MINISTROS CON POCAS LUCES

A la banda de Sánchez, otra cosa no, pero lo de rizar el rizo del postureo y de la desfachatez se les da de miedo. Es lo que tiene carecer de sentido del ridículo, de escrúpulos y de vergüenza.

La última ocurrencia de la propaganda sanchista ha sido un spot publicitario en el que se ve a la pandilla de puteros, corruptos, marisabidillas, monfloritas, floreros y mangantes que conforman el superpoblado Consejo de Ministros apagando la luz al salir de sus despachos.

Con este aspaventero anuncio pretenden demostrar varias cosas, todas falsas:

Que les importa algo el despilfarro de dinero público.
Que trabajan hasta tarde.
Que trabajan.
Que no tienen a su disposición un ejército de lacayos, asistentes, asesores, paniaguados y bedeles y que, por lo tanto, tienen que apagar ellos mismos las luces de sus carísimas covachuelas.

Como viene siendo habitual, nuestros políticos nos toman por gilipollas. Lo más triste es que, en lo que se refiere a sus votantes, llevan razón.

J.L. Antonaya