Empujé con las caderas, resbaló hasta el interior del recto. La sensación era de tener un anillo apretándome el tronco mientras penetraba, caliente y apretado.
Mi familia nunca fue muy convencional. Cuando yo tenía tres años, mi madre salió del armario y se divorció. Me pasé media infancia con cada uno, pero por estudios me quedé con mi padre hasta acabar la universidad. Mi madre se casó otra vez hace unos años y yo aún no había podido conocer a su mujer..
Frank vuelve una noche a su casa y encuentra a su madrastra esperando por su padre para celebrar su aniversario de casados, sin embargo, una llamada anunciará que el hombre estará ausente unas horas, lo que desencadenará una noche de juegos prohibidos y secretos entre la mujer y su hijastro.
Rafa tuvo que someterse a una operación de fimosis, viendo como su madrastra Amara, se ofreció a realizarle las curas de los puntos.
De adolescente era adicto al porno. Más concretamente al protagonizado por asiáticas. Me volvía loco ese vello púbico liso, sus miradas enigmáticas y la variedad de posturas. Me pasaba el día pajeándome como un mandril. Nadie sabía hasta que punto era incapaz de parar. Mis padres, siempre liados con el trabajo, nunca se dieron cuenta de mi problema, así que tuve que ponerle remedio por mí mismo. Al cumplir los dieciocho, decidí cambiar de vida y mudarme a Alemania para estudiar.