me estaba convirtiendo en una yonki del sexo con ellos.

Me recosté en la cama e Inés me besó tiernamente para inmediatamente después dirigirse a Marcos y preguntarle si aún sería capaz de hacerla correr de gusto. Marcos dijo que seguro que lo haría. No podía creerme lo que estaba escuchando, Marcos había conseguido hacer que me corriera unas pocas de veces y a Inés otras tantas, y aun así iba a hacer que Inés volviera a correrse de gusto, iba a follarsela otra vez……..yo quería otro hombre como Marcos, insaciable y a la vez siempre queriendo complacer a la mujer en lo que se le pidiese…….sentí envidia, una sana pero terrible envidia de Inés por poseer a tal semental.

Acto seguido puso a Inés a cuatro patas y le comenzó a comerle el coño y el culo de una manera muy tierna, pero a la vez sensual lo que le producía a Inés un gran placer, y lo sé porque gemía mucho y respiraba profundamente con cada metida de lengua en su coño que le proporcionaba Marcos. Yo en ese momento era una mera espectadora del momento, tan solo era capaz de acariciar la espalda de Inés y, de vez en cuando, tocarles las tetas y pellizcarle los pezones, lo que agradecía porque sonreía y gemía cuando se lo hacía. Estaría Marcos de ese modo unos 15 minutos más o menos, entonces recolocó a Inés en la cama para que quedara ella encima de mí y pudiera chuparle las tetas y su boca. Marcos nos miró y dijo “chicas, espero que estéis preparadas para que os folle de nuevo, primero a ti Inés, voy a meterte la polla por el culo porque el coño se lo va a comer Diana, y después voy a follarte a ti Diana, pero por el coño que bastante ha sufrido tu culo por hoy”. Me sorprendió lo que dijo a la vez que empecé a mojarme otra vez, como podía ser que después de tanto rato de sexo, tantos orgasmos y cansancio físico, este pedazo de hombre aguantara follarse de nuevo a dos mujeres, definitivamente yo quería otro tío como Marcos, necesitaba otro tío como el en mi vida.

No me lo pensé dos veces, me coloqué debajo de Inés, boca arriba y comencé a chuparle con ansia sus pezones, solo con eso ya empezó a gemir pero cuando Marcos se la clavó de un solo empujón por el culo, gritó de placer. A mí me estaba poniendo a mil ver como Inés disfrutaba con cada envestida que le daba Marcos y oír sus gemidos constantes mientras decía que no parara, que siguiera follandosela, era muy erótico y ponía cachondo y cachonda a cualquiera. Marcos seguía sin parar de penetrar a Inés, pero yo ya me estaba poniendo ansiosa de que me follara a mí, quería sentir su pedazo de polla dentro de mi coño y empezar a sentir placer con todo ese trozo de carne en mi interior……quería que se corriera de una vez Inés, quería mi turno de sexo duro e intenso con Marcos.

No tardó mucho Inés en gritar de placer y desplomarse encima de mí con un orgasmo que la había dejado muy cansada y muy relajada, era mi turno. Inés se retiró a un lado para no molestar, se había quedado satisfecha de la follada que le había dado, con una sonrisa pícara, me ayudó a colocarme boca arriba y a posicionar mi coño metiendo una almohada bajo mi espalda, desde luego que de ese modo me entraría muy profundamente la polla de Marcos en mi vagina, estaba segura que me destrozaría de placer.

Marcos se colocó detrás de mí y suavemente rozaba su polla contra la entrada a mi vagina. Yo ansiaba que la metiera dentro, necesitaba sentirla en mi interior y gozar de su roce contra mi clítoris, pero se hacía de rogar y me estaba matando la espera, tanto era así que desesperada agarré su polla con mi mano y me la introduje empujando yo contra el metiéndola hasta que choque contra su cuerpo, entró entera y fuerte. Cuando la sentí dentro de mí, note su dureza y su longitud, sabia como era de larga, pero esta vez fue algo más intenso el notar que golpeaba contra las paredes de mi vagina, que llegaba prácticamente al tope que daba mi cuerpo y me sentía llena de él.

Marcos no se movía, tan solo dejaba su miembro metido hasta el fondo de mí esperando algo, o que fuera yo la que me follara con su polla o a que le gritara desesperada que me destrozara el coño con su pene, pero era tal mi excitación que tomé la iniciativa y empecé a clavarme su polla contra mí como si estuviera poseída por un demonio. Al momento Marcos empujaba fuerte cuando yo le embestía a él produciéndome un gran placer a la vez que dolor porque golpeaba la pared de mi vagina, literalmente estaba taladrándome entera y aun así quería tenerla más adentro de mí, me había convertido en una golfa con ganas de follar muy duro. Inés solo me observaba y de vez en cuando me tocaba las tetas y me pellizcaba los pezones, pero yo estaba tan loca por lo que me estaba haciendo Marcos, que no tenía casi sensibilidad en mis tetas, era tanto el placer que recibía en mi coño que los demás estímulos no existían para mí.

Lo que estaba disfrutando en ese momento no lo había tenido en los ratos anteriores, mi coño se había adaptado mejor a la polla de Marcos y gozaba con cada empujón que me daba, no recordaba que hubiera mojado tanto en otras relaciones que había tenido, es más, no recuerdo haber gozado tanto en ninguna relación anterior, definitivamente tenía que hacerme con un hombre como Marcos para mi sola, aunque me conformaba con que Inés me lo prestara. Seguía disfrutando gimiendo y dando algún grito de placer cuando me nalgueaba el culo con sus manos, me estaba volviendo una zorra loca por follar. Joder……no podía pensar en otra cosa que en correrme con semejante hombre y que luego me comiera el coño Inés mientras le chupaba la polla a Marcos después de correrse dentro de mí, nunca había tenido esos pensamientos hasta ahora.

Marcos empezó a follarme más rápido y más fuerte, tanto que a mí me dio un calambre de placer que hizo que me temblara el cuerpo entero, no podía controlarlo y caí abierta de piernas sobre la cama y la mano de Inés que seguía sobándome las tetas, pero Marcos no paraba, seguía taladrándome el coño sin compasión y yo seguía temblando de placer hasta que Marcos gritó y se corrió dentro de mi coño sin sacarla, la dejó dentro lo más profundo que pudo sin hacer intento de moverse, pero yo seguía y seguía temblando y moviéndome como si ese orgasmo no fuera a acabar nunca, se me nublaba la vista y no podía controlar mi cuerpo, seguía temblando y mi vagina estaba como si una electrocución me recorriera desde la vagina hasta mi cerebro provocándome un estado que pareciera estar en el nirvana, no podría describirlo solo podría decir que era alucinante……increíble.

Cuando me relajé Inés me besó muy tiernamente y mirándome a los ojos me preguntó “¿te vendrías a vivir con nosotros?, somos una pareja abierta y nos gustas mucho pero tú decides”. No me lo pensé y respondí que si, como podría negarme, tendría a Marcos para mí en muchas ocasiones y a Inés que, aunque no soy lesbiana, me encanta como esa mujer me come el coño. La convivencia ya se vería, si solo funcionamos en la cama, pues yo vivo como antes, en mi apartamento y listo, cada vez que quiera que me follen bien y ellos quieran compartirlo, solo había que llamar y listo. Desde luego que yo estaba más que dispuesta.

Hasta la fecha no me ha hecho falta quedar con ningún hombre para tener relaciones sexuales, es más, no echo de menos a ningún hombre con el que he tenido sexo, ninguno ha sido capaz de hacerme sentir lo que Marcos me ha hecho sentir, y sigue del mismo modo, e Inés y yo hemos empezado a tener nuestras primeras relaciones a solas o Marcos solo mirándonos y me está encantando disfrutar de esos momentos con ella. Creo que no voy a cambiar en mucho tiempo de pareja para tener sexo, y para otras cosas también………