Que sí. Que ver a la purrela progre perdiendo terreno siempre agrada. Que los degenerados woke, los alarmistas climáticos, los covidiotas, las feministas histéricas y el resto de ralea globalista estén viendo como Trump anula (de momento) sus dogmas, prebendas e imposiciones es algo que devuelve algo de cordura al panorama.
Sánchez y sus secuaces han programado este año infinidad de aquelarres, payasadas, baboserías y lanzadas a moro muerto para celebrar el Aniversario del fallecimiento hace cincuenta años de Francisco Franco, Jefe del Estado español.
Vosotros sois muy jóvenes y no lo habéis conocido, pero hubo un tiempo en el que los anuncios televisivos navideños no consistían en una sobredosis de mulatas con poses artificiosas anunciando perfumes de nombre farfullado con acento guiri o mongolo. Lo que entonces veíamos eran unas vedetes que estaban bastante buenas y que iban de "burbujas" de los cavas catalanes.
El PSOE siempre ha tenido una compulsión enfermiza por la profanación de tumbas y por los rituales macabros. No se sabe si por simple miseria moral o por su obediencia masónica, lo cierto es que cada vez que la banda fundada por Pablo Iglesias - el viejo, no confundir con el Chepas - ha tenido mando en plaza, siempre han salido a relucir fosas, huesos y tumbas.
A medida que la opinión pública europea se vuelve más cobarde y borreguil, las mentiras y manipulaciones del poder son asimismo más ramplonas y descaradamente cínicas.
Las luces estroboscópicas de los coches patrulla daban una apariencia al escenario del crimen a medio camino entre lo discotequero y lo surrealista. La cuidada parcela ajardinada del chalet parecía el escenario iluminado de un musical. Los abetos que empezaban a blanquearse con la nevada incipiente, los adornos navideños en las ventanas, los setos cuidadosamente recortados... todo tenía un aire entre opulento y decadente. Apoyado en un árbol vomitaba un policía joven. Era uno de los que habían llegado primero.
El libro "1984" de George Orwell , que empezó siendo una novela de anticipación distópica, ha pasado a ser una especie de recetario de la élite globalista para imponernos sus diversas dogmáticas, atropellos, judiadas y sicopatías.
Que Siria haya caído en manos del integrismo terrorista al servicio del anglosionismo no sólo es una tragedia para Oriente Próximo. A nadie se le oculta que el ente genocida de Israel llevaba años detrás de acabar con uno de los últimos bastiones que resistían frente a la Usurocracia globalista.
No fue lo peor el engaño obsceno que, aquel triste diciembre de 1978, los ladrones, sinvergüenzas y oportunistas urdieron para repartirse nuestra Patria como botín. Sigue produciendo arcadas su palabrería cínica prometiendo libertades y derechos de cartón piedra. Pero no fue lo peor.