Rafa, su enorme falo y su madrastra 3
La madrastra recibe el semen de Rafa.
Tras lo ocurrido, entre la madrastra y el hijastro, cada uno continuó con su vida durante los dos días siguientes, sin que ninguno de los dos se atreviera a decirse nada al respecto. Al cuarto día, Rafa sabía que su padre volvería el fin de semana. Sin poder evitarlo, al ver a Amara en la casa, al regresar del trabajo, su pene se revolvió bajo el pantalón. Aquella captó claramente la mirada y el bulto del pantalón del joven, pero, aunque lo deseara, tenía la intención de no volver a pecar más con el joven. Lo había hecho para ayudar al hijo de su marido, aunque era consciente de que su coño ansiaba volver a tenerlo dentro.
Rafa salió esa tarde y regresó bastante tarde, en una hora en que ya no era habitual en el mismo. Amara estaba preocupaba pensando que algo había ocurrido. Eran cercanas las doce de la noche cuando apareció el joven. Al ver su aspecto se dio cuenta de que había bebido, y eso no era costumbre en el mismo.
-Rafa. ¿Por qué has llegado tan tarde? Me tenías preocupada. ¿Por qué no me enviaste un mensaje?
-Lo siento Amara. He estado celebrando el cumple de un amigo, y nos hemos pasado un poco. - le contestó. Comprobando la mujer que estaba bastante ebrio y apenas se mantenía.
-Ya. ¡también has bebido bastante! No debías conducir bajo los efectos del alcohol. Anda, deja que te ayuda a llegar a tu cuarto. Si tu padre te ve de esta forma seguro que se enfadaría bastante.
Ella le ayudo, tras desnudarse el joven, comprobando que se quedó solo con el slip. Le echó la sabana encima y le dio las buenas noches. Cuando salía de la habitación, oyó que su hijastro le decía: ¿anda mamita?... ¡quédate esta noche en mi cama!
Ella se excito ante aquella proposición. Le miro sonriendo y contestándole: ¡sabes que aquello no puede volver a ocurrir! Lo hice por ayudarte. Pero no podemos volver hacerlo. ¿anda déjate dormir?
Amara se marchó a su habitación. Ya en la cama se retiró su bata, quedando únicamente en sostén y braga. Recordó las palabras del joven, y al instante se comenzó a agitar, teniendo que llevar sus manos a su entrepierna. Se notaba caliente y con ganas de sexo. Pero, aunque ansiaba volver hacerlo con el hijo de su esposo, sabía que debía retenerse. Aquello no podía volver a ocurrir. Intento dejarse dormir.
Sobre las dos de la mañana, se despierta, ya que había escuchado como si alguien hubiera entrado en su habitación. Se quedó agitada al comprobar que ese alguien, intentaba meterse en la cama con ella. Al instante, enciende la luz de la mesa de noche, y al girarse observa que se trataba de su hijastro. ¡pero! ¿Qué haces aquí? Rafa…¿Qué te ocurre? ¿no puedes dormir?
-así es mamita. Mejor me quedó en tu cama para ver si puedo dormir.
Ella se agitó al sentir como el joven la tomaba y se pegaba a su espalda en la cama. Al instante percibió la gruesas manos del joven, abrazando su cuerpo. Percibía un poco de olor a alcohol en el aliento del joven. Pero, su sorpresa fue, cuando aquel pegó su pelvis a su trasero. En ese momento se percató de que su hijastro tenía una erección brutal. Pese a tener el slip, aquel pujaba claramente hacia delante pegada a su trasero.
Amara, excitada y sorprendida, echó la mano hacia atrás y atrapó el pene del joven, el cual para colmo ya estaba fuera de su slip. Al instante exclamo: Oh Rafa… que te pasa…¿Por qué estas tan excitado?
El joven le comenta al oído: Ay mamita. ¡Es que no se me baja! ¡Lo he intentado, pero sigue igual! ¡No me deja dormir! - le comentó el joven, entre ebrio y con bastante caradura.
La mujer, no se creía lo que estaba escuchando. Normalmente el hijastro era bastante tímido y sumamente respetuoso. Lo achacó a estar bajos los efectos del alcohol. No obstante, le contesto: Oh Rafa… ¿No pretendas que yo te baje esa erección? ¡mejor será que vuelvas a tu habitación, e intenta dormir.
-pero mamita. ¿así no puedo? ¿has visto como la tengo? ¡parece que se me vaya a reventar! ¿Tócala otra vez para que veas? Le contesta el joven, con aquella voz de joven tímido y del que parecía que apenas rompía un plato. Esa voz que trastornaba a la mujer.
Amara, aunque ya la había tocado el pene del joven, necesitaba volver hacerlo, por lo que aceptó la petición del mismo, y palpó de nuevo el enorme cipote. Lo acarició de arriba abajo, comprobando que tenía razón el hijastro: ¡Tenía una erección descomunal! Ella entonces se gira en la cama, y se le queda mirando hacia el mismo, sin dejar de acariciar la verga del joven, hasta que morbosamente, decidió igualmente palpar los testículos de aquel. Al instante se sorprendió, comprobando el abultamiento de los mismos, deduciendo que aquello solo podía suponer una cosa, que estaban repletos. El joven debía llevar una buena carga de semen dentro. Excitada se vio obligada a preguntarle: ¿Pero Rafa? ¿aun no has tenido ninguna encuentro con alguna jovencita de tu edad, que te desahogue?
El joven le contesta: ¡lo he intentado mamita!, pero “todas se asustan cuando ven mi pene”. Me dicen que lo tengo demasiado grande y no quieren intentarlo.
La mujer se queda perpleja. Era consciente de que más de una mujer, seguro que se asustaría al ver semejante monstruo. Pero el joven tenía que superar aquellos miedos y hacer comprender a la joven que, lubricándola, podía perfectamente mantener una relación sexual. Pero, en aquel instante, “el joven le estaba pidiendo, con total descaro, que aliviara la carga de sus testículos”, y eso alteraba sus cuerpo.
Se había prometido no volver hacerlo. Pero, al volver a tener en sus manos aquel cipote, notó como su coño se comenzaba a mojar de forma bastante manifiesta. Para colmo, el joven, escudándose en su ebriedad, alcanzó con su mano la raja del coño de la misma, pasando la mano por encima de la braga, percibiendo su humedad. Más sorprendida, se quedó, cuando comprueba como el joven aparta su braga a un lado, y los dedos de aquel se deslizan por toda la vagina, haciéndola suspirar al instante: oh no…oh que haces Rafa… o nooo
Ella se giró dándole la espalda al muchacho, intentando evitar que aquel continuara tocándola. Sin embargo, aquel volvió al ataque, y pronto pasaba todo su enorme pene por la entrepierna de la mujer, deslizando su cáñamo por toda la ranura del coño de Amara. Los suspiros de la mujer se hicieron patentes. Y más, cuando el joven logró enfilar su pene hasta colocarlo en posición para ensartarla desde atrás. Al instante se dio cuenta que el joven estaba decidido a clavarla.
Pese a sus intentos por evitar ser penetrada, se percató de que el joven, empleó toda la fuerza que le quedaba, para casi inmovilizarla, al tiempo que medio pene se incrustaba con fuerza y violencia dentro de su vagina. Oh no… Rafa …no … me duele… oo no para… no lo hagas oooo
E joven, en ese momento, solo pensaba en meter todo su cipote dentro del coño de su madrastra. Estaba como ido. Y, Amara pagó la consecuencias del estado del joven, ya que vio como aquel la agarró con fuerza por la cintura, mientras le envainaba con decisión la totalidad de su cipote dentro de su vagina. Era cierto que aquella se encontraba más abierta que la primera vez, pero no estaba lo suficiente lubricada, por lo que el dolo fue intenso. Le volvía a costar respirar, mientras se sentía atravesada totalmente por el tremendo falo del joven.
Oh cabron… me rompes, oh sácala… sácala…ooooo- gritaba estaba vez, al verse sometida por aquel joven semental que, dado su estado, solo pensaba en poseerla una y otra vez.
El joven, lejos de escucharla, comenzó a realizar los movimientos de entrada y salida, perforando el coño de su madrastra una y otra vez, ante los espasmos de aquella. Pese al dolor y las quejas de aquella, pronto el pene del joven empezó a entrar y salir del coño de la mujer con mayor facilidad, dada la lubricación casi instantánea de la mujer, comenzando Amara a sentirse mejor. Al comprobar que ya no le dolía, Amara comenzó a disfrutar de aquella inesperada cogida, sintiendo como el joven tomaba con sus dos manos, los pechos de la misma, al tiempo que la embestía desde atrás una y otra vez.
-Oh si… oh Rafa… si dame así oooo
El joven continuó con sus penetraciones, en aquella posición, empalando a la mujer desde atrás, logrando que alcanzara dos orgasmos casi seguidos. Y, cuando la mujer terminó el segundo, se dio cuenta que el hijastro tenía la intención de volver a correrse dentro, pero esta vez logró empujarlo fuera, viendo como aquel se corría sobre su cuerpo de forma casi estrepitosa, manchando las sabana todos sus muslos y piernas. Al terminar le replicó:
-Oh Rafa. ¿Querías volver a correrte dentro? ¿estás loco? ¿Es que acaso pretendes dejarme embarazada? Luego miro su cuerpo y las sábanas, diciéndole: me has pringado toda. Y voy a tener que cambiar todas las sábanas. ¡Que bestia… que forma de correrse!
El joven poco caso le hizo, quedando dormido en la cama de ella hasta bien entrada la mañana. Amara lo tuvo que despertar ante el peligro de que pudiera regresar antes de tiempo su esposo.
Tras lo ocurrido, pasaron unas dos semanas sin que volviera a ocurrir ningún encuentro. Una tarde, aparece el joven y le comenta un amigo de la universidad de Alemania, le había llamado para realizar un trabajo importante para una empresa internacional. Había hablado con la empresa, y le conservaban en trabajo hasta su vuelta, pero realizando parte del trabajo el mismo a distancia desde Alemania. Era una oportunidad importante, y tras meditarla había decidido aceptarla.
Amara, pese a todo, se sintió bastante triste, ya que se había acostumbrado a la compañía del joven, y así fueron pasando casi seis meses, desde la partida del hijastro. Las relaciones con su marido eran buenas, salvo en el tema sexual, ya que Julián con sus problemas de próstata y un tratamiento que le habían pautado, sus erecciones eran poco menos que esporádicas. Cuando recibía alguna llamada por videoconferencia o por teléfono de su hijastro, notaba que su cuerpo se excitaba. En varias ocasiones se tuvo que masturbar pensando en el joven.
Durante una visita su hermana, aquella le preguntó si no tenía intención de tener hijos con Julián. La mujer le confesó su problema con su marido, expresándole que tenía pocas esperanzas de quedar embarazada del mismo. Su hermana tenía dos hijos, y Amara cuando los veía, se entristecía ya que añoraba ser madre alguna vez. Pese, a que intentó que su esposo se corriera dentro de ella cuando estaba ovulando, todo parecía inútil.
Sin embargo, poco tiempos después recibió la llamada de Rafa, diciéndole que el trabajo en Alemania había concluido, y que regresaba a su tierra. Estuvo contando los días hasta la llegada del mismo. Se sentía excitada. Era su hijastro, pero en el fondo sabía que añoraba volver a tocar los genitales del joven, tenerlos entre sus manos y que la volviera a penetrar y abrir su coño con aquel tremendo garrote. Era consciente de que debía terminar con aquello, pero su cuerpo ansiaba ser poseída por el muchacho.
La noche antes del regreso del joven, se notó bastante excitada, y sumamente caliente. Pensó que era por el ansia de recibir al muchacho, pero haciendo cálculos, llegó a la conclusión de que podía estar en sus días fértiles o próximo a ellos. Busco el contacto de su marido, para saciar aquel intenso calor, y pese a que logró que aquel eyaculara dentro, apenas lo sintió, no llegando ella alcanzar el orgasmo.
En la mañana, se notaba caliente, excitada. Había quedado en ir a buscar al muchacho ella misma al aeropuerto, ya que su marido trabajaba y no pudo acudir. Para ello, se vistió adecuadamente, con un traje que había comprado para la ocasión, y que se adaptaba perfectamente a sus curvas y resaltaba su figura. El traje permitía ponerse debajo una prenda que le cubriera mejor sus pechos, dado que era bastante descotado. Tras pensarlo, se sentía tan excitada que decidió no colocarse la prenda (eso solo lo haría cuando se lo pusiera para su marido) y marchó a recibirlo con aquel amplio escote, que dejaba entrever sus hermosos pechos.
Rafa al verla, se quedó maravillado del traje que llevaba y lo bella que estaba su madrastra. Procuró abrazarla bien, sintiendo los pechos, y excitándose con el contacto de la misma. Incluso de camino a buscar el coche en el parking, Amara se sonrojó al comprobar como el joven la llevaba de brazo y en alguna ocasión aprovechó la ocasión para bajar su mano y palpar abiertamente el trasero de la mujer: ¿pero Rafa…?.. ¿Qué pueden vernos? ¡Uy como viene el nene?
Llegaron bien de mañana a la casa y nada más entrar, el joven lo tomó y la besó en la boca ardientemente. Oh, Rafa. para para…¿esto no está bien?
Pero el joven le dijo: Te deseo Amara. ¿No sabes las ganas que tenía de volver a verte?
-¿Lo dices en serio?. Y, fijándose en el bulto del pantalón del joven, le pregunta: ¿No me digas que estás pensando en volver a tomarme? ¿Sabes que eso no puede volver a ocurrir? ….¡Oh estás loco… para para. Para …nooo.! terminó exclamando, viendo como el joven comenzaba a tocar sus pechos aún sobre el traje.
Las caricias del joven comenzaron a hacer estragos en la mujer, quien, ante su estado de excitación, aquellas caricias la enardecían más. Pese a que intentaba evitarlo, en el fondo lo deseaba. Mientras, el joven no dejaba de acariciarla. Amara, instintivamente llevó su mano hasta palpar el bulto del pantalón, comprobando que el joven estaba bien empalmado. Oh chico…¿cómo la tienes?… oh ¿sabes que no podemos volver hacerlo?
-Anda calla mamita. ¿Te he deseado ardientemente? Le contesto sin parar de acariciarla. Añadiendo: “Eh soñado con cogerte de mil maneras”. ¡Me he matado a pajas!! Pero, oh mamita ¿ahora que por fin te tengo, pienso meterte mi polla hasta los mismos huevos Amara?
Amara se sorprendió por la forma de hablar el joven, y su intenso deseo de poseerla. Se daba cuenta que le iba a costar convencer al joven de que no debía seguir adelante. Pero, la insistencia de aquel le estaba convenciendo de que aquel joven tenía la firme intención de poseerla, aún contra su voluntad. Extremo que vio confirmado, cuando Rafa la tomó en brazos, y la llevó hasta el dormitorio de matrimonio.
La actitud del joven, más la enceló, especialmente por el morbo que suponía que la llevara a su propio dormitorio familiar. Ya dentro pensó: ¿No solo me quiere follar, sino que quiere hacerlo en la misma cama donde duermo con su padre?
El joven no perdió tiempo y comenzó a desvestir a su madrastra, sacándole el traje por la cabeza, dejándola únicamente con un sostén minúsculo que resaltaban sus pechos, dejando parte de ellos fuera. En su parte baja, la mujer únicamente portaba una pequeña tanga, bastante trasparente que dejaban a la vista los vellos del su problado pubis.. La miró, con cara de autentico deseo exclamando: Oh Amara… ¿qué buena estas? Dios, ¿cuánto he deseado volver a verte así?
La decisión del joven fue tal, que pronto desaparecieron del cuerpo de la mujer el sostén y la tanga, dejándola completamente desnuda. Rafa se maravilló del cuerpo de la mujer de su padre, comprobando que permanecía igual que la última vez que la había visto desnuda. Había intentado tener algunos encuentros con algunas jóvenes de Alemania, pese a que no lo había conseguido. Sin embargo, podía afirmar que ninguna tenía el fabuloso cuerpo de su madrastra.
Amara por su parte, tampoco había perdido el tiempo, ayudando al joven a que retirara la camisa y pantalón que llevaba puesto, quedando aquel únicamente con su slip. Se relamió contemplando el enorme bulto de aquella prenda interior, que amenazaba con romperse. En su interior de la mujer, surgió el deseo irrefrenable de volver a ver al joven desnudo y con su pene al aire. Por un lado, sabía que debía parar, pero su corazón ansiaba y añoraba volver a contemplar el instrumento del hijastro.
Le miró a la cara, y luego con decisión, tiró de aquella prenda hacia abajo, dejando al joven con toda su verga al aire, exhibiendo una notable erección, que la hizo exclamar de admiración: Oh, Rafa…. Uf ¿cómo la tienes?
La contemplación de los genitales del joven, la llevó a tomar rápidamente el pene en su mano, con el deseo innegable de volver a sentir su dureza. Como esperaba, el vástago del joven mantenía una dureza férrea, que la llevó igualmente a manifestar: ¡que dura!... Uf ¿no pretenderás clavarme de nuevo todo eso?… oh Rafa…mi coño se ha cerrado.
El joven, antes de contestarle, tomó los pechos de la mujer en sus manos, para luego pasar una de sus manos por el interior de las piernas de la fémina, alcanzando el húmedo coño, contestándole: ¿No te preocupes mamita? ¡Hoy te lo voy a volver abrir otra vez! ….uy…que húmedo lo tienes… Uf Amara… ¡te la voy a volver a clavar toda!
La mujer al sentir los dedos del joven en su vagina se revolvió, sin parar de tocar y manosear sin pausa, la mandarria del joven. Recordó al momento las dimensiones de aquel falo, que ya había invadido su coño, pero que, con el paso de los meses, había olvidado un poco. Observar la rugosidad del pene, con las enormes venas que los circundaban, y el tremendo grosor del mismo, en comparación con los de su marido, la hizo llevar a conocer el estado de los testículos del joven. Sin soltar la mandarria, la cual continuó sosteniendo en una de sus extremidades superiores, con la otra, alcanzó los testículos del joven. Un escalofrío invadió el cuerpo de la mujer, al percatarse del volumen de los mismos. Amara se dio cuenta que su hijastro debía llevar una buena carga se espermatozoides en aquellas dos grandes bolas. Al instante, por su mente pasó el pensamiento en su estado de posible fertilidad, y la consecuencias de que el joven pudiera correrse dentro.
Estaba pensando en ello, cuando Rafa, como si hubiera estado averiguando su pensamiento, le dijo: ¿te has fijado como los tengo? ¡están repletos! ¡Uf mamita te voy a llenar el coñito completamente!
Cuando la mujer escucho aquellas palabras, quedó como trastornada, sobresaltándose, contestándole con suma agitación ¡Pero… Rafa…! ¿no solo quieres hacerlo sino que ¿……¿encima quieres correrte dentro? ¿estás loco?... oh joder ¿debes de tener una buena cantidad de semen acumulada ahí dentro? Terminó diciéndole, mientras volvía a palpar ampliamente los testículos del joven.
El joven, con autentica morbosidad en su cara la contesto: -¡Llevó días sin masturbarme, pensando en ti!. ¡No me he corrido reservándome para cuando estuviera a tu lado!!
-Oh Rafa. ..¿pero qué dices?….oh si… ¡Oh estas bien loco! Le atino a contestar aquella, excitada viendo como el joven no paraba de manosearla, chuparla, mamarla, y tocarla por todos lados. La mujer, mientras, veía como el joven la iba excitando cada vez más, pensó en los comentarios de su hijastro: joder ¡este chico tiene los huevos completamente llenos! Y encima pretende correrse dentro. Y en mi estado… ¡Oh, Dios, ¡que locura!
Mientras pensaba en ello, observó como el joven, suavemente la obligó a recostarse sobre la cama de matrimonio, haciéndola que abriera sus piernas en forma de tijera. Acto seguido, se acercó, colocándose entre las piernas de misma, acercando su cara hasta situarla a escasos centímetros de la vagina de la mujer de su padre. La visión del coño de aquella mujer lo embriago. Los labios rosados emergían entre el abundante vello, comprobando que, era cierto, que se había cerrado. El joven aún recordaba haberlo abierto desmesuradamente, y ahora volvía aparecer como un coño normalito. ¡Dudo de nuevo que pudiera volver a clavar su enorme cipote en el mismo!
Pero el joven, había soñado con follarse a su madrastra de varias maneras. Y ahora, le estaba apeteciendo comerle el coño a la misma. Era algo que se le daba bastante bien, y que había puesto en práctica con las otras jóvenes con las que había estado. Todas habían terminado corriéndose, ante las lamidas y comidas de coño que le había practicado. Sin preámbulo, comenzó a pasar su áspera y larga lengua por el interior de los muslos de la mujer, para ir subiendo, acercándose cada vez más, con anhelo contenido, hasta alcanzar los labios vaginales de Amara. Una vez alcanzado su objetivo, varios lengüetazos, llevados a cabo como si de una brocha de pintar se tratara, fueron barriendo la superficie de la abertura del coño de Amara, de arriba abajo y de abajo arriba, haciendo gritar aquella: oh que haces ooo oh Rafa…. Pero que me haces ooo siii
Amara no se creía lo que le estaba ocurriendo. Había soñado y visto en algunas pelis porno que, por casualidad y de forma casi clandestina había visualizado, como algunos hombre le comían en coño de la mujer. ¡A ella jamás su marido se lo había puesto en práctica! Por otro lado, sus ideas religiosas adquiridas de sus padres y del cura del pueblo natal, le había involucrado que el sexo solo era para procrear y que tampoco había que sentir placer. Ahora, al sentir la lengua del joven recorrer la superficie de su vagina, no solo la trastornaron, sin que la hizo olvidarse de sus prejuicios morales. Era un placer nuevo para ella. Y el joven, parecía de verdad un experto, ya que pronto se concentró en su clítoris, relamiendo su coño de tantas formas, que al poco tiempo tuvo que tomar la cabeza del joven entre sus manos, y apretarla contra su vagina, mientras terminaba alcanzando unos de sus mejores orgasmos: ooohhh Rafa …. Oo siii sigue ooo chico… me vas hacer ,… correr oooo siiiii
Amara vio como se venía estrepitosamente, entre fuertes alaridos, llenando con sus fluidos el rostro y hasta la misma boca del hijastro. Estuvo convulsionándose durante varios minutos, hasta acabar relajando su cuerpo, y soltando la cabeza del joven. La visión de la cara de Rafa, con restos de sus fluidos esparcidos por su rostro, y hasta algunos vellos sueltos, que el joven comenzó a retirar de sus labios, la lleno de completa lujuria.
-Oh Rafa… -exclamó la mujer con cara de auténtica satisfacción.
El joven sin pérdida de tiempo Rafa se incorporó, comprobando la mujer como el mismo blandía entre sus piernas el enorme cipote, completamente descapullado y exhibiendo su enorme cabeza gruesa y reluciente, el cual sin lugar a duda pretendía hundir en su panocha. Y, así fue, al instante, el joven se colocó casi encima de la mujer, acercando su nabo hasta situarlo justo a la entrada de la caverna vaginal. Con una de sus manos, le dio unos brochazos, por toda la ranura, embadurnándose a propósito con los jugos vaginales, para luego presionar, viendo como comenzó a entrar su verga poco a poco, ante los resoplidos de la mujer: oh despacio… ooh que grande la tienes…ooo
Pero el joven, no por ello se detuvo. Mantuvo una penetración constante, viendo como pronto la estrecha vagina de Amara se tragaba más de la mitad del pene del hijastro. Oh para.. espera…oh me revientas… ooo
Sin embargo, los deseos del joven por terminar de clavar toda su verga en el coño de su madrastra, lo llevó a esperar unos momentos, y luego con un golpe de riñones, le terminó de endosar la totalidad de su tranca hasta los mismos huevos. Arama se retorció ante el dolor que le produjo la violencia de aquella introducción, viendo como su vagina se dilataba de inmediato, para poder albergar el tremendo pedazo de carne del hijastro. Ohhh que dolor oooo para oooooo
Rafa se sintió satisfecho. Por fin volvía a estar dentro de su madrastra. Había soñado, añorado y fantaseado durante su larga estancia en el extranjero por volver a clavar a la mujer de su padre, y ahora estaba bajo él, en la misma cama donde aquella dormía con su padre, con todo su tremendo nabo ensartado en el coño de Amara. Tras haber alcanzado su objetivo, se relajó y espero un poco a que la vagina de la mujer se fuera adaptando a las dimensiones de su pene, y cuando comprobó que aquella iba cediendo en el presión de las paredes de su vagina contra el pene del mismo, comenzó un bombeo constante, e incrementando cada vez más las penetraciones, perforando el caliente coño de Amara con gran ardor y energía.
Amara lo miraba, y pese al dolor sufrido, pronto comprobó como nuevamente comenzaba a gozar de aquella penetración. Miró a la cara al joven y le pregunto: ¿así me querías tener verdad? ¿quieres tener totalmente abierta para ti? Oh, Rafa… cabronazo que buena polla tienes.
El joden excitado, le contesto: -¿también me deseabas verdad Amara? ¿Deseabas tener mi tranca en tu coñito, como te tengo ahora? Uf mamita que buen coño tienes.
-oh si sigue así… oh Rafa, vas hacer que me corra nuevamente… joder como me entra ooo sigue ooo siiiiii exclamó la mujer, viendo como al poco tiempo de comenzar aquella penetración, estaba tan caliente que pronto alcanzó el primero orgasmo con la polla del joven dentro.
Pese, a venirse la mujer, Rafa continuando con su forma de follar, y dando pie a su enorme poderío físico no cesó en la sus penetraciones, por lo que la continuó bombeando sin para, dejando caer su cuerpo con cada empuje hacia delante, haciendo que su pene entrar al máximo dentro de la vagina de la mujer, alcanzando el útero de la misma. Tanto, que Amara vió como su cuerpo se convulsionaba nuevamente al poco tiempo de su primer orgasmo, alcanzando un segundo y hasta un tercero. Oh me matas ooo me viene otro oooo Rafaaaa
Tras ello el joven, bajó un poco el ritmo de la penetración, diciéndole a su madrastra: Uf mamita, te encuentro muy caliente…. ¿Tienes el coño como una caldera? uf.. que delicia follarte.
La mujer tomando un poco de alivio, le contesto: ¿te has dado cuenta?... Uy Rafa… ¿creo que estoy en mis días fértiles? Esta mañana me tome la temperatura y creo que estoy en mis mejores momentos…
El joven se quedó algo preocupado. Pero él tenía la firme decisión de volver a correrse dentro de Amara. Lo había soñado, y hasta se había reservado sin masturbarse para ese encuentro. Por ello continuó fallándola, ahora con mayor intensidad, viendo que su venida era inminente. La mujer al ver la expresión de la cara del joven le dijo: Oh Rafa…¡no puedes hacerlo dentro!… ¡te he dicho que estoy ovulando! tienes que salirte.
El joven no le respondió, continuó penetrándola a un ritmo tremendo, eufórico. La mujer viendo que no iba a detenerse, intentó quitárselo de encima. Pero el joven, en la posición en que estaba sobre la mujer, sujeto las manos de aquella colocando las suyas encima, inmovilizándola, mientras no paraba de darle polla. Bajo ningún concepto, iba de permitir que la mujer fuera a detener su venida dentro del coño de aquella, diciéndole: ¡eres mía Amara! ¡te voy a llenar! ¡me he reservado para ti y ahora vas a recibir toda mi leche!
-oh ¿estás loco Rafa? No lo hagas… ¡me puedes embarazar!... Lo miro con cara de asustada, comprobando por las fracciones del rosto del joven que no se inmutaba por sus protestas, al tiempo que percibió como el pene se iba endureciendo más dentro de su vagina. ¡Oh este cabronazo de va a correr dentro de mí! ¿No se va a salir? ¡Me va a preñar! - pensó la mujer al ver la decisión del hijastro.
Rafa totalmente enardecido, sujetó bien a su madrastra, casi sometiéndola, no dejando que se saliera de debajo de su cuerpo, mientras no para de perforarle el coño. Cuando sintió discurrir el semen por el interior de su pene, alojó firmemente su nabo, insertándolo lo más profundamente que pudo, dentro del coño de la mujer, ayudándose incluso con su cuerpo, de forma que con su propio peso logró que su verga entraba profundamente a la mujer. Y, casi al unísono, lanzó su primera descarga de semen dentro de la vagina de la mujer.
Cuando Amara sintió, esa primera lechada, se dio cuenta de que no solo se iba a correr dentro, sino que la eyaculación iba a resultar bien profunda. Y no se equivocaba ya que Rafa estaba lanzando su semen justo a la altura de su útero. Oh.. te vienes… ooo Rafa..,… porque lo has hecho oooo me llenas…. ooo
El joven no paro de venirse dentro de la mujer, lanzando varias descargas de espeso y caliente semen dentro de su madrastra. Amara se dio cuenta, que, dado su estado, su hijastro la iba a terminar embarazando. Lo que no había hecho su padre en tantos años, su hijo lo hija a conseguir en el tercer encuentro sexual con el mismo. Percibía claramente el botar del semen dentro de su vagina. Igualmente comprobó que el joven decía la verdad respecto a que se había reservado para esa ocasión, ya que su eyaculación no solo fue abundante, sino sumamente copiosa.
Cuando por fin el joven acabó, Amara forcejeó hasta lograr salirse de debajo del joven, con cara de autentico enfado. Cuando por fin lo logró, aquella miró su vagina, observando el enorme hueco que el joven le había abierto de nuevo, y los restos de semen que salían del mismo, signo manifiesto de la copiosa venida del joven. Le miró a la cara, con cara de autentico enfado, manifestándole: ¡me has violado! ¡te has corrido dentro sin mi consentimiento!... ¿es que estás loco? ¿no sabes las consecuencia de lo que has hecho? ¡seguramente me has embarazado! ¿Cómo se lo digo a tu padre?... ¡oh que locura!, terminan do por marcharse rápidamente al baño dejando el joven en la cama.