December 9, 2024

LA CAÍDA DE SIRIA.

Que Siria haya caído en manos del integrismo terrorista al servicio del anglosionismo no sólo es una tragedia para Oriente Próximo. A nadie se le oculta que el ente genocida de Israel llevaba años detrás de acabar con uno de los últimos bastiones que resistían frente a la Usurocracia globalista.

Un Estado como la Siria de Al Assad, laica, con respeto a las minorías cristianas y con un pueblo unido en torno a su Presidente legítimo, era un estorbo demasiado grande para los "elegidos" que aspiran a consolidar su criminal hegemonía en la zona.

Un pueblo como el sirio, que llevaba años luchando sin doblegarse contra la invasión de mercenarios y de fanáticos islamistas, era una piedra en el hediondo zapato de los siervos de la Usura y un peligroso ejemplo de dignidad nacional que la élite globalista no podía consentir.

Produce especial repugnancia el cinismo hipócrita de todos los satélites de Estados Unidos celebrando la victoria de los sanguinarios fanáticos. Ayer, la cada vez más sectaria Televisión Española se regocijaba de las celebraciones de los integristas, mafiosos y evasores de impuestos sirios afincados en Madrid.

La piara wokefeminista que infesta reglamentariamente todos los espacios informativos y de ocio, guarda un respetuoso silencio sobre el hecho de que los que han entrado a sangre y fuego en Damasco son los que impondrán a las mujeres sirias la obligación de vestir burkas, hijabs, niqabs y demás aditamentos medievales bajo pena de lapidación.

Todos los cabecillas globalistas que el otro día participaron en el bufonesco aquelarre de la reapertura de Notre Dame, mirarán para otro lado cuando los "libertadores" de Damasco empiecen a degollar cristianos y sirios leales.

Israel delenda est.

J.L. Antonaya