DESPUÉS DE MUERTO.
El PSOE siempre ha tenido una compulsión enfermiza por la profanación de tumbas y por los rituales macabros. No se sabe si por simple miseria moral o por su obediencia masónica, lo cierto es que cada vez que la banda fundada por Pablo Iglesias - el viejo, no confundir con el Chepas - ha tenido mando en plaza, siempre han salido a relucir fosas, huesos y tumbas.
Las imágenes de los aguerridos milicianos socialistas profanando tumbas de conventos y exhibiendo los cadáveres de monjas son un clásico de la iconografía de la Guerra Civil. Los pesoeros siempre han sido aficionados a ensañarse con los cadáveres de sus adversarios.
El actual inquilino monclovita se ufana ante su club de charofans de haber profanado los sepulcros de José Antonio y de Franco y de sacar de sus tumbas a los generales vencedores en la Guerra Civil. El PSOE ha convertido las lanzadas a moro muerto en una disciplina olímpica.
En el nuevo año que ya asoma por el horizonte sus feos presagios y su desafortunada rima, se cumplen 50 años del fallecimiento en una cama de la Seguridad Social - sí, esa que según el PSOE fundó Felipe González -del octogenario estadista objeto de las obsesiones y pesadillas del asaltatumbas monclovita.
Y, como era de esperar, Sánchez y sus secuaces ya han preparado toda una agenda de aquelarres y payasadas con motivo del Aniversario. Para darle un toque más grotesco aún al asunto, parece ser que el borbónico planchabragas participará en las celebraciones para denigrar a aquel a quien debe la corona. Todo muy en el obsceno estilo del Régimen del 78.
Con los excesos de vileza llega un momento en que, además de asco, dan risa.