Andrea, mi Andy, mi Síara. Aún no puedo creer que estoy celebrando tu cumpleaños por sexta, ¿séptima? vez. Constantemente me pregunto qué habré hecho tan bien en mi vida anterior para tenerte a ti como una presencia incondicional, alguien que siempre me cuida y que vela por mi felicidad, que no teme a decirme la (a veces dura) verdad porque en el fondo, quiere lo mejor para mí. Me parece increíble lo afortunada que soy de tan solo que me permitas existir en tu órbita, más aún de que me consideres de tus seres más cercanos.
Veintitrés años atrás, el universo celebró el nacimiento de su mejor ángel, una luz destinada a iluminar los corazones de quienes la rodean. A pesar de su incomparable brillo, nunca juzgó a nadie por ser menos que eso, poniendo de cabeza -en el mejor de los sentidos- la vida de todos los que cruzan su camino.
Mi amoooor, feliz cumpleaños!! Espero que todo este día se trate de ti, solo de ti y de lo increíble que es que existas en este mundo con nosotros el resto de los mortales.